miércoles, 20 de diciembre de 2017

CARTA AL NIÑO DIOS


Querido Niño Dios:

Así comenzaban las cartas que antaño, cuando perduraba la inocencia, dirigíamos anualmente al hijo del Creador, naturalmente con el interés propio que nos inculcaron. Alabar nuestras buenas obras –si no las había, al menos darle un brochazo de favorabilidad, porque siempre recuerdo que detrás de toda buena obra, siempre hay un interés mezquino-.

Lo curioso es que la carta iba de niño a niño, ahora que lo veo, pareciera que la bondad humana es más aceptada y menos contaminada, hasta que…

Y si se ve bien, era un resumen de lo bueno que nos habíamos portado a lo largo de ese año, es decir, un balance de vida, aunque siendo niños, la verdad es que ese balance no se hacía respecto de un año sino del mes anterior o aún, en muchos casos, de la semana inmediatamente pasada a la fecha de la carta; el niño no se educó para considerar mucho tiempo (por eso será que somos cortoplacistas? Me pregunto ahora). Desde esa edad no supimos hacer evaluaciones largas y duraderas y menos de nosotros mismos, porque desde siempre hemos tenido la capacidad de exculparnos cuando no queremos asumir responsabilidad, manifestar lo únicamente favorable para de esa manera hacernos acreedores a buenos regalos, por lo buenos que fuimos

Y el interés mezquino, blanquear las paredes para mostrar lo mejor de uno y así obtener esa contraprestación esperada, tal vez no merecida, pero obligada, porque como balance no creo que el debe y el haber hubieran estado tan balanceado, pero así fueron las cosas.

Pero dejando de lado tanta palabrería –de mi parte, aclaro-, la carta del Niño Dios como ejercicio de vida es bueno. Evaluar –con mayor objetividad, si se puede y si se quiere también- todo ese año recorrido, poder hacer el balance de vida, como dije, anotando el haber, descontando el deber y evaluando si hubo ganancia o al menos no todo fue pérdida. Y anoto que no hablo de plata, ni de finanzas, ni de ingresos económicos, ni nada de eso.

Hablo simplemente de evaluación de vida, en forma debida, de cómo nos fue simplemente ese año, dentro de nosotros mismos –sin involucrar plata, como dije, ni familia, ni sociedad, ni nada de eso, simplemente cómo me fue a mí-.

Por eso, la carta al Niño Dios no es una niñería, es una experiencia que cada cual debería hacer, en el silencio de su propia soledad, donde el rubor no se notará, ni la vergüenza hará visible presencia.

Ah! y no pedir, solo agradecer, así se le quita la mezquindad del balance.


A Dios gracias, este año fue un buen año! Me merezco el regalo, de vida!



Óleo con espátula en papel. JHB (D.R.A.)

lunes, 18 de diciembre de 2017

ANÓNIMOS


En realidad llevaba varios días en que no importaba cuánto tiempo rezara, ni cuánta fuera su desesperación: Dios no estaba y le había dejado a solas con su conciencia vagando de un lugar a otro.(1)

Este mundo está lleno de anónimos y no me refiero a nosotros, sino a aquellos que por circunstancias de la vida dejan aflorar lo mejor que puede tener la humanidad, es decir, aquellos que son humanidad, viven humanidad y sufren también la humanidad.

Todas aquellas personas que de alguna manera uno diría que hacen patria donde el estado no es capaz de llegar, en veredas o ciudades, generalmente en lugares apartados, en sitios anónimos como ellos mismos. Y se las arreglan solos, con su propio esfuerzo, con su propia fe o fuerza de voluntad, hacen hasta donde es posible hacer.

Son incógnitos que de esa misma manera viven, sin alharaca, sin pretensión. Nacieron para servir y dentro de su anonimato es lo que hacen, sin querer ni buscar reconocimiento. A algunos se les aparece la virgen y logran mucho, más que cuando eran anónimos; el resto, sobreviven por ellos mismos.

A esos anónimos debería hacérseles el homenaje anónimo. Y hablo de aquellos que recogen animales abandonados, sin ninguna pretensión, como dije, simplemente por el sufrimiento que ven en ellos, en su miseria y tratan de hacerles ver que hay una vida un poco mejor a la que les tocó vivir hasta ese momento. Otros, aquellos que dan una parte para mejorar las condiciones de lo que llamamos menos favorecidos, ancianos, niños, enfermos abandonados a su suerte.

