viernes, 26 de noviembre de 2021

SEÑORITA

             Las barbaridades que ahora vemos y todo por lo quisquillosos que se han vuelto los señoritos y las señoritas. Dios nos libre de esos especímenes.

 

            Por señorita, palabra amable y de deferencia que en mi época, ya lejana por lo que veo, se usaba en señal de respeto.

 

Y me encuentro con un artículo que informa que la ONU (no sé por qué se mete en estos temas) decidió que ahora la palabra es discriminatoria. Válgame Dios y pide que se retire del habla común. Tarados habemus en la ONU (mano de burócratas, ineptos e innecesarios. Nótese la opinión que tengo de ese espectro luctuoso).

 

“De lo que hablamos es de utilizar el lenguaje de manera que no se perpetúen los estereotipos relacionados con el género; género entendido como constructo social que atribuye una serie de características a alguien por haber nacido como hombre o como mujer”, explica Naciones Unidas al respecto.[1] (los calificativos sobre ese constructo me remueven la hiel, como se habrán dado cuenta).

 

Esta sería la causa por la cual se dejaría de utilizar, o se recomendaría no usar la palabra “señorita” en el idioma español, todo se debe al uso del lenguaje inclusivo (sic). Actualmente, señorita se usa para referirse a una mujer que no se ha casado o no tiene hijos a su cargo. Según el Diccionario de la Lengua Española, se usa “como tratamiento de cortesía aplicado a la mujer soltera”, entre otras definiciones como: “tratamiento de cortesía que se da a maestras de escuela, profesoras, o también a otras muchas mujeres que desempeñan algún servicio, como secretarias, empleadas de la administración o del comercio”. Agrega el articulista.

 

Y pensar que entre ellas, como idioma inclusivo y deferente, se llaman entre sí como perras, zorras y no sé qué más apelativos, cuando no se tutean con vulgaridades. Y aún así, la ONU[2], metida en lo que no le importa, repito, mete candela para que haya más cosas que nos distancien, que nos dividan.

 

Recordé el refrán: zapatero, a tus zapatos y el mundo sería más feliz. Y tan bonito que era decir: Buenos días, señorita!

 

Y aquí paz y después gloria: acto seguido dieron paso a un programa de música rock. Montalbano no dejaba de asombrarse de los criterios que regían en la televisión. Por ejemplo, te mostraban las imágenes de un terremoto con millares de muertos, pueblos enteros desaparecidos, niños heridos y llorando, cadáveres despedazados, e inmediatamente después anunciaban: «¡Y ahora tenemos aquí unas preciosas secuencias del carnaval de Río!». Carrozas multicolores, alegría, samba, culos.
—¡Maldito hijo de puta! —exclamó Zito con el rostro enrojecido de rabia, y le soltó una patada a una silla[3].

Tomado de Google
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[1] https://www.semana.com/cultura/libros/articulo/por-que-recomiendan-dejar-de-usar-la-palabra-senorita/202140/

[2] Sería interesan leerse un libro: ONU Una historia de la corrupción. Eric Frattini. Interesante conocer otra visión de la realidad y de las mentiras alrededor de entidad tan reputada (inclusión incluída).

[3] Andrea Camilleri. La paciencia de la araña.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

REBAJAS

             Al guasap me llegó el siguiente mensaje:

 

Hace algunos días leí el llamado angustioso de un emprendedor local pidiendo consideración sobre el vicio exagerado que tenemos de pedirle rebajas inclementes a quienes están empezando con sus productos y servicios. Otro empresario nuestro recordó su viacrucis cada que alguien conocido va a su empresa y al final le pregunta “Y qué precio me das para los amigos?”. El empresario se preguntaba ¿No debería ser al contrario? Un buen amigo apoya a los emprendedores conocidos y no abusa de la etapa naciente o critica de los negocios de sus allegados.

 

Pasan por mi mente, los infelices que regatean con la pobre vendedora de chontaduros o de aguacates y peor aún, se jactan de como lograron recibir tres por el precio de dos. ¡Que sagaz negociante! Le quitó tres mil pesos a la tumaqueña, a esa misma señora que hace parte del segmento de los más pobres, aquellos que tienen ingresos inferiores a $400 mil mensuales, cifra que no cabe en nuestra mente como logran sostener una familia con esa plata. Ese mismo habilidoso empresario pide descuento al lustrabotas por volumen al pedirle que “embole” varios pares y goza cuando el cuidador de carros no alcanza a llegar porque está cobrando a otro de los conductores. Y prefiero no detenerme en los pintores, músicos, artistas en general, quienes ven afectado no solo su mínimo de supervivencia sino que tienen que soportar las opiniones  indolentes de quienes ponen en tela de juicio su obra, lastimando su autoestima, solo para ganar unos pesos. 

 

Pero lo más triste es que ese astuto vampiro de los necesitados no se intimida cuando en sus vacaciones en Miami paga en el restaurante 100 dólares por cabeza y la propina para el mesero es del 20%. Cada vez que uno de nuestros pobres o de nuestros emprendedores  accede forzosamente a la negociación de la rebaja, no hay felicidad por la venta, realmente siente dolor por la explotación. Él sabe, así sea en otros términos, que tiene que generar caja de subsistencia así su estado de pérdidas y ganancias esté en retroceso por culpa de los malos negocios a los que lo lleva la angustia de vender. 

 

El campante comprador, feliz de ser candidato al programa de los inversionistas tiburones de la televisión, se pasea “inteligente” por la vida sin pensar en que sus negociaciones multiplican la pobreza y el resentimiento, que podrán hacer que sus hijos no disfruten de su mismo bienestar, porque las naciones exitosas se construyen es sobre la solidaridad y el crecimiento colectivo de las sociedades. Las otras, las del individualismo y el egoísmo, no garantizan la estabilidad ni la paz.[1]

 

            En parte comparto la idea, al artesano se le debe pagar por su producto, se le debe pagar el precio justo, no hay duda. Pero… y viene el pero de siempre.

 

            Mi mamá me enseñó a pedir rebaja, ofrecer no es ofender, puede que a uno le suene la flauta. Pero, el pero, es que el comerciante, para no precisar al artesano, por naturaleza, supongo que de oferta y demanda, infla su producto tanto como ya sabe que le van a regatear y si no le regatean se gana la diferencia.

 

            Ya hace parte de nuestra idiosincrasia el saber pedir rebaja y en dónde, porque es parte del negocio, el regateo, en mi sangre lo tengo. Y como sabe que va a haber regateo, al valor real de venta se le incrementa un tanto adicional. El problema es que el vendedor sabe de antemano que le van a pedir descuento y entonces sabiamente sube el producto en un 50%, y el comprador también lo sabe, ambos entran en el juego de: allí me lo dejan más barato, o rebájeme para hacer un nuevo cliente, etc. etc. Y al final llegan a un acuerdo y ambos se van felices, naturalmente el vendedor ganó al menos el 10% adicional si no hubiera hecho el ejercicio. El comprador, por su parte, sale sonriente porque logró una rebaja, imaginaria o no. Es parte del tire y el afloje, conocido por cada una de las partes y a sabiendas ambas partes entran en el juego.

            Por lo tanto, lo afirmado por el columnista no resulta tan cierto, pues olvida el espíritu del regateo que hace (o hizo) parte del espíritu comerciante de los colombianos.

 

—¿A qué verdad se refiere, comisario? Espero que a la absoluta no, porque no existe. La verdad es como un prisma; debemos contentarnos con la cara que se nos permite ver[2].

