En el planeta tierra el tiempo es
inmutable, un segundo es un segundo, como es el minuto, sumatoria de segundos.
Cosa diferente es la percepción que tenemos de él debido a subjetividades, a
sensaciones, a sentimientos.
El comentario ya habitual es de cómo
ahora pasa el tiempo de rápido, no como antes que la vida al parecer era más
sosegada y tranquila, teníamos tiempo para el aburrimiento, como diría Bertrand
Rousell, y ese aburrimiento hacía que notáramos precisamente el paso del tiempo
a su propio ritmo.
Me preguntaba por qué carajos
sucedía eso, por qué era más notorio hoy ver que el día no alcanza para nada,
ni siquiera para aburrirnos como en los buenos tiempos.
Y la respuesta vino a mí –no sé si
como un iluminado o lo había leído en alguna parte sin recordarlo-. La
respuesta, muy sencilla.
Son los distractores, esos que
evitan el aburrimiento, aunque realmente sean parte del aburrimiento mismo.
Producto de la modernidad, de tener, por ejemplo, un verdadero computador en la
mano, constantemente, de ese que se aferró a nuestras extremidades y con el
cual ya no se puede andar, del que ya nos gobierna, que no se deja en ningún
lugar abandonado. El celular, claro está, cual otro podría ser?
Si uno está aburrido, directo al
celular, a la tablet o a cualquier adminículo que nos permita evadir el
aburrimiento, sabiendo que accedemos a ellos precisamente por el mismo
aburrimiento. Y clavados ante una pantalla, pasando y pasando páginas, mensajes
–que en su mayoría no dicen nada o dicen mucho para los otros, no para uno-; el
tiempo sigue su camino pero al levantar cabeza nos damos cuenta de lo rápido
que vino a pasar el tiempo y allí, embobados, nos damos cuenta de lo rápido que
pasó el aburrimiento que nos condujo a ese camino y mirando hacia atrás vemos
cómo es que pasa de rápido esta vida, sin haber hecho nada, ni siquiera mayor
cosa.
Son esos los distractores que hacen
que la vida vuele.
Tomado de Google. http://www.chamlaty.com/2015/02/16/el-tiempo-pasa/ |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario