viernes, 28 de febrero de 2020

UNA REFLEXIÓN SOBRE LA PINTA


      Desafortunadamente (o afortunadamente) la pinta lo es todo, si se quiere que lo tomen a uno con seriedad. Y antes de proseguir, por pinta, para los de mi época se refería al buen vestir. Los domingos había que ponerse la pinta o a dónde va tan pintoso, se decía.

      Si uno vive desarreglado, pareciera que nadie lo toma en serio. Ir a trabajar en sudadera, por ejemplo, es muy diferente a estar bien arreglado pues la gente puede tomarlo a uno por un trabajador de servicios generales y así, uno se vuelve más transparente y, por qué no decirlo, no es bien visto.

      Veía un documental en que entrevistaban a un científico que por su pinta podía pasar por un camionero, -sin ánimo de ofensa-. Pero esa pinta que tenía lo hacía perder credibilidad, al menos a mí. Vestidos andrajosos y con peinados punk, cincuentón, viéndolo así, no le creí, por mucha sapiencia que tuviera.

      El médico en cita particular con esos zapatos modernos, batolas como si acabaran de salir de cirugía, me parecen poco confiables y desconfío de ellos. Mientras que me encanta ir al oftalmólogo, un doctor a carta cabal. De paño y corbata, con fina bata de médico, fina loción y la seriedad con que atiende, me siento que estoy en buenas manos. Imaginar un médico con sudadera atendiendo a la clientela, deja mucho qué desear y de entrada dudo de su capacidad.

      Manías mías, se dirá. Lo sé, pero para mí la pinta es lo de más. Recuerdo mis días laborales, siempre de vestido de paño, corbata y bien embolado, parecía que creían en lo que pudiera decir. Y aún sin corbata, vistiendo de sport pero elegante, aún se conservaba la credibilidad.

      Y por otro lado, cincuentones que se creen jovencitos, poniéndose las pintas propias de ellos, con peinados estrafalarios de esos que uno piensa que duraron al menos una hora ante el espejo, tratándose de dejar bien parados los pocos pelos que ya tienen; qué vergüenza, me digo, pues hasta la ancianidad tiene su clase.

      Por eso creo que es bueno andar bien vestido –así sea la señora Mónica la que me escoja el diario vestir-, porque la pinta lo es todo, inspira respeto, elegancia, clase y respetabilidad. No me imagino al presidente de la república dentro de cincuenta años, despachando con calzones colgando y rasgados, a medio peinar, perdiendo toda su credibilidad, si es que para esa época el cargo lo mantiene.

      Cosas de viejos, pero insisto, la pinta lo es todo, da credibilidad.

Al fin y al cabo, la evolución no tiene nada que ver con el avance, sino con la supervivencia (1).

Óleo sobre papel, espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Jennifer Ackerman. El ingenio de los pájaros.

miércoles, 26 de febrero de 2020

REFLEXIONES SOBRE EL BREXIT



            Los ingleses salieron premiados con esa huída de la comunidad europea, supieron enfrentarse al miedo que le dio al resto de Europa y salieron bien librados, si se ve desde la distancia de un ignorante total en el tema.

            Europa debió haberles sancionado ejemplar y drásticamente para que sirviera de escarmiento al resto de países de que la salida no era fácil y sin consecuencias graves.

            Si Europa quiere sobrevivir debe tenerlos a todos bien amarrados y que sepan que así como es de difícil la entrada, la salida debe ser peor. Pero con los ingleses parecen que demostraron lo contrario, porque con esa negociación dejaron ver que la salida del pacto es más fácil que la entrada y que cada país puede hacerlo cuando se le dé la gana, cuando se vean afectados. Europa debió dar ejemplo, pero se aculillaron y cedieron ante los ingleses. Lo sentí viendo a los altos dignatarios del parlamento europeo dando declaraciones y negándose a dar el ultimátum.

            Ese Bretix me dejó un sinsabor adicional en política. Es todo un pulso de poderes y de miedos ocultos, inconfesables. Y me reiteró en lo frágil que es la unión de Europa y que el experimento no aguantará veinte años más, cuando todo vuelva a sus inicios. Y lo presiento sin saber un comino ni de política internacional ni de esos temas, por demás espeluznantes.

            También es cierto que los tratados internacionales, como las constituciones, actualmente son un vano juramento a la bandera, palabras que en el papel aguantan todo y que, a conveniencia, esa firma se puede irrespetar en cualquier momento, sin que pase mayor cosa.

            Eso era todo lo que quería expresar, dentro de mi propia ignorancia.