Tomado de Google
https://www.cuantocabron.com/busqueda/0/rebajas/p/8


[1] Eduardo José Victoria Ruiz. El País – Noviembre 6 de 2021

[2] Un mes con Montalbano. Andrea Camilleri.

viernes, 19 de noviembre de 2021

LIBERTAD

             Libertad, gritan los izquierdosos que quieren ser comunistas, socialistas, progresistas, verdistas que no tienen con qué mantenerse, pues a ello se reduce el pensamiento del que no tiene, pero vaya a verlos cuando tienen…

 

            Me gustaría ver a esos… -no sé qué título ponerles- que en este país salen a gritar que no tienen libertad, que son unos sometidos, verlos en países comunistas, socialistas, tiranías e izquierdosos gritando, hasta que se les hace la boca agua, gritando cuanta barbaridad antigubernamental pueden, si es que tales gobiernos no los recluyen en una mazmorra y los someten a readoctrinamiento. Me gustaría verlos en la plaza principal de esos países hijueputiando al gobernante de turno. Ya los veo llorando en el calabozo que les corresponde. Nada más ver Cuba, China, Rusia, por poner algunos ejemplos, por no mencionar los dictadores africanos y unos cuantos latinoamericanos. A ver si son tan machitos en manifestaciones antigubernamentales.

 

            Pero como aquí sí tienen libertad, se creen con derecho a ser vándalos, agresivos, porque saben que no les pasa nada y aún así dicen que no tienen libertad.

 

            Fue un solo pensamiento que demuestra la incoherencia humana, esa que nos hace menos humanos de lo que deberíamos ser. Pero quién les lleva la contraria?

 

Ellos se limitan a hablar más fuerte con la esperanza de que el volumen sustituya la claridad.[1]

Foto JHB (D.R.A.)


[1] Los generales. Simon Scarrow.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

TRES MUNDOS

             Me desperté con una sensación de haber estado en otro lugar, otra vida, otra conciencia.

 

            Me desperté y luego de unos segundos, de esos segundos que requiere la conciencia para también despertar y ver el mundo real que le rodea, sentí brevemente el cortocircuito cerebral que distensiona y le da forma a la penumbra que hay entre el sueño y la vigilia, que permite recobrar la conciencia de aterrizar en el mundo de la realidad, ese que cargamos durante el día, ese quehacer rutinario, de querer o de obligación.

 

            Y al reaccionar ante la luz que anuncia el amanecer, el despertar, el tener que continuar con la vida, quedé con la sensación de la noche transcurrida, de tratar de recordar lo ocurrido en ese otro mundo, el de los sueños, cuyo recuerdo confunde, como el sueño mismo, en donde todo son transparencias, imágenes, siluetas, en todas sus gamas, sus desvaríos y sus locuras, porque vaya incoherentes que son. Un curioso mundo que se lleva cerca de la tercera parte del día y que al parecer duran instantes, a pesar de sus ocho horas de vida. Un mundo que por invisible e irreal deja dudas o certezas, todas ellas irreales.

 

            Y en un momento dado descubro el tercer mundo. El de la ensoñación, el de soñar despierto, el de estar sentado y ver cómo la conciencia se va evaporando a la par con la realidad y se mezcla en un mundo de pensamiento, porque solo es eso, a pesar de las imágenes, los deseos y anhelos que se hacen presentes, cuando no son las penurias y angustias que se dejan volar en él. Es un mundo de desconexión, con esta realidad, dicen que es de reflexión, pero más que nada es de ensoñación y como tal, demasiado vaporoso, pero revitalizante, si se le ve bien.

 

            Una misma realidad y tres versiones desencaminadas. Qué más puedo decir?

 

Se notaba el cerebro convertido en una espesa mermelada en cuyo interior los pensamientos apenas podían circular y a veces se quedaban atascados.[1]

Tomado de Facebook. Mafalda
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[1] Ardores de agosto. Andrea Camilleri.

lunes, 15 de noviembre de 2021

CARTA A UNO MISMO

             Puede uno escribirse una carta a sí mismo, si al escribirla ya sabe el contenido, antes de que llegue al destinatario, que ya sabe qué se ha escrito y que es uno mismo?

 

            Pero surge la primera pregunta. Toda carta tiene que tener un destinatario, lo que implica tener una dirección de correo -antiguamente era un lugar, un espacio real; hoy, la cosa es distinta, aunque mantienen la misma denominación-. Antes había que entregar la carta en físico en un sitio real, en una casa, oficina o casillero, de los de antes. Hoy es cierto, se tiene una dirección y se usa un correo, que no se ve, que no se sabe en dónde anda ni por qué, por ser electrónico, pero se puede enviar. Al transportador o al cartero, como se prefiera, no le interesa quién la escribe, ni cuál su contenido, solo sabe a dónde entregarla. Así como a quién entregarla, no importa quién la lleve, lo importante es que le llegue al destinatario.

