lunes, 15 de abril de 2024

SUPUESTOS

                 Hay supuestos que al ser bien vendidos se convierten en verdades y como tales, sin comprobación, se dan por ciertos.

                 En principio me refiero a los gringos -aunque aplicable a rusos, chinos, ingleses y demás conquistadores por antonomasia-. Supuestamente eran los guardianes de la humanidad, de las libertades, de las democracias y como tales, ellos se arrogaron el privilegio de definir qué es bueno y qué no lo es para el resto de humanidad, razón por la cual ellos nos tildaron de países tercermundistas o subdesarrollados -y el colmo es que así lo aceptamos- o, en otras palabras, unos sometidos a sus caprichos (Es por su bien, oigo con cierta ironía).

                 Se vieron iluminados por el mismo Dios y de esa manera como salvadores y dueños de este mundo, decidiendo por esa misma iluminación que ellos podían decidir si tumbaban o no a cualquier gobierno, si sometían o no cualquier soberanía -aclarando que tienen claro que la única soberanía es la de ellos- y al final, con cualquier eufemismo hacían lo que les venía en gana con los demás gobiernos, con las demás soberanías, pues bastaba con que dijeran que es por su bien, es decir, por nuestro bien, como gran hermano que se siente.

                 Nunca lo había pensado, mi buena fe lo creía, que eran supuestos: por mi bien, porque nos comimos el cuento y así a su antojo pusieron o tumbaron gobiernos, democráticos o dictatoriales, movían la política internacional como les diera la gana y para su propio beneficio -detrás de toda buena obra siempre hay un interés mezquino, me recuerdo-. No sé si los gringos, a pesar de las pruebas, creen todavía que son los dueños del mundo.

                 Un supuesto que daba por cierto pero que no era tan cierto como lo pensaba. Qué ingenuidad la mía, la de todos para no sentirme tan excluido y por este descubrimiento es que supongo que nunca me darán la visa, aunque por el momento tampoco es de mi interés, pobres gringos, los mantendré en vilo! 

Mientras las colectividades políticas carezcan del patriotismo necesario para aceptar de grado el fallo de las mayorías, legítimamente pronunciado por medio del sufragio libre; mientras pretendan monopolizar el ejercicio de este derecho, abusando de la fuerza, ó frustrar los resultados de él por el fraude ó por la intriga, la forma republicana de gobierno será una verdadera ficción; «las leyes serán papeles, las elecciones combates y la vida un tormento,» como con profética voz lo dijo el Libertador.[1]

Tomado de Facebook
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[1] Memorias. Aquileo Parra.

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