viernes, 30 de junio de 2017

¿Qué no es necesario enseñar hoy día en la escuela? (Parte II) (1)

Siguiendo con la pregunta formulada, naturalmente hoy contesto que en materia de matemáticas fuera de las nociones básicas de la aritmética y la geometría –como en aquella época se estilaba- ellas fueron las que me han ayudado en todo este trajinar para saber cuánto gano, cuánto me queda y en cuánto me empeñaré y saber que las áreas se pueden calcular dependiendo de la figura geométrica. Pero pare de contar. Para quien es ingeniero, economista o calculista, para ellos la matemática habrá de ser fundamental. Y este párrafo me lleva a mi eterna respuesta: todo es relativo.

Otros me preguntarán para qué me sirvió saber tanto de Bolívar, Napoleón o Hitler? Qué obtuve sabiéndome el listado de presidentes, del santoral jesuítico o datos históricos o geográficos? Si he de ser sincero, tal vez de nada; tal vez el querer ser aceptado por ser culto? Sinceramente no lo sé, pero tampoco me arrepiento de la cultura y el conocimiento que he adquirido en toda mi vida. Diría lástima que no me enseñaron las cosas prácticas de la vida, tal vez sería culto con conocimiento práctico, pero de cualquier manera si no fue eso, la vida en su camino me ha enseñado y he aprendido de ella, bastante; algunas veces a trancazos, pero de cualquier manera todo lo aprendido a lo largo de mi vida tuvo su fruto, momentáneo, esporádico o permanente.

No me niego a la tecnología, contiene ese gustico que nos incita a involucrarnos de cualquier manera y ah! sí la he disfrutado –a pesar de no saber manejar un celular, me enredo cuando me piden un número y con eso digo todo-. Si la hubiera tenido en mi época hubiera sido genio. Hoy pienso ante tantas ideas prácticas: por qué no lo pensé yo antes?

Entonces, todo es relativo, aceptémoslo. Cosas muy buenas de la educación de antaño (hasta el detodito intelectual era bueno y más si se dejara que cada quien aprendiera lo que le correspondía, sin estar obligado a estudiar por una nota) y de hoy, la información a la mano, qué importa quién sea el presidente, basta consultarlo por internet y se sale de la duda. La cuestión termina siendo cómo equilibrar lo bueno de antaño, con lo bueno actual si todo es pasajero, todos somos pasajeros.

Por último, si mi voz tuviera valor –literal y no tan literal- siempre –ese siempre debe entenderse como parte del actual filosofar-, he pensado que los primeros siete o diez años –a pesar de la esponja cerebral que tanto pregonan profesores- deberían estar dedicados a formar al ser humano, no al hombre, al ser humano. Controlando y enseñando emociones, forjando acciones, compartiendo diferencias, cohabitando, viendo hacia dentro y de dentro a afuera –Innsaei(2)-.

Con Mónica hemos hecho el ensayo mental de cómo debería ser la educación actual, especialmente para los primeros años. La respuesta inicial fue hacer de los niños seres felices y luego decentes, lo que requeriría tener profesores felices y decentes, en toda la extensión de la palabra. Pero continuamos echando globos y como lluvia de ideas el uno dice: la respuesta es el yoga, la principal materia que se debería ver desde esos primeros años; el yoga ayuda a controlarse, a observarse y a observar al otro, a jugar con la motricidad, a concentrarse, a enfocarse, a ser elástico, a pensar en uno y en el otro, su reflejo, el prójimo, a ser virtuoso, concluiría yo. Pero suponíamos que no bastaría, sería importante enseñarles buenas maneras y costumbres, como correlacionarse decentemente, como respetarse y respetar más al diferente, que puede ser uno mismo, de esa manera se evitarían los gamines. Enseñar un poco de espejo, diría yo, cómo me veo, cómo me ven, cómo nos vemos para la convivencia social, cómo nos soportamos de la mejor manera. Qué tan difícil puede resultar enseñar a observar la naturaleza, sus procesos simples, su interacción, que sepan que los huevos no los pone Carulla, salen de la gallina y el pollito de la unión de padres (gallo y gallina, para no ser tergiversado). Enseñarles el amor predicado por los grandes filósofos (Gandhi, Russell, Confucio, Buda y Jesús, por qué no?), naturalmente sin meterse en las profundidades de la filosofía, sino como experiencias de vida. Enseñarles la felicidad, simplista, con el juego, con el compartir, con el día a día.

