lunes, 31 de julio de 2017

UNA PREGUNTA, SIN RESPUESTA


Qué tan inteligente hizo Dios al hombre?

A su imagen y semejanza?

Creó Dios a un ser más inteligente que Él?


Permitirá Dios a alguien más inteligente que Él?

Foto: JHB (D.R.A.)

viernes, 28 de julio de 2017

HABLEMOS UN POQUITO DE POLÍTICA


Además, para qué engañarnos, no hay político que se resista a no dar una puñalada mortal a sus oponentes, sobre todo si eso le hace aparecer ante los demás como el paladín de la superioridad moral. (1)

            Tomando prestadas notas ajenas que tenía entre tintero, toquemos un tema incómodo como es la política.

I

La primera, el desconcierto que genera el estado mismo:
           
La pregunta central del filósofo político contractualista es ¿porqué existe y porqué habría que obedecer al Estado? La respuesta para los principales autores de esta corriente estaba en el argumento de que en una situación imaginaria previa al estado, donde no hubiera autoridad a quién obedecer, las posibilidades de convivencia pacífica eran nulas. De acuerdo con Hobbes la inexistencia de una autoridad a obedecer a través de un consenso derivaría al caos y a la guerra permanente de todos contra todos; Locke y Rousseau veían por su parte a un grupo de individuos solitarios, aislados sin posibilidades de cooperación. Es entonces cuando aparece la figura del contrato social donde la población se compromete a reconocer y obedecer al estado a cambio del establecimiento una cierta paz. A partir de ese momento el estado es el único que tiene autorización legítima para ejercer la violencia y está prohibida la violencia privada para tomar la justica por su mano.
Es la persona noúmeno(2), a priori de todas sus características. Este desconocimiento de las características individuales sucede por lo que Rawls llama el velo de la ignorancia, una figura casi teatral que tiene la función de ‘impedirnos ver’ que tipo de persona seremos antes de entrar a la vida social y acordar un pacto. (…) porque es un proceso al azar, la naturaleza no es justa ni injusta es arbitraria, es azarosa. (3)

            Como sea, un pacto social que nunca suscribimos, simplemente aceptamos porque alguien lo dijo. Impuesto? No creo, porque ni siquiera nos preguntaron. Es como el pecado original, no lo cometimos nosotros pero nos toca aceptar la redención ajena. Y me pregunto, cómo sería el mundo con lo globalizado que está, siendo un solo estado? Sólo pensando en la Europa unida, la respuesta es sencilla, un experimento llamado al fracaso. Si no nos soportamos entre vecinos próximos... cómo será!


II

Ya no son sólo los elementos estéticos, teatrales y espectaculares los que están afectando la política. Ahora ha entrado en juego otro elemento, presente en toda forma artística, pero característica de la novela: la ficción. Y no me refiero a la mentira, tan vieja como el lenguaje, sino a la aceptación de la falsedad con el fin de ganar poder o hegemonía. En política, hoy en día, el juego consiste en buscar la manera de imponer los relatos propios a los demás. En obligar a los enemigos a discutir lo que yo quiero que discutan, así sea falso. En distraer, entretener, crear problemas artificiales, negar la evidencia. Nada debe impedir, y en especial la verdad, que mi relato se imponga al de los otros. El centro de todo ya no es la realidad ni los problemas de la gente. Es el relato. Y en esta disputa parten con ventaja quienes no temen a la calumnia. Su arma favorita es Twitter, el medio cuya velocidad y precariedad impide cualquier verificación.(4)

            Y somos aparentemente la civilización del siglo XXI, con todos los adelantos que la humanidad ha podido esperar, con un futuro de adelantos tecnológicos impensables, seres que ya estamos viajando a donde parecía imposible, el espacio. Pero aparentemente somos lo más provinciales que hay (no solo aquí en Colombia, miremos a donde miremos es lo mismo). No podemos ver más allá de nuestras propias narices. Dicen que al perro no lo capan dos veces, pero a nosotros, los seres humanos, no lo hacen una ni dos veces, lo hacen cada vez que hay elecciones y caemos (para generalizar, prefiero el voto en blanco) una y otra vez. Y nos repetimos, los mismos con las mismas y efectivamente esos mismos siguen haciendo de las mismas (léase tráfico de influencias, mermelada, tajada, sobornos, etc.).

