lunes, 28 de enero de 2019

DEL RESPETO INTERNACIONAL


Antiguamente y digo antiguamente entendiendo que fue hace como cien años, los tratados internacionales se respetaban, como se respetaba, más o menos se deduce de la historia, al país vecino.

Cualquier malentendido se solucionaba con la diplomacia, aunque esté definida como el arte de la hipocresía o de la mentira, si se prefiere(1).

Con el tiempo, los tratados firmados que habían logrado sobrevivir los cien años fueron cambiando hasta el punto en que fácilmente se podía desconocer su contenido sin rubor alguno. Uno se sometía al tratado y el tratado tenía consecuencias, de alguna manera; pero ahora, si no me conviene simplemente cojo mi balón y me voy a casa, dejando a los demás viendo un chispero. Recuérdese a Uribe que jugaba a conveniencia, sin respeto alguno a lo que alguna vez estuvo escrito en un papel.

Y normalmente un país no se metía en otro ni hablaba en voz alta del vecino, pues para eso se habían inventado la diplomacia, así fuera el arte de mentir, pero al menos se procuraba respetar al vecino, en cuanto no interviniera en lo doméstico del otro.

Pero todo ha cambiado, dicen que como efecto de la globalización y es así como puede verse en redes sociales y en televisión a un presidente madreando al vecino y visconversa. Ya es lo normal, lo corriente y ya no nos sentimos mal, así resulte ofensivo.

Y para colmos, sin poder manejar bien su propio país, dan cátedra sobre la administración del vecino; dicen que es un distractor para que los de adentro no se preocupen de lo mal que les va y vean que los vecinos están peor. Un ejemplo, España, la de Sánchez quien en una jugada sin igual y no por vía democrática de voto, logró desalojar a Rajoy, su antecesor y ahora pontifica contra Venezuela. Le dio un plazo de ocho días para nuevas elecciones, como si en ese plazo fuera posible hacerlo. Pareciera que Europa le hubiera dado la orden al títere para que tirara la primera piedra y si los gringos no decía mucho, entonces ahí sí apoyaban a España, como en efecto aconteció. Pero de qué nos vamos a sorprender, si los gringos lo han hecho los últimos cien años así. Ponen y quitan demócratas que luego se vuelven dictadores, según los aconteceres de la moral gringa, bastando recordar a Noriega; invaden cuando se les da la gana el país que se les da la gana, siempre que lleven la superioridad; y así América Latina estuvo sometida a sus caprichos con aquello de que América para los americanos, eslogan que no vimos claro, porque realmente decía América para los gringos, los demás no somos americanos.

Sé que la situación venezolana está grave y soy muy consciente de quiénes están en el poder allá y que no es mucho lo que se puede esperar de sus dirigentes, aunque hoy por hoy, en cualquier país del mundo, qué se puede esperar de sus dirigentes?

De alguna manera, antes se respetaban los tratados y se respetaban un poco más los países, especialmente los limítrofes. Pero hoy, todo ha cambiado, estamos en la política del todo vale y no importa el precio ni las consecuencias, estamos condenados a que, a partir de mentiras e infundios el mundo se mueva, sin tener en cuenta nuestra opinión, por eso me limito a escribir mi pensamiento y a soñar que vivo en permanente pesadilla internacional que en cualquier momento la cosa se va a poner negra y el que la sufrirá será el que no tenía nada que ver. Y termino preguntándome el que gana una guerra, realmente qué gana?

El maestro enseña la dificultad de conocer la verdad de los hechos, cuando los hechos mismos son ya interpretaciones personales de los intervinientes y testigos.(2)

cabrasespartanas.com


(1) Podemos señalar, para precisión, las siguientes citas:
«El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y finalmente no dice nada». Winston Churchill
«La diplomacia es el arte de conseguir que los demás hagan con gusto lo que uno desea que hagan». Andrew Carnegie
«La diplomacia: el arte de limitar el poder». Henry Kissinger
«La diplomacia es solo una práctica de hipocresía y cobardía, si vamos a hacer algo hagámoslo, sin preguntar a nadie». Benito Mussolini

viernes, 25 de enero de 2019

RUIDOS Y SILENCIOS


Leí un artículo titulado: El nivel cero del ruido(1). Me llevó a pensar en el silencio entendido como la mudez del ruido. Naturalmente el artículo hablaba del exceso de ruido, del sonido y la contrapartida la ausencia de éste, el silencio absoluto, que dicen es enloquecedor y que no se puede sostener por mucho tiempo por la necesidad que tenemos de sonido y aún de ruido.