Según había extraído de las palabras del diplomático, en el miedo residía la manera más eficaz de convencer a la gente de adoptar medidas extremas.
«Cuando el pueblo sufre intimidación y miedo, cede su dinero, su tierra, e incluso su libertad, todo con el último fin de sentirse a salvo, algo que, irónicamente, nunca puede garantizarse con seguridad».(1)



Tomado de Google. 14667928375689.jpg


(1) Palabras de Maquiavelo. Francesco Fioretti.  El secreto de Dante.

lunes, 24 de febrero de 2020

REFLEXIONES SOBRE EL ADIÓS


            La muerte de un conocido o de un ser cercano, hace que la gente reflexione, se conduela y, de cualquier manera, se afecte. Tal vez ven el valor de la vida, olvidada en el quehacer cotidiano, en donde no somos conscientes ni siquiera de nuestra propia respiración, del milagro diario de vida.

            Sólo en esos momentos la gente recuerda que ahora estamos y que sin conocer los designios del destino, que pueden ser los mismos divinos, no sabemos si dentro de un rato continuamos acá.

            Son esos momentos en que se recuerda a la persona que se fue y se conduele de las personas que se quedaron, esperando su turno.

            Siempre olvidamos que somos temporales, que nuestro paso por esta vida es el que nos corresponde, corto o largo, pero que de todos modos hemos de morir, eso lo olvidamos. El que se va, ya cumplió su ciclo y continuará su camino, lejos de nosotros. Los que se quedan…

            Los que quedan ya tendrán su visión de la vida, ya pensarán en la muerte, ya sabrán cómo deben continuar su camino.


… se había ido y el aire de la habitación estaba lleno de su ausencia.(1) 


Óleo sobre papel, espátula. JHB (D.R.A.)



(1) Isabel Allende. El amante japonés.

viernes, 21 de febrero de 2020

REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LA JUSTICIA


            Una sola noticia logró colmar mi frágil paciencia. La entrevista con el presidente de la Corte Suprema de Justicia. Decía(1):

Los reporteros quisieron saber cómo logró la Corte el consenso para escoger a Barbosa. Así respondió Acuña:
“El principio fundamental de todo nuestro trabajo se basa en la comunicación (…) siguiendo la teoría de los sistemas comunicativos pues nosotros somos un sistema de comunicación y nos comunicamos para el entendimiento. Siempre que haya comunicación se llegará a algún entendimiento. Si la comunicación se rompe, no hay comunicación. Eso fue lo que se hizo, lo que estamos haciendo y lo que vamos a continuar haciendo: comunicándonos, hablando, llegando a un entendimiento”.

                El magistrado señaló:
“Hay muchas cosas que se dicen, pero entiendan ustedes que son hipótesis, que son de pronto uniones de algunos puntos sueltos que se van tejiendo. Hemos demostrado y vamos a seguir demostrando que no es tal la situación interna como se plantea en algunos escenarios externos.  Tengan la seguridad (de) que son las circunstancias de datos aislados que se van tejiendo y salen hipótesis. Pero es eso”.

Para el magistrado Acuña, “el tiempo no existe”. De esa forma les contestó a los periodistas, luego de manifestar que deseaba que hubiera presidente en propiedad lo más pronto posible:
“En cuanto a tiempos, yo soy de una filosofía: que el tiempo no existe. Existen las dialécticas y las acciones hasta que den resultados, y eso ha avanzado. Estamos esperando que esos resultados se den en términos muy prontos”.

            Las altas cortes, recuerdo, eran altar de personas cultas, conocedoras tanto del tema como de amplia cultura; baste recordar los primeros magistrados de la Corte Constitucional, lumbreras de conocimiento no solo jurídico, cuyas sentencias eran una delicia de lectura, sin necesitar demasiados conocimientos de abogados.

            Hoy y de un tiempo para acá, cuando la justicia quedó evidenciada de lo prostituida que está, solo vemos personajes que ni siquiera saben hablar o, que tratando de descrestar provincianos, hablan mierda sin sentido -y sin eufemismo (digo)-, ni siquiera ellos saben de qué es lo que hablan, tal como transcribí. Esos son los personajes que administran justicia en este país, país del Sagrado Corazón y lo único que pienso es en que Dios me libre de caer en semejantes garras, pues no tengo defensa a pesar de que sea inocente, pareciera que le va a uno mejor si no lo es.

Tomado de Facebook.
71818349_10157658226647140_4322169179311439872_n.jpg


lunes, 10 de febrero de 2020

REFLEXIÓN ENTRE EL PENSAMIENTO Y LA PALABRA


            Por estar procrastinando sobre un tema, mi atención se desvió, como es lo natural en mí y terminé en otro lugar de la profundidad del internet y me encontré una frase que me dejó boquiabierto:

            El hombre no piensa palabras, pero tampoco podría pensar sin ellas. De boca de Miguel de Unamuno.