 

            Entonces eso puede generar otra duda. Supone que el destinatario no conoce el contenido del escrito hasta que le llega la carta y la abre. En este caso, si el que la escribe y la debe leer después… (un momento, debemos devolvernos a la pregunta anterior. Aunque a la vez me surgen más dudas que la mencionada últimamente, aunque lo mejor es obviarlas para no terminar en un galimatías. Decía que…)

 

            Sí, decía que el contenido de una carta no se sabe hasta que se abre (verdad a medias, pues para saberlo, además de abrirla hay que leerla), y leerla (lo mismo, el contenido de una carta no se conoce hasta que se acaba de escribir y…?).

 

            Con tanta contraargumentación ya se le quitan a uno las ganas de seguir escribiendo si no hay nada qué escribir… -eso se nota- (a propósito, siendo el escritor y el escrito, remitente y remitido, el mismo, para qué escribir si el pensamiento es más rápido y es como si se estuviera escribiendo por internet, es decir lo pensado para ser escrito ya está pensado, por lo que el escrito de la nada ya ha tenido ese paso previo y a la vez, a quien va dirigida también ya fue pensado previamente al escrito y ya fue sabido de antemano, por lo que no hay necesidad de recibirlo, abrirlo y leerlo, entonces, para qué perder el tiempo en este ejercicio?)

 

            Bueno, como el destinatario no quiere saber lo que iba a decir, aún siendo el mismo que esto escribe, la cosa queda aquí y lo que se iba a decir en la carta, se queda sin decir, solo queda pensado.

 

            Qué vaina, no?

 

Por desgracia, la respuesta solo podía ser una: estaba empezando a perder la memoria. Señal inequívoca de vejez. Pero ¿no decían que la vejez te hacía olvidar lo que habías hecho la víspera y recordar, en cambio, cosas de cuando eras pequeño? Bueno, se ve que no siempre era así. Estaba claro que había vejeces y vejeces. ¿Cómo se llamaba esa enfermedad que te hacía olvidar incluso que estabas vivo? ¿La que padecía el presidente Reagan? ¿Cómo se llamaba? ¿Lo ves? Ya empiezas a olvidarte hasta de las cosas de hoy.[1]

Tomado de Facebook 
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[1] Andrea Camillieri. La luna de papel.

viernes, 12 de noviembre de 2021

GOBERNADOS POR COBARDES

 -                     En efecto, este planeta está gobernado por cobardes, por miedosos, temerosos ante la opinión pública, del qué dirán, del qué escribirá la historia sobre ellos y es un hecho que cada día se corrobora más y sobre todo en esta pandemia. Y que conste que no estoy hablando de un país en particular, incluye a todos a los que se les mire.

 

-          Y a qué se debe la piedra, pregunta con algo de sorna.

 

-                     Pues a los rebrotes, por culpa de estos rebrutos que gobiernan, que miran a sus vecinos desconfiados, reflejando su propia desconfianza y por ende, su propio miedo, no a atinar, sino a no pasar a la historia como prohombres que supieron hacerle frente, adecuadamente, con inteligencia, con sentido común. Les tembló la mano para tomar las medidas que debían tomar, por miedo a volverse impopulares. Tenían una pandemia, pues tenían que tomar medidas extremas, confinarse el mayor tiempo posible y luego de descubrir la vacuna, continuar encuarentenados hasta que llegaran al porcentaje de rebaño. Sí, sé que la economía se jodió, pero se hubieran levantado antes si lo hubieran hecho como debía hacerse y si hubieran tomado medidas para protegerse. Y para colmo, con aquello de los derechos humanos, el derecho a decidir. Eso sí que los acabó de joder. Y para colmo, con los hermanos terraplanistas, los antivacunas, si serán brutos. Es que no han visto las pruebas de cómo es la tierra. Ignorantes y por culpa de ellos… es que… es que son bien brutos, para no decir más.

