miércoles, 26 de febrero de 2020

REFLEXIONES SOBRE EL BREXIT



            Los ingleses salieron premiados con esa huída de la comunidad europea, supieron enfrentarse al miedo que le dio al resto de Europa y salieron bien librados, si se ve desde la distancia de un ignorante total en el tema.

            Europa debió haberles sancionado ejemplar y drásticamente para que sirviera de escarmiento al resto de países de que la salida no era fácil y sin consecuencias graves.

            Si Europa quiere sobrevivir debe tenerlos a todos bien amarrados y que sepan que así como es de difícil la entrada, la salida debe ser peor. Pero con los ingleses parecen que demostraron lo contrario, porque con esa negociación dejaron ver que la salida del pacto es más fácil que la entrada y que cada país puede hacerlo cuando se le dé la gana, cuando se vean afectados. Europa debió dar ejemplo, pero se aculillaron y cedieron ante los ingleses. Lo sentí viendo a los altos dignatarios del parlamento europeo dando declaraciones y negándose a dar el ultimátum.

            Ese Bretix me dejó un sinsabor adicional en política. Es todo un pulso de poderes y de miedos ocultos, inconfesables. Y me reiteró en lo frágil que es la unión de Europa y que el experimento no aguantará veinte años más, cuando todo vuelva a sus inicios. Y lo presiento sin saber un comino ni de política internacional ni de esos temas, por demás espeluznantes.

            También es cierto que los tratados internacionales, como las constituciones, actualmente son un vano juramento a la bandera, palabras que en el papel aguantan todo y que, a conveniencia, esa firma se puede irrespetar en cualquier momento, sin que pase mayor cosa.

            Eso era todo lo que quería expresar, dentro de mi propia ignorancia.

Según había extraído de las palabras del diplomático, en el miedo residía la manera más eficaz de convencer a la gente de adoptar medidas extremas.
«Cuando el pueblo sufre intimidación y miedo, cede su dinero, su tierra, e incluso su libertad, todo con el último fin de sentirse a salvo, algo que, irónicamente, nunca puede garantizarse con seguridad».(1)



Tomado de Google. 14667928375689.jpg


(1) Palabras de Maquiavelo. Francesco Fioretti.  El secreto de Dante.

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