Pensando en el abandono, visto desde la lejanía de mi comodidad, debe ser muy berraco que la vida ya lo haya castigado a uno con la miseria y no tener opción, ni siquiera tener opción de vida, como es debido.

Naturalmente como todo lo humano, existe la contrapartida de aquellos que explotan la situación y de aquellos otros que escudados en la compasión hacen el negocio correspondiente. Todos éstos, siguiendo las leyes divinas o universales, si las hay, espero obtengan su contrapartida, por miserables, por ser representantes de la miseria humana.

Pero bueno, dejemos a esos a un lado, antes de que se derrame toda mi mala leche.

Un ejemplo de anónimo, en lejanas tierras, también olvidadas por Dios, que no solo existen en esta tierra que llamamos patria, vi un documental de la DW (2) de un tibetano que recoge niños, les educa y les da cariño. Conmueve el alma, simplemente hace sentir que no siendo uno, al menos hay alguien que sin interés hace un algo por otro, hace que la vida miserable de otro sea menos miserable, dándoles una gota de esperanza, a eso se limita el todo, pareciera que es suficiente, al menos es algo.

Tantos anónimos que ponen su grano de arena en su paso por este mundo y yo, desde mi comodidad me conduelo, pensando en que en cada rincón de esta tierra, hay alguien más berraco que yo que pone su grano de arena y anima al menos a alguien, así sea un animal, un niño, un anciano, un enfermo que necesita una mano extendida.

Y me sigo diciendo desde mi comodidad, repito, este mundo es demasiado injusto y Dios, demasiado sordo?

No quería esperar, sentía la necesidad de escribir esa historia, de comprender por qué Él había decidido complicarse creando el mundo, porque, por más que le daba vueltas, no entendía para qué lo hizo, salvo que se aburriera y quisiera jugar con los hombres lo mismo que sus hermanas jugaban con sus cuentas y muñecas.(3)

Óleo sobre papel. JHB (D.R.A.)




(1) Julia Navarro. La biblia de barro.

(2) http://www.dw.com/es/tashi-y-el-monje/av-41509417. Tashi y el monje. En lo alto de las montañas del Himalaya indio, un monje budista lucha por facilitarles una mejor vida a los huérfanos y a los niños carenciados. Lobsang Phuntsok fundó un orfanato con el poético nombre de "Jardín del amor y la compasión". La última en ingresar es Tashi, de cinco años. Tashi está traumatizada y rehúye el contacto con otras personas. 

(3) Julia Navarro. La biblia de barro. 

viernes, 15 de diciembre de 2017

REFLEXIONES AJENAS


Los hombres, como el resto de los animales, huelen la debilidad en los otros y aprovechan para atacar.(1)

Reflexiones escritas por otros, ayer u hoy, la fecha no hace la diferencia, porque mantienen su constante, son verdades de las que no se pudo aprender, ni se aprenderá así pasen los siglos, así lean todos los días la historia que ha de ser su condenación, porque conociéndola o desconociéndola parece que fuera la misma condena del pobre Sísifo.

            En materia religiosa me gustó ésta, al menos para un principio de respeto:

Soy creyente, pero no pretendo imponer a nadie mi fe que es personal e intransferible porque no busco adeptos ni me preocupa en qué creen los demás.(2)

            Si de miedo se trata, atinado consejo:

Si una persona quiere quitarse un miedo de encima, tiene que actuar a lo Marco Aurelio, el emperador romano que escribió aquel libro extraordinario "Meditaciones de inteligencia emocional". Una cosa que él decía siempre y yo la llevo al terreno del miedo es que cuando un factor exterior te angustia o te crea miedo, tienes que entender que esa cosa exterior no la puedes cambiar ya que no depende de ti. Pero lo que sí puedes cambiar es tu forma de ver esa cosa. Tienes que quitarte el miedo de encima razonando sobre él, preguntándote por qué lo ves así y cómo podrías verlo de otra manera, etc. Razonando sobre ese miedo, puedes acabar viéndolo de una nueva manera. Cuando lo logres, crearás una emoción incompatible con la del miedo, y esa es la única forma de eliminar el miedo por ti mismo.(3)

Y hablando del mismo Morgado sabiamente sobre el amor dio en el punto:

Se ha demostrado que el amor, sobre todo en los jóvenes desactiva la corteza prefrontal, la parte del cerebro con la que razonamos. Científicamente hablando podemos decir que el amor es ciego. Y, por tanto, un ciego no solo tropieza dos veces con la misma piedra sino doscientas mil veces, porque si uno es ciego, obviamente no ve por dónde va. Esa ceguedad del amor es la que hace que los enamorados se equivoquen siempre en lo mismo.

Y hablando de su contrapartida, el odio:

La han tratado como a un ser humano y nadie tiene por qué agradecer que le traten como lo que es.(4)

Cuando vives en un régimen de terror lo único a lo que aspiras es a ganar un día más a la vida, y bajas la cabeza; no ves, ni oyes, casi ni sientes, temiendo que se fijen en ti. El terror anula a los seres humanos, y para poder sobrevivir saca los peores instintos(5).

… también odian a los norteamericanos; en realidad, en Oriente nos odian a todos y tienen parte de razón. No les hemos dado nada, hemos mantenido regímenes corruptos, les hemos vendido lo que no necesitaban, no hemos sido capaces de fomentar la creación de capas medias e intelectuales y cada vez son más pobres y sienten más frustración. Los fanáticos religiosos se lo están montando muy bien: ayudan en los barrios más pobres, enseñan gratuitamente en las madrasas, han creado hospitales para atender a los que no pueden pagar ni médicos ni medicinas…(6)

Y para no extenderme, las redes sociales (a las que me estoy apegando para mi propia desgracia?):

Las redes son formidable, pero están llenas de analfabetos, gente con ideología pero sin biblioteca, y pocos jerarquizan. Dan igual valor a una feminista de barricada que a un premio Nobel.(7)

Y después nos quejamos. Analfabetos, gente falta de sentido común, borregos que siguen sin pensar y hay que agregarle los fanáticos, los groseros, los vulgares, los hampones del internet, los bulineros y tantas otras subespecies del género humano, aunque para no pontificar con mucha autoridad, a veces, cuando no me logro controlar, se me sale alguno de ellos. Qué vaina!

La necesidad de replicar todo lo que vemos sin consultar, con indiferencia, sin responsabilidad en las redes sociales. Todo tiene consecuencias.(8)

Y las tiene, consecuencias que no calculamos, que no nos imaginamos, buenas o malas, como todas las acciones, sus consecuencias las hay.

Bueno, ya me desahogué, aunque sea un poquito, gracias a las palabras ajenas.

Óleo sobre papel, con espátula. JHB (D.R.A.)



(1) Julia Navarro. La biblia de barro.
(2) Yolanda Ruiz. De ateos y creyentes http://www.elespectador.com/opinion/de-ateos-y-creyentes-columna-691115
(3) Ignacio Morgado. (San Vicente de Alcántara, Badajoz, 1951), es catedrático de Psicobiología del Instituto de Neurociencia en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, de la que es decano fundador. En la actualidad imparte clases de Psicología fisiológica y realiza investigación experimental sobre recuperación de la memoria por estimulación eléctrica cerebral.  
(4) Julia Navarro. Dime quién soy.
(5) Julia Navarro. Dime quién soy.
(6) Julia Navarro. La biblia de barro.
(7) Arturo Pérez-Reverte. CartagenaEspaña25 de noviembre de 1951) es un escritor y periodista español, miembro de la Real Academia Española desde 2003. Antiguo corresponsal de RTVE y reportero destacado en diversos conflictos armados y guerras, es el autor, entre otras, de la saga Las aventuras del capitán Alatriste.
(8) Netflix. Black mirror. Odios nacionales. 

miércoles, 13 de diciembre de 2017

SOLO PALABRAS COMPARTIDAS


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Desde el 26 de marzo de 2013, Colombia empezó oficialmente el proceso de ingreso a la OCDE, lo que implica que para ser aceptados como miembros debemos ajustar estructuralmente el país según las “recomendaciones” de la organización. Siguiendo nuestra tradición irreflexiblemente imitativa, nuestro característico cortoplacismo, nuestro facilismo, nuestra acendrada e inextirpable idea según la cual debemos buscar soluciones en otros y no en nosotros mismos, sin tomar en cuenta ni causas ni consecuencias y esperando a que otros nos resuelvan nuestros propios problemas, nuestros dirigentes —la última generación que aún preserva una mentalidad decimonónica, apocada y cegada frente al oropel extranjero— volvieron a caer en el deslumbramiento y en el hechizo del vendedor de espejos.(1)

