lunes, 29 de abril de 2024

COMPARTIR UN FEED

                 Qué demonios es eso, me preguntaba al estar en Facebook, cuando antes era simplemente compartir. Click y punto, sin necesidad de distraerse con el feed.

                 Eso me llevó a un artículo de prensa[1] que decía: Tether, la criptomoneda del tipo stablecoin que afirma que cada uno de sus tokens está respaldado por un dólar estadounidense, es emitida por la empresa Tether Limited y desde sus orígenes ha estado envuelta en diversas polémicas. … Originalmente tether estaba disponible a través de Omni Layer, pero ahora se puede acceder a ellas en varias blockchains. Con la aprobación de Tether Limited, se puede alternar entre USD y Tether, un mecanismo que ayuda a mantener el anclaje de la stablecoin. No seguí leyendo porque no entendí absolutamente nada, chino para mí.

             Para tener un poco de cultura moderna, me llevó a buscar aquello de minería de criptomonedas, y me encontré con que La minería se basa en aplicaciones de software que se ejecutan en hardware específicamente diseñado y los mineros de todo el mundo conectan sus dispositivos de minería para formar una red entre pares. Juntos, se "encargan" de mantener el registro de Bitcoin verificando que sólo se aprueban las transacciones legítimas, es decir, verificando que cada transacción es única y que nadie está intentando "gastar dos veces" bitcoin copiando el mismo código digital de un Bitcoin. Seguí en las mismas, sin entender un carajo, pues todo lo que es intangible, hasta el mismo Dios, me es incomprensible y de allí que preferí seguir en mi ignorancia a pesar del qué dirán.

             Eso me llevó a recordar que hace años, contrataron a una muchacha experta en no sé qué y en su presentación habló y habló que de lo que habló me llevó a pensar que me estaba embruteciendo al no entenderle mayor cosa. De una frase, cinco palabras eran en inglés, el feelback, el enterteinment y yo no sé cuantas palabrejas y una que otra intermedia en español. Afortunadamente mi jefa que era de mi misma escuela se atrevió a pararla para decirle que no entendía un carajo y que lo mejor era que hablara en cristiano.

           Ahora, oyendo a estas nuevas generaciones quedo con la misma sensación o me estoy apendejando y embruteciendo con el tiempo o mi tiempo ya no es este porque hablan en una terminología que sinceramente me deja fuera de tiempo y no logro comprender mayor cosa de lo que expresan, si es que expresan algo.

 Algo está pasando y convencido como estoy, ese algo no es conmigo, seguiré con mi vida evitando todo aquello que no comprenda, como Quijote peleando contra molinos de viento, pero ilusionado en que como vivo me va mejor, expresándome en mi natural idioma sin necesidad de terminachos extranjeros. Ok?

 

No lo sabía: ¿había cambiado él o era el mundo que lo rodeaba el que había cambiado? A veces apenas lo reconocía. Como si acabara de bajarse de una nave espacial y se dedicara a reproducir los movimientos de los demás, tratando de pasar desapercibido, haciendo la mejor imitación posible de un terrícola. Todo se había vuelto tan pobre, tan ordinario, tan vacío. Hoy en día, te comprabas una mesa y te daban un contrachapado de dos milímetros. Te gastabas mil doscientos dólares en una silla y ni siquiera podías sentarte en ella, joder.

Bernie había conocido a bastantes desencantados, tipos que empezaban a preguntarse qué estaban haciendo, si todo aquello tenía alguna importancia. En la mayoría de los casos, desaparecían poco después.[2]

Tomado de Facebook
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[1] https://www.infobae.com/tecno/2024/04/24/mercado-de-criptomonedas-cual-es-el-precio-de-tether/

[2] Driver. James Sallis.

viernes, 26 de abril de 2024

QUÉ LIBRO MARCÓ TU VIDA?

                 Pregunta que, como decirlo, no dice nada, porque un libro no marca ni define la vida de nadie, al menos la mía y me precio de haber leído bastante en el recorrer de este mundo. Tal vez, solo tal vez, el código penal, pues él impidió que matara a más de uno o al menos que lo cogiera a pata. O tal vez, pero tal vez, el catecismo del padre Astete, me digo que impidió que cayera en extravagancias consideradas pecados por la madre iglesia, no lo sé.

 

                Entonces, es una pregunta irreverente? Que busca dejar a la vista la eventual cultura de alguien. Lo que hace de la pregunta una grosería al ser ofensiva (o será que a mi edad ya me ofenden una serie de lo que considero ridiculeces?). Como sea, todo el mundo tiende a improvisar una respuesta para no sentirse subnormal, supongo (palabra ésta, subnormal, que se está poniendo de moda y me gusta hasta su contexto). Algunos, dentro de su improvisación se atreven a citar que cien años de soledad, con lo enrevesado e inentendible que es ese libraco (o por eso mismo), a pesar de lo que puedan opinar los macondianos.

 

                Acaso, me pregunto por último, para hacerse una vida es necesario que un libro le haya marcado? Qué ridiculez, sigo pensando. 

El ahorro de palabras nace de medir las palabras.[1]

Tomado de Facebook
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[1] No sé si es una cita de alguna serie vista, de algo oído o de mi propia cosecha, solo sé que lo anoté para no olvidarlo.

miércoles, 24 de abril de 2024

PRODIGIO PELIGROSO

                Uno quisiera tener una memoria prodigiosa, tener una memoria fotográfica. Anhela tener poderes, de videncia, de teletransportación, de predicción, si ello fuera posible. Quisiera leer y conocer el futuro, ser predictivo, solucionarlo, corregirlo, modificarlo. Ser genio, en una palabra, ser el non plus ultras, el solucionador de la humanidad.

 

                Pero pensándolo bien, todo ese prodigio podría ser una maldición. Si se piensa bien qué tal poder predecir la muerte de una persona, en buen estado de salud, claro está y saber que se muere dentro de las siguientes horas y sin poder interferir en ese futuro, lo máximo que se podría sería el poder anunciarlo, pero quién le creería y también es cierto que el poder decirlo podría generar mayores problemas, quién creería si los hombres estamos diseñados para no creer, si no le creyeron a Jesús cuando estaba vivo, cómo creerle a cualquier anónimo cristiano que le diga a uno que está próximo a morir, sin mencionar los problemas policíacos en los que se metería.

 

                Y uno, con esos poderes, estaría en capacidad de asumirlos? De decir lo que no se le debe decir a nadie y guardar secretos que solo el futuro conoce? Sí, debe ser una maldición.

 

                Muchas veces es mejor no desear lo que uno no está preparado para asumir. Las maldiciones son peligrosas, como los deseos.

 

La vida nos envía mensajes sin parar, y luego se sienta por ahí y se ríe al pensar en qué vamos a hacer para descifrarlos.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Drive. James Sallis.

lunes, 22 de abril de 2024

MITOS

                 No sé si la palabra sea la apropiada, entendida como explicaciones que buscan expresar las ideas ancestrales de un pueblo acerca del mundo en el cual vive, según me indica Wikipedia o podría ser leyenda, o fábula, o puro cuento.

             La cuestión es que ya se implementó una indefinición sobre la misma definición y hoy hablamos con una propiedad meridional de mito y hasta de mito urbano. Es este al que me pueda estar refiendo y supongamos que es así, ante mi imprecisión lingüística.

             La cuestión es sobre algunas apreciaciones que recibimos de los pasados, tales como: Si le rasca la palma de la mano derecha le va a llegar plata (ni se le ocurra rascarse porque se le va); si la izquierda, por lo siniestra que es, le van a cobrar algo; no es conveniente pasar debajo de una escalera, no es de buen agüero, como no lo es cruzarse con un gato negro (pobre animal estigmatizado). Cuando le pidan que pase la sal no la entregue en la mano a quien la pide, debe dejarla en la mesa para que el otro la recoja, sin contacto alguno. Ojo con el viernes 13 (y hasta con el martes 13) y muchas otras frases oídas a lo largo de los años que implican o buena o mala suerte, aunque generalmente la segunda.

             Mitos que se convirtieron en urbanos de tanto oírlo de nuestros pasados y de nuestra repetición a la siguiente generación y eso nos llevó a creer en ellos y a darles cierto grado de veracidad, de alguna manera.

             Hay otro, el de las botellas llenas de agua para que los perros no se orinen cerca de ese lugar. No sé si es que los perros no tienen la capacidad de entenderlo, pero resulta que mis perros nada más ven una botella de agua en un poste lo primero que hacen es alzar la pata y orinar en ellas, o es que tal vez nos están enseñando que los mitos urbanos son meras estupideces humanas.

                       De algunos de los mitos urbanos nos reímos sin sonrojo, pero de otros queda uno con la duda de su veracidad, por aquello de que las brujas no existen, pero que las hay, las hay.

             Mitos urbanos sin soporte sicológico, filosófico ni científico. Aunque pensándolo bien la consecuencia del pensamiento puede ser el resultado de la autosugestión y no de las maldiciones que se suponen encarnan cada una de ellas.

             Y mito es a leyenda, lo que ésta es a ficción, o quimera si se quiere o simplemente es un mero cuento que oídos de nuestros mayores que a su vez fueron oídos de sus otros mayores o de los del más allá.

             Por tanto, todo este discurso es un mero cuento de un viejo desocupado que no tenía nada qué decir, pero que, por si las moscas, encontró un tema.

 

Le entristecía que en estos tiempos ocurrieran tantas cosas en Internet y que, de repente, cualquier guerrero del teclado se convirtiera en «comentarista», «especialista» o «recopilador de noticias». Faltaba control de calidad. Todo el mundo creía tener algo que decir y no pensaba callarse. La ciudadanía probablemente se considerase mejor informada que nunca. Y lo estaba, pero no siempre con la verdad.[1]

 

 

Tomado de Facebook
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[1] El eco de las mentiras. Ian Rankin.

viernes, 19 de abril de 2024

ESTUPIDEZ COLECTIVA

                 De tiempo atrás venía tratando de entender por qué los alemanes, tal como son, se sometieron a Hitler, los rusos a Stalin, los chinos a Mao, los cubanos a Fidel, por solo poner unos ejemplos. Trataba de entender la situación de sometimiento. Naturalmente una vez en el poder el resto era fácil, a través del miedo, de la desconfianza del vecino delator y de la represión estatal el pueblo quedaba totalmente neutralizado.

 

                La respuesta la obtuve de un artículo de prensa[1] bastante preciso, bastante diciente y que, si uno se descuida, podrá ser sufrido en carne propia. La respuesta está en el mismo título de la columna: La estupidez colectiva, esa que a veces nos acompaña, que nubla la razón e impide el pensamiento.

 

                En resumen, esa estupidez es contagiosa y viral, Bonhoeffer encontró la explicación y Cipolla concretó las leyes que gobiernan tal estado mental. (No es que sea yo muy letrado, el letrado es Rangel que fue el que me ilustró, junto a Wikipedia[2]). Tales leyes son: 1) Siempre se subestima el número de estúpidos en circulación; 2) La estupidez se distribuye por igual no importa inteligencia, sexo ni plata; 3) el estúpido todo lo daña, hasta él mismo y supongo que sin darse cuenta, precisamente, sin tener en mente un provecho; 4) son impredecibles; 5) son más peligrosos que la maldad misma[3], que la mafia o los servicios secretos y pueden que lo sepan, pero eso es éxtasis para continuar.

 

                Rangel concluye: En Colombia, por fortuna, mucha gente ha empezado a abrir los ojos y con dolor y arrepentimiento, callado o no, comienza a entrar en razón y a dejar de apoyar un gobierno elegido en un momento de estupidez colectiva.

 

Es el escenario al que Petro nos va llevando. Más allá de un golpe de Estado, la deriva autoritaria de Petro hace indispensable que todos los demócratas nos unamos, más allá de egos, vanidades, ambiciones personales e insustantivas diferencias ideológicas[4]. Y de la estupidez, agrego yo.

 

                Qué más puedo decir? Esperar que sea cierto lo dicho por Rangel o que sean los mismos estúpidos los que se encarguen de desmontar lo que montaron. Uno nunca sabe.

 

¿Por qué contar una verdad cuando con una mentira es suficiente?[5]

Tomado de Facebook
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[3] un Malvado es preferible a un Estúpido, puesto que las actividades del malvado a la postre significan que algunos bienes cambian de manos, mientras que las actividades de los estúpidos no presuponen beneficio para nadie. Dice Wikipedia al tratar la vida de Cipolla.

[4] Rafael Nieto Loaiza. https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/rafael-nieto-loaiza-populismo-constituyente-y-la-democracia-en-peligro-IA24174815

[5] Mejor el diablo. Ian Rankin.

miércoles, 17 de abril de 2024

ALTERNATIVAS

                 Cuando se me presenta un problema procuro ver las posibles vías de solución, no es que sea muy inteligente, son cosas que se me vienen a la cabeza, naturalmente después de solucionado el problema veo que la solución era más fácil de lo que pude pensar. Esas son cosas de la vida.

                 Una de ellas, tal vez lo mencioné alguna vez, era al notar la ausencia de mariposas y abejas donde antes eran notoriamente reconocibles. Un problema que se nos pasa porque… no es problema para nosotros, aunque para mí, pobre anónimo, es cuestión de extrañarlas. Y pensé que en los parques deberían construirse colmenas, nada del otro mundo, aunque sí ubicadas en alturas inalcanzables para los indeseables que desean aprovecharse de ellas. Era solo una solución que se me ocurrió y no demasiado costosa.

                 Otra, viendo cómo se despoblaban los pueblos, vino a mi memoria la existencia de conventos inhabitados, casi abandonados y de esas consagradas monjas de antaño que hacían caridad sin esperar demasiado. Viendo uno de ellos pensé en por qué esas religiosas no montaban su negocio abriendo ancianatos, no para pudientes sino para abandonados, con cargo a recursos del municipio, aunque ya sé que éstos prefieren botarlos con sus amigotes, pero por una vez podrían hacer una excepción, me consolaba.

                 De esa misma manera veo casas totalmente abandonadas, con peligro de demolición, que llevan años sin pagar los consabidos impuestos. Una forma de evitar ocupas o de dar alguna forma de vivienda a desplazados y menesterosos sería que se rehabilitaran medianamente esas casas y como por falta de pago de impuestos podían pasar a las arcas estatales éste podría cederlos, con limitaciones, claro está, a esos necesitados, una forma de amortiguar tanta pobreza. Aunque aclaro, esa cesión no puede ser gratuita, porque al pobre no se le puede regalar nada, debe pedirse algo a cambio, que ayude a levantar la vivienda, que colabore con algo, para que pueda saber que hay parte suya en el esfuerzo y de esa manera asuma una sensación de pertenencia o al menos de compromiso, digo yo.

                 Ya que los gobiernos botan tanta plata en tantas cosas inútiles disfrazadas de grandilocuentes discursos, esas ideas no serían tan alocadas ni costosas, dice un anónimo viejo que solo piensa en voz alta, a sabiendas de que nadie escucha. 

Todos regresaremos un día a la oscuridad cuando se apague el sol —añadió con ojos risueños—. «Aunque mi alma caiga en la oscuridad me alzaré en plena luz».[1]

Tomado de Facebook
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[1] En la oscuridad. Ian Rankin.

lunes, 15 de abril de 2024

SUPUESTOS

                 Hay supuestos que al ser bien vendidos se convierten en verdades y como tales, sin comprobación, se dan por ciertos.

                 En principio me refiero a los gringos -aunque aplicable a rusos, chinos, ingleses y demás conquistadores por antonomasia-. Supuestamente eran los guardianes de la humanidad, de las libertades, de las democracias y como tales, ellos se arrogaron el privilegio de definir qué es bueno y qué no lo es para el resto de humanidad, razón por la cual ellos nos tildaron de países tercermundistas o subdesarrollados -y el colmo es que así lo aceptamos- o, en otras palabras, unos sometidos a sus caprichos (Es por su bien, oigo con cierta ironía).

                 Se vieron iluminados por el mismo Dios y de esa manera como salvadores y dueños de este mundo, decidiendo por esa misma iluminación que ellos podían decidir si tumbaban o no a cualquier gobierno, si sometían o no cualquier soberanía -aclarando que tienen claro que la única soberanía es la de ellos- y al final, con cualquier eufemismo hacían lo que les venía en gana con los demás gobiernos, con las demás soberanías, pues bastaba con que dijeran que es por su bien, es decir, por nuestro bien, como gran hermano que se siente.

                 Nunca lo había pensado, mi buena fe lo creía, que eran supuestos: por mi bien, porque nos comimos el cuento y así a su antojo pusieron o tumbaron gobiernos, democráticos o dictatoriales, movían la política internacional como les diera la gana y para su propio beneficio -detrás de toda buena obra siempre hay un interés mezquino, me recuerdo-. No sé si los gringos, a pesar de las pruebas, creen todavía que son los dueños del mundo.

                 Un supuesto que daba por cierto pero que no era tan cierto como lo pensaba. Qué ingenuidad la mía, la de todos para no sentirme tan excluido y por este descubrimiento es que supongo que nunca me darán la visa, aunque por el momento tampoco es de mi interés, pobres gringos, los mantendré en vilo! 

Mientras las colectividades políticas carezcan del patriotismo necesario para aceptar de grado el fallo de las mayorías, legítimamente pronunciado por medio del sufragio libre; mientras pretendan monopolizar el ejercicio de este derecho, abusando de la fuerza, ó frustrar los resultados de él por el fraude ó por la intriga, la forma republicana de gobierno será una verdadera ficción; «las leyes serán papeles, las elecciones combates y la vida un tormento,» como con profética voz lo dijo el Libertador.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Memorias. Aquileo Parra.

viernes, 12 de abril de 2024

RELOJ

                 Estaba mirando el reloj de la mesita de noche, el tradicional de pila, ya que los de cuerda se extinguieron al ser mandados al olvido, como todo lo viejo en esta vida. Al tiempo, miré el celular sin ningún interés y algo llamó mi atención. Una discordancia, algo que no concordaba y caí en la nota en que eso que no concordaba y que mi cerebro llamó la atención era una discrepancia entre lo visto, lo no visto y lo que al parecer era. Y en efecto, luego de una corta correlación, noté que lo que no concordaban eran las horas vistas y las no vistas intencionadamente.

 

                Así que recordé inmediatamente que el reloj de pila a medida que ésta se gastaba iba haciendo más lento el tiempo -leve alusión a mi ancianidad-, lo que retrasaba la hora -algo bueno para la vejez, me dije-. Por su parte, tratándose del celular, además de la batería que le alimenta, se nutre de la información satelital, que a la vez se alimenta de yo no sé qué fuente atómica que solo se retrasa un segundo yo no sé cada cuántos millones de años -vaya atraso, me dije, bastante confiable-.

 

                Conclusión, me encontré con una diferencia numérica entre ambos relojes -preocupante, me dije no sin ironía-, lo que me llevó a pensar a quién le importa -al menos en esta edad- un retraso de ese tamaño -aunque algo me dice que puede importarle al que está en el lugar equivocado a la hora equivocada, vaya ironía-.

 

                Y para asombro de no te lo puedo creer me encontré con una noticia, que le van a poner la hora a la luna[1], supongo que con el tiempo habrá que precisar si la cita es a la hora terrestre o lunar, por aquello de los muchos que viven en la luna! Y naturalmente serán los gringos los que dispongan! Y los chinos los que comiencen  a vender relojes para la luna!

 

Es duro decirlo, ¿sabes?, pero no sabemos de qué somos capaces hasta que lo hacemos.[2]

Tomado de Facebook
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[1] https://www.elcolombiano.com/tecnologia/ciencia/la-luna-tendra-hora-oficial-ee-uu-ordena-a-nasa-crearla-FB24167727. La idea es que el satélite tenga un estándar que se llame Tiempo Lunar Coordinado, o LTC, que podría beneficiar “la seguridad y la precisión” de las próximas misiones. Hasta el momento se sabe que el tiempo en la Luna pasa un poco más rápido que en la Tierra, esto de acuerdo a la gravedad.

[2] Nombrar a los muertos. Ian Rankin.

miércoles, 10 de abril de 2024

¿CUÁNDO PERDIERON SU PAPEL?

                 En este momento hay en el Chocó, la Guajira y en la selva niños muriendo de desnutrición y necesitan de tu ayuda.

                 El mensaje que oí mientras estaba en Youtube, correspondiendo a una publicidad pagada por la Unicef pidiendo donaciones. Me llamó la atención que fuera la Unicef, dependiente de la ONU, ese organismo burocrático que no hace nada más que mantener una burocracia que igualmente no hace nada y que sirven para tres cosas y que hace evidente su inoperancia y su inutilidad. Me preguntaba si en vez de botar la plata en esa publicidad y en esa burocracia no debería estar ayudando efectivamente a erradicar esos flagelos.

                 Y me surgió otra inquietud. Acaso el problema de esa desnutrición y ese abandono no es problema del gobierno? No son ellos, tanto gobierno como Unicef, los que debería atender y solucionar el problema en vez de endosárnoslo a nosotros los pobres contribuyentes? Es lo que faltaba, trasladar el problema acudiendo a expedientes de hacer sentir culpable al que no lo es, en explotar emociones para sus propios fines y para ocultar su propia ineficiencia, su propia desidia.

                 Esas llamadas donaciones siempre me han dado un mal sabor, nunca he creído en tanta bondad, pues como diría Diógenes, entre más conozco a los hombres más amo a mi perro -aunque veo en el Dr. Google que la frase también se atribuye a Lord Byron, vaya uno a saber, pero me inclino por el primero, al menos es más viejo y era más sabio-.

                 El abandono del Chocó y de la Guajira no es cuento nuevo, viene desde demasiados lustros, pero es culpa de ellos mismos, como se han acostumbrado a que todo es regalado, como en Haití si he de irme un poco más allá, pues lo que les llega es para robársela entre ellos, además de impunemente, olímpicamente. Recuerdo que alguien dijo lo que todos sabían pero que nadie quería decir al referirse que el mandar plata al Chocó era llevar plata a una cloaca y así ha sido históricamente, de eso no tengo duda, aunque se ofenda más de uno.

                 Lo sé, este discurso, además de ser patrocinado por la Unicef, hizo que saliera de mi la mala leche que me acompaña y concluyo que es una lástima que ni gobierno ni Unicef cumplan con su misión, definitivamente una lástima y lastima. 

Comprendo a los judíos —dijo—. Ellos tratan de implicar al mayor número de personas posible para que todo el mundo tenga mala conciencia. Quizá tengan razón.
—¿En qué sentido, señor?

—¿Acaso no hay en todos nosotros algún secreto, cosas de las que nos avergonzamos?[1]

Tomada de Facebook
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[1] El jardín de las sombras. Ian Rankin.


lunes, 8 de abril de 2024

LIBROS

             Dice la RAE que libro es entre otras: Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen. 2. m. Obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte.[1]

                 Con esta simple palabra con el solo hecho de oírla creo reconocer que de alguna manera el diccionario se va quedando atrás, por noción y por técnica, dados los avances de esta modernidad, pero supongo que la academia debe estar trabajando a buena velocidad para actualizarse, para bien o para mal.

                 Quienes vivimos la edad del libro, como documento de papel impreso en tinta, incluida encuadernación, independientemente de su contenido, reconocemos al oír mencionar su nombre de qué se trata el asunto y siempre a nuestra cabeza su sola mención la relacionamos con esa impresión que podemos palpar, con ese olor a papel, nuevo, recién salido de la imprenta, con olor a tinta. O con ese otro olor, de libro viejo, para cuando no podíamos adquirir la versión nueva; con olor a biblioteca, olor a viejo, sin querer demeritarlo, no con ese olor que se supone nos identifica a los viejos, sino de aquel otro, de anaquel, a papel de antaño, de hojas… difícil de explicar, pero que cualquier viejo como yo sabe entender, ese olor tan característico que solo los viejos lectores podemos recordar gracias al recuerdo.

                 Hoy, por el contrario, la noción de libro es tan intangible como la misma noción. Ya no necesitamos papel para poseerlo, para tenerlo, para degustarlo. Ya no hay olor a tinta o a papel, nuevo o añejo, ni a lomo, ni a olor a biblioteca. Es un intangible que se visualiza a través de una pantalla, cuyas hojas (otra noción que se va desvaneciendo de su sentido primitivo); decía que cuyas hojas se deslizan con la rapidez con que el dedo o el afán lo permitan, sin sentirse ni palparse la hoja.

