Para iniciar y no ofender de antemano a nadie, quiero aclarar que
no tengo ni idea ni soy docto, salvo lo que por encima he leído, por internet,
naturalmente sobre tales materias y menos tratándose de religiones, muchos de
cuyos temas por el contrario me causan escozor, como habrán podido deducir de
otros escritos.
No hablo entonces de religión ni de
esoterismo, credos, doctrinas ni evangelios y al no poder ubicar la palabra
precisa creo que con el término espiritualidad comprendo todas esas nociones y
muchas más.
Bajo este entendido voy al cuento.
En estos días fui a misa, no porque me guste ir, más por compromiso ineludible
y me causó curiosidad la cantidad de gente que pasó a comulgar, cuando, en
veces anteriores, veía que ni siquiera el cinco por ciento de asistentes lo
hacía. Esta vez el número era considerable (alcancé a contar cerca de ochenta
personas, que es más de la mitad de los asistentes. Oigo una voz que dice: Juan, en vez de estar concentrado en el
ritual, deja que su imaginación vuele en esos lugares… Así soy, he de
confesar).
Como sea, el tema lo venía pensando
de tiempo atrás, al notar cómo pululaban las iglesias de garaje, las páginas
esotéricas de internet, las cadenas de oración de las redes sociales, el
virtuosismo en todas las anteriores. Y en efecto, pareciera que la gente, por
cualquier razón o circunstancia personal o social, anda inclinada al rezo
(entendido en la mayor extensión de la palabra), en la búsqueda de algo de más
allá, del más allá, de la esperanza ante este mundo que actualmente estamos
viviendo.
Se suponía que la era de Acuario(1),
iniciada en los sesentas estaba caracterizada por la rebeldía del pensamiento y
entre otros, sobre este tema. O será que esos que nacimos en el inicio de esa
era teníamos que madurar (si es posible el símil) para encontrar un sentido
diferente a los que estaban detrás(2)?
Pero sabiendo que cada era astrológica dura dos mil años, Acuario está en
pañales y ya empecé a desviarme del tema.
Retomo. Noto una proclividad en la
gente hacia lo espiritual –insisto en que se entienda el término en la más
amplia significancia, para evitar equívocos-, aún existiendo de igual manera un
buen número de ateos, incrédulos, agnósticos, a quienes, aún sin su permiso,
incluyo dentro de estos pensamientos.
Y por todo ello y sin mayor profundidad ni profundización, mi
pregunta se centra en: será que se estará reiniciando algún ciclo que se está
centrando en el renacimiento de la espiritualidad?
Es una duda que quería compartir, como simple pregunta que mi
inquieta mente hizo!(3)
PD. Aunque luego de escrito me encontré un artículo que hablaba de
los países más ateos del mundo(4) y aunque tratara el tema con estadísticas, resulta que los países más pobres
son los que se consideran más creyentes(5),
mientras China, Suecia, República Checa y Reino Unido, son los más ateos o
menos creyentes, como se quiera. Y dice el artículo que según la investigación,
la juventud es más creyente, mientras que los adultos que van llegando a la
tercera edad van dejando de creer. Quién lo creyera.(6)
Foto: JHB (D.R.A.)
(1) Se habla de eras astrológicas. Las Eras no
terminan y cambian abruptamente. Esto es muy importante tenerlo en mente y
tratándose de periodos de tiempo tan largos -2000 años- es lógico que los primeros
siglos de la Era sean de transición, o sea, queda una parte de la anterior, y
se va imponiendo la siguiente. http://www.univision.com/estilo-de-vida/horoscopos/estamos-ya-en-la-era-de-acuario
(2) La anterior fue Piscis y cada
era dura 2000 años, según me enteré.
(3) Entiéndase como ensayo de escribir un ensayo.
(4) http://sostenibilidad.semana.com/tendencias/articulo/religiones-en-el-mundo-estos-son-los-paises-mas-ateos-y-creyentes-del-mundo/38458
5) Por países, Tailandia, con el 98 por ciento, Nigeria,
con el 97 y Kosovo, India, Ghana, Costa de Marfil y Papúa Nueva Guinea, con el
94 por ciento, encabezan la lista de los países con más fieles y creyentes.
(6) Por último, el
estudio muestra que algunas creencias se transforman con la edad. Mientras que
el 78 por ciento de los encuestados entre 18 y 24 años cree en Dios, en la
franja de 65 en adelante esta cifra cae al 67 por ciento. Esta tendencia se
repite en la pregunta sobre si hay vida después de la muerte. El 60 por ciento
de los jóvenes dice que sí y apenas el 45 de los ancianos tiene esa concepción.
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