lunes, 30 de noviembre de 2020

MANIPULACIÓN DEL LENGUAJE

             Me encontré dentro de mis lecturas este artículo, tema sobre el cual había venido pensando escribir, pero que no había concretado, al no haber madurado suficientemente la idea. Donna Leon[1] fue la respuesta a él, por lo que lo transcribo en su integridad:


Hace varias semanas, vi en un diario en lengua inglesa un titular que decía que un grupo de Estados Unidos quería suprimir del diccionario la palabra nigger, peyorativo de «negro». No, me equivoco; no decía eso: querían suprimir del diccionario la «palabra n…». Bien, ya hace mucho tiempo que ando por ahí como para que me pillen de nuevas los desvaríos de Norteamérica y los norteamericanos, pero confieso que hasta una vieja cínica como yo, testigo de tanta tropelía lingüística, alucinaba. El texto de la noticia contenía el consabido mensaje: los afroamericanos, ofendidos por la connotación racista de la palabra, querían que fuera suprimida del diccionario.

Norteamérica es una sociedad profundamente racista y, si bien los afroamericanos encabezan la lista de sus antipatías, no hay que olvidar que en ella figuran también hispanos, judíos, orientales, polacos, italianos, indios y hasta es posible que montenegrinos. ¿Y qué más?, pensé. ¿Habrá que borrar del diccionario todas las palabras que, de un modo u otro, denigran a una minoría, para no ofender al lector ocasional? ¿Habrá que reescribir la historia del lenguaje, para no herir una sensibilidad política de nuevo cuño? ¿Hay que proteger a la persona que busca «chino» del contagio del contiguo chink, que se aplica despectivamente a los orientales? ¿Y el que quiera averiguar el valor de la guinea, otrora fuerte unidad monetaria británica, tendrá que quedarse en ayunas por ser éste un epíteto peyorativo que se usa contra los italianos?
Yo soy mujer, y todos los diccionarios de la lengua inglesa están bien surtidos de palabras que expresan desdén, repugnancia y agresividad hacia las personas de mi sexo. Pero nunca se me ocurriría pensar que borrando del diccionario esas palabras van a suprimirse los prejuicios que su existencia revela. Pero, cuidado, estamos hablando de Norteamérica, la tierra de las apariencias, de la fachada, y es posible que los postulantes de la idea crean que la desaparición de la palabra nos traerá la igualdad racial y hasta quizá a nuestro primer presidente negro.

No es ésta la primera señal de la propensión de la mentalidad norteamericana al autoengaño. Casi todos los mendigos que hace unos años llenaban las calles del centro de Manhattan han desaparecido. Por lo menos, del centro. Las causas sociales de la pobreza no han variado ni se ha hecho nada para que varíen —si acaso, han empeorado—, pero como la manifestación visible de estos problemas se ha retirado del corazón de la ciudad que gobierna Norteamérica, lo inmediato es pensar que se ha conseguido la justicia social y económica. ¿Está cerca el Rey Filósofo de Platón?

«Tu madre es una nigger asquerosa». «Quien pronuncie la palabra nigger merece que la lengua le caiga de la boca». Si eliminamos la palabra del lenguaje, si la borramos del diccionario, resulta imposible distinguir entre las dos frases anteriores, y la condena del uso de tan repugnante epíteto es francamente grotesca. Prueben: «Quien pronuncie la palabra n… merece que le caiga la lengua de la boca». No; no me entusiasma. Lo que es peor, esta cosmética manipulación del lenguaje permite a las personas considerarse virtuosas sólo porque no dicen determinada palabra; estoy segura de que millones acogerían con entusiasmo la posibilidad de engañarse a sí mismos pensando que no son racistas sencillamente porque se han borrado del diccionario los epítetos racistas.

Durante los ocho meses y diecisiete días que tuve la desgracia de trabajar en el más repugnante de los lugares, Arabia Saudí, solía leer los maltratados jirones de la prensa occidental, de la que hordas de censores armados de rotulador habían suprimido afanosamente toda palabra o imagen contaminante. En las páginas de deportes de The Guardian, las piernas de los futbolistas aparecían pintadas de negro. La cara de la señora Thatcher estaba oculta tras un velo de tinta negra, y todas las palabras ofensivas, especialmente las relacionadas con las cosas semíticas, eran eliminadas sumariamente.
Un día vi este anuncio: «Beba un vaso de orangeXXXXXXX con el desayuno». En lugar de la misteriosa palabra ofensiva había un pequeño rectángulo negro. Intrigada, traté de adivinar cuál sería el líquido del que se protegía a mis ojos. «¿Orange vodka?». ¿Con el desayuno? «¿Orange whisky?». ¿Con los cereales?
Y entonces se me encendió la bombilla. «Orange juice». ¿Lo captan? Juice. Pronuncien la palabra y presten atención a cómo suena en inglés. ¿No se parece un poco a jews, judíos? Pues sí, señor.

Vale, vale, los saudíes son unos cerdos y unos tarugos, pero la intención no difiere mucho de la de quienes pretenden eliminar los prejuicios raciales suprimiendo la palabra nigger. Israel sigue ahí, por muchas veces que tachen juice del periódico, y los norteamericanos van a seguir detestando a los negros tanto si la palabra está en el diccionario como si no.

             En efecto, ante tanta pluralidad, sin sentido (me digo para bien adentro) el lenguaje se perderá con el tiempo, para no herir susceptibilidades, de las que sabemos, conocemos y aceptamos sin chistar, pero que callamos por físico miedo a que nos tilden de cualquier cosa. Sigo insistiendo, el negro es negro, el gordo es gordo y el feo es feo, por más que se quiera minimizar con aquello del negrito ese, ese que es gordito o bien, ese que no es bien parecido. Simples eufemismos para evitar enfrentarnos a las realidades de este mundo, en que todos somos iguales, sin serlo, porque todos somos diferentes, unos de otros, en genio y figura como escribiera el clásico español.

             Por qué sacrificar entonces el idioma, para darle gusto a unos cuantos idiotas que se ofenden por lo que realmente son? 

Por consiguiente, no hay nada en la vida que pueda considerarse estable. Una persona debería ser vista como un proceso, no como una entidad invariable[2].

Tomado de Facebook
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[1] Sobre los libros. El artículo tiene el mismo título que contiene este blog, al parecerme el adecuado.

[2] Karen Armstrong. Buda. Una biografía.

viernes, 27 de noviembre de 2020

UN MINUTO DE SILENCIO

             Siempre he odiado los minutos de silencio decretados. Es lo más incómodo y abusivo que me puede ocurrir y si se quiere hasta denigrante para mí y para el homenajeado, creo yo.

 

            Es un minuto eterno, en que todos hacen su silencio (hipócrita por demás), en que nadie se mira a la cara, todos cabizbajos, caras entristecidas (como si realmente lo sintieran) y todos pendientes de que termine lo más pronto posible, para continuar con lo que venga a continuación (que no es otra cosa que recordar que se está vivo, al menos así debería ser). Siempre he pensado que es el momento perfecto para definir la hipocresía social. Y peor cuando ese minuto está destinado a recordar a los muertos de la batalla de Waterloo o a los masacrados hace cincuenta años, como si de algo sirviera.

 

            En esos minutos decretados mi cabeza empieza con la cuenta regresiva que finalice ese tormento de hipocresía (insisto, al menos para mí). Miro la cara de los demás y veo cómo rehúyen de cualquier mirada, se esconden mirando los zapatos, mirándose las manos, las uñas, al ser incapaces de largarse (naturalmente siempre que he podido huyo de esas invitaciones, pero algunas eran obligatorias, para mi desgracia). Y quien invitó a ese minuto lo único que hace es estar pendiente del avance del minuto consagrado; en cuanto tenga reloj está pendiente solo de ver cómo avanzan esos eternos sesenta segundos y de no tenerlo, estará contando de uno a sesenta, pero en ningún caso acongojado, como ninguno otro lo está, que es el objeto del homenaje (o eso creo).

