lunes, 3 de febrero de 2025

LA SABIDURÍA DE HOUSE

            A todos nos gusta hablar de los demás, nos hace sentir superiores, nos hace sentir que tenemos el control y, a veces, para muchos, saber algo (de otros) nos hace sentir apreciados por alguien, hace que les importe más.[1]

 

            Por andar pensando en tantas cosas no había captado la ironía de las palabras de House, particularmente cuando echamos un chisme de otro y el chisme no es propiamente alentador, por decir lo menos, y más cuando ese otro es alguien que no es de nuestro querer (me asombro de la frase elevada que escribo, con lenguaje tan florido, cuando en otro momento, en el del chisme propiamente, es el veneno el que fluye por nuestro ser). 

 

            Generalmente cuando somos los actores principales del chisme, la sangre se eleva, el color emerge en la cara, la taquicardia nos hace surgir con el temblor de manos (una forma suave de decir que nos emputamos completamente, es que ando florido).

 

            Pareciera que siempre quisiéramos tener el control, de la situación, de la persona, de la ocasión, control que nos hace sentir superiores. Ironías de la vida.

 

            Para evitarlo debe recordarse que No hay nada confidencial, señor …, excepto aquello que cerramos obstinadamente a la luz. Lo que no quieras que se sepa, entiérralo en lo más profundo de tu corazón.[2]

 

Contrito, recogido en sí mismo, parecía esa clase de hombres que pasan por la vida como un accidente sin dejar nada destacable.[3]

Tomado de Facebook
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[1] House. Temporada 1, capítulo 13.

[2] La víspera de casi todo. Víctor del Árbol Romero.

[3] Un millón de gotas. Víctor del Árbol Romero.