Sigo pensando en el limitado provincialismo colombiano, aunque hay que aclarar que es el mismo latinoamericano, el mismo occidental, por no extenderlo a todo el mundo. Queremos estar en todos lados, sin invitación y solo por el prurito de estar ahí. Entonces nos sometemos a todas las recomendaciones que nos imponen, si queremos estar en ese club. La historia, si es que sirve para algo pues estoy pensando que hasta ahora solo sirve para recordar nuestra estupidez, lo viene repitiendo, una y otra vez. Que el FMI recomendó sin saber que ésto es Colombia; que el Banco Mundial dice y si no se le hace caso no hay platica; que el BID, que la ONU y el resto de siglas nos imponen, digo, sugieren tal y cual solución, aún a sabiendas que la solución no era esa y que en otros países fue un caos no reconocido abiertamente. Pero seguimos como borregos copiando todo y que el sistema pensional chileno es lo mejor y lo copiamos, allá ya está a punto de quebrar y aquí aún, a pesar de la evidencia de los cotizantes defraudados, se insiste en que es mejor acabar la prima media. Y eso sin mencionar el sistema de salud, de educación, aunque el de la corrupción si dio resultados, al menos para unos, para los que no han cogido. Y me pregunto, el experimento no puede hacerse sin necesidad de la copia foránea?

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Hoy en día, el legado de esa juventud que rompió con todos los esquemas sigue vigente, pero las fotografías de hoy (que en un futuro ya no serán ninguna reliquia guardada en un cajón) denotan una diversificación de este grupo social, que si bien es más libre que nunca, también propende al aislamiento, a la dificultad y al escurridizo advenimiento de una nueva etapa de nuestra historia. Hoy en día las fotografías, que se conservan en formatos digitales, que pululan de a millones en redes sociales, páginas de internet y otros medios de comunicación, nos hablan de la forma en la que la juventud se ve y se condena irreprochablemente. Los momentos retratados, usualmente, son insignificantes, repetibles, alarmantemente cotidianos, como si no hubiera tiempo o recuerdos que conservar. Las fotografías ya no existen para que algún historiador pequeño, en unas cuantas décadas, vaya a buscarlas en los escaparates ocultos de la casa, sino para exhibir, para mostrar lo grandiosa que es nuestra vida a cada momento, a cada instante que se escapa de nuestras manos para caer pronto olvidado en los abismos digitales del tiempo.(2)

            Con este artículo me pregunto: será que la humanidad tendrá futuro? Aunque algo me hace preguntar: será que esa misma pregunta se hicieron nuestros ancestros? Y estuvimos a la altura?

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Y para completar:

Años atrás decíamos: nadie es tan feo como en la cédula. Que levante la mano quien no se avergüence de aquella foto en holograma que lo muestra a uno como un criminal malencarado o un bobo de ocasión. Mostrar la cédula como forma de tortura. Pero las cosas han cambiado. 
Ya no es necesario ocultar la identificación para mantener la autoestima en niveles aceptables. Ahora solo falta inventar una vida paralela. El economista Seth Stephens-Davodowitz, autor del libro “Todos mienten: Big data, New data y lo que Internet puede decirnos acerca de quienes somos realmente”, escribió una columna en el New York Times titulada Que las vidas perfectas de Facebook no te depriman. Empezaba con la máxima más importante de nuestro tiempo: las redes sociales nos están deprimiendo. Luego explicaba lo que todos sabemos pero convenientemente ignoramos; a saber, los otros no pueden ser tan exitosos, ricos, atractivos, relajados, intelectuales o felices como parecen serlo en Facebook. Sin embargo, no podemos evitar comparar nuestra vida interior con las vidas maquilladas, muy maquilladas, de nuestros amigos. Dicho sea de paso, ¿amigos?, ¿cuántos amigos tiene uno realmente?, ¿tantos como en Facebook? (…) En Facebook empezó contándose una vida de ensueño, de libro de fantasía en el que todo era perfecto. Y hemos derivado en una narración patética de cada miseria que nos pasa en la vida. Ya no es suficiente mostrarnos siempre felices, perfectos y tranquilos, ahora hay que generar lástima y pesar. No me sorprendería si, con tal de generar reacciones sobre nuestras vidas, también estemos inventando dramas y exagerando tristezas. Contar para darse lástima. Buscar “me gusta” para quererse.(3)

 

            No teníamos en nuestra época ni remota idea de la posibilidad que pudieran existir las redes sociales y entonces la pregunta se trastocó, cómo hicimos para sobrevivir con lo feos que éramos, aún a pesar de la foto de la cédula? Y nuestras vidas pasaban desapercibidas, tal vez porque las cosas feas no se compartían, comíamos callados y el deseo de la aceptación social no hacía tan evidente como el deseo de actual de encontrar aceptación a través de la lástima y pesar, me digo para mis adentros.