No sé si algún profesor se ha preguntado alguna vez qué debería cambiar, cómo debería cambiar él mismo y ponerse en los zapatos de sus alumnos, de todos y de ninguno en particular, aunque en particular de todo aquél que es diferente. La cuestión es que si el profesor no cambia, los niños tampoco y el futuro menos.

Pero naturalmente, si mi voz tuviera valor…

Mi querido amigo, sin derramar sangre la historia no avanza.(3)



Foto: JHB (D.R.A.)




[1] http://www.semana.com/educacion/articulo/julian-de-zubiria-que-es-necesario-ensenar-hoy-en-el-colegio/527540
[2] Un documental muy interesante pasado en Netflix. Corresponde a la palabra islandesa innsaei, de las difíciles de definir, que puede entenderse como el mar en el interior, según Wikipedia, o ver hacia dentro. https://www.youtube.com/watch?v=QNObzPFVJ2w
[3] Julia Navarro. Dime quién soy

miércoles, 28 de junio de 2017

¿Qué no es necesario enseñar hoy día en la escuela? (I)

Inicia el artículo cuyo título me apropio para este blog, diciendo: Es por eso que en estas notas responderemos a la pregunta: ¿qué podría dejar de enseñarse en la escuela sin que los niños y jóvenes tuvieran problema en su vida futura? Antes de responder, sería importante que usted como lector reflexionara sobre qué de lo que aprendió en la escuela, nunca volvió a necesitar en su vida. ¿Qué de ello fue claramente impertinente aprender? Es muy probable que la mayoría de contenidos que estudió, fueron olvidados con el paso del tiempo.(1)

Una primera lectura hizo estallido en mi cerebro pensando: Ah! Ahora quieren dejar de enseñar… y entonces, cómo ha de ser el hombre del futuro? Lo que llamamos cultura a dónde se va? Una persona culta… y cosas así.

Pero me detuve al retrotraerme a mi lejano pasado: mi niñez y mediana juventud. Mi proclividad a las matemáticas no fue muy notoria, pero pasaba raspando; en otras áreas era más afortunado. Entonces también recordé que en varias oportunidades me pregunté: en dónde está todo el álgebra, el cálculo, la trigonometría, aún la física y la química que tantos dolores de cabeza me dieron en su momento? No soy matemático y sólo me he podido imaginar a todos esos genios pensando en función del número, pero pare de contar.

Me gustaba el tema de las humanidades y recitaba bien acaeceres históricos y geográficos; la literatura la iba bien conmigo, siempre y cuando fuera yo el que la eligiera, no la que me impusieran –tal vez por eso fui reacio a leer el boom latinoamericano y los demasiado clásicos, por eso me excusaré de no haber leído a Shakespeare ni a los Cien años de soledad, aunque me empezó a gustar García Márquez luego que escribió el Otoño del patriarca, cuestión de gustos. Nada de Sábato, ni de Cortazar, Fuentes, aunque un tantico de Vargas Llosa reconozco-.

A partir de la lectura conocí un poco más de filosofía, religión –aún era bueno recitando el listado de santos jesuitas, papado y otros menesteres-. En una palabra todo lo que no tuviera relación directa con el pensamiento matemático, el que creo me fue negado o como diría mi papá, al que no le puse atención, a pesar de su exigencia.

