miércoles, 30 de agosto de 2017

EN SILENCIO


Quería escribir en silencio, pensando en que las palabras no se vieran reflejadas, que fueran escritas como el silencio mismo. Como los pensamientos, que se piensan y no se reflejan, se reescriben, pero en silencio, sin que nadie los vea, sin que se noten.

Recordé que era yo quien escribía, aquél que no puede tener la mente en silencio, que no puede estar en silencio, al que el intento de meditación le conduce al sueño, a pesar de lo que en contrario diga yo mismo.

Mi mente acompañada de pensamiento impiden mantenerse en silencio. Por algo a la primera la llaman la loca de la casa y al segundo le han de decir el loro de la casa, agrego al menos en mi caso.

Mantener la mente en silencio, difícil cosa. Pero no hay como tenderse en la cama, con la conciencia del momento, disfrutando de lo que llamamos el silencio, silencio que resulta inexistente porque el medio ambiente está en constante movimiento.

Sin embargo, no hay cosa más arrulladora que ese silencio que así denominamos, el que se produce luego de las once de la noche, cuando sólo se oyen las llegadas de los últimos noctámbulos; el sonido en la lejanía de carros y buses, porque la distancia permite su distinción; cuando llueve, el sonido del viento y del agua chocando contra la ventana; la puerta que se abre; el vecino quitándose los zapatos y haciendo su última entrada al baño; el último vuelo que se oye alejándose. Todo eso que llamamos silencio de la noche, que no es silencio, pero que arrulla y que conduce al otro silencio, al del sueño, si se sueña, a la nada si no lo recordamos.


            Quería escribir en silencio sobre el silencio, pero en mi caso… no hay silencio, solo atropellados pensamientos que en cualquier caso me arrullan y me permiten alejarme de esta realidad.

Foto: JHB (D.R.A.)

lunes, 28 de agosto de 2017

RENACIENDO LA ESPIRITUALIDAD?



Para iniciar y no ofender de antemano a nadie, quiero aclarar que no tengo ni idea ni soy docto, salvo lo que por encima he leído, por internet, naturalmente sobre tales materias y menos tratándose de religiones, muchos de cuyos temas por el contrario me causan escozor, como habrán podido deducir de otros escritos.

            No hablo entonces de religión ni de esoterismo, credos, doctrinas ni evangelios y al no poder ubicar la palabra precisa creo que con el término espiritualidad comprendo todas esas nociones y muchas más.

            Bajo este entendido voy al cuento. En estos días fui a misa, no porque me guste ir, más por compromiso ineludible y me causó curiosidad la cantidad de gente que pasó a comulgar, cuando, en veces anteriores, veía que ni siquiera el cinco por ciento de asistentes lo hacía. Esta vez el número era considerable (alcancé a contar cerca de ochenta personas, que es más de la mitad de los asistentes. Oigo una voz que dice: Juan, en vez de estar concentrado en el ritual, deja que su imaginación vuele en esos lugares… Así soy, he de confesar).

            Como sea, el tema lo venía pensando de tiempo atrás, al notar cómo pululaban las iglesias de garaje, las páginas esotéricas de internet, las cadenas de oración de las redes sociales, el virtuosismo en todas las anteriores. Y en efecto, pareciera que la gente, por cualquier razón o circunstancia personal o social, anda inclinada al rezo (entendido en la mayor extensión de la palabra), en la búsqueda de algo de más allá, del más allá, de la esperanza ante este mundo que actualmente estamos viviendo.

            Se suponía que la era de Acuario(1), iniciada en los sesentas estaba caracterizada por la rebeldía del pensamiento y entre otros, sobre este tema. O será que esos que nacimos en el inicio de esa era teníamos que madurar (si es posible el símil) para encontrar un sentido diferente a los que estaban detrás(2)? Pero sabiendo que cada era astrológica dura dos mil años, Acuario está en pañales y ya empecé a desviarme del tema.

            Retomo. Noto una proclividad en la gente hacia lo espiritual –insisto en que se entienda el término en la más amplia significancia, para evitar equívocos-, aún existiendo de igual manera un buen número de ateos, incrédulos, agnósticos, a quienes, aún sin su permiso, incluyo dentro de estos pensamientos.

Y por todo ello y sin mayor profundidad ni profundización, mi pregunta se centra en: será que se estará reiniciando algún ciclo que se está centrando en el renacimiento de la espiritualidad?

Es una duda que quería compartir, como simple pregunta que mi inquieta mente hizo!(3)


PD. Aunque luego de escrito me encontré un artículo que hablaba de los países más ateos del mundo(4) y aunque tratara el tema con estadísticas, resulta que los países más pobres son los que se consideran más creyentes(5), mientras China, Suecia, República Checa y Reino Unido, son los más ateos o menos creyentes, como se quiera. Y dice el artículo que según la investigación, la juventud es más creyente, mientras que los adultos que van llegando a la tercera edad van dejando de creer. Quién lo creyera.(6)


Foto: JHB (D.R.A.)


(1) Se habla de eras astrológicas. Las Eras no terminan y cambian abruptamente. Esto es muy importante tenerlo en mente y tratándose de periodos de tiempo tan largos -2000 años- es lógico que los primeros siglos de la Era sean de transición, o sea, queda una parte de la anterior, y se va imponiendo la siguiente. http://www.univision.com/estilo-de-vida/horoscopos/estamos-ya-en-la-era-de-acuario
(2) La anterior fue Piscis y cada era dura 2000 años, según me enteré.
(3) Entiéndase como ensayo de escribir un ensayo.
(4) http://sostenibilidad.semana.com/tendencias/articulo/religiones-en-el-mundo-estos-son-los-paises-mas-ateos-y-creyentes-del-mundo/38458
5) Por países, Tailandia, con el 98 por ciento, Nigeria, con el 97 y Kosovo, India, Ghana, Costa de Marfil y Papúa Nueva Guinea, con el 94 por ciento, encabezan la lista de los países con más fieles y creyentes.
(6) Por último, el estudio muestra que algunas creencias se transforman con la edad. Mientras que el 78 por ciento de los encuestados entre 18 y 24 años cree en Dios, en la franja de 65 en adelante esta cifra cae al 67 por ciento. Esta tendencia se repite en la pregunta sobre si hay vida después de la muerte. El 60 por ciento de los jóvenes dice que sí y apenas el 45 de los ancianos tiene esa concepción.

viernes, 25 de agosto de 2017

SOMOS MUCHOS


Argumento hiperbólico(1) que trata de explicar, pero que realmente esconde, si no mentira al menos sí exageración y al que estamos acostumbrados los colombianos, cuando no podemos cuantificar una situación dada o requerimos de un apoyo inexistente, como soporte de nuestro pensar y a nuestro pesar.

El eterno: es que somos muchos los que ya pensamos así. Y uno contrapregunta y cuántos son muchos? Entonces pareciera que se pasara a la ofensiva, a la defensiva, según el caso, como si se estuviera jugando en ambos bandos. Y me explico: cuando no se tiene razón, cuando no se tiene profundidad de argumentación o se está débil y se quiere convencer basta con decir: es que somos muchos. Y si se pregunta que cuántos, se reitera automáticamente el muchos, mientras se busca un salvavidas mental y al no encontrarse, la eterna reacción de cambiar el tema, de sentirse ofendidos o de entrar en contraofensiva. O el argumento concluyente, decisivo y definitivo: Ni usté se los imagina.  

Lo siento como argumento de soledad dando apariencia de multitud, escondiéndose en esos anónimos que desconocen que por tal anonimato están ficticiamente acompañando a ese uno que cree que media humanidad comparte su pensamiento, sin saber que realmente son muy pocos los que lo hacen, precisamente por ese anonimato etéreo.

Siempre me ha llamado la atención ese: es que somos muchos, imposibles de cuantificar al ser inexistentes o existentes invisibles que no se pueden corporizar o que al ser improvisados (está sutanito, perencejo, melgarejo, mengano y… otros muchos, ni se los imagina) impiden conocer la magnitud y termina uno pensando que el muchos lleva a equívocos y termina en unívocos.

También ese es que somos muchos es utilizado para intimidar, para asustar, para causar miedo y ganar adeptos a la brava, basados en la ignorancia.

Y si digo que somos muchos los que piensan como yo, creo que me jodí, porque desconozco esos muchos, al ser inexistentes o existentes sólo en mi mente, que es lo mismo, pero creo que somos muchos… o como diría un buen creyente: Dios y yo somos mayoría! Y eso es mucho decir!

Cicerón solía decir que, cuanto más numerosa una multitud, más estúpida era, y que un truco que siempre funcionaba en esos casos era apelar a lo sobrenatural.(2)


Foto: JHB (D.R.A.)

[1] Hipérbole. nombre femenino. 1. Exageración de un hecho, una circunstancia o un relato. "Andrés tiene que decírtelo todo con hipérboles, exagerando" 2. Figura retórica de pensamiento que consiste en aumentar o disminuir de forma exagerada lo que se dice. sinónimos: exageración. https://www.google.com.co/search?q=HIPERBOLE&oq=HIPERBOLE&aqs=chrome..69i57j69i60j69i61j69i60l2j69i65.2346j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8
[2] Robert Harris Conspiración Saga: Cicerón - II

miércoles, 23 de agosto de 2017

CORTO CIRCUITO


Levantarse en un nuevo día.

Transcurre su lento pasar. No hay necesidad de indagar por él, como para qué, los días tienen su propio paso y uno sigue tras el otro, tras el otro y así hasta el fin de los días, pareciera que da lo mismo el día que es con el que no es, porque esos temas sutiles con el tiempo van perdiendo importancia y aún interés. Y lo mejor del cuento, uno les sigue, día tras día, como si no hubiera cambio.

Vida de pensionado, dirán algunos. Otros añadirán que es despreocupación. Habrá a quienes les dé envidia. Así son las cosas.

-         Fui a la zapatería y los zapatos no estaban. Le pregunté si mañana abría y me dijo que todo el día. Tan raro, trabajador el hombre.

Rato después.

-         Yo estaba convencida que mañana era viernes, esta semana está como loca. Comentó Mónica.

-        -                Viernes? Acaso hoy no es viernes?

-              -                 Nooo, mañana es jueves! Me explicó.

-             -           Cómo así y yo preguntándole al zapatero si abría mañana sábado.

-              -         Nooo, hoy es miércoles! Rectificó Mónica.

-          Mierda, pensé yo. Con razón, no es lunes de zapatero.

-          Creo que es mejor no preguntar ni la fecha, porque no la sé. Me atreví a insinuar. Sólo pude anotar: Esta semana está loca.

Hacía mucho tiempo que no sentía el descontrol, la confusión y el caos que mentalmente me acompañó al verme traicionado por mí mismo. Con que yo creía que era viernes, pero tan solo era miércoles, mitad de semana y aún restaban unos días para que se acabara. Mejor no pregunto la fecha, prefiero no desilusionarme. Con razón algo me decía que no había publicado mi blog, pero como se suponía que era jueves, para Mónica y viernes, para mí, qué mejor motivo que este corto circuito?

-         -  Miraste los huevos? Preguntó Mónica en la distancia.
-          - Huele a quemado, repliqué yo.

-       
            Qué semana tan loca.

Foto: JHB (D.R.A.)

lunes, 21 de agosto de 2017

MI HISTORIA?

En alguna película (sería de Tarantino?) oí que cada persona lo único que tiene es su propia historia. Eso me hizo pensar que en efecto, uno no se lleva ni títulos, ni propiedades, ni familia, ni afectividades dejadas en este mundo. Tampoco las tiene, al no ser poseídas, sólo son posesiones, transitorias.

De otra parte, la gente sólo conoce fragmentos de la historia de uno, los fragmentos contados, los convividos, los oídos, los fragmentos unidos con otros, pero nada más.

En teoría, sólo uno conoce su propia historia. Y digo en teoría porque hay muchos fragmentos que quedaron grabados por referencias realizadas por otros testigos, por ejemplo las historias relatadas de aquellas épocas olvidadas de la infancia y aún historias de las que sólo se tiene referencia por comentarios hechos en algún momento, porque estaba borracho, despechado o simplemente desinteresado del tema. De allí que la propia historia no pueda ser completa ni fiel.

Y tampoco hay que olvidar que la memoria es traicionera y que existen tres verdades, la de uno, la del otro y la verdadera. Y uno siempre cuando quiere exculpar una situación o circunstancia no duda ni un segundo en buscar la excusa al comportamiento, para evadirlo, para olvidarlo, para no quedar en evidencia, qué pena, Dios mío!

Y cuando no tergiversa la realidad, la memoria como desmemoriada que es, cuando le conviene, por miedo, por olvido o para ocultar una realidad que sonroja, asume la parte más florida, la menos dolorosa, la más hipócrita, la más suavizada, tal vez para no ofender al yo que escribe la historia. Dios mío, si soy yo!

Y nada qué decir de aquella historia que se oculta en arcano lugar, ese que nadie es capaz de abrir, caja de Pandora que es sonrojo, secreto, misterio, tenebroso o no. Esa historia oculta que ruboriza, avergüenza, que soslaya, que traslapa la realidad. Esa no se cuenta, está oculta, ni Dios puede llegar a saber de esa parte de la vida porque va y no lo deja entrar al paraíso. Dios nos libre!

De esta manera lo único que uno tiene es su historia, lo único que puede quedar es su historia, pero de qué manera contada, con apartes ocultados, con citas olvidadas, con referencias anudadas, con subjetividad escrita y de esa manera una historia inconclusa, una historia acomodada, una vida camuflada. Siendo así, ni siquiera tenemos historia, porque fue manipulada. Qué horror Dios mío!

El hombre debería ser su propia historia, pero sin eufemismos, carajo! Y no pregunten por la mía!

Si temes a los lobos, no entres en el bosque. (1)


Foto: JHB (D.R.A.)


(1) (Cita de Stalin o dicho ruso?) Robert Harris. El hijo de Stalin.

viernes, 18 de agosto de 2017

VIDA SENCILLA


(…) he aprendido que la vida puede ser sencilla y plena. La naturaleza en general nos muestra el camino de lo simple aunque los humanos hagamos todos los esfuerzos por complicarlo todo. (1)

Siempre me he quejado por el hecho de venir a este mundo sin ningún tipo de manual, sin ninguna ayuda a la que pudiéramos acceder para aprender a vivir, aprender a ser niños, adultos y viejos y aún para saber cómo se debe morir, en todos los casos al menos con dignidad.

No hay manual, aprendemos en el camino, en la mayoría de casos con el ejemplo y las más de las veces, con un ejemplo que en últimas resulta que no es el adecuado o el mejor.

Aprendemos con lo que dicen nuestros ancestros, nos educamos con la tradición –en la mayoría de veces basada en mitos-, nos contagiamos con el temor, la angustia, el chisme, el murmullo de los demás y de esa manera vamos escribiendo nuestro propio manual que, en últimas, no es nuestro, es la sumatoria de muchos manuales, todos inacabamos y casi todos faltos de reflexión.

Somos la suma de muchos manuales (Así se hace mijo. Mi herencia es el ejemplo. Espere a que sea padre. Tiene que matarse bastante si quiere vivir bien. Tiene que tener el último modelo. Mire que lo que conseguí fue por mi trabajo. Tengo una colección de destornilladores de todos los tipos).

Como dije, manuales desacertados, caducos, mal elaborados y ninguno genuino, que es lo triste.

Y la respuesta:

Los animales nos recuerdan que todo puede ser más sencillo, que el goce está por ahí al alcance de la mano y que se puede convivir con alguien distinto. (...) 
No tiene nada pero tampoco aspira a mucho. Resuelve cada día con un poco de comida, agua y una dosis grande de libertad para vagar por el mundo y tomarse la vida a su manera: sin afanes, disfrutando los aromas del ambiente, detallando el vuelo de una mariposa a la que mira con ojos acechantes o limpiando con parsimonia su cuerpo entero en un ritual continuo de vanidad sin vanidades.(2)

Y hoy, que ya no tengo que aparentar, que el quédirán quedó atrás; que la edad me enseñó a que puedo decir no, sin sentirme rechazado; que puedo ser yo, con virtudes y defectos; alejado de comerciales, de centros comerciales y de necesidades no indispensables para el buen vivir; habiendo aprendido a sentarme en la soledad, a admirar un paisaje o simplemente ver el vuelo de un pájaro; hacer cosas que realmente me gustan todo con lo cual puedo decir que efectivamente la vida simple, el cotidiano pasar sencillo es mucho mejor que ir por el pan en carro o hacer compras inútiles que no llenan el sabor de la vida, por ejemplo.

No se me mal interprete, no podría quejarme de la vida ya pasada, la que viví, como debía vivirla, sin manual pero copiando otros, desafortunadamente, porque nadie me dijo a tiempo qué era lo que no convenía hacer ni copiar. Pero como filosofía simple he de aceptar que lo que fue, fue.

Se tratan de reflexiones sencillas que llevan a pensar que porque como todo lo tengo, nada necesito y como no necesito nada, todo lo tengo. Cada cual evaluará qué tan sencilla será su vida y qué tan sencilla la querrá tener.

La compasión es un sentimiento que practican los cristianos y los budistas, con una diferencia: los primeros la practican para alcanzar el cielo, los segundos como norma de vida. Jesucristo fue un gran hombre, con un valioso mensaje centrado en la caridad, pero aquí tiene cabida lo que una vez le dijo Mahatma Gandhi a un inglés que lo visitó: "Me gusta el Cristo de ustedes, pero no me gustan los cristianos. No se parecen en nada a Cristo". O como dijo Napoleón Bonaparte: la religión es lo que evita que los pobres asesinen a los ricos.(4)


Foto: JHB (D.R.A.)

(1) Yolanda Ruiz. Elogio de la vida sencilla. El Espectador.
(2) Ibidem. Y agrega: Nos dan lecciones todos los días y no entiendo cómo muchos de esos humanos que se sienten parte de una especie superior son capaces de maltratar sin razón a los animales que nos dan tanto.
(3) Jorge Gómez Pinilla. La religión hace esclavos felices.  http://www.elespectador.com/opinion/la-religion-hace-esclavos-felices-columna-689887

miércoles, 16 de agosto de 2017

IMPOTENCIA


En este caso acudo inicialmente al diccionario, para no evadirme, para no desviarme: impotencia (nombre femenino) 1. Falta de fuerza, poder o competencia para realizar una cosa, hacer que suceda o ponerle resistencia. "ella se atribuye a sí misma la causa de su mal, de su impotencia, de su inutilidad y de su incapacidad para realizar las tareas que siempre hizo" 2. Imposibilidad o incapacidad del hombre para conseguir la erección del pene debido a causas físicas o psíquicas.

Me centraré en la primera acepción. Iniciaré con mencionar las teorías del libre albedrío, de la libertad de elección, selección y aún de erección. De la autonomía, del derecho si se quiere, de todas esas variantes y variables que llevan a pensar al ser humano que es dueño de sí mismo y él es quien decide.

Sin embargo la realidad, esa a la que nos enfrentamos día a día en su eterno presente, parece que contradice esa autonomía de la que hacemos tanta gala.

Y surge la impotencia ante los hechos de la misma vida diaria. Menciono solo unos ejemplos:

El trabajador que salió tarde en la noche y ve pasar en la distancia el último bus.
Perder el avión.
Estar en una funeraria y no saber ni siquiera qué decir fuera de las consabidas letanías que no vienen al caso.
Ver pasar el tiempo en la distancia, sin posibilidad de usarlo, por estar supeditado, por ejemplo, a que lo atiendan, a que lo hagan seguir, a que le tomen la declaración.
Ver nacer a un hijo con algún defecto o aún, verle morir, sin tener la posibilidad de elección en contrario. O ver morir a un ser querido.

Y la impotencia mayor, una sala de urgencias y con eso digo todo, para quienes han enfrentado esta situación. Y no hablar de clínicas y hospitales, una vez ingresado, los médicos tratando de adivinar qué pasa con el paciente… pasan los días y ninguna respuesta se obtiene, los resultados nada dicen, todo lo dicen, nadie decide y uno, ignorante del tema, sometido a decisión ajena, nada dicen, todo está dicho: nadie sabe. Es ver morir a alguien y no tener ninguna certeza de cuál fue la real enfermedad que lo mató, todo queda en divagaciones. Más sabios eran los médicos de antaño, se limitaban a decir: murió de viejo.

Y mayor es mi impotencia al tratar de explicar lo que aparenta ser obvio. Como dijo Arturo Pérez-Reverte: Es fatigoso tener que explicar cosas obvias.

Y si se me permite esta analogía: El tiempo y el espacio son de esas cosas esenciales (como la vida misma) en las que casi nunca pensamos, tal vez porque son difíciles de explicar. “¿Qué es el tiempo? —se preguntaba San Agustín—. Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”. Aquí la dificultad y la importancia se juntan.(1)

Con San Agustín cierro este blog: Si me preguntan más sobre la impotencia, dentro de mí tengo la explicación, pero si trato de continuar explicándolo en este blog, mi respuesta es que no lo sé, las palabras se vuelven impotentes(2) y terminan careciendo de sentido. Sin olvidar que la impotencia termina en la resignación.

Imagen de Google (3)



(1) Mauricio García Villegas. Tiempo. http://www.elespectador.com/opinion/tiempo-columna-701967-
(2) Curiosamente buscando en Internet literatura sobre impotencia, en el sentido de este blog, no encontré nada. Sólo basura sobre la impotencia sexual, eyaculación precoz y todos esos temas que llenan hojas, pero que termina siendo basura asociada al porno. Y como dicen las nuevas generaciones, si no está en Internet, no existe, por tanto la impotencia que quería explicar no existe, pero como también dijo Galileo, así fuera en murmullo, pero el mundo sigue girando. La ironía en el siglo XXI.
(3) https://co.pinterest.com/pin/457748749605356004/

lunes, 14 de agosto de 2017

NUEVA CULTURA


Para iniciar, simplemente transcribo:

Nos quejamos, como usuarios, por lo que publican los demás y criticamos a las redes que no controlan las mentiras que circulan entre sus abonados, pero mientras se hacen esas críticas se comparten contenidos sin dudar cuando aparece una “posverdad” que se acomoda a la idea preconcebida que se tiene del mundo. Poco lugar para la mesura y la reflexión. Si están matoneando por algo será y sobran manos para lapidar y voces para calumniar sin saber si aquello que compartimos en nuestras cuentas es real o no.
Por supuesto que las mentiras han existido en la vida pública desde siempre. Cualquiera sabrá que en la política proliferan de tiempo atrás. Pero la diferencia es que hoy la mentira se puede convertir en “verdad” revelada en segundos gracias a la magia del ciberespacio que todo lo multiplica. Una mentira puede terminar en un titular de prensa o ser el motivo de largos debates de muchos analistas y expertos que están a la caza de la polémica del momento para lograr su cuarto de hora de fama sin preguntarse si el hecho que analizan es real o no. De la mentira terminan comiendo muchos que no la inventaron, pero que se benefician de ella sin sentirse parte del engaño.
Las mentiras las inventan muchos sin rubor: algunos que lo tienen como oficio porque les pagan por ello, pero también muchos líderes políticos y de opinión que ya perdieron la vergüenza y convirtieron la mentira en su herramienta diaria. Mientras más se repite y más camina una mentira más “real” se vuelve y detenerla o desactivarla es casi imposible. Así como es bienvenida esta nueva democracia que hace participar a muchos en los debates y permite que la información camine con mayor libertad, así también conviene pensar dos veces antes de caer en la tentación de hacer clic y propagar una mentira. No nos engañemos: por moderno que suene no es “posverdad”, es mentira. (1)

Y realmente nos tapamos ya los ojos, cerramos nuestros oídos, silenciamos las palabras para no seguir oyendo, viendo, diciendo y repitiendo lo que otros oyeron, vieron o dijeron; ya sea por indiferencia, cansancio, aburrimiento o simple necesidad de desconectarse de lo mismo, de los mismos, las mismas cosas y queda uno como repitente reiterativo, cansón de pocas ideas, necio viejo como el que tanto criticamos en nuestra lejana juventud.

La nueva cultura, supongo que en evolución desde hace unos veinte años (¿), es vivir en la mentira, sometidos al miedo, curiosamente. Por eso no es que sea nueva tal cultura, es la misma de todos los tiempos pero ya adaptándose a la modernidad del siglo XXI, a su tecnología y a su propia forma de pensar.

Nos venden ideas, impuestas a través del miedo o del márquetin, de la publicidad o de la política. Nos manipularon y en últimas los dejamos que lo hicieran, nos camuflamos como todos, nos excusamos como todos, nos sometimos y sometimos, cuando pudimos.

Y esta perorata? Dos documentales de Netflix:

La cultura del porro. Interesante visión de lo que ha sido la cultura de la marihuana, su evolución, su satanización (ver nada más a las esposas de Bush y de Reagan pontificando sobre el tema y con eso digo todo). La mirada de las diferentes posibilidades medicinales que tiene y también, por qué negarlo, la vida del mariguanero. Pero el punto está en las razones que llevan a la satanización. Entrevistan a muchos sabios y puede uno concluir que más fue la persecución que algunos hicieron (tras sus propios intereses, no de los de la humanidad, aunque escudados en ésta.) Y también saber de cómo se manipula la opinión, cómo nos venden y nos someten tras argumentos de miedo (de mi niñez recuerdo cómo nos metieron miedo, además de la mariguana, sobre Cuba y los comunistas, gracias a Kennedy y sucesores, recuerden que ellos comían niños).

El otro, Get me Roger Stone. Se define como visionario y lobista, aunque es un manipulador nato. Comencé a ver el documental. De todo lo que oí en los primeros diez minutos, en tres oportunidades tuve el deseo de dejar de ver este documental. Demasiada prepotencia, demasiada grosería, una persona que no me gustaría conocer ni en los mismos infiernos. Pero de tripas corazón me obligué a ver todo el documental. De la trampa, la mentira, la metida de miedo, todo eso válido en política, en la economía y en los negocios y para colmo, le funciona, porque sabe que no nos gusta estar en la trampa, en la mentira ni en el miedo, pero que las necesitamos para que nos decidamos! Pero interesante ver otra óptica, así no sea la del bueno. Y claro, dijo muchas verdades que nos negamos a oír, porque nos encantan los eufemismos, mantenernos distantes, mantener la distancia para no afectar nuestra zona de confort.

Por eso, concluyo, sigamos con el eufemismo para evitar ver lo que nos negamos a ver, oír lo que no queremos oír y decir, lo que no queremos decir ni que nos digan, no hay como olvidarse que somos permanentemente engañados (aún con las bolsas de plástico). La vida está llena de contradicciones, qué vamos a hacerle, ya faltan pocos años para que nos desentendamos de toda esa basura.

aunque hace más de veinte años que cayó el Muro, en realidad los que crecimos con él lo seguimos sintiendo en nuestra cabeza.(2)

Foto: JHB (D.R.A.)



(1) Yolanda Ruiz. No es “posverdad”, es mentira. Columna del Espectador.
(2) Julia Navarro. Dime quién soy.

viernes, 11 de agosto de 2017

FARÁNDULA

Recuerdo los días en que en un consultorio uno se entretenía y perdía el tiempo leyendo revistas de farándula, cosas intrascendentes para momentos intrascendentes que hay que matar de alguna manera. Que fulanito se casó con sutanita, que perenceja iba a ser madre, que al tal por cual lo echaron de la novela y así decenas de comentarios como decía para pasar el rato y de esta manera se tenía igualmente roce social para echar chismes en medio de reuniones insulsas y aún de comités, igualmente insulsos. Para esa época y estoy hablando del siglo pasado, igualmente era uno novelero, porque no tenía opción. Todo se limitaba a la televisión colombiana.

Pasaron los años, muchos, creo y a mis manos volvió a caer una revista de farándula. No sé si me he vuelto menos tolerante, mis pensamientos se han involucrado en otros temas, pero esa revista sacó mi mala leche, viendo o mejor, leyendo tanta idiotez, rayana a la estupidez. (Al escribirlo me retrotraigo a mi propia idiotez de antaño y trato de exculparla, pero no, lo hice y lo hecho, hecho está).

Y haciendo un esfuerzo sobrehumano y para efectos de poder escribir este blog, tomo la edición de… (cualquier revista de farándula de las que abundan hoy) y leo: ¡Cuerpo de infarto! Con esta fotografía (fulanita) conmocionó las redes sociales (…) con un diminuto biquini color gris en el que demostró el resultado de sus fuertes rutinas de ejercicio… (No era gris, era jaspeado, si ese color tiene definición como he venido insistiendo, es decir pepiado de colores…). Con la maleta lista. Luego de estrenarse como empresaria (…) renunció (…) para irse a Estados Unidos para continuar su formación profesional (…) (Y agrega esta perla: Busco en el futuro poder viajar haciendo charlas para el crecimiento personal… y me muerdo los labios, no han salido del cascarón y ya se creen gurúes). Y esta otra: Reto #verdaderamenteNatural. Varias famosas del mundo del espectáculo se unieron al reto de mostrar su rostro sin maquillaje. (Sí, debe ser todo un reto, sin máscara, dice mi mala leche.)