Coincidió el artículo con una ida al restaurante. A veces me entretiene; mientras espero el despacho de mi domicilio, ver el caos que representa la cocina, el pedido, el empaque, la reiteración. Un desorden que en la distancia uno no entiende cómo no planifican el acontecer diario, esa rutina diaria de pedido-despacho.

En fin, el día en particular tenía una sensación de exceso de ruido, de movimientos, sin ser consiente de ellos a pesar de ser un espectador que participaba del momento. Un corre corre de quien hace el pedido, de quien sirve, de quien empaca, de quien cobra, sin ser, advierto, una tarea exclusiva de cada uno, sino como en Fuenteovejuna, todos a una, todos piden, todos empacan, todos cobran y una sola sirve. En la distancia uno piensa en el caos, en no existir una actividad precisa para una persona determinada. Me divertí viendo la realidad, sin embargo no tenía conciencia alguna en ese momento de lo que se generaba en términos de ruidos, en los cuales había que incluir radio, movimiento de lozas, de ollas.

Una vez salí con mi pedido, divertido de la comedia presenciada, algo llamó mi atención, pues el caos seguía en mi cerebro, y fue simplemente oír el no caos, el silencio cerebral, fue el cantar de unos pájaros, el sonido de los carros en la distancia, la ciudad, a pesar de no ser una ciudad silenciosa, más bien bulliciosa.

Y pensé en el silencio. En mi silencio. La ausencia de sonidos sería para mí catastrófico, estar con el no sonido ni el ruido, el silencio absoluto, tal vez porque estoy acostumbrado a mi silencio.

Mi silencio no es ausencia, por el contrario, es presencia de sonidos mas no de ruidos, de sonidos en la lejanía, de canto de pájaro, de viento que vibra al contacto con los árboles, de oír en la lejana distancia el bullicio de la ciudad, escuchar unos niños embebidos en sus juegos de patio, conversaciones ajenas en la distancia apenas audibles todas ellas, tal vez un gallo a deshoras o el tañido de una campana de iglesia.

Mi silencio es estar solo con el sonido y la música, a mi tono. Siempre acompañado de la música, aunque no la oiga por estar concentrado en algo, pero sabiendo que allí está. Veo que se trata de un silencio sonoro, de mi silencio de soledad acompañada.

Son contradicciones, lo sé, pero es lo que disfruto.

—Porque me sobra tiempo y por primera vez en mi vida nadie espera nada de mí. No tengo que demostrar nada, no ando corriendo, cada día es un regalo y lo aprovecho a fondo.(2)


Óleo sobre papel con espátula. JHB (D.R.A)


(1) Julio César Londoño El nivel cero del ruido https://www.elespectador.com/opinion/el-nivel-cero-del-ruido-columna-833521
(2) Isabel Allende. El amante japonés.

miércoles, 23 de enero de 2019

DISCURSO


Somos un discurso y representamos un discurso, bien o mal elaborado.

Represento a la sociedad civil en búsqueda de anhelos de paz y seguridad.

Soy producto de una sociedad acallada que prefiere no mirar.

Soy producto de clichés, repetidos pero no tan ciertos: No hay como el orgullo colombiano, con sus fértiles tierras, sus dos mares, su … blablablá.

Y todo es simple basura, un discurso elaborado para tener algo de valor.

Y vivimos de nimiedades y lo peor es que esas nimiedades son las que hacen la vida. Y qué es la nimiedad? Definida como pequeñez, insignificancia, como lo somos ante el universo. O como prolijidad, minuciosidad, en otra acepción, casi contraria a la original, detenido en los detalles. Ah! contradicción como la vida misma, como el discurso al que nos hemos acostumbrado.

Rehacer el discurso y buscar en las nimiedades de la vida? Por qué algo tan sencillo? En ambas acepciones.

O será que las nimiedades, algo tan sencillo como ellas, pueden ser respuesta a los profundos análisis?

Y eso me lleva a la singularidad. El secreto será la singularidad? Reconocerse como tal, dejar de ser el ser social que nos imbuyeron?