Óleo sobre papel. JHB (D.R.A.)




(1) Julián López de Mesa Samudio. El lado oscuro de la OCDE (I).  http://www.elespectador.com/opinion/el-lado-oscuro-de-la-ocde-i-columna-705026

(2) Valentina Coccia. Breve historia fotográfica de la juventud. http://www.elespectador.com/opinion/breve-historia-fotografica-de-la-juventud-columna-696544
(3) Jorge Eduardo Espinosa. Facebook, Wikis y la miseria. http://www.elespectador.com/opinion/facebook-wikis-y-la-miseria-columna-696873

domingo, 10 de diciembre de 2017

POR QUÉ NO PUEDO SER SANTO.


Las moscas también atosigan y, sin embargo, lo único que se puede hacer es habituarse a ellas…(1)

No lo puedo ser porque tengo muchas taras heredadas, unas adquiridas, otras por ósmosis adquiridas, por el contagio social y otras de genes saltarines que no sé a quién culpar.

Hago esfuerzos por mantener equidad, tranquilidad, tolerancia. No me meto con nadie, para así evitar que se metan conmigo, no quiero el matoneo verbal, ni de ellos ni el mío, porque eso también es parte de las taras adquiridas, si no heredada, uno nunca lo sabe.

Ese equilibrio deseado se pierde muy fácilmente o tan fácilmente como el fosforito permanente que habita en mí.

Quisiera llevar la vida lo más tranquila del mundo. Como dije, no meterme en la vida de nadie para que nadie se meta en la mía. Pero ah! cosa difícil. Como difícil de entender lo es la palabra misma. Equilibrio: Estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan o si se quiere Estado de inmovilidad de un cuerpo, sometido únicamente a la acción de la gravedad, que se mantiene en reposo sobre su base o punto de sustentación (2).

Ese creo que debe ser entonces el problema, dos fuerzas iguales que empujen con la misma fuerza en sentido opuesto. En una palabra, la dicotomía que nos acompaña cada día, el estar de pie y no caerse, el bien y el mal haciendo malabares, las maledicencias con el Diostebendiga, el honrado y el corrupto haciéndose pasar por el primero.

Hago el esfuerzo de mantener en equilibrio la mente, ya que el cuerpo, hasta el momento, lo hace solo, en automático. Pero al traspasar la frontera entre mi soledad y la colectividad ya termino exasperado. Aquél mal parqueado; ese otro en contravía; otro más que lo choca a uno por estar mirando el celular; quien le mira a uno con envidia o con ganas de robar. Cosas para mí insoportables, carentes de humanidad o de simple respeto y me enerva ver que cada cual quiere hacer lo que se le da la gana sin pensar en el prójimo, ni el próximo ni el lejano, el mundo es de ellos, sin saber que es compartido, aún a pesar de uno mismo. Que no se meta, me dicen. Que no es su problema, dicen otros. Que quién lo está llamando, agrega otro más.

Pero perdí el año, no puedo ser santo, hay una fuerza que me desequilibra, la que me demuestra que se perdió el sentido común, el sentido de humanidad, el de proximidad, el de compañerismo, el de la decencia y todo eso definitivamente me saca la piedra y mi equilibrio queda en manos de ese intolerante que llevo dentro, ese hamponcito que habita en mí, sin saber si tengo o no la razón.

Solo por eso, no puedo ser santo en este mundo! Pero eso sí, esos hampones que van en contravía tienen la virtud de sacarme la puta piedra!

La edad puede mucho. Trae la experiencia, pero trae también el cansancio (3).


Óleo sobre papel con espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Saramago. Claraboya.
(2) https://www.google.com.co/search?q=equilibrio&oq=equilibrio&aqs=chrome..69i57j0l5.3946j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8
(3) Saramago. Claraboya.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

TEMAS ESPINOSOS

La culpa (no) es de la lengua que habla, si no de los hombres que la inventaron, pues en ella las palabras justo y piadoso, simplemente no tienen femenino.(1)

Había tratado de evadir un tema porque levanta ampollas y lo considero irracional, dentro de mi limitada mente.

Distracción nacional! Se armó la de Troya porque en una invitación que Francia hizo a escritores nacionales, si mal no recuerdo, sólo se seleccionó a una mujer –que creo que no aceptó la invitación y no por ser la única, creo que por compromisos adquiridos-.

Como sea, contra el grupo seleccionador saltaron rayos y centellas, que si es que no hay mujeres lo suficientemente merecedoras, que el grupo era machista y supongo que las negritudes debieron también saltar y los homosexuales y todas aquellas minorías ofendidas.

Me molesta aquello del 50%. Que en todo debe haber 50% o bien de negros, o bien de indios, de maricas o de mujeres pues de lo contrario uno queda tildado de machista. Dios me libre! –léase como simple exclamación, pues de lo contrario y sacándola de contexto aparecerá como racista, como machista, como medio hombre, aunque en últimas pueden pensar lo que se les dé la gana- (Ya se le salió la mala leche! Oigo en mi recóndito cerebro y sí, por el tema levanta ampollas, dije).

Y lo peor de todo es que a algún honorable congresista, tratando de ser igualitario y de avanzada –de esos líbranos Señor! Y léase como se quiera pues se trata de limitados mentales o políticos, por sinonimia- decidieron el cincuenta por ciento para llenar las vacantes, para igualar la sociedad –a la fuerza-.

Para el caso que me ocupa, la invitación a escritores, entendí que la escogencia la realizó un grupo, conocedor del tema y decidió elegir a los escritores seleccionados, que por algo lo son, independientemente del sexo, raza o posición ideológica o sexual.

Recuerdo en mis tiempos mozos que se seleccionaban candidatos, si a ello se le puede denominar selección, buscando el equilibrio legal y de esa manera llegaron unos esperpentos de literal bruteza a ocupar cargos y el desequilibrio que generaron, Dios nos libre! –léase literal-. En alguna oportunidad al hacer el comentario sobre las limitaciones mentales del candidato, la respuesta fue simple: Toca!

Y por eso me molesta que en todas las listas tengan que incluir una mujer, porque toca. Llegará el día en que en las ternas deban estar incluidos uno de cada raza, condición sexual, feministas y las ternas serán de ocho, supongo. El mundo está tan loco que a eso podremos llegar.

Como dice  Ana Cristina Restrepo Jiménez(2):

Ni los anaqueles de mi biblioteca ni la lista de canciones de mi dispositivo se guían por leyes de cuotas. El criterio de elección no es “ser mujeres”, sino la calidad de la obra… pero con frecuencia el género parece nublar la vista.
Muchos prefieren denominar “medida transitoria” a la discriminación positiva de las mujeres (o leyes de cuotas). Dicho tránsito ha de continuar hasta domar a la bestia.

Por curiosidades de la vida, en el transcurso de mi recorrer laboral la gran mayoría de mis jefes fueron mujeres, casi todas ellas de un bagaje profesional alto, con las cuales me fue bien y ni yo las culpé de machismo ni ellas a mí; fue una buena experiencia, con la ironía de que casi todas ellas preferían trabajar con hombres, como lo manifestaban en voz alta.

Es por ello que hoy me pregunto, acaso no es posible que una terna sea compuesta de tres personas, independiente de raza, color, sabor, inclinación sin que se pueda tildar de machista, racista, negligente, malqueriente por la misma selección?

Ese es el problema de los defensores de aparentes minorías que se vuelven tan ofensivos, tan displicentes, que tras su defensa se vuelven intolerantes y terminan en armar caos donde todo debería ser armonía, si me apropio de frases de San Francisco, naturalmente acomodadas para el caso.

Y la ironía llega al extremo, que en eso ya el bajo perfil se mantiene, en que la palabra que en femenino identificaba al poeta, poetisa –a pesar de las tendencias contrarias- hoy ellas se llaman y se hacen llamar poetas y se ponen bravas si se les llega a corregir.

Conclusión, quién entiende a quién?

Dios nos ayude! –léase literal o significativamente, léase como quiera que de todos modos de una simple exclamación, el tierrero se puede armar-.

… En verdad hay cosas que el mismo Dios no entiende, aunque las haya creado. (3)


Óleo sobre papel. JHB (D.R.A.)

(1) Saramago. El evangelio según Jesucristo.