            Y dicen los que aparentemente saben que el voto en blanco no sirve para nada. Lejos de mí, dice el leguleyo que aún tengo dentro, y ello me lleva a la Constitución (que como he sostenido siempre, sirve para tres cosas, mientras no se esté en la rosca).

Artículo 258. (…) Parágrafo 1º. Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una Corporación Pública, Gobernador, Alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando del total de votos válidos, los votos en blanco constituyan la mayoría. Tratándose de elecciones unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos, mientras en las de Corporaciones Públicas no se podrán presentar a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral.

Más claro no canta un gallo. El voto en blanco (con negrita, versalita y subrayado para que se vea más) tiene un profundo valor. No me lo inventé yo. Naturalmente, en país de abogados y políticos, lo que está claro puede ser sujeto de interpretación, violando un principio igualmente legal que enseña(ba), -porque ya no se puede confiar en la ley- que cuando es clara no le es dable al intérprete desatender su tenor literal, entendidas las palabras en su sentido natural y obvio (que para abogados y políticos no se rige por el sentido común) recuerdo que me repetían(5).

Por qué no realizar un experimento, si estamos cansados de tanto político en el poder y votamos en blanco. En la primera presidencial, descabezamos a todos los candidatos y en las elecciones de corporaciones públicas (para ilustración de quienes no lo saben, son: congreso –senado y cámara de representantes-, asambleas departamentales, concejos municipales) descabezamos a todos o al menos a casi todos. (Ya me imagino las marrullerías de los honorables… la siguiente lista la hacen con los hijos, la mujer, los suegros y hasta el perro y el gato).

Al menos vale la pena intentarlo, me digo yo.

Hay ocasiones en política, como en la vida en general, en que, haga uno lo que haga, el resultado es malo.(6)

Foto: JHB (D.R.A.)




[1] Julia Navarro. Historia de un canalla
[2] nóumeno, noúmeno. nombre masculino. FILOSOFÍA. Objeto pensado por la razón, por oposición a fenómeno (objeto captado por los sentidos), tal como es en sí y no tal como se nos aparece. "el nóumeno es un vocablo técnico en la filosofía de Kant (1724-1804)"
[3] “El pensamiento de Rawls y la teoría de la justicia” Curso impartido por: Dr. Emilio Martínez Navarro, Universidad de Murcia http://formacionhumana.iteso.mx/documents/11309/0/D-26147-4.pdf/34c9d574-621c-43b4-a1b5-8988bef2c77e 
[5] Dice claramente el Código Civil: ARTICULO 27. INTERPRETACION GRAMATICAL. Cuando el sentido de la ley sea claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu. ARTICULO 28. SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS. Las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras; pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su significado legal.
[6] Robert Harris. Conspiración. Saga: Cicerón - II

miércoles, 26 de julio de 2017

NOTÍCULAS


Aunque puedan ser motivo de un tratado, por hoy son pensamientos fugaces para escribir este blog, cortas reflexiones que, como tal, solo dan para la reflexión. Aquí algunas de ellas:


I
El conocimiento se cambió por la información y la distracción. Y me pregunto por todos los sabios de Harvard, Yale, Stanford, la Sorbona que con sus profundos estudios sobre el mejor actuar, el mejor proteger, no solo a la sociedad sino a la humanidad y al planeta, cómo, decía, no pueden hacer de este planeta un mundo mejor? Fracasaron en sus estudios? Parece que se obtuvo el resultado adverso, la pérdida de la conciencia del mundo que nos rodea y culminamos evitando estar con nosotros mismos. (Pensamiento difuso, espero que lo entiendan o al menos traten de entenderme). (1)


II
Hasta dónde los discursos de lo divino y lo humano tienen razón? El ojo interno, el oído interno, la naturaleza a través de nuestro ser? Palabras? Conexión del pasado en el presente, mientras otros predican el olvido del pasado, de centrarse en el presente, que es lo único que existe. Cómo creer que todo ésto sea realidad o simplemente retórica para bobos?


III
Distractores. Tanto distractor impide la concentración. Nos lleva a desconectarnos aún de nosotros mismos, será que a eso estamos condenados?


IV
Violencia. Somos producto de la violencia y nos movemos dentro de ella. Con los juegos, con las noticias, con la intolerancia. Y no propiamente de género, simplemente violentos sin adjetivos adicionales. Nada más pensar en el lobo y los tres cerditos (con el diminutivo que nos vendieron). Qué piensan los tres cerditos al verse acosados por el lobo? Y qué piensa el lobo? Qué percepción se queda con nosotros?


V
La tecnología embrutece? Nos sometemos a ella, dejamos que nos lleve, nos conduzca, nos alinee, nos aliene. Me pregunto por qué sus creadores no la recomiendan para sus hijos? Limita el pensamiento, nos encierra y nos enclaustra.


VI
Instauración del miedo y la pregunta fundamental: quién está detrás del telón? (2)


VII
Comportamientos irracionales (3). Por ejemplo, los beneficios de la deshonestidad. Un factor difuso. (Encuesta que podría hacerse de oídas: Ha dicho una mentira? Es honesto? Cómo se puede ver en el espejo? Nada más ve lo bueno? Oculta lo no bueno? Disminuye la maldad para amortiguar su propio sentimiento?). Pero como todo el mundo lo hace… (Escudarse detrás de todo el mundo, ellos… pero quiénes son todo el mundo? Quiénes son ellos?)

La mentira, comienza desde la niñez, desde el cuento del Niño Dios y el ratón Pérez?

Se presenta entonces el sesgo, somos optimistas respecto de nosotros mismos. Nos hacemos trampa a nosotros mismos para minimizar los efectos y seguir considerando nuestra propia perfección.

Y resulta que hay otras mentiras –que lo siguen siendo en cualquier caso- y son aquellas que no producen lo que dicen los expertos, daño moral. La que se usa para la fiesta sorpresa, las mentiras piadosas. Son aceptadas porque no producen conflicto emocional, ya forma parte exculpante de uno mismo.

Y si es contagiosa se convierte en un acto aceptable? La evasión de impuestos o la búsqueda de rebajarlos a como dé lugar? Y acaso la diplomacia no fue definida como el arte de mentir?

Y si es la línea delgada? Se escoge la mejor excusa para cruzarla sin consecuencias?

La mentira crece, la sensación de culpabilidad  disminuye y empieza a sentirse menos culpable?

La mentira lleva a la trampa.

Conclusión, buscamos la forma de justificarnos. Un mecanismo de defensa del cerebro o una simple excusa?

Postdata: Claro que he mentido. Claro que he ayudado a mentir. Claro que tengo secretos recónditos, aquí si no puedo lavarme las manos y menos tirar la piedra con la mano sucia.


VIII

Por último, qué tiene de malo que condecoren a Norberto? No han condecorado con lo mismo a narcos, paracos, políticos, pastores y a mucha gente decente? No veo el problema, salvo la intolerancia.


Oculté mi secreto en mi corazón, porque la mentira es más exquisita que la verdad y el sueño más puro que la realidad terrestre. (4)


Óleo en espátula. J.H.B. (D.R.A.)



(1) Recomiendo ver Mindup en Netflix.
(2) Zeitgeist: La película. https://www.youtube.com/watch?v=bdmhxY0vUUA.
El documental está estructurado en tres partes. La primera es una exposición del cristianismo como un mito, un híbrido astrológico-literario. Este mito, argumenta Joseph, constituye el terreno abonado sobre el que pueden funcionar nuevos mitos en los que las masas crean ciegamente y así ser manejados con mayor facilidad. La segunda parte, analizando los atentados del 11-S, expone el funcionamiento de la propaganda y adoctrinación mediática, logrando que los propios ciudadanos acepten ser más controlados por sus gobiernos pese a que eso suponga una reducción de sus libertades. La tercera sección habla sobre la política y economía global, enfocándose en el monopolio del dinero (junto a la especulación financiera) y el gasto militar. Wikipedia.
(3) (Des)honestidad: La verdad sobre la mentira. Documental en Netflix.
(4) Oriana Fallaci. Un Hombre.

domingo, 23 de julio de 2017

CONVERSACIONES (AJENAS)

Las cosas no cambian; cambiamos nosotros. (1)

He de confesar que me encanta, mientras no hago nada, oír las conversaciones ajenas, en cafeterías, en buses, en la cola de un banco.  Será una especie de voyeurismo auditivo? En un principio pensé que podría ser una enfermedad mental, pero el doctor Google no informa nada al respecto y si no está en Internet, no existe, dice el mito.

Como sea, estaba en una cafetería, de hospital para mayor precisión. En la mesa al lado tres señoras de edad, abuelas para más precisión, unas más abuelas que otras, es decir, unas… ya me entenderán, pero todas ellas encopetadas. Por el contexto deduzco que se encontraron no hacía mucho tiempo, alguna vino a visitar a la otra por algún pariente enfermo, deduzco o coincidencias que da la vida.

A manera de ilustración, los personajes son: Señora 1. La mayor. (Debo aclarar que todas las señoras eran elegantes, como anoté, de las que uno presume montan en Mercedes, por si el dato ilustra o sirve para redirigir el chisme). Es preguntada por la señora 2, un poco menor que la 1, pero no mucho, unos cinco años de diferencia. Ah! La señora 3, la más joven de todas, de mi edad diría yo.

La escena transcurre, palabra más, palabra menos, de la siguiente manera:

Decía que la señora 2 pregunta a la 1: - Ole y tus hijos?

-                     No mijitaa, lo más de bien, divinamente. Todos muy bien casados y en sus puestazos (naturalmente mi imaginación se deja ir de a poco). Fulanito, en Australia, allá es presidente de yonosequé. La segunda, se fue para Argentina y allá vive con el marido que es presidente de sisecuando. El menor tiene tres especializaciones, dos doctorados, se casó con una niña lo más de bien, de la alta sociedad de Madrid (supuse que España, no Cundinamarca).

-                     Ah! Qué bien, dijo. Y tus nietos?

La palabra clave. Cambio de postura, iluminación de ojos, sonrisa radiante y comienza la función.

-                     Divinos, ni te los imaginas. La mayor, estudió (imagínense lo que estudio, la universidad de élite del caso, detalles que no me interesaban oír). Ahora está estudiando una maestría para irse a Londres para continuar con el doctorado. No mijita, ni te imaginas. Juega golf, experta en equitación, se ganó una beca…

Y así siguió detallando la vida y milagros de cada uno de sus nietos en el exterior, profesionales todos, el uno doctorado en artes en una universidad de Miami, el otro de los Andes con énfasis en Harvard -casi lo raptan los rusos por su genialidad-, los diplomas no caben en la pared, todos ellos eminencias, todos divinos.

Y le corresponde la exposición a la abuela 2, quien esperaba ansiosa su turno. Porque pareciera que se respetan el turno, aunque no el tiempo implícito asignado a cada una.

-                     No mijitas, divinos, esos chinos para qué, la estampa, qué preciosura. El mayor se gradúa de bachiller este año, todas las universidades de Europa están que se lo pelean, todavía no sabe por qué universidad optar. Quiere ser chef, pero aún no se decide entre París y… pobrecito, pero mientras tanto dedicado a su equitación, al polo y de vez en cuando al básquet. Mi nieta María, la hija de mi hijo Pedro, ni te cuento. Una figura, colosal. Dedicada al colegio, es la mejor de todo el colegio, todo el mundo tiene que ver con ella, ni te lo imaginas. Dedicada al francés y al alemán. Una gimnasta incomparable, no, ni te cuento.

Y así sigue el discurso.

La abuela 3, graduada hacía poco en ese estado, es decir, abuela primeriza, los ojos más radiante, no cabía de la emoción poder hablar de su nieto nacido en Noruega.

-  No, dichosa, más que dichosa, la muchachita más hermosa que haya nacido en este mundo y no es porque sea mi nieta; ya va para los tres meses, no, no, no, que chinita tan supremamente inteligentísima (entre abuelas se valen los superlativos no importa la precisión en su uso). La metieron a natación, ni te la imaginas como bucea de divino y están pensando los papás en meterla desde ya en un curso de reafirmación de personalidad (creo que fue que dijo o al menos eso deduje).

Y patatín y patatán, cada una alabando el ego familiar. Tanto que en una parte de la conversación apareció mención a algún perro que creo que salió más inteligente que yo.

Sí, tal vez exageré un poco, me dejé ir por la emoción, pero todo me lleva a pensar hasta dónde se llega en el exceso de alabanza tratándose de la familia, relucen títulos, bellezas que uno no sabe si son ciertas pues son vistas por los ojos de abuela (quienes lo sean ya entenderán). Me preguntaba, quiénes son realmente las personas descritas? Y adicionalmente me pregunté también y quiénes son las abuelas? Ya supimos los superlativos de su familia íntima, pero sólo describieron lo que creen que son ellos, su conversación apuntaba a lo que no son ellas, es decir ellas eran a través de ellos, pero no pude determinar quiénes y qué eran ellas. En cuanto bellezas, creo que lo más bello que tenían las abuelas eran los Mercedes y si la genética era por ahí… (una voz me frenó y dijo: muérdete la lengua Juan, porque hijos y nietos, son lo más divino que hay. Solo pude pensar: o al menos eso piensan, pobrecitos!) En algún momento una de ellas, describiendo el sitio en donde vivían, me pareció cómico que hubiera descrito que era como vivir en la vecindad del Chavo (no por el estrato, naturalmente) sino porque todos cohabitaban y se conocían y se apoyaban entre ellos –aparentemente-. (Me muerdo nuevamente la lengua).


Para concluir, con la familia todo es subjetividad, jamás podrá haber objetividad en las apreciaciones y se alaba lo que son los otros, no lo que es uno, más cuando uno dejó de ser por estar alabando lo que son los otros, no uno.


Foto: JHB  (D.R.A.)


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(1) Henry David Thoreau

jueves, 20 de julio de 2017

DESFILE DEL 20 DE JULIO



Nada de eso es extraño porque así acabará escribiéndose la historia de Colombia: con rumores, imprecisiones, vaguedades, chismes callejeros que son un obstáculo para reconstruir la verdad. (1)

He de confesar que la imponencia de esos desfiles ha dejado destilar un poco de mi patriotismo, goteo orgásmico al sentir el himno nacional tocado por bandas de guerra. De los recuerdos del pasado, en que de alguna manera tuve contacto con militares, pues he de confesar que también me picó el bicho militar.

Pero… en mí siempre hay un pero. En este caso, los militares (incluyendo y siendo incluyente los policías, a pesar de que entre ellos mismos no se soporten). La parafernalia militar. Con sus eternos discursos que hablan de “la bravura de sus hombres”, “entrenados por los mejores expertos extranjeros”, “audaces combatientes nocturnos”, “decididos guerreros que no le temen a la nada!”, “guardianes y protectores de nuestras fronteras!” y así el discurso del desfile.

Siempre me lo he preguntado, si son los berracos de este mundo, con las mejores armas de este mundo, con la tecnología de punta que apunta, por qué, sólo por qué nunca pudieron contra tres o cinco mil pendejos que hacían la vida imposible en este país?

Y todo se resumía a dos aspectos, cobardía e intereses. Cobardía porque no tenían cojones quienes mandaban para tomar decisiones. Lo más importante para un militar –e incluyo a los honrados policías-, es escalar ojalá sin aspavientos, haciéndose el pendejo, o si no que lo digan aquellos que fueron galardonados como los mejores policías del mundo, por ejemplo –y de ellos hay muchas historias-. Que no se puede porque la Procuraduría, que lo que pasa es que mi general, es más el ministro dijo… siempre una disculpa, a conveniencia. Y por eso es que los militares tienen un idioma secreto, que habla tan bajo que a duras penas se entienden entre ellos. Y así se notó con el proceso de paz, los activos temiendo perder el puesto y seguro sacrificarán a los de abajo, para mantenerse ellos y los de abajo, por lo bajo rumiando su desgracias contra los de arriba, cuando no contra los de más abajo. Los retirados, dándoselas de gallito fino cuando en su momento tampoco pudieron serlo.

Y efectivamente, ellos tienen su idioma particular. El conducto regular, cuando toca, pero en lo posible nada que afecte su seguridad… personal de ascenso. Y el otro conducto, en donde se habla bajo, donde todo es posible pero responsabilidad de nadie. Si alguien tiene un militar familiar pueden indagarlo, averiguarlo, preguntarlo, tal vez quede en la duda, pero ante el susurro de mejor déjelo así, ya están hablando en su temerario idioma. Ellos son así.   

Y los interesados en la guerra, los comerciantes de la guerra –particulares y sobornados en gobierno y militares tras el interés, no de la patria, sino de sus propios bolsillos-, esos comerciantes que no tienen claro –o lo tienen muy claro, a conveniencia- la ética y la moralidad social. Ellos son así.

Y nosotros, los invisibles, los que podemos ser los daños colaterales de estas guerras, de interés y de cobardía, somos sin duda alguna, los actores de una guerra invisible.

Y yo, sigo preguntándome, con tener el mejor el ejército del mundo, según lo proclaman las autoridades, cómo no han sido capaces de doblegar ahora a unos cuantos pendejos que persisten en la guerra?

Me quedaré con el cantaito cetrino y tristón:
 Saludo adorada bandera que un día
batiendo tus pliegues allá en Boyacá
sellaste por siempre la lucha bravía
de un pueblo que ansiaba tener libertad. ¡si!
de un pueblo que ansiaba tener libertad

y también recitando con cara de desesperanza, tristeza e incredulidad:
 Colombia patria mía
Te llevo con amor en mi corazón
Creo en tu destino y espero verte siempre
Grande, respetada y libre.
En ti amo todo lo que me es querido
Tus glorias, tu hermosura, mi hogar
La tumba de mis mayores, mis creencias,
El fruto de mis esfuerzos y la realización
de mis sueños.
Ser (según arma, policía o militar) tuyo
Es la mayor de mis glorias.
Mi ambición más grande es la de llevar
Con honor el título de
Colombiano
Y llegado el caso,
¡MORIR POR DEFENDERTE!

Pa’ jodete (diría mi tía!). Y paro acá, esperando el próximo 20 de julio, tal vez logre emocionarme un poco más.


Tomada de El Tiempo. Edición 20 de julio de 2017




[1] Juan Gossain. Hablemos con franqueza: Lo del 20 de julio fue una revolución o una pelotera? El Tiempo.

viernes, 14 de julio de 2017

EL OTRO


No me gusta ahogar a un hombre que no sabe nadar. (1)

Un nuevo eufemismo de lo que antaño fue el prójimo, tal vez para diferenciarlo, para hacerlo diferente, para que se sienta el otro.

Simplemente impersonalizándolo aún más. Son los cambios idiomáticos que ciertos especializados dan para darle mayor o menor fuerza al concepto, a la palabra, aún para que resulte insultante.

Parece que debe recordarse que hay que amar al prójimo, no al otro. No es un igual ni siquiera par entre sus pares, simplemente es el otro que no merece la caridad, dirían quienes inventaron el concepto, aún fuera de contexto.

El otro es diferente, suena diferente, resulta diferente. Se diferencia y se trata diferente y se le da el trato con indiferencia, porque es el otro, no el prójimo.

Los sociólogos y expertos sabrán por qué es el otro, ellos se inventaron el término, el despectivo. No yo. No entiendo de esas significancias y entre más extravagantes sean las palabras que usen para demostrar la sapiencia, menos las entiendo, más me pierdo.

Y es más, yo soy el otro para otros. Ya los pronombres no son los que eran, ahora apareció el otro. Ni siquiera es él, si acaso será ese, pero no él. Pronombres que discriminan, con los que son discriminados. Ni tan siquiera el migo y el sigo logran aceptar al otro, porque cuando es el otro, simplemente es eso, esotro, el otro. Ni yo, ni tú, ni él, ni nosotros –porque no somos incluyentes-, el vosotros ya ni se usa por estas tierras y ellos, al menos tienen personalidad, son pronombres, pero y los otros?

El otro me suena a impersonal, al diferente, del que hay que cuidarse. Es el indeterminado, tal vez como ellos y aún como él, que es pronombre cuando es despectivo. El otro ha de tener sinónimos, pero se les negarán, porque son otros, en plural y muchas veces, el plural no quiere ser singularizado y viceversa, es decir, al revés.

El otro, ese, él, indeterminados que pretenden ser más de lo que son, pero resultan ser menos de lo que pensaban.

Despectivo, menos preciado y hasta menospreciado, el diferente. Ese es el otro, pero qué pensará el otro de mí? Seré yo el otro para él? 

Las palabras como ven, envenenan, llevan veneno, díganmelo a mí!

Y sí, el gamín, el reciclador y el drogadicto, entre otros, adquirieron personalidad, pasaron a ser el otro, gracias a los conocedores a los que les gusta el eufemismo. Son esos todos otros a los que preferimos no ver.

Mientras, los otros están autorizados para ser otros, pero nosotros no, nuestro ego no permite ni admite ser el otro, preferimos el eufemismos, preferimos ser yo o tú y aún él, con todo y tilde, pero no el otro, porque no nos gusta, no queremos ser reconocidos como tales. Será porque la Biblia habla del prójimo y no del otro? Pero aún así subsiste el otro otro.


Mucho juego de palabras y todo gracias a la diversidad! Y si quiere saber qué quiere decir eso, pregúntele a otro que no es el otro del que traté aquí.


Foto: JHB (D.R.A.)


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(1) Julia Navarro. Historia de un canalla

miércoles, 12 de julio de 2017

DESTILANDO NOTAS AJENAS

Dicen que del odio al amor hay un paso; el viceversa también aplicará o aplican restricciones y se requiere más de un paso? Iniciemos con temas de actualidad (no, tranquilos, no es sobre corrupción, ese es otro tema aparte). Leo en el Espectador:

Me resisto a esta sobredosis de odio que nos está envolviendo.

Como esos tifones oscuros que vemos en las fotografías que van arrasando todo, volando techos de casas, elevando automóviles. Los llaman tornados y en la Costa “culoepollos” cuando son más pequeños.

El huracán del odio nos tiene atados, inmovilizados, paralizados. Se cuela por todas las rendijas. Se respira en el aire, asfixia, corta el oxígeno. Estamos como esas bombas de hidrógeno a punto de reventarse, como los cilindros de gas al lado de un fósforo prendido. Estamos cercados por todos lados y a lo lejos no se vislumbra ni un rayo de luz.

Por lo menos yo no lo veo y, por más que trate de escaparme, no lo logro. Me siento un títere manejado por cuerdas oscuras y desconocidas en un escenario gris ante una audiencia oscura como la boca de un lobo y sin libreto liberador. (1)

Y nos enfrentamos también a otra dosis de actualidad (que sí, ese lleva a la corrupción, pero es tema aparte). Es la mentira del diario vivir, a la que nos hemos acostumbrado, a la que estamos sometidos.

Sin eufemismos: al pan, pan, al vino, vino y cuando se dicen mentiras así se llaman: ¡mentiras! Pero pareciera que nos gustan los rodeos y las palabras bonitas para nombrar lo innombrable. Con las nuevas formas de comunicación en redes sociales, que en buena hora han democratizado la información, han surgido términos nefastos como ese de la “posverdad”, que le queda grande a una realidad que es más sencilla: si lo que se dice no es cierto, es una mentira. Pero ahora se habla de “hechos alternativos” para describir lo que nunca ocurrió o para tergiversar aquello que sí ocurrió y mostrarlo como algo distinto.

Las palabras tienen mucho poder y elevar la mentira a la categoría de “posverdad”, dándole un estatus que no tiene con ese término rebuscado, no ayuda a entender los hechos que hoy muchos ven solamente en una pantalla. Son trozos de realidad que nos llegan en instantes en frases, videos, fotografías, muchos de los cuales son contundentes mentiras: imágenes retocadas, tomadas de otros países u otros momentos, trinos falsos, cifras amañadas, calumnias, denuncias de agresiones que no existieron y una lista interminable de mensajes que deliberadamente se ponen a circular con el fin de dañar a alguien y obtener ventajas de cualquier tipo. Hay asesores de comunicaciones que ofrecen en sus paquetes usuarios falsos de redes sociales y garantizan campañas de desprestigio de los oponentes basadas en mentiras o en verdades a medias, que es otra forma muy usada para desinformar y agredir. Lo peor es que muchos de esos seguidores de Twitter o Facebook, que se sienten muy críticos y bien informados, son los idiotas útiles de quienes encontraron muy fácil el lado débil de las redes para sacarles provecho a las herramientas modernas.(2)

Resalto. Aunque debería resaltar todo el artículo.

Y al lado del odio y la mentira, aparecen un sinfín de cosas ilógicas que lleva al ser humano a ensimismarse, porque no hay opción.

Pero de eso se trata la fe: de suprimir la lógica y la razón. De no pensar. La fe es la palabra que se utiliza para celebrar como una virtud la creencia en acontecimientos inverosímiles, siempre y cuando repitan lo que dice una institución o una figura de autoridad. Usted lo cree o no lo cree. Si lo cree, es de los nuestros; de lo contrario, es un apóstata y merece desconfianza, en el mejor de los casos.(3)

            Amén!

Imagen tomada de Facebook




[1] Sobredosis Aura Lucía Mera http://www.elespectador.com/opinion/sobredosis-0
[2] Yolanda Ruiz. No es “posverdad”, es mentira
[3] Santiago Villa Las travesuras de los pastorcitos y la Iglesia de Roma http://www.elespectador.com/opinion/las-travesuras-de-los-pastorcitos-y-la-iglesia-de-roma-columna-694001