                 No se tomen mis comentarios como una queja, como añoranza o comentario de viejo, porque no es así. Aunque advierto que cuando comenzaron a salir los libros digitales, con sus consiguientes tabletas y programas que permitían leer, fui uno de los que rechazó de plano cualquier intento para acceder a ellos, fui uno de los que rechazaban la idea de la suplantación. Parecía, aunque en esa época no lo era, como un viejito de antaño, que no entiende razones, arraigado en sus creencias, que se negaba categóricamente a aceptar la modernidad. Lo fui, he de confesarlo y hasta recalcitrante, si se quiere, hasta que me atreví a probar la nueva tecnología, con remilgo, con prurito y hasta con temor. Pero logré acomodarme a la tecnología y a sus avances. Cedí a la tentación y hoy por hoy solo leo libros digitales, ya que a los otros, los libros de antaño tan queridos es muy poco lo que me les acerco, entre otras razones, por el precio, si he de confesarlo, pues de ser así hoy no podría darme el lujo de leer entre tres y cuatro libros mensuales y además he de reconocer que gracias a las páginas (de internet, aclaro), gratuitas por demás, han permitido tener a mi alcance una infinidad de libros para lo que resta de mi vida, si Dios lo permite, diría un buen católico.

                 Todo está a mi alcance y gratis, sin necesidad de ser pirata bajando libros -como en su momento también lo fui-, pues ahora tan solo acudo a la tecnología que me los facilita.

                 En fin, el cuento de la palabra venía a cuenta de la necesidad de avanzar también lingüísticamente, tarea de las academias, pues a pesar de que se conserven las palabras de libro, tomo, hoja, ya no son las mismas que antaño conocí, a pesar de la coexistencia que se mantiene, es claro.

                 En fin, tampoco es el fin del mundo, me digo, con este punto y aparte, continuaré con mis lecturas digitales.

 

Y puedo cambiarte el nombre

Pero no cambio la historia

Te llames como te llames

Para mí tú eres la gloria.[2]



[1] Wikipedia trae una definición más interesante: Un libro (del latín liber, libri) es una obra impresamanuscrita o pintada en una serie de hojas de papelpergaminovitela u otro material, unidas por un lado (es decir, encuadernadas) y protegidas con tapas, también llamadas cubiertas. Un libro puede tratar sobre cualquier tema. Según la definición de la Unesco, ​ un libro debe poseer veinticinco hojas mínimo (49 páginas), pues de veinticuatro hojas o menos sería un folleto; y de una hasta cuatro páginas se consideran hojas sueltas (en una o dos hojas). ​También se llama «libro» a una obra de gran extensión publicada en varias unidades independientes, llamadas tomos o volúmenes. Otras veces se llama «libro» a cada una de las partes de una obra, aunque físicamente se publiquen todas en un mismo volumen (ejemplo: Libros de la Biblia). No obstante, esta definición no queda circunscrita al mundo impreso o de los soportes físicos, dada la aparición y auge de los nuevos formatos documentales y especialmente de la World Wide Web. El libro digital o libro electrónico, conocido como e-book, está viendo incrementado su uso en el mundo del libro y en la práctica profesional bibliotecaria y documental. Además, el libro también puede encontrarse en formato audio, en cuyo caso se denomina audiolibro.

 [2] Secretos de Amor. Joan Sebastian.


viernes, 5 de abril de 2024

EL PUEBLO

                 Es por el bien del pueblo!

 

                Un argumento que se esgrime con facilidad, que conmueve hasta el patriotismo y al que por temor a contradecir las masas y del qué dirán asumimos como verídico y aceptamos como acto de fe.

 

                Y qué es el pueblo? Usted, yo, nosotros? Todos los pronombres incluidos? Si es por nuestro bien, deberíamos poder contradecir la afirmación y poder decidir si aceptamos o no la situación que respalda esa frase que en últimas es tan fría, tan insensible y tan vacía.

 

                Y lo mismo aplica a la palabra masas y quiénes son esas masas? Usted, yo y todos los pronombres? Válgame Dios, que yo no sea parte de esas masas que por lo general son borregos, incultos además de incongruentes y odiosas, impensantes, si vale el término, son peligrosas como al pueblo mismo que al parecer protege pero que al mismo tiempo en ella se escuda.

 

                Por eso hay que tener temor a Dios cuando el argumento que se esgrime en política sea ese, que es por el bien del pueblo, pues lo que es cierto, sin eufemismo, es que el tal pueblo no existe, es una mera noción, que además de enredada, es peligrosa e inexistente.

 

                He dicho.

 

… porque se cansó del cuento de que todos somos iguales, cuando ella está viendo que no somos tan iguales nada.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Herejes. Leonardo Padura.