(2) Nosotras que nos queremos tanto- https://www.elespectador.com/opinion/nosotras-que-nos-queremos-tanto-columna-723696

(3) Saramago. El evangelio según Jesucristo.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Y AL FINAL…


Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntarle al mundo por qué y por qué.(1)

Serrat se cansó. Yo, por mi parte, sigo preguntándome un montón de cosas que como se diría, son preguntas sin respuesta, al no llegar a saberse éstas, por ser retóricas, nunca se sabrán, pero sigo insistiendo en preguntarme, sabiendo que no obtendré beneficio alguno, pero de continuar haciéndolas el azar puede llevar a obtener alguna, porque sería la única forma de encontrarse la respuesta, de puro chepazo!

Algún día, haciendo el ejercicio mental, sin ningún interés de generar polémica dentro de mi propio pensamiento y por lo tanto en medio de la mejor objetividad conmigo mismo –si es dable predicarla-, me dio por hacerme preguntas al vuelo sobre el desarrollo de mi vida.

Y me pregunté: qué hubiera pasado si hubiera nacido en el seno de otra familia? El silencio se posó en la pregunta, no sé si por imprudente. Pero no vi respuesta que me situara en otra familia. Era como si la respuesta hubiera sido: esa fue la que le tocó.

Seguí en el intento: y si hubiera estudiado otra carrera? Me enfrenté a otro silencio, esta vez mudo, como diciendo, deje la impertinencia. Lo que fue, fue.

Hice otro esfuerzo: y si no me hubiera casado o hubiera sido con otra? El silencio fue nostálgico, pero siguió siendo silencio. Otro hubiera sido el destino, alcancé a vislumbrar como respuesta.

Y como consecuencia pregunté: y si hubiera tenido otro trabajo u otra línea de trabajo? El silencio que se hizo fue semejante a aquél que se produce cuando la pregunta está fuera de lugar. No insistí, para no ruborizarme más.

Y para no alargar la incomodidad de mi propia conversación me pregunté: Y si hubiera sido otro, en dónde estaría hoy? Y como por arte de magia saltaron veintemil respuestas a la vez: Podría estar preso –que es lo que está de moda-; podría estar en la calle; podría ser rico; podría haber sido santo o estar condenado en vida; podría haberse suicidado hace mucho; podría haber sido político –Dios me libre, logré santiguarme- o contratista del estado –ibídem, me dije-; podría haber sido tantas cosas o no haber sido nada, pude haber muerto prematuramente…

Y sinceramente para no seguir sintiéndome ofendido, deprimido o arrepentido decidí dejar el jueguito que ya empezaba a incomodarme.

Lo único cierto era que efectivamente eran preguntas incómodas y meramente retóricas que a ningún lado conducían, porque lo que fue, fue y lo que soy, eso soy, no puedo cambiarlo, ni modo de seguir echando globos, no valía la pena.

Y al final, la vida sigue igual!(2)


Óleo en papel con espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Serrat. Vagabundear. https://www.youtube.com/watch?v=Lj0ymbmtX9U
(2) Pensaba en la canción de Julio Iglesias (https://www.youtube.com/watch?v=Tutp5Je_KgY), olvidando que Sandro cantaban otra, con la misma frase: https://www.youtube.com/watch?v=stkdAgmrx9k y el Puma las cantó ambas.

viernes, 1 de diciembre de 2017

NUTRIÉNDONOS DE MITOS



Un mito (del griego μῦθος, mythos, «relato», «cuento») es un relato tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, los cuales buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno.

La conversión de la palabra de su sentido original al que adquiere con el tiempo es notoria en algunas ocasiones. Por ejemplo mito. Siempre que se mencionaba en mi lejana juventud hacía referencia a los mitos griegos y latinos (gigantes y titanes, por ejemplo). Hoy, preguntar a alguien menos viejo que yo sobre tales mitos hace que la respuesta sea otra y si se les trata de explicar lo que eran gigantes y titanes, terminan mirándole a uno con cara de otro planeta.

Pero debemos acomodarnos al paso de los tiempos y hoy el mito ya es otra cosa. Y hago referencia, particularmente a dos posibilidades: una, la del mito en la ciencia (a pesar de ser propio de la historia), al cual llegué al ver un programa de la DW(1), en el que lo que creía, al menos yo, como una verdad era realmente una verdad no comprobada, por no decir una mentira o una verdad desmitificada.

Que la espinaca contiene puro hierro y es el alimento por excelencia que da fuerzas y se convirtió en sinónimo de Popeye (y de fuerza); que el vino es bueno para evitar las gripas y que la vitamina C ingerida cuando empieza también, después ya no; que leer con poca luz daña los ojos, (solo los fatiga); que el uso de celulares y tabletas en un avión lo afectan y pueden hacer que falle (parece que para nada, que es un mito que surgió como todos los demás, porque alguien lo dijo por decirlo sin soporte); que la música efecto Mozart resultó que es teoría de una moda sin sustento; que los bebés no deben llorar en exceso… (por el contrario, dicen que debe dejárseles llorar todo lo que quieran porque eso fortalece los pulmones). Y entre periodistas y mercadeo resultan culpables de muchos mitos.

El conocimiento es un proceso continuo. Lo que ayer tenía validez, hoy es probable que la ciencia lo rebata. Pero ¿cómo es posible que se perpetúen mitos hasta en la ciencia? ¿Por qué no se logran sustituir sin más viejos conocimientos por nuevos? Desde errores metodológicos hasta manipulación, todo es posible. Nuevos mitos surgen no solo a pesar de la ciencia, sino incluso gracias a ella.
Por ejemplo, la desintoxicación: un mito en pleno auge. La desintoxicación del cuerpo se basa en una concepción de médicos de comienzos del siglo XX. No obstante, los médicos modernos consideran que los tratamientos para eliminar las impurezas supuestamente acumuladas en el organismo es una tontería. ¿Por qué no logran los expertos investigadores destruir el mito de la desintoxicación que carece de toda base científica? La Dra. Lilian Krist, epidemióloga del hospital Charité de Berlín, manifiesta: «La gente quiere creer en algo. Hoy, las grandes promociones de dietas alimentarias y tendencias que marcan estilos de vida se han convertido para muchos en el sustituto de la religión.». Nuevos estudios suelen aportar más interrogantes que respuestas concluyentes. Los datos dan rienda suelta, por tanto, a la interpretación o incluso a malinterpretaciones intencionadas. Lo que sucede es que una información errónea almacenada alguna vez en nuestro cerebro difícilmente se borra. El psicólogo cognitivo Ullrich Ecker ha constatado en muchos experimentos realizados al respecto que en mitos ya instalados, en los que las personas creen desde generaciones, actúan grandes fuerzas inerciales. Hasta se puede identificar un efecto bumerán: cuánto más se intenta destruir un mito, tanto más firmemente se afianza en las personas.

Y eso refiriéndose a la ciencia. Qué podemos decir de los mitos urbanos? Nacidos igualmente porque fue dicho por alguien (importante, naturalmente y en lo posible hay que afirmar, no importa la verdad, que lo dijo un estudio de alguna universidad afamada y así se le da mayor credibilidad al chisme). En este momento, tal como me acontece últimamente, para citar un caso de mito urbano, se me han borrado y claro, a mayor esfuerzo de recordación, mayor olvido para traer al presente. En esto me disculparán. Aunque viéndolo bien, cualquier afirmación –positiva o negativa, que la hay- que se oiga en conversación ajena lleva a ser opinión multiplicada, así sea nacida del chisme y termina como un mito urbano que todo el mundo afirma con la seguridad más arraigada que auto de fe y sin el menor asomo de haber sido corroborada. Aunque hoy, casi todos los mitos urbanos que uno termina oyendo son meros chismes o resultados de éstos.

Antes se podía decir que los mitos pululaban en el pueblo, al ser ignorante y semianalfabeto en el mejor de los casos. Hoy ya es generalizado, tal vez debido también al exceso de información que tenemos que no da tiempo para la verificación sobre su realidad. Por eso cualquier chisme nacido en red social, multiplicado como locos desconocedores, terminan en realidades que no se ajustan ni siquiera al concepto de mito, en ninguna de sus variedades, salvo en la urbana, que esa, para ignorante es bastante consolidada y yo he caído unas cuantas veces y creo que seguiré cayendo, por bobo, por qué más sería?

Por eso hay que tener cuidado, el mito nace del chisme y de la desinformación. Curiosamente en un televenta en que caí, aparece un vendedor de ilusiones, una especie de curandero, creo que llanero, hablándole al pueblo con una seguridad y convencimiento sobre sus poderes y usando y abusando de términos que creo que ni conocía pero que le venían como anillo al dedo, para darle mayor seriedad a su propuesta de lavativas, amarres y demás y que le concedía un aire esotérico al usar términos como el karma, mantras, auras y demás revelaciones divinas. Y me preguntaba sobre esta publicidad, cómo en pleno siglo XXI se conseguía marrano como si estuviéramos en los inicios del siglo pasado? Pero para todo hay marrano y entre mitos, leyendas y chismes, hay para todos.