Pero bueno, según el artículo Las matemáticas que se requieren a lo largo de la vida se aprenden en la primaria. De resto, es prácticamente nulo lo que queda y se usa con frecuencia. El extremo de impertinencia llega al estar calculando derivadas e integrales que más del 99.9% de los mortales nunca en su vida volvemos a utilizar. (…)En Lenguaje pasa algo similar. La mayor parte del tiempo escolar se desperdicia estudiando gramática, ortografía y una literatura descontextualizada. Sin embargo, pareciera que no nos damos cuenta de que la mitad de los jóvenes no puede inferir en las ideas que subyacen en una noticia deportiva de tan sólo un párrafo de extensión. (…) En Ciencias Naturales perdemos un tiempo muy extenso estudiando la tabla periódica, los símbolos químicos y los pesos atómicos; algo por completo impertinente en la era de Google e Internet. Es un tiempo totalmente desaprovechado en trivialidades, que a lo sumo nos sirve para responder exámenes del profesor de química y para resolver crucigramas. (…)En Ciencias Sociales no alcanza el tiempo para conocer la multiplicidad de nombres de accidentes geográficos de los diversos contextos regionales, nacionales e internacionales. Tampoco para intentar recordar presidentes, batallas o periodos históricos. (…) Sin ninguna duda, la educación requiere una revolución muchísimo más estructural de lo que piensan la mayoría de los ciudadanos.

A pesar de mi resistencia, tiene razón el articulista. Un ejemplo, en mis tiempos de incomprensión, es decir en los últimos años de bachillerato que terminé en un colegio a donde íbamos a dar… esos mismos. Regentado por Tito Tulio Roa (Gimnasio Boyacá, diferente al otro), de quien luego supe era un reconocido pedagogo de la época. En alguna oportunidad en una izada de bandera –los que no sepan que era eso, pueden buscarlo en internet, para ver si lo encuentran y si no lo encuentran, no existió, reza el dicho-. Allí Don Tito hizo un reconocimiento a un muchacho -cuyo nombre no recuerdo-, por algún escrito que había hecho –no sé si cuento, poema o lo que fuera, al parecer perfecto- y señaló que, si la memoria no me falla, había situaciones en la vida en que una persona era buena para una determinada materia y para otras –aludiendo a las matemáticas- no lo era, pero que hacía el reconocimiento público a ese estudiante porque debería sobresalir en el arte de las letras. No sé qué fue de él.

Y es así, algunos tenemos desarrollada la psicomotrocidad fina o la gruesa, cosa que en nuestra época no era importante y es más, debíamos ser derechos, se perseguía a los zurdos. Unos eran buenos para recitar y otros para cantar, unos calculando y otros pensando, pero a todos nos trataron iguales y nos exigieron lo mismo. Por eso tuvimos que aprender de todo.

Bueno o no el sistema, se puede preguntar hoy qué tanto se debe aprender en el colegio. El conocimiento se cambió por la información y su homónimo, la distracción. Es más el tiempo que se pasa en distracción que en conocimiento, sea cual sea el que le guste al que sea.


Foto: JHB (D.R.A.)


[1] http://www.semana.com/educacion/articulo/julian-de-zubiria-que-es-necesario-ensenar-hoy-en-el-colegio/527540

lunes, 26 de junio de 2017

DESPRENDIMIENTO



Para iniciar el blog tenía una idea, pero algo de su significancia me llamó la atención, lo que hizo que acudiera al doctor Google para precisar el significado y no terminara yo pregonando lo que no era.

Y acudiendo a esa ayuda, ésta como en los viejos tiempos de bachillerato, me llevó a la eterna definición de acción y efecto de, lo que no definía a la larga lo que se quería. Pero volviendo al cuento y para evitar más circunloquios(1) innecesarios transcribo: desprendimiento: nombre masculino 1. Acción de desprender o desprenderse. "desprendimiento de calor; desprendimiento de tierras; desprendimiento de gases" 2. Generosidad y desinterés que muestra una persona. "ya sé que no es grande el valor de esta joya, pero tu desprendimiento al ofrecérmela es como una gema de muchos quilates".

Lo que sinceramente no me dijo nada de lo que quería expresar. Entonces tocó recurrir a desprender: verbo transitivo 1. Hacer [una persona o una cosa] que una cosa material se separe de otra a la que está pegada o adherida. "se deberá desprender de toda la carga superflua si quiere seguir escalando; desprendió los botones de la camisa" 2. Hacer salir de sí misma [una cosa] algo que produce o que forma parte de ella. "las plantas desprenden agua al transpirar; esta carne desprende mucho jugo; puedes pintar las paredes y barnizar los muebles sin temor a que la casa desprenda ese fuerte olor que irrita las vías respiratorias; un hierro al rojo, una bombilla encendida y un cuerpo que arde desprenden luz; (fig) su mirada desprendía pasión; (fig) desprende alegría por todos los poros de su piel"

Este ejercicio, como explica el circunloquio, no me llevó a nada; di un rodeo para llegar a ningún lugar. Me toca entonces recomenzar, por donde pensaba, para ver en dónde termino.

El problema es que el rodeo me llevo a la distracción, la distracción al olvido y de éste a la inquietud de si no me estoy desorientando en este mundo, de manera innecesaria, como lo he repetido. Así empezarán los síntomas de locura o de senilidad?

Más que retomando, reiniciando. Por desprendimiento me refería básicamente a deshacerse de las cosas y de las personas, sin dolor, sin pesar, sin culpa. Dejar que cada cosa o persona siga su camino agradeciendo por lo que ha de ser reconocido y continuar el camino, como dije, sin culpa, como parte de la vida.

Y eso es lo que hacemos a lo largo de la vida sin darnos cuenta, como cuando dejamos a un lado los zapatos más queridos y cómodos, los compañeros de trabajo o de estudio que ya no son, como se deja a aquellos seres queridos que con los años sólo quedan en la memoria y en el recuerdo.

Sin embargo, cuando se hace algo de ello con plena conciencia, pareciera, al menos por el sentimiento tenido, que ese desprendimiento es a regañadientes, es abandono, es dejación y visto de esa forma genera el dolor, el pesar, la culpa.

Desprendimiento es entonces fluir y dejar fluir, con las cosas, con las personas, con uno mismo.

A esta reflexión se resumía el circunloquio dado, como he insistido, innecesariamente. Cosas de la edad, supongo.

Foto: JHB (D.R.A.)




(1) Figura retórica que consiste en expresar mediante un rodeo lo que puede decirse de forma más breve. Como anillo al dedo me cayó y así descresto con conocimiento, aunque… mi vida está llena de circunloquios? Me pregunto…

viernes, 23 de junio de 2017

PENDIENTES



Una o dos veces por semana
les doy media docena de mis segundos,
distraídamente. (1)

A partir de esa frase de Saramago, en donde la dama de los canarios se refería a la displicencia con que les trataba y la indiferencia con que les veía, me hizo reflexionar sobre la distante indiferencia que tenemos respecto de personas y cosas que en un momento pueden resultar importantes, pero que con el paso del tiempo, al ya tenerlas, al poseerlas, pasan a un segundo plano.

Cuántos no hemos comprado serrucho, martillo y hasta cincel por el deseo de tenerlos, para usarlos en un proyecto imaginado pero inacabado, en tenerlos para cumplir un deseo y terminar archivados, como al deseo que le dio origen. Tener en el computador una serie de programas que van a ser utilizados para cuando se necesiten, conocedores de antemano que se trata del solo hecho de saber que se tienen y que sabrá Dios que nunca se utilizarán. Basta mirar el C:archivos de programa; o mirar las carpetas en donde se han guardado infinidad de programas o de información que una vez guardados, allí quedaron en el olvido y no por olvido, simplemente archivados porque se sació el deseo de tenerlos, no para usarlos, solo para guardarlos.

El mejor ejemplo es el trasteo o la limpieza de fin de año. Empiezan a aparecer cosas que ni se recordaba que se tenían, unas inútiles, otras útiles pero inutilizadas por el transcurrir del tiempo. Y comenzar a tomar decisiones sobre su destino. No, dejemos éste que puede llegar a servir. Este lo guardo como recuerdo. Este lo hizo mi agüelita. Estas son mis calificaciones de kínder. Y lo que se sacó con el fin de ser desechado, como acto de desprendimiento, termina nuevamente en el lugar que ocupaba y la limpieza termina en acumulación.

Y nada qué decir de aquéllos que teníamos la maña, no la costumbre sino la maña, de recoger en el camino arandelas, tornillos, tuercas por el prurito de que algún día pueden servir, como lo hacía mi papá. Ya difunto no sé si se habrá dado cuenta que, de una parte, con su muerte todo se fue a la basura (porquerías que guardaba su papá, dijo mi mamá) y de la otra, que todo lo que recogió terminó en el óxido, es decir, en la inutilidad. Tal maña se me quitó cuando pensé que un tornillo o una tuerca cuando la fuera a necesitar no costaba mayor cosa (esa maña suya de estar botando para después necesitar, como si fuera rico, sentenció mi mamá. Quién la comprende?)

Triste realidad.

Entre los consejos de mi hermano mayor, a quien habrá que reconocerle el mayorazgo para que su síndrome de príncipe destronado no se vea más afectado, está aquél que nos ha repetido: si una cosa (objeto, archivo o documento para dar más precisión y evitar tergiversación innecesaria(2)) no ha sido utilizada, usada, usufructuada, aprovechada, empleada o aplicada dentro de los seis meses anteriores quiere decir que puede ser desechado, excluido, descartado, eliminado o simplemente botado. En una palabra, lo que no sirve que no estorbe. (Para unos efectos confieso que ha sido útil el consejo, en otros más me he abstenido de hacerlo por cuestiones sentimentales, porque sé que el deseo es mayor que la utilidad, o porque simplemente no he sido capaz de deshacerme de ellos. Son dilemas que no he podido superar).

En conclusión, como dice una máxima, cuyo autor desconozco, lo que poseemos nos posee. Y de qué manera.

Foto: JHB (D.R.A.)




[1] Saramago. La vieja dama de los canarios.
[2] Como aquellos que pensaron de inmediato si aplicaba a mujeres, esposas, novias, cuadros, porcelanas… 

miércoles, 21 de junio de 2017

Llegar a los 100 años (1)

 

Uno de los logros de la humanidad ha sido la prolongación de los años de vida. Vivir más ha sido siempre un deseo humano y un desafío de las distintas culturas. Y no sólo vivir más sino también mejor, en términos de condiciones y calidad de vida. Llegar a los 100 años es como escalar el pico más alto de la longevidad posible, tiene gran significado emocional y conlleva cierto reconocimiento social.

Así inicia el artículo y al leerlo, como siempre que la idea viene a mi cabeza, el automático se me dispara y grita: Ni loco! Y el pesimista: Mi Dios lo castigará, porque al que no quiere caldo…

Como sea, cada cual es libre de desear y si es el caso, ya tendré tema para escribirlo dentro de 38 años y les contaré cómo fue la vaina.

Pero mientras, sigo con mi eterno pesimismo al respecto. Dicen que en Colombia el promedio es de 75 (2), a Dios gracias! Y continúo con más información para los optimistas: (según menciona la misma columna) para 2011 había en el mundo 316.600 personas con 100 o más años de edad, es decir: un 0,005% de la población mundial. Para 2050 se estima que habrá 3,2 millones de personas centenarias. Qué emoción, pero viene lo bueno, según el mismo columnista:

Con base en el estudio “Misión Colombia envejece” puede estimarse que hoy tenemos en Colombia aproximadamente 1.570 personas centenarias, de las cuales el 85% son mujeres. Para 2030 se estima que habrá en el país un poco más de 6.000 personas centenarias. Pero el trabajo hace una advertencia preocupante: los viejos colombianos son los más pobres entre los países latinoamericanos incluidos en el estudio. Mientras en 2015 el 20% de la población colombiana estaba en la pobreza, en los mayores de 65 años tal porcentaje llegaba al 44%. Se sabe, además, que sólo la cuarta parte de los mayores de 60 años reciben alguna pensión en Colombia y, de quienes la tienen, el 75% sólo recibe entre uno y dos salarios mínimos.

Para que no se emocionen: resalto y subrayo, la centuria es para los pobres y me pregunto, quién quiere llegar a los cien años sin plata? Sin amigos, porque ya todos habrán muerto; sin familia, porque igual destino habrán sufrido literalmente, porque habrán enterrado a hijos y nietos también, lo que hace de esa vejez aún más triste. Es decir solo. Y si a eso le agregamos los achaques de la edad y de la mente, salud medianamente deteriorada (porque aunque haya sobrevivido creo que a esa edad no se está en las mejores condiciones mentales ni de movilidad). Es decir, tras de pobre vaciado! Y para el 2030 ya ni noticia será, porque ya habrá muchos…

Y me sigo preguntando quién quiere llegar a los 100? O a viejo en tales condiciones? (para no ir tan lejos).

Y para caerse de espaldas los más optimistas y deseosos de tener el síndrome de Matusalén (si no lo hay, me lo inventé) miren esta perla:

Noticia de fin del año pasado:

El único deseo del hombre más viejo del mundo: "Quiero morir"

Enterró a cuatro esposas, diez hermanos y todos sus hijos. Tiene lista su tumba desde 1992, pero la muerte lo evade y se calcula que ya cumplió 145 años.(3)

Desafortunadamente uno no maneja el destino, por el contrario, el destino ha tejido su red de tal manera que resulta indescifrable y uno no tiene noción de qué va a pasar, a eso le llaman incertidumbre, una desgracia para este evento.

Vivir cansa, sufrirla cansa, no hay cuerpo que lo resista, dice el dicho. El cuerpo está diseñado para que luego de uso y abuso no se exceda, porque llegando a los 80 uno ya no puede ni agacharse a ponerse las medias, se le caen hasta… los calzoncillos. A esta edad de uno ya ni correr puede tras el bus y ya tampoco se puede echar un piropo porque se agita (por cuestiones de oxígeno o de emoción de imposibles, cada cual evalúe).

Y concluyo nuevamente: quién quiere llegar así a los cien años? (Solo refresquen la memoria viendo a sus abuelas o madres a los 80 y a más años, cada vez menos independientes y piensen en ustedes).

Yo, por mi parte, deseo vivir lo justo y lo necesario ni un centímetro más!

Seguramente, la mayor merced que la Providencia nos ha concedido es nuestro desconocimiento del futuro. Imaginemos que conociéramos el desenlace de nuestros planes y esperanzas o que nos fuera dado contemplar cómo vamos a morir, ¡qué desastre sería nuestra vida! En cambio, vivimos día tras día en la ignorancia, tan despreocupados como los animales, y al final todo se convierte en polvo. No hay ser humano, ni organización ni época que se libre de esta ley; todo lo que existe bajo las estrellas está condenado a desaparecer. Hasta la roca más dura se desgastará. Nada perdura salvo lo escrito.(4)



Foto: JHB (D.R.A.)




[1] Título de la columna de Saúl Franco. http://www.elespectador.com/opinion/llegar-los-100-anos-columna-695213
[2]  En Colombia es de 75 años, 77 para las mujeres y 71 para los hombres. Columna citada.
[3] http://www.minutouno.com/notas/1530021-el-unico-deseo-del-hombre-mas-viejo-del-mundo-quiero-morir. O también si quieren corroborar pueden visitar estas páginas: www.playgroundmag.net/noticias/.../hombre-viejo-mundo_0_1819018098.html; www.nacion.com/ocio/.../hombre-viejo-mundo-quiere-morir_0_1584641539.html; y pueden verlo en video: http://www.capital.com.pe/actualidad/video-anciano-de-indonesia-afirma-tener-145-anos-y-ser-el-hombre-mas-viejo-del-mundo-noticia-990518  
[4] Robert Harris Conspiración. Saga: Cicerón - II

lunes, 19 de junio de 2017

ME GUSTARÍA…



Pero los dioses a menudo castigan al hombre concediéndole la realización de todos sus deseos.(1)

Vi un concurso de la DW(2), por el cambio de imagen de su programa Euromaxx (3), en el que para participar había que seleccionar una de las siguientes alternativas:


Leí una a una las posibilidades planteadas y las fui descartando casi de inmediato, no sé si debido a mi edad, a mis pocas exigencias, a mis pocas necesidades, a mis pocos deseos y quedó la última opción que decía: Me gustaría…

Y ésta me quedó sonando por lo que se me ocurrió dar la respuesta que adelante transcribo, entendido que lo hice sin ánimo de polemizar, de ridiculizar, de obstaculizar, ni de ningún tipo diferente al de sincerarme, como creo que debe ser cada vez que se le presentan a uno alternativas serias.

Como dije, dije: La pregunta lo coge a uno desprevenido, que me gustaría? No tengo ni idea, me gustaría saber qué me gustaría, sin pretender demeritar las preguntas formuladas, todas ellas válidas, pero en mi caso, no sé qué me gustaría; el tener lo que me gustaría? la conformidad de no preguntarme, de no cuestionar, de seguir la vida sin mayor fórmula de cuestionamiento? Entonces, me gustaría saber qué me gustaría.

Preguntas así formuladas, sin la última opción tendría rápida respuesta, como aquella que nunca me abandona y que sé nunca llegará: ganarme el Baloto. Pero éstas, hechas dentro de un ámbito serio, no era precisamente la que debía darse. Si llego a ganar, les aviso, no lo del Baloto sino la de la encuesta de DW, porque si se da la otra, como dice un hermano, cuando me gane el Baloto no vuelven a saber de mí.

Si uno siguiera las enseñanzas de Coelho, de Antony De Mello o de Walter Mercado, debería limitarme a enviar el mensaje mental a las profundidades del universo para que él se encargue de resolver el pedido, a su debido tiempo; entonces sí, la respuesta mía es que me gustaría ganarme el Baloto, pero el universo responderá que a su debido tiempo, que no es el mío entiendo, él se encargará de atender mi deseo, pero como es a su debido tiempo me he preguntado si hay otra vida y si al volver a retomarla existirá el Baloto? porque al parecer su debido tiempo no coincide con el mío. La cuestión sencillamente es que me encantaría que fuera en esta vida, en este tiempo y antes de morirme, bueno, antes de estar enfermo de viejo.

Toda esta reflexión, innecesaria diría yo, hace pensar que la vida pareciera estar diseñada para el me gustaría… ante la imposibilidad del tenerlo o al tenerlo, ante la posibilidad de otro me gustaría… alguien dirá que de eso se trata la vida: de retos y que una vez logrado uno, se debe desear el siguiente y el siguiente y el siguiente, sin fin o hasta que se muera, lo que ocurra primero.

Otros más simplistas dirán: como todo lo tengo, nada necesito y como no necesito nada, todo lo tengo.

Amén o simplemente: siga con sus sueños. Lo que ocurra primero! Pero sigo preguntándome qué me gustaría.

Hay dos tragedias en la vida: una consiste en no lograr lo que más se desea, la otra, en lograrlo. (4)

Foto: JHB (D.R.A.)




[1] H. Kissinger. Diplomacia.
[2] Deutsche Welle (DW) es la cadena de Alemania para el extranjero.
[4] G.B. Shaw.

viernes, 16 de junio de 2017

INCONGRUENCIAS



Pregunta: ¿Qué es la fe?
Respuesta: Es lo que nos da Dios para poder entender a los curas. (1)


Tenía anotados algunos apuntes… Tenía algunos apuntes. Anotar apuntes? Apuntar anotaciones? He aquí como empezaron mis incoherencias generadoras de incongruencias mentales, como el título mismo (2). Decía que en mi libreta de apuntes tenía algunas notas sobre ideas para el blog y todas ellas iban, al parecer, a concluir con el título al que le quedó bien dado.

Empecemos:

La gente lo que necesita es algo en qué creer, pues de lo contrario se darían cuenta de que vivir carece de sentido. (Omito cualquier comentario adicional, porque me da para escribir un tomo de filosofía o de algo así, digo yo).

Siempre me ha rondado una pregunta inicialmente aplicada a negros, judíos, sometidos en general, cómo siendo tantos no se levantaron contra los subyugadores? No es mejor morir a vivir sometido en la inmunda? Una respuesta a pie de página (3).

Ahora me pregunto además si los celtas, los druidas y los de la Atlántida eran tan buenos, tan sabios, tan cultos, tan conocedores, cómo fue posible que desaparecieran? Cuándo se les acabó la magia? O los acabaron los malos? Y desde entonces son los que subsistieron? Ergo, soy malo?

Y siguiendo con el cuento, la impotencia es el sentimiento que persiste en nosotros y es lo que nos mata en el silencio mismo.

Y al sentirnos impotentes, la dificultad radica en la toma de decisión o lo difícil es el temor a tomarla?

Son preguntas angustiosas que requieren de confesión y como diría San Agustín: La confesión es un grito del alma.

Y entonces vuelve y juega: Qué gana Dios con todo ésto?

Y a continuación tenía escrito una frase oída en la película de Netflix Confesiones, que decía: Nadie se arrepiente de su propia maldad.

            Y culminaba con alguna frase a medio oír y que me dio pie a pensar en que nosotros creamos la realidad a través de la imaginación, tergiversando la realidad misma, acomodándola a lo que nuestra imaginación desea para estar bien, para tener el bien estar de poder vivir sin necesidad de recurrir a filosofías o religiones que confundan, que retuerzan o que la fuerzan o aún la refuerzan. Es decir, la irrealidad hecha realidad para amortiguar y mitigar la sensación de la soledad en medio del universo.

Por hoy, he dicho.(4)


Foto: JHB (D.R.A.)


[2] Monólogo:
-Pero defiéndase, usté sabe escribir.
- Ah! Uno debe defender es su identidad.
- Identidad? Acaso tiene?
- Bueno, uno no debe hacer caso a todo lo que oye.
-Ah! Entonces no se corrija, deje que sea el autocorrector el que decida por usté.
[3] Cuando vives en un régimen de terror lo único a lo que aspiras es a ganar un día más a la vida, y bajas la cabeza; no ves, ni oyes, casi ni sientes, temiendo que se fijen en ti. El terror anula a los seres humanos, y para poder sobrevivir saca los peores instintos.
Julia Navarro. Dime quién soy
[4] Notaron el exceso de Y (íes?), de sin sentido, de falta de ilación? Yo también, pero las dejo así, llamemos reiteración a la primera, otras simplemente llamémosla retórica y aún locura, pero la repetición tiene su sentido, al menos gramatical y para pasar por letrado, mas no por pedante, déjeme decir que Las figuras de repetición consisten precisamente en la “repetición” de un sonido, palabra u oración. Hay 12 tipos: La aliteración, anáfora, anadiplosis, concatenación, epanadiplosis, epífora, el paralelismo, pleonasmo, polipote, la paranomasia, el polisíndeton y la reduplicación. A cuál aplicar? Ni idea, recuerden que soy nefelibato, vivo en las nubes y como la palabra no la podía ni recordar ni pronunciar ni escribir me tocó recurrir al blog en donde estaba escrita.