viernes, 11 de agosto de 2017

FARÁNDULA

Recuerdo los días en que en un consultorio uno se entretenía y perdía el tiempo leyendo revistas de farándula, cosas intrascendentes para momentos intrascendentes que hay que matar de alguna manera. Que fulanito se casó con sutanita, que perenceja iba a ser madre, que al tal por cual lo echaron de la novela y así decenas de comentarios como decía para pasar el rato y de esta manera se tenía igualmente roce social para echar chismes en medio de reuniones insulsas y aún de comités, igualmente insulsos. Para esa época y estoy hablando del siglo pasado, igualmente era uno novelero, porque no tenía opción. Todo se limitaba a la televisión colombiana.

Pasaron los años, muchos, creo y a mis manos volvió a caer una revista de farándula. No sé si me he vuelto menos tolerante, mis pensamientos se han involucrado en otros temas, pero esa revista sacó mi mala leche, viendo o mejor, leyendo tanta idiotez, rayana a la estupidez. (Al escribirlo me retrotraigo a mi propia idiotez de antaño y trato de exculparla, pero no, lo hice y lo hecho, hecho está).

Y haciendo un esfuerzo sobrehumano y para efectos de poder escribir este blog, tomo la edición de… (cualquier revista de farándula de las que abundan hoy) y leo: ¡Cuerpo de infarto! Con esta fotografía (fulanita) conmocionó las redes sociales (…) con un diminuto biquini color gris en el que demostró el resultado de sus fuertes rutinas de ejercicio… (No era gris, era jaspeado, si ese color tiene definición como he venido insistiendo, es decir pepiado de colores…). Con la maleta lista. Luego de estrenarse como empresaria (…) renunció (…) para irse a Estados Unidos para continuar su formación profesional (…) (Y agrega esta perla: Busco en el futuro poder viajar haciendo charlas para el crecimiento personal… y me muerdo los labios, no han salido del cascarón y ya se creen gurúes). Y esta otra: Reto #verdaderamenteNatural. Varias famosas del mundo del espectáculo se unieron al reto de mostrar su rostro sin maquillaje. (Sí, debe ser todo un reto, sin máscara, dice mi mala leche.)

Y eso que eran solo tres noticionononones de la página 8. No pude soportar el reto. Tanta… cómo llamarla, sin ofenderme demasiado, estupidez? (Empieza a creer en ti y empodérate. Hablamos con (…) esposa de Falcao y con Nicole Kidman. –Qué comparación, me digo!-. Operación belleza: conviértete en tu mejor versión. Ja!)  

Qué insulsidades, qué vanalidades, tanta estupidez reunida en una sola revista. Y lo peor de todo, es que si se vende es porque hay público para eso y termina uno sin saber a quién acharle la culpa de tanta estupidez: a la revista, a la gente que la compra, al mercadeo, a…

Para evitar mayores estragos en mi sistema circulatorio y autoinmune, hasta aquí dejo mi mala leche respecto de la farándula –Como habrán apreciado, la farándula que se da en televisión, creo que los sábados particularmente, son letrina para el conocimiento, si se me permite la expresión.

Pero hablando de ejemplo y de estupidez en su mayor grado, acabo de leer la ley 1856 del 26 de julio de 2017 (1) (pleno siglo XXI), en que se declara oficialmente el 25 de octubre como el día nacional del enano (la ley habla de la persona de talla baja, pero no define desde qué métrica debe observarse, ni qué altura ha de tenerse en cuenta. En consecuencia, puedo ser uno de ellos, sin eufemismo). Y me digo para eso sólo sirve el congreso, para nada más, lleno de enanos de pensamiento y gigantes en el ladroneo, comparo. Por eso ha de revocarse, dejarse de pendejadas democráticas y demás.

Como ven, hoy un solo tema me hizo desvariar y amargar. Eso me da pie a transcribir:

La estupidez ha alcanzado el lugar que se merece en la sociedad: la cumbre.
La estupidez actual, casi una pandemia, no es un accidente del destino: ser estúpido es una decisión del individuo (algunos se preparan para serlo: George W. Bush lo hizo en Harvard). El carácter contagioso y la multiplicidad de la estupidez podrían ser sometidos a un estudio riguroso: como las inteligencias, las estupideces son múltiples.
En la revista Zenda, el crítico Edu Galán cita algunos autores claves sobre el asunto de la estupidez: Aaron James; Carlo María Cipolla; y el clásico Erasmo de Róterdam.
‘Las leyes fundamentales de la estupidez humana’ de Cipolla, por ejemplo, son aplicables en nuestro entorno:
1). “Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo”.
2). “La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona”. (La diputada Ángela Hernández, la representante María Fernanda Cabal, el procurador Alejandro Ordóñez, la senadora Viviane Morales: profesionales, alto perfil...).
3) “Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un prejuicio”. (Destituyen a Ordóñez, renuncia, no renuncia, medio renuncia…).
4) “Las personas no-estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas”. (Morales recolectó 2’135.000 firmas para que solo las parejas heterosexuales puedan adoptar: para discriminar a las parejas homosexuales).
5). “La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe”. Peor aún es el ciclo evolutivo de los estúpidos: cuando George W. Bush parecía insuperable, surgió Sarah Palin; ahora, Trump.
Galán añade un sexto principio: “Un imbécil es impermeable a cualquier opinión o razonamiento que no sea el suyo propio. Y dependiendo del grado de confianza en sí mismo que tenga, lo expresará públicamente en correlación directa a dicha autoestima”. Basta con entregarle a un personaje público un celular bien cargado (“de tigre”) y… voilà.
El poder de las estupideces es reforzado por factores como la empatía que genera el estúpido y el eco que le hacemos los medios de comunicación (expertos en enaltecer la estupidez). (2)

No lo dije yo, pero es como si lo hubiera dicho.

Fotos Google (3)




[1] http://es.presidencia.gov.co/normativa/normativa/LEY%201856%20DEL%2026%20DE%20JULIO%20DE%202017.pdf
[2] Ana Cristina Restrepo Jiménez. Sobre la estupidez. http://www.elespectador.com/opinion/sobre-estupidez
(3) https://www.google.com.co/search?biw=1366&bih=638&tbm=isch&sa=1&q=revistas+farandula+colombiana&oq=revistas+farandula+colombiana&gs_l=psy-ab.3..0i7i30k1.17083.18251.0.18642.9.8.0.0.0.0.208.873.0j4j1.5.0....0...1.1.64.psy-ab..6.3.499...0i13k1.aXSBNwlhPMk

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