viernes, 30 de julio de 2021

FRASES QUE OFENDEN

             O al menos a mí, me ofenden mucho, tal vez demasiado, de esas que me vuelven fosforito, como diría mi mamá y basten estas dos que me encontré no hace poco en las noticias, que servirán para desahogarme, al menos, ya que no puedo coger a pata a quienes me han ofendido.

 La primera, sobre periodistas (dale otra vez, dirá uno que otro), pero es que me escuecen el alma:

 A Soler se le olvida que los periodistas preguntan, no para satisfacer un deseo de querer saberlo todo, sino por un interés más grande, que es el de informar a la comunidad.[1] 

             Pura mierda, me perdonarán, pero es que la bilis se me arrebata. No es cierto que los periodistas preguntan por un interés más grande.         Mentiras, lo hacen por morbo y si hay sangre de por medio mejor. Lo hacen, no para informar, pues si así lo hicieran, informarían, pero con los condimentos que le agregan, las imaginaciones que le suman y el morbo que le adicionan se nota que lo que quieren es ser el megáfono de alguna noticia que les dé algún premio. Y cuál es el interés más grande? El de ellos mismos, supongo. Es como cuando los gringos dicen que algo es de seguridad nacional, quieren decir, hasta aquí llegó la discusión, ese es el interés más grande. Ya pudiera yo cogerlos a pata cuando les oigo decir eso.

 Y la otra perla, las excusas aparentemente bien elaboradas, que no dicen nada, tratando de decir mucho, que se desvían y termina uno debiéndoles.

 “Lamentamos los hechos ocurridos que sobrepasaron la situación del momento. Cada detalle en el evento ha sido pensado para garantizar los protocolos de bioseguridad ante la pandemia, seguir los planes de organización y logística, y velar por el bienestar del equipo de trabajo. Vemos una oportunidad de aprendizaje y reflexión muy importante para ser mejores, y abordar estas situaciones de una manera diferente. Ofrecemos disculpas a (…) por el malentendido y le invitamos a generar espacios de diálogo que enriquezcan la construcción colectiva”.[2]

 Lo siento, fue una situación de momento, de desesperación lo que me llevó a escribir este blog, espero no volver a hacerlo (pura mierda! Pienso, la mala leche no tiene remedio, me digo).

 

Se llamará Colegio Dante Pedretti… Oh, no por vanidad, no me malinterprete, es sólo por dejar una huella. Un estúpido consuelo muy humano.[3]

De Google
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[2] https://www.publimetro.co/co/entretenimiento/2021/07/16/flavia-dos-santos-tambien-confeso-su-fea-experiencia-en-buro.html

[3] El comisario Bordelli. Marco Vichi

miércoles, 28 de julio de 2021

MIEDO

             Viendo Elementary, Sherlock decía: El miedo es un filtro impeditivo con el que no hay que ver el mundo. Eso bloquea.

 

            El miedo, sí, lo frena a uno, para hacer o para dejar de hacer, para sentir o para dejar de sentir, para pensar o dejar de pensar. Simplemente bloquea. Frena. Impide.

 

            Por el miedo uno deja de ser uno mismo, se convierte en otro, al que le tiene miedo, igualmente, porque no deja ver, a pesar de estar viendo, pero sin reacción, sin freno, sin vergüenza, desarma, humilla, fulmina y lo deja a uno irreconocible.

 

            Es de la peor sensación, aunque nada qué decir frente a sus hermanos: el pánico y terror, los mismos del chiste aquél que bien define sus diferencias.

 

            Y lo peor viene después, las consecuencias, los colaterales que pueden perdurar o se pueden esconder, esperando su próxima aparición.

 

            Definitivamente bloquea. No hay más qué decir.

 

¿acaso importaba? La pena nos pone a todos a un mismo nivel.[1]

Tomado de Google
https://www.memegenerator.es/meme/5010285


[1] Donna Leon. Las joyas del paraíso.

lunes, 26 de julio de 2021

CONTRADICCIONES

 Internet está diseñada para ser lugar de anonimato. Las redes sociales lo están para sacarlo a uno del anonimato.