 

            A qué viene el cuento? Que en noticias veo cómo se decretó ese minuto por la muerte de Maradona (Dios nos libre! Aunque no sé si el minuto logre que su alma se desvíe del infierno, si lo hay). Y las colas y desmanes por la muerte de ese cristiano (Dios nos libre!). Gente llorando, como si hubiera muerto el papá. Hasta dónde hemos llegado, en dónde está la lógica, la razón, el sentido común, me pregunto con angustia.

 

            Porque quién  era Maradona. Un jugador al que le sonó la flauta y a punta de pata ganó mucha plata. Eso fue lo que hizo, eso habrá que reconocérsele. Pero como ser humano? Como persona? Simplemente un hamponcete, un drogadicto, un mal hombre, una mala persona. No miento, los hechos lo dicen, las noticias lo comprueban. A ese era al que lloran, al que van a rendirle tributo, una persona a la que sinceramente no se le merece tributo alguno, pues no fue ejemplo de nada, salvo de darle pata al balón y al que se le atravesara en el camino. Pero así somos. Por eso para tributos y minutos de silencio para ese cristiano, simplemente no cuenten conmigo. Y no menciono los desmanes, la intolerancia y la falta demascarillas en que abundó el entierro (después llorarán por el contagio. Que así sea, me digo pícaramente)

 

Yo llevaba una semana oyendo, viendo y leyendo cómo un planeta se convulsionaba por la desdichada muerte de una mujer[1] a la que, durante los quince años en los que la prensa me había presentado los distintos capítulos de su vida, yo no había encontrado ni mínimamente interesante. Por supuesto, lamentaba su muerte, pobrecita, como lamento la de cualquier persona decente e inocente. Quizá yo sea una desalmada, pero no concebía por qué la muerte de aquella mujer en particular había de tener hondo significado para mí, por lo que, sin molestarme en disimular la irritación, levanté las manos y espeté:

—Ya basta de toda esa historia. No quiero saber nada más —y volví a mi asiento. [2]


Tomado de Google
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[1] Refiriéndose a Lady Di.

[2] Sobre los libros. Donna Leon.

 

miércoles, 25 de noviembre de 2020

DE ÁNGELES Y SERES CELESTIALES.

 

Somos incapaces de averiguar el valor de pi y aun así creemos que sabemos algo sobre Dios.[1]

             Por un blog anterior (y el cosquilleo que me antepone la religión) me hizo recordar la jerarquización existente en los cielos.

             Y navegando con el doctor Google encontré que esa jerarquización está dada en tres niveles.

             En el primero y más alto, están los serafines, los querubines y los tronos. La sutileza en su diferenciación, a pesar de ser todos ellos espíritus, con juicio moral y alta inteligencia, parece que la da la forma.

             A los serafines Se los representa con tres pares de alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. Se cubren para protegerse del intenso resplandor que emite Dios. (Dios nos libre! Seis alas, dos manos, dos pies, ala pie, ala ala, ala pie, tienen que ser atinados en coordinación). Son Los Guardianes de la Luz y las Estrellas. (Si son guardianes son soldados?)

             Por su parte, los querubines son soldados (cosa curiosa, se necesitan para mantenerse en el poder?), pues son los custodios del Edén,  se dice que Dios mismo tiene su trono entre querubines, o que viaja montado en querubines (ajá!).

             Y vienen después los tronos, que por su propio nombre, mantienen en el trono al patrón.  Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y figuras de manos de hombre debajo de sus alas, dijo Ezequiel. (Parece que entre menos jerarquía, menos alas…). Pero Con su apariencia de león, buey, hombre y águila, son los representantes más poderosos de varias criaturas de Dios. (ah!, la forma).