Tal vez es hora de cambiar el discurso, volvernos minuciosos con nosotros mismos para hacernos más singulares y menos plurales.


Kant dijo que hay preguntas que no podemos evitar pero que no tienen respuesta.(1)

Óleo sobre papel con espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Película Hombre irracional. Woody Allen.

lunes, 21 de enero de 2019

CURIOSIDADES DEL FEIS


En uno de esos mensajes que resultan en Facebook, éste relacionado con las atrocidades que hace Israel, el pueblo elegido del Señor, contra los palestinos, me encontré un comentario que hizo un tal Ricardo Mejía a quien no conozco, ni sé de él, pero que me pareció tan acertado, del que mi malpensante yo se apropia, por el concepto que puede encerrar en sí mismo considerado.

Decía: Yo creo que Satanás tampoco es tan malo, le hace el trabajo sucio a Dios y lo libera de compromisos que dañarían su imagen. (Quise santificarlo por tan apropiadas palabras, oportunas y certeras. Ya habrá oportunidad de tener un San Ricardo Mejía, me dijo mi otro yo, sin ironía de ninguna clase).

Y seguí mi propia lógica, nótese que resalto que se trata de la mía –motivo adicional de excomunión- al pensar que siguiendo el pensamiento tradicional, el mundo está compuesto y equilibrado en la balanza entre el bien y el mal. Así como hay Dios, hay diablo, el uno sin el otro no existen, tal vez por ser amistosos archienemigos y que siempre han jugado con la humanidad, bastando citar la apuesta que hicieron con el pobre Job –quienes no conozcan esa historia la pueden leer en la versión original contenida en la Biblia o, para un resumen adecuado, el doctor Google les facilitará la tarea-. Una apuesta por demás injusta, pues no contaron con Job para nada, siendo el principal implicado. Pero ese es otro tema, otro cuento.

Satanás tampoco es tan malo, le hace el trabajo sucio a Dios y lo libera de compromisos que dañarían su imagen. Cada vez que la leo me agrada más esa afirmación, de profundidad descomunal y que puede dar para explicar en dónde reside la bondad divina, dado que el pacto que hizo con el diablo resultaría precisamente ese, la contrapartida, que se comprometieron mutuamente el uno ser considerado la bondad en pasta y el otro… pues hacerle el trabajo sucio al primero para no dañarle su imagen precisamente.

Me agradó tanto explicación como frase que me sonó que el tema religioso me resultó una farsa bien calculada, siendo una frase bien calculada.

Que Dios me perdone ya que el diablo quedó al descubierto, en un juego del que hacemos parte, sin quererlo, como aquél del pecado original que no cometimos pero cuya carga llevaremos per omnia secula seculorum!

Es un Buda que sonríe. Extraño ver a millones de personas venerando a alguien que sonríe.(1)

De Google. 207c8bce140f73a-a-nw-p.JPG


(1) Santiago Gamboa. Plegarias tristes.

viernes, 18 de enero de 2019

FALACIAS


Sin darnos cuenta nos volvimos falaces, en todo el sentido de la palabra, así sea para llevar la contraria.

Sea lo primero decir que:

En lógica, una falacia (del latín: fallacia, ‘engaño’) es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha atención para detectarla.(1)

            Y lo vemos todos los días no sólo en la política y el periodismo sino en la vida diaria, cuando con argumentos no podemos convencer, por terquedad, por llevar la contraria, por no dejarnos ganar y por eso terminamos en gritos, en desprecios, en vapulaciones.

            Eso me llevó a ilustrarme un poco sobre el asunto y me encuentro con que el tema da para hacer tratados y al ver una somera clasificación veo que a través de la falacia nos manipulan, especialmente en materia política y periodística y de esa manipulación nos hacen caer en el mismo círculo vicioso que critico, volviéndome tan falaz como los criticados, cuando no hay camino adicional para convencer o sacar del error, según nos creemos, a sabiendas que en tal caso el silencio, despreciativo naturalmente, es el mejor camino que de todos modos conduce, por lo despreciativo, a generar inquina, cuando no odio. Es decir odiamos a los uribistas o petristas pero la única forma con ellos es usar sus propias herramientas.