 En internet uno cree que hace y deshace y nadie se da cuenta.

 Un instrumento que hace sentir que se es libre, porque va y viene por donde quiera, sabiendo que puede ser seguido, espiado, pero uno piensa, quién va a espiar a un anónimo, que no es vigilado, es un anónimo, no es vigilado, pero es un anónimo vigilado. Mientras no use determinadas palabras que pongan nerviosos a los servicios secretos, sigue anónimo, pero es vigilado.

 Una teoría conspiratoria? Tal vez, pero por qué dejarse llevar de la paranoia; es mejor pensar que se es anónimo, que se es libre y que nadie lo ve, aunque pueda que no sea cierto, a la larga es mejor sobrevivir pensando que nada de eso existe, que uno es un mero anónimo. (Me pregunto si la CIA, MI6 y las demás agencias estatales de inteligencia no se reirán con lo que escribo).

             A su vez, por un lado el anonimato y por el otro metido en redes sociales, demostrándose, mostrándose y todo para no pasar desapercibido. Queriendo mostrar lo bueno, solo lo bueno, que es uno, lo perfecto que se es, hasta mejorando las fotos para suavizar la fealdad que a uno lo acompaña. Mostrando fotos de los feliz que se es, la vida perfecta que se lleva. Y demostrando que se es libre.

             A sabiendas de que de privacidad en las redes no hay y que también se es espiado.

             Esa dualidad nos debe hacer sentir en estos tiempos más seguros, aunque la duda persista.

             Y hablando de dualidades, usamos el internet como una necesidad imperiosa, a sabiendas de que es el mayor contaminador del ambiente. Pero así somos.


Tomado de Google. 

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Estas medidas de seguridad dignas de James Bond habían costado millones a los contribuyentes. De todos modos, pensó, ¿para qué otra cosa servían los contribuyentes si no? Consumían demasiado, pagaban muchos impuestos y su Gobierno gastaba mucho más de lo que debía, normalmente en estupideces. Si aquello no era equitativo, que bajara Dios y lo viera.

David Baldacci. Frío como el acero

 


lunes, 12 de julio de 2021

ASOMBRO

             No pude salir de mi asombro al ver que a mi correo llegaba una actualización de Google Maps. Aunque lo de la actualización era algo normal, creo que mensualmente lo hace, pero nunca miraba su contenido, creía que actualizaba calles de la ciudad, por lo que no le paraba muchas bolas. Al ver la actualización del mes pasado, antes de botarla me llamaron la atención algunas fotos que acompañaban al mensaje, diciendo que había estado en algunos almacenes en días pasados.

 

            La curiosidad mata al gato, dicen, así que me puse a explorar la actualización llegada. En efecto había estado por esos lares haciendo las consabidas compras y como curioso que soy, me fui a Google Maps a ver mi histórico. Y ah! sorpresas! Toda mi vida pasada estaba en punticos rojos reflejados frente a un mapa. Quién lo dijera! Quién lo creyera!

 

            No sabía que supieran tanto de mí, naturalmente con la tecnología que nos acompaña hoy nada es infrecuente, todo es posible, hasta leí por ahí que ya estaban trabajando en computadores cuánticos, no tengo ni idea de cómo funcionan, pero deben ser de esos que determinan si el gato negro está o no y si vive o no. La tecnología nos arrasó, a los viejos como yo y para el resto, ya es compañía diaria. Aunque me desconcierte el aparatico ese que responde a las preguntas que uno le haga y que hay que iniciar con okei gugol, tal cosa, para que responda, para que ejecute una tarea o para que ponga la alarma o apague el televisor. Sigo descrestado.

 

            No recuerdo cuándo me involucré con Google Maps ni cuándo acepté su compañía, sin darme cuenta. Soy de aquellos que uso algo y no me pongo a leer ni políticas de la compañía ni letra pequeña, pues de hacerlo y no aceptarlo necesariamente me quedo sin el servicio. Tal como acontece con los laboratorios clínicos y demás pruebas, con el famoso formulario de aceptación, que si no se acepta, pues no se hacen los análisis, así de fácil. En mis tiempos se llamaban contratos leoninos. Y es por ello que no supe cuándo, al aceptar Google Maps les dije que me siguieran y que permitía ese seguimiento; tampoco supe qué botón espiché, pero la cosa es que ya saben por dónde ando. Por el lado positivo es que me sirve de coartada, si algún día la necesito. Por el negativo, es que la prueba también me puede hundir. Qué ironía! Pero estamos en los tiempos de la tecnología y qué podemos hacer, volver a la etapa prehistórica es un absurdo.

 

            Y viendo todos esos punticos rojos vi unos alejados, por lo que me acerqué y me vi montado en un avión, al menos el avión aparecía y decía mi destino, el nombre del hotel, los días alojado y el regreso. Quedé más descrestado, si he de confesarlo.

 

            Tiempos modernos, situaciones modernas, épocas modernas. No hay de otra, acomodarme a ellas, ya no hay remedio. Pero sigo descrestado. Y más sabiendo que la CIA, NCIS, NSA saben en dónde ando, por si me pierdo.

 

—Los caminos del ordenador son inescrutables —respondió Brunetti impostando una voz solemne.
—Yo tengo fe en el ordenador —admitió Vianello—, pero no en la gente que introduce la información.[1]

Tomado de Google



[1] Donna Leon Restos mortales.

viernes, 9 de julio de 2021

TREINTA AÑOS DESPUÉS

             Celebrando aquella constitución que el presidente de turno gritó como novedad: Bienvenidos al futuro! Y ya estamos en el futuro aquél, de hace treinta años.

             Y como cosa rara, aunque en Colombia no hay nada raro, pues todo es raro, la están criticando hasta los mismos que hace treinta años la aprobaron.

             Y parece que nadie se fijó bien en un detalle. Cerca del 80% por no decir el 90% de lo escrito en la nueva constitución ya estaba en la antigua constitución, la de 1886, con las necesarias reformas para aclimatarla a su propia modernidad. Pero qué novedad!

             Y Colombia, país de criticones y de leguleyos, vienen ahora a criticar la vigente, que a propósito ha tenido 56 reformas, dicen que casi una y media al año, es decir, que sigue siendo un retaso al que se le añaden otros y se desconfigura el vestido, pienso yo, no sin sarcasmo e ironía, porque parece que en treinta años hubo más modificaciones a la aprobada en el siglo XIX, con más de cien años.

             Y me sigo preguntando por qué carajos siguen pensando que con modificar la constitución se modifica un país que tal vez no quiera o no pueda ser modificado? Me da por pensar que hay que cambiar, sin cambiar, para que nada cambie y todos queden satisfechos con un cambio que a todas luces es imaginario.

             Todo imaginario como la constitución misma. Veamos unos ejemplos:

 Es una democracia participativa fundada en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. Qué bello discurso para iniciar una constitución.

 Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución. Servir a la comunidad, ajá! Promover la prosperidad de todos, ajá!

 El derecho a la vida es inviolable. Ajá, aunque ese derecho tenga un precio, el valor de una bala, de una sola. Y sigue el discurso bello: se garantiza esto, se garantiza aquello, y lo de más allá. Y la paz es un derecho de obligatorio cumplimiento. Si fuera cierto, estaríamos en paz, si se cumpliera al pie de la letra. El trabajo es un derecho y una obligación social. Nunca he entendido esa frase tan simple, tal vez porque nunca la he sentido como una realidad. Y cosa curiosa, no se menciona que toda persona tiene derecho a la justicia pronta y cumplida, como aspiración mínima.

Y no sigo, porque sería un discurso interminable, de juramentos a la bandera, bellos discursos que en papel quedaron, dirían los escritores de antaño. Se me ocurre que qué hay cosa más alejada a la realidad que una constitución, por ser meras palabras patrióticas, bellos discursos, tras palabras elegantes que no contienen un mínimo de realidad (me refiero a las partes de la constitución grandilocuentes de derechos y promesas).

 Como sea, solo puedo concluir que no es cuestión de cambiar la constitución para ser una mejor sociedad. Bastaría con una sola cosa: actitud. Basta con que la gente cambie de actitud y camine uniformemente mirando un solo interés, el de mejorar. Pero sí, lo sé, también es una conclusión acaramelada que trata de decir mucho, pero que choca contra la realidad. No estamos hechos para eso, somos lo que somos y siempre criticaremos lo que somos, sin lograr un cambio.

 He dicho.

 

—¿Ha visto jugar a un equipo italiano? Tienen una máxima, los italianos: Nessuno ricorda il secondo. A ellos les importa poco cómo ganen, mientras ganen. Simular un penalti no es ninguna deshonra. Dar una patada forma parte del juego. Un sabio llamó a esta filosofía mierdismo.[1]

Tomado de Google
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[1] Juan Gómez Jurado. Reina Roja.

miércoles, 7 de julio de 2021

SILENCIOSAS PALABRAS

Las palabras son silenciosas, mientras no se lean. Se mantienen ocultas, calladas, pendientes.

 

Y cuando se leen, se mantienen silenciosas. Silentes al no ser oralizadas, pero pendientes a su desarrollo.

 

Se leen en silencio, mas no se oyen, pero se sienten.

 

Son nacientes a medida que los ojos le recorren, surgen con vitalidad, como si nunca hubieran estado en un libro cerrado, sino atentas a una mirada curiosa.

 

Las palabras son silenciosas mientras no se verbalicen, en voz alta, pues de hacerlo, la cosa cambia, de calladas pasan a adquirir sonoridad y se transforman según la expresión, la tonalidad, la pasión.

 

Pueden ser silenciosas pero altamente peligrosas o suavemente cariñosas.

 

Y son solo eso, meras palabras.

 

Los pequeños detalles llevan a grandes resultados. La gente no mete la pata con las cosas importantes, la mete con los pequeños detalles. [1]

Tomado de Facebook
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[1] David Baldacci. 

lunes, 5 de julio de 2021

FATALIDAD

 

            Se puede escapar del destino? me preguntaba.

 

           

 

           

 

           

           

           

 

                    

 

           

 

           - Nos vemos en Samarra, fue la respuesta.

 


 

Las palabras son silenciosas y a veces los silencios, peligrosos.

viernes, 2 de julio de 2021

EL HOMBRE INSATISFECHO

             Será que el hombre, por naturaleza, es un ser insatisfecho? Fue una de las preguntas que se me ocurrieron en el trajinar de pensamientos volátiles que me acompañan.

 

            Me preguntaba también si existe algún momento en que la insatisfacción ceda su paso a la satisfacción de vida, debida como debería ser.

 

            Parece que nunca lo estamos. Si tenemos una cosa, ya queremos otra, adicional o diferente. Si no la tenemos surge el deseo de tenerla o de inventarnos algo que nos satisfaga en su momento, como rebeldía a no tenerla o de anhelar una mejor a la ya tenida.

 

            Y es aplicable a cualquier circunstancia de la vida. Familiar, profesional, laboral, social. Quién luego de una satisfacción no queda expectante por algo más, haciendo surgir así la insatisfacción.

 

            Una pregunta que no he podido satisfacer, tal vez al pensar en la insatisfacción al no tener una respuesta válida.

 

… qué mejor manera de demostrar tu independencia que comprando algo innecesario?[1]

Tomado de Facebook
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[1] Donna Leon. Piedras ensangrentadas.