 

            La siguiente línea está entre dominaciones, virtudes y potestades. (debo confesar que adentrándome en el tema comienzan a surgir los interrogantes porque) las Dominaciones son el cuarto de los nueve coros angelicales (pero no especifican cuáles son los nueve que mencionan, si la jerarquía solo tiene tres y si en este mundo no soy bueno para las matemáticas, mucho menos he de entender las de Dios) (Pero leyendo más adelante me entero que cada coro es precisamente cada jerarquía del principal que es el serafín al último que es el benjamín, es decir los meros ángeles) (y son coros porque se pasan el día cantando loas, según deduje, dentro de mi ignorancia, claro está). También son denominados dominios o señoríos. Se dice que los que conforman las Dominaciones tienen la misión de guiar a los Ángeles inferiores. De igual forma, son los querubines, serafines y tronos quienes le dan directrices. (es decir que hasta en lo celestial hay jefe de jefes que a su vez reporta a un jefe, que no es jefe, pero que siempre hay alguien por encima, jodiendo la vida? Y tendrán comités? Me hago esta pregunta impertinente).

             Y vienen las virtudes, que no son las teologales, sino las celestiales. Las virtudes, al igual que las Dominaciones y las Potestades son considerados como los ángeles encargados de gobernar el cielo, siendo responsables del orden del universo. En el caso de las virtudes tienen el deber de regular los actos de los ángeles inferiores, pero también tienen como misión supervisar el comportamiento de las personas, inspirándolas y dotándolas de confianza para hacer el bien. (bueno, me digo, ya no son jefes, solo supervisores!).

             Y culminan con las potestades que permanecen en nuestro plano finito de realidad, y se encargan de mantener el equilibrio cósmico, las leyes físicas. (Ah! Me limito a decir.)  están provistas de conciencia que les evita hacer el mal. (Y los otros no tienen esa conciencia?) Se cree que estos son los guardianes del mundo espiritual y por lo tanto los encargados de llevar a las almas ante la presencia de Dios (no era la virgen del Agarradero?)

             La última jerarquía (pero no la menos importante, se diría con cierto sarcasmo) está con los principados, arcángeles y ángeles.

             Inician los principados,  Manifiestan el dominio de Dios sobre la naturaleza. También llamados ángeles integradores, los principados son los guardianes de las naciones. Supervisan aquellos eventos que afecten a las naciones, incluyendo política, temas militares y comercio. Van ataviados como militares, según leo. (Con razón estamos como estamos, si no tienen clara su tarea?) (militares metidos en política y comercio?) (Por estar en lo más bajo en la escala… mejor me callo) (aunque estarán ahí por mantener este mundo en este caos?) (cosas de Dios, me repito).

             Y los arcángeles, los más conocidos para nosotros los ignorantes en temas celestiales. Se llaman arcángeles porque están encima de los ángeles (no sabía que arc era un prefijo que significa por encima de). Cuando busqué el papel del arcángel me llamó la atención de que a pesar de que están definidos quiénes son (Miguel, Rafael, Uriel, Gabriel) (aunque unos dicen que son solo tres, para seguir el número sagrado, otros dicen que son muchos más, que sí, pero que no) (será porque estando en la escala baja, la imprecisión es mayor?) no está claro su papel y da a entender que son los supervisores de los ángeles. Un arcángel es un mensajero con un rango más alto. Se puede decir que un arcángel es el mensajero principal. (ergo…) (pero algo me decía que no podía dejar inconcluso a cierto amigo que fue pero que dejó de ser, don Luci) y resulta que Miguel es el arcángel más poderoso, superando incluso a su hermano menor, Lucifer, y es superado solo por Dios, la oscuridad y la Muerte, y es uno de los 5 poderes más grandes en el Universo, (de donde deduzco que no debería estar en última línea sino en primera, como su hermano menor, que siendo el menor pasó a ser el líder de los llamados ángeles caídos) (cosas curiosas se ven en este mundo y en el otro también) (y eso me lleva a pensar que si la angeología está a la diestra de Dios Padre, a la siniestra está el lado oscuro?) (juego de palabras, digo para quien no me entendió).

             Y para no cansar, culminan los ángeles, un ser espiritual de origen divino que tiene la capacidad de llevar un mensaje o ayudar a los seres humanos. A los ángeles se les describe como mensajeros, seres de luz, servidores de Dios y guardianes de las personas. (ajá!). Y la sutil diferencia entre éste y los anteriores está en el nivel de conciencia y también cómo funcionan con la humanidad. Recuerda, los arcángeles trabajan con grupos enteros de personas, mientras que los ángeles trabajan con individuos. (Ah! O sea que no paga acudir a los arcángeles con peticiones personales porque los que las oyen son los ángeles. Ok!) Y no debería olvidar el ángel de la guarda, ese al parecer sí es personal (pa’yo solito) (será que uno también tiene un diablo personal?) (dije diablo, no diario).

             Si se quita mi propio sarcasmo, una lección de religión no pedida, pero curiosa. Y me quedan más dudas. Para qué Dios necesita un ejército? Y si todos acá somos iguales (sin serlo), por qué allá también hay jerarquía? Me dirán que son cosas de un concilio, cosas de hombres desocupados. (Y cuántos ángeles caben al fin en cabeza de un alfiler? Y los ángeles tienen sexo? –en sentido literal y figurado-). Y…

 

¿Por qué los prejuicios de los demás nos parecen tan extraños mientras que los nuestros son razonables y fruto de la reflexión?[2]

Tomado de Google
http://www.crear-meme.com/meme/angeles-1


[1] Donna Leon. Las joyas del paraíso.

[2] Donna Leon. Las aguas de la eterna juventud.

lunes, 23 de noviembre de 2020

RIDICULECES HUMANAS

             Unos titulares de prensa (amarillista, aunque suene un poco redundante) me han llevado a pensar en lo ridículo que puede resultar ser el ser humano. Ya verán por qué lo digo.

             El primer titular. 'Me muero y a nadie le importa': el drama del actor Mauro Bastidas[1]. No tengo ni idea de quién es ese cristiano. Y si he de confesarlo, sin eufemismo alguno, tampoco me importa. Y dentro de ese contexto, efectivamente, se puede morir y a nadie le importa. Por qué habría de importar? Lo mismo aplica si el que lo dice fuera yo. Me muero y a nadie le importaría (salvo al círculo familiar). O acaso es alguien tan importante como para que le importe a uno? Acaso si se muere el Papa le importa a uno? Ya cumplió su ciclo y punto, nada más que agregar. O no? (será que mi insensibilidad está tocando límites? Y si así fuera, a quién le importa?)

             Y vienen otros titulares, igualmente amarillistas? (o estúpidos, me pregunto). La fobia de Carla Giraldo que la hizo gritar del susto y, de paso, se ganó un regaño[2]. El marido la regañó por el grito que dio al ver una culebra. Gran noticionón! Y aclaro que no tengo ni idea de quién es esa tal Carla y tampoco me interesa, si he de reafirmarme, pero resultó en noticia periodística (Oh, Dios mío!). O este otro: La foto en bikini de Elianis Garrido que se está robando las miradas de sus seguidores[3]. Y quién es Elianis? Ni idea y con ese nombre, menos. Robando las miradas? De sus seguidores? (de mujeres envidiosas o de hombres morbosos?). Y resulta en noticia. No me imagino que me vean empeloto y resulte en noticia, pero tendría que acomodarme un nombre como el de Elianis. (Qué más da, pero fue noticia!).

           Y más estupidez. Jéssica de la Peña mostró ecografía de su bebé y ya dice que se parece al papá[4]. Y quién es Jéssica? Como para felicitarla por su capacidad de ver más allá de una ecografía, de un feto. La estupidez no tiene límites, sigo insistiéndome.

 

            Y continuando, Jéssica Bohórquez chicaneó sus curvas perfectas en bikini y con una sensual pose. ¡Sus fotos son para infartar a cualquiera![5] Tampoco sé quién es esa Jéssica, debe ser amiga de la Yuleidi. Y vi sus fotos, pero su cara no es mi tipo, a pesar de que esté buenona (machista seré tildado, pero todas estas fotos merecen estar bien en playboy o bien en páginas triple equis), pero son noticia. Qué le puedo hacer.

 

            Y todas noticias de un solo día y así día tras día, insulsas, vergonzantes, intrascendentes, como noticias, y sigo pensando que además de ridículo y de contera estúpido, estamos (están, para ser más preciso respecto de tales noticias) jodidos, siguiendo tales noticias, lo que nos hacen (hacen, si lo pienso mejor) tan estúpidos como quienes escriben esos artículos. Esos son los límites de la razón humana.

 

Ah, el lenguaje era toda una maravilla; benditos sean los que lo respetan.[6]

Tomada de Google

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[1] https://www.eltiempo.com/colombia/cali/por-coronavirus-mauro-bastidas-asegura-estar-muriendo-y-pide-ayuda-550407

[2] https://www.publimetro.co/co/entretenimiento/2020/11/23/carla-giraldo-admitio-una-fobia-con-la-que-muchos-se-identificaran.html

[3] https://www.publimetro.co/co/entretenimiento/2020/11/21/la-foto-bikini-elianis-garrido-se-esta-robando-las-miradas-seguidores.html

[4] https://www.publimetro.co/co/entretenimiento/2020/11/21/jessica-la-pena-mostro-ecografia-bebe-ya-dice-se-parece-al-papa.html

[5] https://www.publimetro.co/co/entretenimiento/2020/11/22/jessica-bohorquez-chicaneo-sus-curvas-perfectas-en-bikini-y-con-una-sensual-pose.html

[6] Donna Leon. Las joyas del paraíso.



viernes, 20 de noviembre de 2020

Y MIENTRAS TANTO, QUÉ HACE DIOS?

             Buena pregunta. Aclaro que no es de mi propia cosecha, desafortunadamente. La oí viendo televisión, de pronto del doctor House.

 

            Pero resulta una buena pregunta, es especial en estas épocas. Y ello me llevó a pensar en qué importantes temas se ocupa Dios en su diario quehacer?

 

            De qué se ocupará mientras esta pandemia progresa? Del espacio adicional que necesita por la pandemia? O de cómo llenar el espacio que están dejando los que van a su derecha? (será que los que queden a su izquierda no son muy queridos) (por aquello de que siniestra no se menciona, pero si la diestra?). Sacrílego, oigo que me grita más de uno (iba a decir más de un santurrón, pero omito el comentario).

 

            Como sea, me gustaría saber a qué se dedica Dios en su día a día. A oírme? Lo dudo, creo que se cansó al oí mi primer llanto. Y además, soy un anónimo más a sus oídos (como tantos de nosotros, que no quieren reconocerlo). A oír la retahíla de tanto pedigüeño (o camandulero, si se desea). O realmente hace oídos sordos ante tanta queja de esta humanidad (agobiada y doliente? O quejetas por naturaleza).

 

            Y me pregunto (eso sí de mi propia cosecha), será que tiene una agenda de compromisos? Será Miguel el que lleva su agenda? (dicen los que saben que es el que tiene más alto grado, pero me pone a dudar, pues entre ángeles hay jerarquía y por encima de los arcángeles hay dos jerarquías superiores, coronadas por los serafines). Y que recuerde, por mi experiencia terrenal, solo se accede al jefe según la importancia de quien sea agendado (será el Papa el primero?) (o el presidente de Estados Unidos, como nos han envenenado?) (las camanduleras pueden olvidarse de la cita, de antemano) (como yo me he olvidado).

 

            Y a propósito, en dónde andará Dios en estas épocas?

 

… asintió mientras se encomendaba a Sant’Antonio, patrón de las causas y las cosas perdidas: «Querido Sant’Antonio, líbrame del peso que llevo sobre los hombros y te estaré agradecido por los siglos de los siglos, amén». Su madre le había enseñado siendo él un niño que era vulgar y de mala educación negociar con los santos, ofrecerles oraciones o buenas obras a cambio de favores. «Diles que les estarás muy agradecido —lo había instruido ella—. Al fin y al cabo, están en el Cielo. ¿Qué más podrían necesitar?»(1)

Tomada de Facebook.
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[1] Donna Leon. La tentación del perdón.

 

viernes, 13 de noviembre de 2020

¿QUÉ ES IMPORTANTE?

            Una buena pregunta para hacerse.

 

            No respondo por mí (literal y en sentido amplio). Solo voy a filosofar, a pontificar y supongo que en el trasfondo puedo estar refiriéndome a mí y de mí.

 

            Cada persona ante esta pregunta indiscreta tendrá su respuesta. Verdadera o que cree verdadera, para sentirse mejor.

 

            Unos dirán que es la familia, los hijos, la pareja, la plata, el trabajo, el ser como se es, el vagar, en rezar, el entregarse. Qué se yo, hay tantas respuestas como pacientes puede haber y cada uno se mentirá a su mejor manera, porque generalmente las verdades no pueden ser escuchadas, así sea en la intimidad.

 

            Y el trasfondo de la pregunta? Escondida tanto como el trasfondo de la respuesta? Difícil, porque uno no puede ser objetivo con uno mismo y los eufemismos sirven precisamente para evadir preguntas vergonzantes o vergonzosas, como ésta. También es cierto que algunos, muchos, prefieren no abrir esa caja de Pandora porque pueden encontrar respuestas vergonzosas y vergonzantes y además porque vaya sorpresas las que uno puede encontrarse.

 

            Por eso, era una mera pregunta al aire, es decir, sembrada la semilla.

 

… necesitaba comprobar que lo ordinario, es decir, la esencia de la vida, seguía ahí, ¿y qué mejor prueba que aquella absurda demostración?[1]

Tomada de Facebook
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[1] Donna Leon. La palabra se hizo carne.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

UNA FOTO

                     Una foto cuenta una historia. Sea insulsa, esté bien tomada, bien captada, borrosa o desenfocada, no diciente o diciendo mucho.

 

            Con pose de selfie, disimulada, de improviso, de espaldas.

 

            Un ser querido, un cualquiera, una flor, un perro, un paisaje.

 

            Pero detrás de cada foto una historia. Del fotógrafo? Del fotografiado? Del espectador? De la foto misma? O no habrá una historia detrás de todo eso? O son meras imaginaciones del escritor?

 

            Pero realmente son solo preguntas y muchas historias por contar, basta con tener la foto en las manos y la imaginación o el recuerdo hacen el resto.

 

... ha sido asombrosamente útil —apostilla Bringas.
—Todos los recuerdos lo son… Todo lo vivido aprovecha, de una u otra forma. Excepto para los fanáticos y los imbéciles.[1]

Foto JHB (D.R.A.)



[1] Hombres buenos - Arturo Perez-Reverte

lunes, 9 de noviembre de 2020

ESTE MOMENTO

             Este es el momento que precisamente no disfrutamos, bien por estar pendientes del futuro o viviendo en el pasado que ya no tiene remedio.

             Nunca pensamos en este momento, en que éste es el momento, el que no está presente por tener la cabeza ocupada en otras cosas que no son del momento.

             Pero este es el momento, no el de ayer que fue, ni el del mañana que no se sabe si será.

             Ocupados con la mente entretenida no nos damos cuenta que este es el momento y si no lo es, cuándo es? Cuándo sería o cuándo fue y no nos dimos cuenta?

             Cuando ya no haya remedio, supongo, para que pueda venir el remordimiento y la culpa de haber desperdiciado el momento.

             Supongo que es el momento…

  

Siempre decimos que no podemos hacer algo cuando en realidad el problema es que no queremos hacerlo, sólo que no tenemos la honestidad suficiente como para admitirlo.[1]



[1] Donna Leon. Restos mortales.

Tomado de Google

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