            Frase precisa para mí, que me encanta hablar y pontificar sobre los temas en los que no soy docto, como una forma de enfrentarme a mí mismo, viendo dos perspectivas diferentes –la mía y la de ese que tampoco sabe pero que está dentro de mí y que le gusta pasar el rato en cualquier pendejada, antes que aburrirse-.

            Volviendo a la frase, efectivamente quedé sin palabras. Tal vez alguna vez lo había pensado, tal vez lo había dicho en otro blog relacionado con los sueños.

            Traté de visualizar mi pensamiento en ese momento, traté de ver palabras, pero no, no existían y no pude explicármelo, como lego que soy. Entonces miré a mi alrededor, vi un computador, un mouse, unos parlantes, un calendario, unos libros, pinturas, todo eso lo vi, pero no vi palabras, solo vi imágenes que por sí mismas me decían lo que eran, sin explicación, tampoco sin ser necesarias porque ellas mismas lo decían todo, se identificaban, se expresaban, aún sin palabras.

            Pero al darles vida en mi mundo, cada una pareciera que hubiera alzado los brazos con un letrero explicativo: computador, mouse, parlante, calendario, libro, pintura, unas en singular y otras en plural, según fueran únicos o múltiples. Allí surgieron entonces las palabras.

            Y el pensamiento, me dirán, tal como me lo pregunto ahora. Un mundo de imágenes? Tampoco, porque eso fue lo que vieron mis ojos, imágenes iniciales, mas no pensamientos y qué difícil diferenciarlos y aún más difícil explicarme. Y para colmo de males me pregunté: el pensamiento puede estar basado en imágenes aprendidas, lo que me lleva al letrero explicativo que cité. Pero una frase que contiene artículo, sustantivo, adjetivo, verbo como lo verá el pensamiento o mejor, cómo lo expresará si no hay propiamente una imagen, como por ejemplo, cómo será la imagen de un adverbio o de una preposición?

            Pero si el pensamiento es un proceso químico, de electricidad, me oí decir, cómo pretende plasmarlo en palabras o en imágenes, con lo difícil que es pensar pensamientos, como dijera una sobrina en los albores de su infancia.

            Un laberinto al que no debí meterme, pero que curiosidad sí que me dejó.

            Y a propósito, indagando en el tema, a vuelo de pájaro me encontré en internet(1) un comentario a la pregunta que podría responderme, aunque me deje el sinsabor de no tener una mejor respuesta más complaciente:
 
Oscar Amezcua, Estudios en Lógica

Respondió 21 May. 2018 · El autor tiene 1,1k respuestas y 188,9k vistas de respuestas
Respondido inicialmente: ¿Es posible pensar sin palabaras? (sic)
La mayoría de los pensamientos son sin palabras. Los sentimientos son comunicación sin palabras, luego la gente los traduce a un lenguaje de palabras, pero ellos son el lenguaje universal.
Los sueños que soñamos al dormir, la mayoría son sin palabras, aunque algunos contienen palabras, la mayoría de la comunicación es audio-visual y emocional.
La gente se acostumbra a las palabras, pero la mayor parte del pensamiento es sin palabras.


            Para concluir, por ahora, qué mejor que esta cita:

—Para el cerebro humano, cualquier respuesta es mejor que ninguna. Sentimos un tremendo desasosiego cuando nos encontramos ante «datos insuficientes», de modo que el cerebro los inventa para ofrecernos al menos una ilusión de orden mediante una miríada de filosofías, mitologías y religiones que nos aseguran que existe orden y estructura en el mundo(2).

Espátula sobre papel, al óleo. JHB (D.R.A.)


[2] Dan Brown. Origen.

viernes, 7 de febrero de 2020

REFLEXIONES SOBRE LAS ENTREVISTAS LABORALES



            En la mayoría de casos, al menos en la mayoría de las veces en que tuve que enfrentarme a una entrevista laboral, terminaba con la sensación de no saber si mis respuestas habían sido estúpidas, demasiado concretas y si me había vendido bien.

            Sin olvidar el primer filtro que se da al enviar una hoja de vida. La foto, esa primera impresión puede determinar que se vaya directo a la caneca, por eso nunca le puse foto, a pesar de las exigencias que así lo requerían. Uno feo y sin plata cómo va a quedar bien en una foto y menos en esas tomadas a última hora, de afán. Y peor cuando uno estaba recién egresado, sin malicia sobre el mundo laboral y la inexperiencia que brotaba por todos lados, eran angustiosas esas entrevistas.

            Siempre odié las entrevistas porque me llevaban a ser mentiroso, a sentirme un fraude al pretender decir lo que el entrevistador quería oír, mas no lo que realmente deseaba decir.

            Entre esas preguntas, que siempre he considerado vergonzantes por no decir estúpidas, así los que saben crean que tienen un trasfondo, están las siguientes:

            Por qué deberíamos contratarte a ti y no a los otros aspirantes?
            Por qué duraste tan poco tiempo –o tanto tiempo- en el anterior empleo?
            Cuál es tu mayor defecto?
            Cuáles son tus aspiraciones laborales?
            Por qué estás buscando trabajo?
            Háblame de ti.
            Háblame de algún error que hayas cometido en un trabajo anterior?

            Particularmente me daban piedra preguntas que aún considero estúpidas, como el háblame de ti. Otras que resultaban hipócritas en sus respuestas, como cuál es tu mayor defecto. Ni por el berraco se lo voy a decir! Pensaba. Por qué estás buscando trabajo? Me hubiera gustado decir que para no morirme de hambre. Errores? Ni uno, que me acuerde, podía recitar. Y sobre aspiraciones laborales, si ya saben cuánto es el sueldo, qué importa lo que uno diga, si uno siempre pretende merecerse toda la plata del mundo.

            Hoy, ya tarde, me encontré en alguna red social las respuestas que hipócritamente quieren oírse, o tips que llaman ahora. A la pregunta de háblame de ti, recomiendan: No le interesa tu vida personal, si tienes dos hijos, si estás divorciado o si amas a los animales, concéntrate en hablar de tu ‘yo profesional’.

            Y tu mayor defecto? No caigas en las respuestas cliché: ‘soy muy perfeccionista’, ‘soy demasiado responsable’, ‘me estreso si algo no sale bien’. No te ayudan y mucha gente responde eso.  (En el caso de un informático) … puedes decir que tu debilidad es la comunicación en público; es decir, sería bueno que aprendieras a soltarte cuando hablas ante una concurrencia, pero tu trabajo será programar, no organizar eventos. De esta forma serás honesto, pero no pondrás en riesgo el puesto. Honesto? Pero bueno.

            Tan honesto como este consejo que dan a la pregunta de aspiraciones salariales: Si es la primera entrevista, no te conviene ponerte precio todavía. Puedes hacer tiempo con respuestas como “busco un salario competitivo pero no es lo único que me interesa, me gustaría saber más sobre las funciones y retos del puesto” o “me parece que necesito más detalles sobre el puesto para saber cuál sería el sueldo adecuado”.

            Por qué deberíamos contratarte? La respuesta hipócrita está en las siguientes frases: Deja la inseguridad a un lado y véndete. Este es el momento de hablar bien de ti mismo, destaca tus competencias, cualidades y experiencia. Ejemplo: “La experiencia que he adquirido en X área me permite contar con las habilidades necesarias para alcanzar y superar sus expectativas del puesto”. También te ayudará hablar sobre la empresa, por ejemplo: “sé que la empresa busca posicionarse en el mercado, y me interesa ser parte del equipo que se encargue de cumplir ese objetivo”. Muestra tu pasión y habla de cómo trabajarás para alcanzar las metas clave de la empresa. En otras palabras, véndete a través de la hipocresía.

            Y finalmente está el ya te llamaremos. Que en la mayoría de casos es la palabra amable para decirle a uno que se olvide del trabajo y que siga buscando. O una excusa que me dieron, que según mi hoja de vida estaba sobrevalorado para el puesto al que me presenté y por eso no me contrataban.

            Y por último, la pregunta fatal: en dónde te ves dentro de diez años? Sin comentario adicional conociendo mi mala leche.

            Ya hoy, las nuevas generaciones pueden consultar en línea toda la hipocresía y manejo de la mentira para acceder a una entrevista laboral. En mis tiempos tocaba improvisar y echarse la bendición y mentirse a uno mismo con aquellas frases tan consoladoras para esta pobre humanidad, agobiada y doliente: si una puerta se cierra…, o no hay mal que por bien no venga, o lo que es de uno… Frases que uno necesita oír para poder sobrevivir en este mundo.

            Conclusión, logré desahogar un enquiste de mi pasado, hoy lejano, afortunadamente.

Como solía decir mi madre, antes o después todos tenemos que desprendernos del pasado.(1)

Tomado de Facebook.
68836502_651281202034112_2026764392325971968_n


(1)  Dan Brown. La conspiración.

miércoles, 5 de febrero de 2020

REFLEXIÓN SOBRE EL PASO DEL TIEMPO


            En el planeta tierra el tiempo es inmutable, un segundo es un segundo, como es el minuto, sumatoria de segundos. Cosa diferente es la percepción que tenemos de él debido a subjetividades, a sensaciones, a sentimientos.

            El comentario ya habitual es de cómo ahora pasa el tiempo de rápido, no como antes que la vida al parecer era más sosegada y tranquila, teníamos tiempo para el aburrimiento, como diría Bertrand Rousell, y ese aburrimiento hacía que notáramos precisamente el paso del tiempo a su propio ritmo.

            Me preguntaba por qué carajos sucedía eso, por qué era más notorio hoy ver que el día no alcanza para nada, ni siquiera para aburrirnos como en los buenos tiempos.

            Y la respuesta vino a mí –no sé si como un iluminado o lo había leído en alguna parte sin recordarlo-. La respuesta, muy sencilla.

            Son los distractores, esos que evitan el aburrimiento, aunque realmente sean parte del aburrimiento mismo. Producto de la modernidad, de tener, por ejemplo, un verdadero computador en la mano, constantemente, de ese que se aferró a nuestras extremidades y con el cual ya no se puede andar, del que ya nos gobierna, que no se deja en ningún lugar abandonado. El celular, claro está, cual otro podría ser?

            Si uno está aburrido, directo al celular, a la tablet o a cualquier adminículo que nos permita evadir el aburrimiento, sabiendo que accedemos a ellos precisamente por el mismo aburrimiento. Y clavados ante una pantalla, pasando y pasando páginas, mensajes –que en su mayoría no dicen nada o dicen mucho para los otros, no para uno-; el tiempo sigue su camino pero al levantar cabeza nos damos cuenta de lo rápido que vino a pasar el tiempo y allí, embobados, nos damos cuenta de lo rápido que pasó el aburrimiento que nos condujo a ese camino y mirando hacia atrás vemos cómo es que pasa de rápido esta vida, sin haber hecho nada, ni siquiera mayor cosa.

            Son esos los distractores que hacen que la vida vuele.

Tomado de Google.
http://www.chamlaty.com/2015/02/16/el-tiempo-pasa/


lunes, 3 de febrero de 2020

REFLEXIONES SOBRE LA CRITICADERA


            Recuerdo cuando se me iba la lengua criticando, sin habérseme preguntado, y oír a mi mamá decir: No sea tan criticón. Aunque creo que era cuestión genética por esa rama.

            Efectivamente lo era, con el tiempo he apaciguado esa maña, aunque al parecer continúa conmigo mentalmente. Y el tema vino a mí porque vi a una muchacha con falda y mi primer pensamiento fue el de que con pantalón quedaría mejor. En ese momento caí en la nota de lo criticón que era, opinando donde no se me pedía opinión alguna, haciendo comentarios que no eran de mi incumbencia.

            Los años al parecer han apaciguado mi lengua, mas no mi pensamiento que sigue opinando cuando no se le pregunta, aunque en mi defensa puedo afirmar que lo criticón que soy, -algo hereditario me refuerzo-, es que ya no exteriorizo mi opinión no pedida, es decir, como callado.

            Afortunadamente no fui de los criticones abusivos, de aquellos que inician el veneno con frases como esas de: No es de mi incumbencia pero te puedo decir algo…? No es para que te sientas mal pero… Aunque no has pedido mi opinión… Te puedo decir algo, pero no lo tomes a mal… Esos sí son abusivos, al menos me moderé en tal aspecto. Aunque también es cierto que si piden mi opinión, se atienen a ella, pues no soy de los que dicen que estás un poquito gordita sino que suelto de una mi opinión: sí, esta gorda o cómo ha engordado, sin diminutivos que amortiguan la realidad y se vuelven displicentes, grotescos y hasta groseros, no es cierto amiguis?

            Me preguntaba cuándo adquirimos esa maldita costumbre, como diría mi papá, quien por su parte no tenía nada de criticón sino que por el contrario se embravecía cuando uno entraba en esos límites. Lástima que la genética por ese lado no me fue favorable.

            Hoy sin saber si era cuestión genética o aprendida trato de moderarme para no incurrir en situaciones desagradables al no haberse pedido mi opinión y además, también es cierto, para evitar que me traten de machista o de cualquier epíteto de los que ahora están en boga, sin sentido. Mejor como callado.


De Facebook.
n_athletic_club_de_bilbao_joma_de_todo_un_poco-6955076.jpg