            Y me llamaron la atención las siguientes formas de falacias que, para no tergiversar, mejor copio:

·         Falacia ad hominem: se llama falacia ad hominem a todo argumento que, en vez de atacar la posición y las afirmaciones del interlocutor, ataca al interlocutor mismo. La estrategia consiste en descalificar la posición del interlocutor, al descalificar a su defensor. Por ejemplo, si alguien argumenta: «Usted dice que robar está mal, pero usted también lo hace», está cometiendo una falacia ad hominem (en particular, una falacia tu quoque), pues pretende refutar la proposición «robar está mal» mediante un ataque al proponente. Si un ladrón dice que robar está mal, quizás sea muy hipócrita de su parte, pero eso no afecta en nada a la verdad o la falsedad de la proposición en sí.
·         Falacia ad verecundiam: se llama falacia ad verecundiam a aquel argumento que apela a la autoridad o al prestigio de alguien o de algo a fin de defender una conclusión, pero sin aportar razones que la justifiquen.
·         Falacia ad ignorantiam: se llama falacia ad ignorantiam al argumento que defiende la verdad o falsedad de una proposición porque no se ha podido demostrar lo contrario.
·         Falacia ad baculum: Se llama falacia ad baculum a todo argumento que defiende una proposición basándose en la fuerza o en la amenaza.
·         Falacia circular: se llama falacia circular a todo argumento que defiende una conclusión que se verifica recíprocamente con la premisa, es decir que justifica la veracidad de la premisa con la de la conclusión y viceversa, cometiendo circularidad.
·         Falacia del hombre de paja: Sucede cuando, para rebatir los argumentos de un interlocutor, se distorsiona su posición y luego se refuta esa versión modificada. Así, lo que se refuta no es la posición del interlocutor, sino una distinta que en general es más fácil de atacar.(2)

Quería ilustrar cada uno de ellos pero recordé que basta ser político de cualquier color, incluidos petristas y uribistas con razón, para saber que todos sus argumentos resultan falaces cuando les conviene ganar, que es casi siempre, terminando, casi siempre, en el insulto y el grito, por aquellas palabras de nuestro gran estadista que dijo las siguientes sabias palabras: le voy a romper la jeta, marica! (a la anterior frase se le llama ironía(3), por si no la cogieron al vuelo). Y conste que el tema que me inspiraba no era propiamente la política.

                                                        Mi país está en manos de gente que lo desprecia, ese es el problema. (4)

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[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Falacia.
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Falacia
[3] Para ser más claro: Modo de expresión o figura retórica que consiste en decir lo contrario de lo que se quiere dar a entender, empleando un tono, una gesticulación o unas palabras que insinúan la interpretación que debe hacerse. https://www.google.com/search?q=iron%C3%ADa&oq=iron%C3%ADa&aqs=chrome..69i57.2457j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8
[4] Santiago Gamboa. Los impostores.

miércoles, 16 de enero de 2019

ILUSOS


Abrir la hoja, tener una idea para comenzar a dar forma al escrito y ver cómo la idea se frena, se estanca, se disuelve en la ilusión, se evapora entre el teclado y todo se mantiene igual, en blanco. En el blanco original que no debía ser.

El deber ser era el de ir llenándose la hoja sola, con ese pensamiento preconcebido que le llevaba a la acción, pero irrealizado al quedar en blanco, un detalle que hace que el escrito se evapore.

Un olvido de una musa huraña, aquella que no quiso aparecer, que decidió permanecer en la penumbra.

Época de navidades que por cambio de rutina hizo que toda la rutina se desplomara, en otra rutina diferente. Y eso me lleva a pensar en la rutina de fin de año.

Sacar lo que ya no sirve, lo que no usa, botarlo, regalarlo, destruirlo, deshacerse de eso que está arrinconado sin uso, de aquello que estorbó desde su adquisición o que ya perdió su forma, su función.

Época de balances. Lo bueno, lo malo y lo feo. Del año, de la vida, del quehacer, de la rutina, olvidando que lo que fue, fue, así de simple, sin necesidad de buscar excusas, a un culpable o un eximente. Siempre es lo mismo, año tras año, a pesar de los años.

Y todos los años termina uno preguntándose lo mismo; las exculpaciones, las mismas; el responsable, el mismo. Olvidando que la vida misma y el diario vivir y aún la rutina tiene algo bueno, algo malo y algo feo y siempre, repito, olvidando que lo que fue, fue. Es inexorable, para qué darle tantas vueltas a la vida.