 

-          No conocía muy bien esa faceta tuya, insinuó con sarcasmo.

 

-                     Sus derechos? A la mierda, les repito. Acaso no tenían ya el discursito aquél de que el bien general prevalecía al particular? Pero cuando realmente debe ser usada la palabreja, por miedo, por cobardía, no la aplican. Bastaba con ordenar que todo el mundo, entendido todo el mundo, es decir urbi et orbis, se recogiera y atendiera las órdenes que se les daba. Pero no, todos los gobiernos estaban aculillados, esperando a ver cómo le iba al vecino y si le iba bien, preferían no seguir su ejemplo. Pero no, el derecho a la autodeterminación. Cobardes! Gobiernos cobardes! Si se hubieran adoptado desde el primer momento medidas drásticas, haciendo valer el derecho de todos sobre el del resto de ignorantes, no estarían en la sexta escalada, en crisis tras crisis y con las variantes que terminan de inventarse y todo por ponerse a abrirse de piernas antes de tiempo. Y ya casi terminando de llegar al estado de rebaño, les dan derechos a los antivacunas para que lo sigan propagando; un rebaño guiado por un pastor de lo más ignorante, que permiten que sigan poniendo en peligro al resto de humanidad cuando ya están a punto de superarse. Deberían morirse de antemano…

 

-          Pero eso no se dice, señor, quién sabe qué van a pensar los demás…

 

-                     Me importa una mierda, si yo tuviera el poder, si se hicieran las cosas a mi modo, pero el libre albedrío concedido, lo que me faltaba…

 

-                     Entonces ya se desahogó lo suficiente, terminó diciendo Luzbel. No lo veía tan berraco desde el diluvio universal.

 

-                     No todavía me queda un poquito de piedra, pero al menos dije un poquito de lo que quería decir. El exceso de derechos los jodió y la falta de obligaciones fue su perdición. Si yo hubiera estado al frente, otra cosa habría sido. Me arrepiento de haber trabajado ese sexto día de la creación, me lo hubiera saltado y hubiera descansado, hoy no estaría tan desilusionado.

 

-          Mi Dios, la vaina se le salió de las manos hace rato, concluyó el Diablo.

 

-                     Sí, cosa jodida, se limitó a decir Dios, con esa cara que se pone cuando ya no hay remedio.

 

            Tiempos modernos!

 

En efecto, a diferencia de los otros animales, el hombre está dotado de razón. Y ese hecho lo vuelve superior. O por lo menos así se sigue creyendo, a pesar de todas las pruebas en sentido contrario que los propios hombres jamás han dejado de exhibir a lo largo de su secular historia.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Andrea Camilleri. El primer caso de Montalban.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Y DALE CON LA LEY.

             Revisando alguna normatividad, no porque tenga deseos de profundizar en las materias jurídicas, sino por el mero capricho de ver qué iba pasando en este país y de poder ilustrarme sobre la forma en que las estupideces se acumulaban en ellas, aclarando que es lo que me permite pasar el rato en momentos de extremo aburrimiento.

             Se encuentra uno con toda una selva de locuras. Redacciones que dejan mucho qué desear. Ortografías indignas de legisladores, quienes a decir la verdad, no se precian de ser ni de tener siquiera una cultura mediana, de allí las barbaridades. Pensamientos que le inducen a uno a pensar a quién están beneficiando (y no es a los muchos). Todo un variopinto de regulaciones que dejan mucho qué desear, que dejan mucho en qué pensar, me repito.

             Y veo otras, las pocas, con un lenguaje grandilocuente, propio de estas épocas que a lo lejos deja ver que no fueron escritas por los congresistas -pues su cultura no da para tanto, insisto- pero con adornos propios para que lo que debería ser entendible y simple, termina en un discurso rimbombante que exuda sapiencia. Una ley entre más enredada, mejor, se piensa ahora. Baste ver el estatuto tributario, con eso basta.

             Y entre ellas me topo con la Ley 2113, sobre consultorios jurídicos y me sorprendió lo bien escrita que estaba, lo que excluía que hubiera sido escrita en el congreso, que como han notado, no es santo de mi devoción. Pero lo que me llamó la atención fue que entre tanta gradilocuencia, era mucha la mierda que se decía, sin decir a la larga nada. Algo así como que es un escenario de aprendizaje práctico de las Instituciones de Educación Superior, autorizado en los términos de esta ley, en el cual los estudiantes de los programas de Derecho, bajo la supervisión, la guía y la coordinación del personal docente y administrativo que apoya el ejercicio académico, adquieren conocimientos y desarrollan competencias, habilidades y valores éticos para el ejercicio de la profesión de abogado, prestando el servicio obligatorio y gratuito de asistencia jurídica a la población establecida en la presente ley. O que garantiza procesos de aprendizaje a partir del acercamiento de los estudiantes a las personas en condición de vulnerabilidad, la sociedad, las necesidades jurídicas que enfrentan y los contextos en que se desarrollan, al igual que fomenta el desarrollo de estrategias y de acciones de defensa de sus derechos dentro de estándares de innovación, calidad y actualidad, colaborando con la administración de justicia y asegurando el cumplimiento del derecho de acceso a la justiciaO que a través de la Innovación jurídica. Propiciar, a través de la Institución de Educación Superior, el conocimiento científico, reflexivo e innovador del Derecho, contribuyendo a su vez con la transformación digital para el fortalecimiento de su ejercicio, atendiendo a las realidades contemporáneas de interés para el campo jurídico y que tengan impacto sobre el contexto socioeconómico de las comunidades donde ostenta influencia la facultad de derecho.  

             Y eso me llevó a recordarme en mi vida de empleado. Cuando tenía que hacer informes. Aprendí que a nadie le gustaban los informes concretos, precisos, eso se dejaba para el resumen ejecutivo que debía anexarse (es decir, el que leían a vuelo de pájaro los ejecutivos, los que no tenían tiempo para leerlo, pero que sabían que tenía que presentarse).

             Y si eran informes para descrestar, aprendí a hacerlos. Con la misma gradilocuencia, rimbombantes y exudantes de sapiencia suma. Para escribir mierda, igualmente era bueno, bastaba que me dijeran cómo lo querían y así era escrito. Mi Dios me dio la virtud de escribir medianamente bien. Y tratándose de mamotretos, que por definición nadie leería, logré sacar a flote a alguno que otro jefe, que terminó agradeciéndome haber escrito más de la cuenta. Hay que saber meter el veneno y las exculpaciones, así también me salvaron en algunas oportunidades mis propios informes.

             Y todo este discurso para nada más decir que me quejo de lo que algún día fui y en mi defensa digo: para eso me pagaban. Yo también busco respuestas exculpantes! Nadie es perfecto! (lo digo sin sonrojo pero con sorna). Todos somos pecadores! 


Cada hombre tiene recuerdos que sólo contaría a sus amigos. Conserva cosas en la mente que incluso no contaría a sus amigos, sino sólo a sí mismo, y en secreto. Pero hay otras cosas que un hombre tiene miedo de revelarse incluso a sí mismo, y cualquier persona de bien tiene un cierto número de cosas de este tipo apartadas en la mente. Dostoievski, Memorias del subsuelo.
No está bien cuando aquellas cosas apartadas emergen. Todas de golpe.[1]

Tomado de Google



[1] Testigo involuntario. Gianrico Carofiglio.

lunes, 8 de noviembre de 2021

¿TINTERILLADAS?

             Primero Panamá papers, luego Pandora papers y quién sabe qué siga a continuación. Destapes de maniobras de evasión de impuestos, básicamente. Y en este mundo moderno, quién quiere pagar más impuestos si con los que hay se sabe que se roban la mitad? Un pensamiento que se me atravesó.

 

            Entonces, todo el que tenga plata en el exterior termina siendo o bien criminal o si lo tiene pero no es tan grave, termina siendo mal visto. Advierto de antemano que no tengo plata en el exterior, si apenas me alcanza la pensión, cómo pretender tener afuera?

 

            Son meras elucubraciones mías, que alguna vez pretendí creer en la pureza de la ley, pero que con el tiempo me di cuenta que esa pureza estaba viciada, porque dejaban alguna venta abierta, si no la puerta, o aún la puerta y ventana cerradas, siempre había un resquicio por donde se pudiera filtrar una luz no deseada, vista desde el punto de la inocencia al pensar en la pureza de la ley; los que dejaban ese resquicio, los sabios y honorables congresistas, sabían por qué y para quién dejar que esa luz negra lograra penetrarla.

 

            En alguna oportunidad había dicho que si en un país era ilegal hacerlo, el país que a su turno recibía la plata no lo consideraba ilegal, todo quedaba en empate, siempre que se le pudiera hacer el quite al primero. Con plata, los abogados bailan al son que se quiera.

 

            Y una noticia me llamó la atención[1]. Avianca, inicialmente con sus negocios, tenía su sede en Colombia. Por cuestión de impuestos se fueron (ficticiamente, es decir, solo en el papel) para Panamá papers, qué ironía. Y ahora que están quebrados, para bajar más los impuestos se van para Inglaterra (ficticiamente, es decir, solo en el papel). Y aquí no pasó nada, no hay nada ilegal en ninguno de los países involucrados. No hay evasión fiscal, dirá todo el mundo. Será? Me pregunto yo y me acordé del dicho bíblico, con la vara que midáis, seréis medidos.

 

            Y eso me llevó a otro pensamiento mal pensante, hablando de dualidades o de la débil línea entre lo ético, lo legal, lo moral, la inocencia de la ley, en una palabra. El código disciplinario, con el que se busca perseguir a corruptos. Una tortuosa modificación a la Ley 734 de 2002 que el procurador de la época decidió modificar (que en redacción dejaba mucho que desear y que más del 90% era transcripción de la anterior), aprobada en junio de 2015, pero con los ires y venires solo se sancionó en enero de 2019 (Ley 1952), pero ya casito que entraba en vigor, un mico -en mi humilde concepto, nótese la ironía y hasta el sarcasmo- del plan nacional de desarrollo (Ley 1955 de 2019) que prorrogó su entrada en vigencia (a quién interesaría ese detalle? Alguna prescripción de investigación que se iba a producir en beneficio de algunos?) hasta julio de 2021. Bueno, parecía que por fin, pero no. A última hora aprovecharon una coyuntura para presentar una nueva modificación que resultó en la Ley 2094 de 2021, que entra a regir nueve meses después de la sanción (o sea en el 2022), pero curiosamente en materia de prescripciones entra en vigencia en diciembre del 23. Cosa curiosa, me digo y eso por qué, me digo. Algún interés para no enlodar el buen nombre de algún honorable padre de la patria o prestante contratista, me digo, no sin sorna, ironía y sarcasmo, todos en uno. Casi siete años para que entre a regir, excepto lo último comentado. Un bonito resquicio veo yo. Ah inocencia perdida, pero no a las buenas sino a mansalva y en campo descubierto.

 

            Y tendría mucho más de qué hablar sobre el tema, pero sinceramente me cansé de escribir al descubrir que la inocencia de la ley, como la mía, no existen, simplemente son ilusiones y me hacen sentir que hasta perdí el sentido común.

 

Estaba dispuesto a cambiar las cosas. A hacer justicia.
Me miró a los ojos.
—Son unas palabras muy fuertes, ¿verdad?
—¿Qué decía aquella canción de De Gregory? Buscabas justicia, te encontraste con la ley.[2]

Tomado de Facebook
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[1] https://www.portafolio.co/negocios/empresas/aerolinea-avianca-mudaria-su-domicilio-al-reino-unido-557794. La aerolínea Avianca mudaría su domicilio al Reino Unido con el objetivo de tener un mayor beneficio fiscal. Dice la noticia, no yo, el malpensado.

[2] Dudas razonables. Gianrico Carofiglio.