viernes, 28 de septiembre de 2018

DIFERENTES INDIFERENCIAS


Si este país fuera serio, dejaríamos que los indignados expresaran su indignación como les diera la reverenda gana y no como mandan las falsas, dobles y buenas costumbres.
Ahora bien, si este país fuera serio, no sería Colombia. ¡Ni por el chiras!(1)


Indiferencia, qué puedo hacer ante la indiferencia, si no es mi indiferencia, si es la indiferencia del empleado que no quiere saber nada de mi petición, ni siquiera la lee, le soy indiferente tanto como él lo es para mí, mientras no lo necesite.

Indiferencia la mía ante circunstancias que se escapan de mi dominio, ante lo cual nada puedo.

Cómo limpiar la basura que los gringos, rusos y otros llenaron en el espacio? Como limpiar el petróleo que dicen derraman en el mar? Cómo tapar la capa de ozono con un manto que lo vuelva invisible a la radiación solar? Como hago para que las autoridades no sean indiferentes ante mis reclamos o los ajenos?

Impotencia es la consecuencia, que también inicia con in, como la intemperancia que me da, como el deseo de coger a pata a todos esos indiferentes y poderles gritar en la cara: hijodeputas, para que dejen de ser indiferentes, para no sentirme impotente, pero ni siquiera eso sirve de algo, ni siquiera de desahogo y todavía me siguen llamando indiferente? Lo soy, es cierto, porque soy impotente ante esta sociedad que no me ha dejado salir de esa intemperancia a la que he sido sometido por la ignorancia de otros.

Pero también me he vuelto indiferente con el vecino, con el mendigo, con el que no sea yo, no vaya a ser que por metido salga pagando platos ajenos, por eso mi indiferencia.

Y entonces me veo en una dualidad: mi indiferencia ante los demás y la indiferencia de los demás.

Tal vez por eso prefiera no salir, quedarme alejado, esperando mis últimos años sin que nadie me joda, para no tener que joder a nadie.

Y qué mosca le picó? Oigo decir. Por qué tan emberracado? Me limito a sonreír, porque es todo y nada, cosas que tenía ganas de escribir sin eufemismo, como saliera!

Pero el destino reserva múltiples sorpresas a los hombres y obstaculiza sus mejores propósitos.(2)

Foto: JHB (D.R.A.)


(1) Esteban Carlos Mejía. RABO DE PAJA. Si este fuera un país serio. https://www.elespectador.com/opinion/si-este-fuera-un-pais-serio-columna-813610
(2) Andrés Rueda. Franco, el ascenso al poder de un dictador.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

¿ENSOÑACIÓN?



Una voz, sin ser la de ella, pero siendo identificada como la de ella, me despertó como se despierta cuando se oye intempestivamente el despertador. La voz fue determinante, precisa, sin lugar a dudas ni a interrogantes. Es la virgen de Torcoroma, oí que claramente me dijo. La voz, la de mi mamá, respuesta a mí dirigida, al menos eso pensé.

Pareciera una respuesta contundente, precisa, irrefutable e inapelable.

Y así terminé desvelado por el resto de noche, porque al parecer yo no había hecho ninguna pregunta y si la hice, no supe –o al menos no recuerdo- haberla formulado ni antes ni durante el sueño.

Desde ese momento por la inquietud de una respuesta a una pregunta indescifrable me he visto tratando de descubrir el misterio que la respuesta llevaba a una pregunta no formulada, me he repetido.

Lo curioso es que el asunto terminó desvelándome porque el acostumbrado a hacer preguntas inútiles o sin respuesta era yo y ahora me llegaba una respuesta sin contenido, a pesar de su eventual profundidad.

Entonces me pregunté: Y ahora qué hago con una respuesta a una pregunta que no recuerdo haber formulado o que nunca hice o que fue producto de otro sueño en el que conscientemente no intervine?

Indescifrable camino, aunque el único consuelo, si es que lo es, es que tengo una respuesta sin pregunta y no sé qué hacer con ella!

No seamos impacientes: la fruta madura por sí misma y no por los deseos del hortelano. (1)

Foto: JHB (D.R.A.)

(1) J.J. Benites. El Testamento de San Juan.

lunes, 24 de septiembre de 2018

LA TILDE EN LAS ÚES



«Es muy pobre la memoria que sólo funciona hacia atrás»: un recuerdo involuntario, una asociación libre, le había puesto esa frase en la cabeza. (1)

Acaso hay palabras tildadas en la u? Me dio por pensar, no recuerdo a raíz de qué. Dentro de mi limitado vocabulario mi mente voló por todos los anaqueles tratando de encontrar tanto la biblioteca como el diccionario que hacen parte de ese cerebro, a sabiendas que la información allí contenida (verdadera, imaginada, tergiversada, inventada) era demasiada y que si el diccionario pudiera contener 30.000 palabras, mi léxico ni llegaba a mil, como a todos acontece, me dije para mis adentros, a modo de consuelo, por aquello de que mal de muchos…

Cuál, quién, cuándo. Carajo! Ah! no, esa no lleva ni siquiera u; cuánto, quiénes y sus derivados, qué hacer y sus derivados, si los tuviera, aunque qué hacer si no encuentro una u tildada? La tildaría para mí? Ni siquiera la llevan el culo, ni el culimbo, ni la cu, porque los monosílabos no permiten ser tildados, salvo contadas excepciones que no vienen al caso, me expliqué.

Bueno es culantro pero no tanto y tampoco se tilda. Quiz? Aunque anglosajón, tampoco atina. Ni la que empieza por cu, aunque ahora que lo escribo y a pesar de la regla general, no será ésta una excepción? (Tal vez cuando tenga tiempo y no se me olvide, consultaré al que todo lo sabe, naturalmente al doctor gugol).

Y cuando uno necesita algo, el algo se aleja de uno, siguiendo las leyes de Murphy. Por más que pretendo traer a mi memoria palabras con u, todas salen despavoridas para no dejarse ver. Será cuestión de recuerdo? Y a propósito de derivadas, el recuerdo es una forma de esforzar a la mente para demostrar que se es cuerdo?

Nada qué hacer, la única u… Uy!(2) Sin querer la encontré: única y sus derivados esdrújulos y sobreesdrújulos y la más fácil, que no veía: úes. Y viene menú, Cafú –el perro de un conocido-, si es que resulta válida como la Yurledi. Y aún, si todavía es.

Resultó que lo que creí inexistente(3), con un soplo de fortuna o de azar, que en últimas es lo mismo (apareciendo otra tildada), me calma y tranquiliza una inquietud surgida en un momento de arrepentimiento, digo, de aburrimiento, aunque miento en ambos casos, surgida de la impertinencia de mi mente, sola mente!

No es que se me hayan olvidado, lo que pasa es que la vida es una cosa tan larga, tan llena de palabras y rostros inútiles que a veces uno no sabe ni quién es quién.(4)

Tomada de https://co.pinterest.com/pin/357191814175633292/

[1] Juan Gabriel Vásquez. Las reputaciones.
[2] Uy y huy son interjecciones del idioma español; se pueden emplear para expresar dolor físico, asombro o sorpresa, o remilgos o excesiva delicadeza ante alguna cosa. Es igualmente válido escribirla con h como sin ella. Esta interjección proviene del latín hui. Uy o huy - Diccionario de Dudas. https://www.diccionariodedudas.com/uy-o-huy/
[3] Si alguien quiere explayarse en la búsqueda de más úes, únicamente en la página https://gramatica.celeberrima.com/ejemplos-palabras-con-acento-en-la-u/ encuentra 44 ejemplos adicionales, de donde deduje que la jugarreta mental en la que metí fue estúpida!
[4] Santiago Gamboa. Perder es cuestión de método.

viernes, 21 de septiembre de 2018

UN MUNDO DE DERECHOS



No me refiero a los diestros, tal vez a los siniestros, a aquellos que se dedican a proclamar a voz de cuello que para ellos sólo existen los derechos, pero que por fanáticos olvidan a qué se refieren.

Me dio por pensar en que soy una persona sin derechos, pues no los necesito. Por el contrario, soy un ser de obligaciones, de permanentes obligaciones.

Mi vida se debería regir de esos verbos obligantes como: tengo, me toca, debo, entre otros más.

Yo tengo que respetar a mi vecino. Me toca mirar por donde camino para no caerme, para no atropellar a otro. Debo proveer las necesidades de mi hogar. Tanto como tengo que alimentarme, debo dormir, porque son necesidades que igualmente resulta obligatorio respetar. Tengo que trabajar y dar lo mejor de mí. Debo ser puntual porque los otros esperan eso de mí. Me toca respetar la fila. Debo saludar. Debo ceder el paso. Tengo que ayudar a quien necesita de mí.

Y es así como se mueve el día a día de cualquier cristiano, de cumplimiento de obligaciones, impuestas, forzadas o voluntariamente aceptadas.

A eso se reduce el mundo: a obligaciones y a su cumplimiento.

Si así fuera (Oh¡ mundo idealizado, proclamaría el poeta), no se requeriría de derechos, ya no se necesitarían, se darían solos por el hecho de que cada uno estaría cumpliendo con sus obligaciones, que es lo importante, a eso se resume su relatividad, por la correlatividad del uno con el otro.

Por eso, cumplo con mis obligaciones.

Pero Unamuno prosiguió: «Este es el templo de la inteligencia. Y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis (…). (1)

Imagen de Google (2)

(1) Andrés Rueda. Franco.
(2) http://quebolu.com/meme-si-vivir-es-un-derecho-entonces-si-no-existieran-los-derechos-nadie-tendria-derecho-de-vivir-blv

miércoles, 19 de septiembre de 2018

SOMOS



Somos lo que somos y no lo que pretendemos ser. Somos egoístas, petulantes y hasta anarquistas si va contra nuestros principios, que no tienen fin. Son cauchos que crecen y se achican al antojo.

Temerosos ante el qué dirán, chismosos para estar atentos al qué dirán, para ver qué diré, sin retraso, pasando de agache.

Que mataron a nosecuántas personas. Acaso fui yo? Pero hay que demostrar solidaridad, qué dirán en las redes sociales, si no se hace, por eso hay que apoyar, porque ni vergüenza tenemos en apoyos que no tenemos.

Qué contradicción la que tengo, eso es mal visto, eso da para el rechazo, lo pueden bloquear, puede perder amistades (desconocidas en su mayoría); pero amistad en línea es amistad, qué importa que no lo vean, que no lo conozcan, lo importante es el número de seguidores (desconocidos en su totalidad), no importan las babosadas que se publiquen, si son de recibo por todos esos desconocidos que creen conocernos y los que nos conocen a veces no saben si somos el que conocieron o todo es fruto de la red social, que se hizo para eso, para ocultarnos de verdades, para no vernos en nuestros sonrojos, para no ser descubiertos tal como somos.

Farsas de la vida, me digo.

Hacía muchos años que había perdido la costumbre de leer en la página web los comentarios que merecía mi columna, no sólo por desinterés y falta de tiempo, sino por la convicción profunda de que en ellos se ponían en escena los peores vicios de nuestras nuevas sociedades digitales: la irresponsabilidad intelectual, la mediocridad orgullosa de sí misma, la calumnia tan inverosímil como impune, pero sobre todo el terrorismo verbal, el matoneo de patio de colegio en que se embarcaban con incomprensible entusiasmo los participantes, la cobardía de todos esos agresores que se vilipendiaban bajo seudónimo pero que nunca repetirían sus injurias de viva voz. (1)


Foto: JHB (D.R.A.)


(1) Juan Gabriel Vásquez. La forma de las ruinas.

lunes, 17 de septiembre de 2018

VERDADES QUE INCOMODAN


1.                  Colombia es pasión!

Afirmación apresurada, como lo son aquellas frases grandilocuentes que pretenden vender: el país que tiene dos mares (y? me pregunto, eso ha ayudado en algo?); que el más rico en oro y platino, que el primero en esmeraldas, en café y creo que en hasta reinas, frases que pretenden hacer sudar patriotismo (en el fondo en interés de otros) pero que en últimas son falsas y que se quedaron en el colectivo como verdades nunca probadas. Clichés que tampoco sirven de nada. Qué me importa que Colombia sea el primero en esmeraldas? Acaso son mías? Acaso el ser esmeraldero es de reputada profesión? Lo del oro, plata y platino acaso son colombianas las empresas que lo explotan?

Colombia sí es pasión para echarnos vainas y para buscar pelea, para ser de todo, menos para ser decentes y eso que somos pasión!

2.                  A los pobres no se les puede dar nada regalado porque el día que no se les dé se alborotan porque creen que ya es un derecho que tienen. Por eso cuando se les cobra, así sea irrisorio, se envalentonan y comienzan a tirar piedra. Será la pobreza mental también heredada?

3.                  Estamos permanentemente expuestos a morir, cualquier día, en cualquier momento y de cualquier forma, pero no nos damos cuenta de esta verdad. Es una verdad incómoda que es mejor no verbalizar, es mejor esconderla en lo profundo de la caja de Pandora, no sea que llegue y no nos demos cuenta!

4.                  Se me ha ido la vida y aún no sé si la siento ganada o perdida…

5.                  Tantos recuerdos olvidados, tantos descuidados y tantos recuerdos inventados…

6.                  Jamás busques la venganza, sólo siéntate y espera. Aquellos que hieren a otros suelen destruirse solos. Frase de Facebook, naturalmente.

Qué lógica hay en la frase? O se trata de una venganza pasiva? Para liberarse de responsabilidad por lo que pueda pasar? Para no sentirse culpable? Esperar a que sea la vida la que se vengue? Y siendo pasiva no es una venganza? Creo que venganza es venganza, tíldela como la tilde y si nos libera es dulce, es deliciosa, es placentera. Lo digo sin eufemismo.

Pero somos dados a negar lo que parece evidente, en particular cuando la frase carga culpabilidad, no aceptación o es políticamente incorrecta (Dios, cómo odio esa palabreja y lo peor es que la estoy replicando mucho, será para hacerla más odiosa?).

Y hablando de odioso hay comentarios odiosos que contienen veneno, pero como es por déjame decirte una cosa, que es por tu bien… Y es una de las veces que guardamos en lo profundo del alma y del que esperamos el momento oportuno para poder sacar toda esa venganza que hemos ido acumulando y que hemos dejado allí, ante la imposibilidad de desahogarnos, esperando que sea el futuro en que tome revancha, esa que espera en la vuelta de la manzana, allí sentada, agazapada, esperando su oportunidad, sí, esa, la revancha de la vida y ah! felicidad que se siente cuando se devuelve el golpe bajo dado, con o sin razón, porque para eso no tenemos razón ni sentimiento.

Pero claro, nada de esto puede decirse en voz alta, no seríamos aceptados por ese inconsciente que se llama red social, que no sé qué es, pero sí qué pesa!

Bueno, de acuerdo, no era perfecto. Pero no le tiréis piedras. Cometió algunos pecados mortales, sí, pero sus pecados no hicieron daño a nadie sino sólo a sí mismo.(1)

Imagen de Google(2)

(1) Gary Jennings, Robert Gleason y Junius Podrug. Sangre azteca.
(2) https://2.bp.blogspot.com/--S0F-6PQSjU/UOHqW3CM--I/AAAAAAADxRA/SBOuXV74qNE/s1600/Frases%20celebres%20Mark%20Twain%20humor%20grafico%20religioso%20ateismo%20dios%20jesus%20biblia%20%2878%29.jpg

viernes, 14 de septiembre de 2018

DE DIMINUTIVOS Y OTRAS COSAS


El uso del permanente diminutivo nos está matando ya pareciera patológico, de uribista crónico se contagió todo el país.

El diminutivo nos pervirtió, el eufemismo nos mató.

Por el feis me llegó un artículo cuyo titular era: “Un estudio afirma que las gorditas hacen más feliz a un hombre que una flaquita(1)”, olvidando que también somos hombrecitos (o hijitos, si lo prefieren).

Los flaquitos, las gorditas, la pobrecita, el viejito, el perrito y todo para disimular un eventual insulto inexistente –para quien lo oye, mas no como frase bien dicha-, pues ya efectivamente se convirtió en insulto si uno dice está flaca, cómo está de gorda, sigue siendo fea, el viejo y su perro, como antaño se decía, sin eufemismo, sin ánimo de ofensa, como simple verdad fraseada como han de ser la cosas.

Y de esa manera vamos disfrazando verdades, incómodas o no, buscando el diminutivo, como si se cambiara en algo la verdad, aunque la está cambiando, envenenándola. Pobrecita, cómo está de gordita… (escondiendo que se quiere señalar malsanamente la obesidad ajena). Tu hijita está como flaquita (para puntualizar el límite con la anorexia) y así, camuflado el veneno es como se incrusta en la aparente verdad ante la incapacidad de decir las cosas como deben decirse. Tal cual, sin eufemismo, insisto.

Y así, el diminutivo se trastocó en palabras venenosas, por si no lo han entendido. Aunque hay que reconocer la verdad, nos encanta que nos pobreteen si de eso sacamos algo a nuestro favor.

Por eso creo que el diminutivo los está matando, pobrecitos…

Es que un niño hace lo que le digan y se acostumbra a lo que le enseñen, ¿no? (2)


(3) Imágen de Google





(1) Elclubdeloslibrosperdidos.org.
(2) Juan Gabriel Vásquez. La forma de las ruinas.
(3) https://me.me/i/buenos-dias-dulce-ytierna-merlina-idiotitas-en-diminutivo-para-que-15708263

lunes, 10 de septiembre de 2018

YA NI LOS RELOJES HACEN TIC TAC


Ya ni los relojes hacen tic tac, hace rato dejaron de hacerlo, la modernidad se impuso. Ya ver cómo se mueve el tiempo resulta difícil, la pila apagó su sonido, sólo sobresalen los viejos relojes de las salas que aún lo conservan, siempre que el silencio reine a su alrededor.

Recuerdo dormir arrullado en el silencio de la casa por el tic tac del viejo reloj, del reloj de los recuerdos, de aquel reloj que en su momento también pasaba desapercibido, pero que hoy sólo consuela con el recuerdo del adormilamiento de aquellos momentos.

Quién no se adormeció con el tic tac de antaño?

Y los modernos relojes, no los digitales, los otros, son historia aparte, porque hasta atómicos son, se atrasan solo una milésima de segundo cada trescientos años, certifican, como si el tiempo para corroborarlo alcanzara. Pero me refiero a los de pulso. Si se observa con cuidado el caminar del segundero, cuando lo hay, ni siquiera concuerda su tac con el punto que señala los momentos entre uno y otro número. Y me explico. Basta fijar la mirada sobre ese tablero marcado con rayitas entre cada número y notar que no coincide la frenada del segundero con el de la marca, es como si el uno le huyera al otro.

Preocupados por segundo y por minuto pero siempre al momento de ver el reloj el minuto y el segundo pierden su importancia y se juega a la aproximación, seguramente para no ser exactos, y cuando faltan 21 minutos afirmamos que faltan 20 para las y a veces nos atrevemos a hacer aproximaciones más arriesgadas y simplemente decimos que falta un cuarto.

Las reuniones programadas para las 8 ya sabemos que no empiezan antes de las y media y que si nos vamos a reunir un minuto quiere decir que no es menos de una hora. Esos son los alcances que les hemos dado al tiempo.

Eso me hace recordar que Pablo Coelho escribió que al menos un reloj, así estuviera parado, decía la verdad dos veces al día.

La ficción es un escudo maravilloso. Y resulta muy fácil ocultarse detrás de él. Pero cuando se acerca a la verdad hay que andarse con mucho cuidado.(1)

Foto:JHB (D.R.A.)

(1) John Grishnan. El rey de los pleitos.

viernes, 7 de septiembre de 2018

EL VIAJE


Un bus, muchas caras, muchas máscaras. A la hora de la mañana, todos camino al trabajo o al estudio, muchas caras, caras aburridas, caras somnolientas, caras dormidas, caras a medio despertar; unas renegando por el sueño que obligadamente dejaron en la almohada; otras renegando por un nuevo día de trabajo o estudio; caras angustiadas por el examen que deben presentar, otras concentradas en la lectura de la lección que deben aprender, otras indiferentes; otras caras vanidosas maquillándose para ese nuevo día, otras más aburridas, caras afanadas y curiosamente pocas caras alegres, alegres por la sinceridad del día que les espera o por la máscara de la alegría, realmente muy pocas caras maravilladas por el día.

Y qué decir de los pensamientos que ocultan esas máscaras o esas caras? Tan difícil que sería descifrarlas, tan difícil que podría ser determinar si es la cara o la máscara. Aburridas como sus pensamientos, adormiladas por los recuerdos, tristes por el nuevo día, abandonadas por el tiempo que falta por llegar al destino, maquillándose para ocultar y las pocas alegres sin saberse qué oculta esa alegría.

Un viaje monótono, frenadas inesperadas, velocidades fugaces, parecería que el viaje confluye con las caras y con sus propias vidas.

Un vendedor que se sube y rompe con esa monotonía del viaje; una primera voz que se oye dando unos buenos días inesperados para todos y con ello todas las máscaras recuerdan que es un nuevo día y de alguna manera se alegran o se entristecen más de lo que estaban. Pero más que un vendedor se observa que parece un mendigo por sus ropas de mendigo; por su cara todos le rehuirían, si pudieran hacerlo, pero estaban encarcelados en sus puestos, sin oportunidad de huir.

Una voz extraña que pide que no tengan temor, una voz que dice desde la puerta trasera por donde entró:

No tengan miedo, también soy trabajador, vendo estos almanaques, recíbalo madrecita mía, no me tenga miedo por mis ropas, que este es mi trabajo. Este es mi trabajo y prefiero hacerlo a estar en las calles robando lo que no es mío. No tema señor, reciba este almanaque que es mi sustento, sé que soy feo pero no me rehúya, es mi trabajo. Dicen que tengo derechos humanos, pero no los veo. No teman que sólo vengo a hacer mi trabajo, sólo reciba este almanaque madrecita mía. Bienaventurados los que tienen trabajo, por eso cuídenlo mucho, que no tener nada es muy duro, cuídelo madrecita, cuídelo amigo, lo digo yo. Soy un desplazado, me gano la vida vendiendo esos almanaques del año entrante y si los compran de esa manera ustedes me ayudan y yo les ayudo. Les vendo la ilusión del año entrante, les vendo los sueños que desean realizar, les vendo un futuro que tal vez se llegue a concretar. Eso les vengo a vender y todo por la moneda que quieran darme, o por el billete que se les pueda deslizar, sólo vendo ilusión y sueños, todas esas fantasías que llevamos en nuestro corazón, toda esa esperanza de mejorar que siempre tenemos dentro, allá muy adentro. Les vendo la lotería de la vida a muy poco precio. Dentro de un año de pronto también les estaré vendiendo las ilusiones del año que le sigue y ese día me contarán si los sueños, las ilusiones y las esperanzas de hoy lograron realizarse y me llamarán adivino o farsante, qué más da? Por lo menos tienen un año de ilusión, de esperanza, de sueño y todo a cambio de una moneda. Me ayudará madrecita mía? El caballero se compadecerá de esta cara tan fea? Comprarán estas ilusiones que estoy vendiendo? No teman, sé que estoy andrajoso y para colmo soy feo, pero les vendo esta ilusión. Gracias madrecita por esa moneda, el señor me ayudará? Gracias. Gracias niña linda, sé que también está comprando la ilusión. No importa señor, no sabrá si ganó o no la rifa. Madrecita, no se preocupe tal vez otro día será. Tranquilo joven, se nota que no tiene la moneda para comprar el sueño, pero el solo pesar de no poderlo comprar ya ha sido otorgado. Gracias a todos, tengan un buen día, que Dios los acompañe a todos y en un año nos veremos...

Así como subió bajó. Las caras cambiaron en su mayoría, algunas sonrientes de la ingenuidad de quienes se comieron el cuento; otras alegres por haber sido alegrados de cualquier manera; otras más con la seguridad de un sueño más; otros con la esperanza creciendo en sus corazones; algunos esperando que el año transcurriera; otros con la culpa de haberse negado la ilusión y otros frustrados por haber perdido la oportunidad.

Y todos pensando en ese mañana las caras se fueron iluminando con esa esperanza que fue renaciendo en sus corazones.


Pero mientras me preparaba para ir a la cama, no tenía motivos para creer que la Fortuna, la sombría diosa que hace girar su rueda y sujeta el timón que gobierna nuestras vidas, tenía algún otro plan para mí que no fuese la vida que llevaba.(1)



Foto: JHB. (D.R.A.)


[1] Gary Jennings, Robert Gleason y Junius Podrug. Furia azteca.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

SENSACIONES


¿Sería ese su destino? Un proyecto inconcluso, una vida apenas arañada. Pero era difícil escapar de ciertas cosas, se dijo, y mucho más cuando no se sabe qué cosas son ni de dónde vienen ni por qué. ¿Qué lo obligaba a seguir? (1)

Hay días de sensaciones extrañas. De sentir que lo que se hace hoy se va a repetir mañana y más allá, pasado mañana y que nada cambiará, así se esfuerce en tratar de cambiar, porque nada cambia, todo sigue igual.

Son esas sensaciones que acompañan y que muchas veces repiten en silencio: qué estoy haciendo? Y el silencio se queda allí, en silencio, al no haber respuesta, porque la respuesta sería de aceptación, de decir sí señor, así es, nada cambiará, así se esfuerce. Hoy está haciendo lo que hizo ayer, mañana seguirá haciéndolo, sólo espere el milagro que le dé un vuelco a su vida, por lo demás, esa es su rutina y en esas pasarán los años, esperando el momento en que en algún año la vida pare, permita ver para atrás y encontrar que todo siguió igual, sin cambio que valiera la pena, sigue siendo empleado, sigue con el mismo trajín, esa puede ser la respuesta que se obtendrá, que tampoco gustará, por eso es que prefiere guardar silencio, para no importunar, para no demacrar, para no envejecer a su lado.

Y el tiempo pasa y la vida pasa, el mismo paso, con la sagrada persistencia del segundero que desea ser minuto, del minuto que quiere ser hora, de la hora que quiere tener su cuarto de hora, para él sólo, sólo para él.

            Son sensaciones angustiantes, sensaciones angustiadoras, sensaciones que impiden ver hacia atrás, para no angustiarse más, para no encontrarse con que nada ha cambiado, que todo sigue igual, que nada pasa, que nada sucede, que el uno es igual al otro, como un día es igual al otro que será igual al que viene.

            Son sensaciones de las que uno sólo quiere huir, para no ver realidades, para no enfrentarse al sino de la vida, de su futilidad y vacuidad.

            Son esas sensaciones…

Y un grito me despierta a la realidad: Juan, qué son esos pensamientos? Parece un viejito sin esperanza, más bien párese y vaya a hacer el mandado que le encargué!

… la realidad es lo único que no se puede dejar atrás. Es lo que siempre nos alcanza.(2)

Foto JHB (D.R.A.)

(1) Santiago Gamboa. Perder es cuestión de método.
(2) Santiago Gamboa. Perder es cuestión de método.