Y perder todo el tiempo, ya no siendo laboralmente activo, porque qué evaluación podría hacerse de lo bueno, lo malo o lo feo, si todo el año fue una constante de pensionado que no se quiere dejar envejecer, en lucha constante contra lo que ataque su propia rutina y porque es lo único que tiene, lo único que le sostiene.

De todos modos la lección sigue siendo la misma: lo que fue, fue y uno no es el único protagonista, ya que ya no vale la pena buscar un responsable, pues hasta la rutina lo sentenció de antemano, recordando que lo que fue, fue.

El dilema está en cada día conocer menos e ignorar más.

Viudas a las que la vejez ya había tranquilizado. (1)
Óleo con espátula sobre papel. JHB (D.R.A)


(1) Saramago. Claraboya.

lunes, 14 de enero de 2019

PARADOJA DEL ASNO DE BURIDÁN


Se refiere a una situación paradójica en la que un asno que siempre tenía opciones bien diferenciables para realizar su elección, un día es colocado exactamente entre dos montones de heno de igual tamaño y calidad. La duda lo llevará a morirse de hambre ya que no podrá tomar ninguna decisión racional sobre cuál de los dos montones será su comida. Si bien ha sido nombrada en homenaje al filósofo francés Jean Buridan, la paradoja no fue originada por Buridán originalmente, sino por Aristóteles, que ejemplifica el pensamiento ante una decisión con opciones equilibradas o demasiado balanceadas, con un hombre que permanece inmóvil con tanta sed como hambre entre dos mesas. Una con bebidas y otra con comida. La paradoja es que la supuesta igualdad de condiciones puede condenar a elegir cualquier opción, pero la idea principal no era esa, sino la de elegir siempre la mejor opción. Habiendo dos opciones igual de “mejores” o “peores”, el panorama se complica. Se entra en ciclos de razonamiento complejos y el final es el que todos conocemos: la indecisión.(1)

Esta paradoja me lleva a pensar en dos cosas.

Una, la del empleado, como lo fui yo, cuando se acumulan trabajos que se dejaban allí sin atender y la indecisión lo llevaba a uno a dedicar tiempo perdido a pensar por dónde empezar, a clasificar qué es lo más urgente o lo más importante y por andar pensando se iba la mañana sin haber resuelto el dilema y la respuesta era sencilla, empiece por donde quiera, pero empiece.

La otra, la democracia. Y la viví hace poco, en las últimas elecciones, dos contrincantes igual de malos, a mi modo de ver, que impedían mi decisión porque en ambos casos sentía que perdía. Allí decidí no votar, porque ambos contrariaban mis convicciones o mis deseos si se quiere, porque ante la indecisión, mejor no votar.

… a México se va a morir.  
—Es lo mismo —le dije, ya achispado—, donde uno vive, muere, ¿no?(2)

https://www.memegenerator.es/meme/8198157


(1) https://elrincondesofista.wordpress.com/2012/05/11/la-paradoja-del-asno-de-buridan/
(2) Santiago Gamboa. Plegarias tristes.

viernes, 11 de enero de 2019

MEZQUINDADES


En las fiestas navideñas vi una vez más lo que es la mezquindad humana.

Vivo en un conjunto con quinientos apartamentos y a cada torre le correspondía hacer la novena respectiva. Para el efecto algunas personas de cada torre pasaban por una contribución de al menos mil pesos (irrisoria suma). En muchos lugares fueron recibidos con la vieja frase de que no tienen (mil pesos, suma irrisoria), o los daban pero de mala gana o en otros casos agregando el veneno correspondiente, espero que no se los roben o al menos que den algo mejorcito de lo que dieron en la novena del día anterior. Eso más que mezquindad es… no sé cómo llamarlo, pero son actuaciones que me emputan, a pesar de ser fiestas de cordialidad, de momentos de mejor sonrisa, al menos una al año. Pero no!

La otra, ver que en cada novena aparecían a rezar unas cuarenta personas (de un promedio de mil quinientas que puedan habitar en el conjunto). Sin embargo, a la hora del refrigerio aparecían ciento veinte, supongo que pocas daban las gracias con decencia, mientras otras más ya estarían criticando de lo poquito que dieron, de cuánto se habrán robado y así la serie de comentarios a los que nos acostumbramos.

