Una foto me dio pie para este blog. Decía:
(foto: Google)
Una respuesta a manera de
mensaje me llegó, sin maldad alguna y decía: Pero muerto para qué le sirvió el conocimiento?
En un principio mi
respuesta fue (sin maldad alguna también porque se trataba de una querida
amiga, pero tal vez sí con una gota de sarcasmo, he de confesarlo sin
eufemismo): Gracias por lo que me
corresponde… todo lo que sé para qué me servirá? Luego de muerto? porque en
esta vida… creo que para nada.!
Naturalmente la pregunta es
retórica, teórica y vergonzante? Pues sí, porque los gatos… Creo que voy a
terminar como un ocho, pero intentémoslo. Sí, a un gato ilustrado de qué le
servirá? Tal vez en su cielo haya posibilidades de aplicar lo aprendido en esta
vida? Tal vez murió sin saber que la curiosidad mata? Pero si tiene siete
vidas, seguramente sí aprendió algo en la primera que le podía servir en las
otras seis, me digo. Y si después de la última vida no hay más vida para él? De
qué le servirá? Y si le enseñó que también la curiosidad mata, en su
reencarnación lo recordará? Tantas preguntas vergonzantes que me hago, Dios
mío!
Por la parte animal gatuno,
dejemos así, porque por lo animal (seguimos siéndolo según la división de
clases que hay en el reino animal). Pero dejemos el sarcasmo para otro día, al
cual la ironía nos llevará, de eso estoy seguro.
Pero vuelvo a la pregunta
retórica, suponiendo que en la foto no haya un gato sino una persona? En efecto,
la curiosidad ha sido motivo de descubrimientos, de inventos, de genialidades,
así como también de muertos. Me imagino que el primero que se suicidó con una
soga se preguntaba qué iba a pasar si se la ponía y se empujaba. Si falló, no
sé si volvió a intentarlo, porque a veces la curiosidad es morbosa. Si no
falló, por el momento no sabremos la respuesta al caso.
Pero siendo más serios y ya
a avanzada edad, en donde uno está retirado de los quehaceres laborales, la
pregunta es válida. Para qué carajos sirvió el conocimiento? Para ser lo que
es, para lo que pudo lograr, supongo. Algunos hicieron plata, tal vez mucha,
pero no es mi caso. En ambos, teniéndola mucha o poca, nada hemos de llevarnos
nada (excusa de quienes no tenemos), por lo tanto… y recuerdo que a nadie le
quitan lo bailao, dice el dicho popular.
No le he encontrado
explicación lógica ni ilógica a esta pregunta. Naturalmente habría ene
explicaciones, lógicas e ilógicas. Tenía
que tenerlo si quería ser alguien (aunque es otra pregunta vergonzante que
no es del caso dilucidar hoy, ser alguien…);
si no fuera por eso no habría llegado a
donde llegó; agradezca que tuvo la oportunidad; qué habría sido de usté si no
lo hubiera tenido?
Lo más curioso es que mi
conocimiento no provino de una carrera universitaria, ni de los trabajos
ocupados, vino de la curiosidad, de lo que antaño llamábamos cultura, de leer
libros, de tener conversaciones intelectuales o de billar, de filosofar, de
preguntar, de oír, de conocer y si me pregunta y todo para qué? La respuesta
sigue siendo la misma, no tengo idea (otros me ayudarían diciendo NPI, es
decir, ni puta idea). En qué me ayudó para la vida? En mucho y tal vez, en
nada. Pero lo que sí tengo claro, en mi caso, es que estoy orgulloso de mi
conocimiento, de mi cultura, que lo es todo para mí, tal vez, solo tal vez es
nada para los demás.
Y viene la otra pregunta
obligada. Y todo para qué? La respuesta sigue siendo la misma: NPI. Al morir,
mi conocimiento se irá conmigo, si es que hay alguna continuación; si no la
hay, morirá conmigo, es lo mismo.
Y en todo caso, la
curiosidad quedará!
Resulta cierto que la
curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo!
No habrá
grandes posibilidades de que nos salvemos si no salvamos la inteligencia. Hasta
el día en que ya no hagan falta los intelectuales, porque todos lo serán. (1)
(1) Saramago. El odio al intelectual.
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