Y eso que eran solo tres noticionononones de la página 8. No pude soportar el reto. Tanta… cómo llamarla, sin ofenderme demasiado, estupidez? (Empieza a creer en ti y empodérate. Hablamos con (…) esposa de Falcao y con Nicole Kidman. –Qué comparación, me digo!-. Operación belleza: conviértete en tu mejor versión. Ja!)  

Qué insulsidades, qué vanalidades, tanta estupidez reunida en una sola revista. Y lo peor de todo, es que si se vende es porque hay público para eso y termina uno sin saber a quién acharle la culpa de tanta estupidez: a la revista, a la gente que la compra, al mercadeo, a…

Para evitar mayores estragos en mi sistema circulatorio y autoinmune, hasta aquí dejo mi mala leche respecto de la farándula –Como habrán apreciado, la farándula que se da en televisión, creo que los sábados particularmente, son letrina para el conocimiento, si se me permite la expresión.

Pero hablando de ejemplo y de estupidez en su mayor grado, acabo de leer la ley 1856 del 26 de julio de 2017 (1) (pleno siglo XXI), en que se declara oficialmente el 25 de octubre como el día nacional del enano (la ley habla de la persona de talla baja, pero no define desde qué métrica debe observarse, ni qué altura ha de tenerse en cuenta. En consecuencia, puedo ser uno de ellos, sin eufemismo). Y me digo para eso sólo sirve el congreso, para nada más, lleno de enanos de pensamiento y gigantes en el ladroneo, comparo. Por eso ha de revocarse, dejarse de pendejadas democráticas y demás.

Como ven, hoy un solo tema me hizo desvariar y amargar. Eso me da pie a transcribir:

La estupidez ha alcanzado el lugar que se merece en la sociedad: la cumbre.
La estupidez actual, casi una pandemia, no es un accidente del destino: ser estúpido es una decisión del individuo (algunos se preparan para serlo: George W. Bush lo hizo en Harvard). El carácter contagioso y la multiplicidad de la estupidez podrían ser sometidos a un estudio riguroso: como las inteligencias, las estupideces son múltiples.
En la revista Zenda, el crítico Edu Galán cita algunos autores claves sobre el asunto de la estupidez: Aaron James; Carlo María Cipolla; y el clásico Erasmo de Róterdam.
‘Las leyes fundamentales de la estupidez humana’ de Cipolla, por ejemplo, son aplicables en nuestro entorno:
1). “Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo”.
2). “La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona”. (La diputada Ángela Hernández, la representante María Fernanda Cabal, el procurador Alejandro Ordóñez, la senadora Viviane Morales: profesionales, alto perfil...).
3) “Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un prejuicio”. (Destituyen a Ordóñez, renuncia, no renuncia, medio renuncia…).
4) “Las personas no-estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas”. (Morales recolectó 2’135.000 firmas para que solo las parejas heterosexuales puedan adoptar: para discriminar a las parejas homosexuales).
5). “La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe”. Peor aún es el ciclo evolutivo de los estúpidos: cuando George W. Bush parecía insuperable, surgió Sarah Palin; ahora, Trump.
Galán añade un sexto principio: “Un imbécil es impermeable a cualquier opinión o razonamiento que no sea el suyo propio. Y dependiendo del grado de confianza en sí mismo que tenga, lo expresará públicamente en correlación directa a dicha autoestima”. Basta con entregarle a un personaje público un celular bien cargado (“de tigre”) y… voilà.
El poder de las estupideces es reforzado por factores como la empatía que genera el estúpido y el eco que le hacemos los medios de comunicación (expertos en enaltecer la estupidez). (2)

No lo dije yo, pero es como si lo hubiera dicho.

Fotos Google (3)




[1] http://es.presidencia.gov.co/normativa/normativa/LEY%201856%20DEL%2026%20DE%20JULIO%20DE%202017.pdf
[2] Ana Cristina Restrepo Jiménez. Sobre la estupidez. http://www.elespectador.com/opinion/sobre-estupidez
(3) https://www.google.com.co/search?biw=1366&bih=638&tbm=isch&sa=1&q=revistas+farandula+colombiana&oq=revistas+farandula+colombiana&gs_l=psy-ab.3..0i7i30k1.17083.18251.0.18642.9.8.0.0.0.0.208.873.0j4j1.5.0....0...1.1.64.psy-ab..6.3.499...0i13k1.aXSBNwlhPMk