Y ello me lleva a recordar las oportunidades en que invitan a algo, pero si no es gratis no se reúne la gente (o amenazada con multa, como sucede con las asambleas de copropietarios). Y cuando es gratis la gente pierde la cabeza, no sabe si lo quieren, si les gusta, el hecho es ir por ir y obtener la muestra gratis. Y lo que es peor se hace automáticamente el desorden y los aprovechados que ponen al resto de familia a ir para obtener la mayor cantidad de lo gratis, sin importar qué sea. Y todos quieren ser los primeros, para poder volver a pedir gratis, sin importar nada, lo importante es que a las buenas o a las malas se logre el objetivo, tener. Es triste ver a la gente como loca arrumada por algo de lo que no tienen claridad, lo único que quieren obtener es algo gratis, saltando encima de los demás, irrespetando a todos. Eso es lo que somos.

Y estos son suficientes ejemplos de por qué la humanidad no progresa y de lo mezquinos en que nos hemos convertido, de una manera por demás grotesca.

Somos un país supersticioso. ¿Cómo es el suyo? He visto que ustedes no tienen pena de muerte, pero hay más ejecuciones que acá, ¿cómo puede ser eso? Tendrá que explicármelo. (1)

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(1) Santiago Gamboa. Plegarias tristes.

miércoles, 9 de enero de 2019

LA PARADOJA DE ABILENE


Paradoja: 1. Dicho o hecho que parece contrario a la lógica.
2. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones que aparentemente envuelven contradicción.

La denominación de la paradoja viene de una anécdota citada por este para explicar el fenómeno:
Una calurosa tarde en Coleman, una familia compuesta por suegros y un matrimonio está jugando al dominó cómodamente a la sombra de un pórtico. Cuando el suegro propone hacer un viaje a Abilene, ciudad situada a 80 km., la mujer dice: «Suena como una gran idea», pese a tener reservas porque el viaje sería caluroso y largo, pensando que sus preferencias no comulgan con las del resto del grupo. Su marido dice: «A mí me parece bien. Sólo espero que tu mamá tenga ganas de ir.» La suegra después dice: «¡Por supuesto que quiero ir. Hace mucho que no voy a Abilene!».
El viaje es caluroso, polvoriento y largo. Cuando llegan a una cafetería, la comida es mala y vuelven agotados después de cuatro horas.
Uno de ellos, con mala intención, dice: «¿Fue un gran viaje, no?». La suegra responde que, de hecho, hubiera preferido quedarse en casa, pero decidió seguirlos sólo porque los otros tres estaban muy entusiasmados. El marido dice: «No me sorprende. Sólo fui para satisfacer al resto de ustedes». La mujer dice: «Sólo fui para que estuviesen felices. Tendría que estar loca para desear salir con el calor que hace». El suegro después refiere que lo había sugerido únicamente porque le pareció que los demás podrían estar aburridos.
El grupo se queda perplejo por haber decidido hacer en común un viaje que nadie entre ellos quería hacer. Cada cual hubiera preferido estar sentado cómodamente, pero no lo admitieron entonces, cuando todavía tenían tiempo para disfrutar de la tarde.(1)
Y son tan cierto como comunes estos fenómenos de comportamiento social. Lo que enseña que nunca se tiene contentos a todos los componentes de un grupo. Y qué decir cuando alguien manifiesta su desinterés por la actividad y el resto del grupo empieza a hacer mala cara porque fulanito no va, aunque que vaya o no fulanito nadie notará su presencia ni su ausencia, pero el grupo demostrará su inconformidad.

            De allí la falta de respeto por la decisión, así como la falta de decisión al no poder expresar el verdadero deseo y dejarse llevar por esa democracia que nos está matando.

            La inconformidad humana será lo que nos hace humanos? Y la falta de calzones para expresarse es lo que nos está llevando al odio? Son respuestas que la retórica no puede solucionar.

Las decisiones precipitadas resultan muy fáciles cuando la elección es obvia.(2)

Tarjeta Sartre.jpn (3)


(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_de_Abilene. Paradoja Propuesta por Harvey Jerry B. Harvey, Ph.D.
(2) John Grishnan. El rey de los pleitos.
(3) https://www.google.com/search?q=paradoja+de+abilena&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiQyZerr-HfAhWBr1kKHS7oAjwQ_AUIDigB&biw=1366&bih=626#imgrc=M--ZqndbDvzS4M: