viernes, 29 de abril de 2022

TIEMPOS MODERNOS

             En DW vi un programa[1] que presentaba lo último en tecnología de reconocimiento usado en prueba en algunas ciudades de China. Unos dicen que es un laboratorio sobre el futuro, otros opinan que es el principio de un estado policial. Como sea, bastante bueno el programa.

             E interesante, bastante interesante. A través de ese programa de reconocimiento se ve cómo uno está siendo seguido a lo largo del día, mientras esté a la vista de una cámara, que además cuenta con el seguir del celular. Me dije, lo que hacen los algoritmos. Me llamó la atención la capacidad que tiene, identificar al transgresor, al que no bota la basura en su sitio, al que no lleva casco en la construcción, al que se pasa la calle teniendo luz roja y la posibilidad de que quede anotado y se le ponga correctivo. Curiosamente el programa dejó de funcionar cuando el covid nos obligó a usar mascarilla, pero como a cada problema hay solución, ésta fue rápida y con las modificaciones del caso se logró la identificación aún con tapabocas.

             Naturalmente queda la duda hasta dónde la sociedad se convierte en estado policial. Vivir en sociedad tiene su costo, me decía. Pero si uno no le debe nada a nadie, es una buena medida para brindar seguridad dentro de la libertad debida.

             Hoy estamos vigilados por todos lados, hasta el Google maps me sigue y me dice, para evitar olvidos, por dónde he estado, una buena forma para refrescar mi débil memoria. Y lo otro, a diferencia de los chinos con sus cámaras de alta precisión, las filmaciones que han de tener de mí en los últimos años han de ser borrosas o las cámaras pueden estar en mal funcionamiento, como suele suceder en este país, que hay cámaras por todos lados pero de una calidad que por buena que sea, no da para prueba de reconocimiento y por eso, esa tecnología de seguimiento y reconocimiento se demorará en este país, porque se compran las más baratas -parte de nuestra naturaleza colombiana- y no de muy buena calidad, por lo que aún sigo siendo sombra.

             Como digo, ese estado policial de ese tipo se demora en implantarse por estas tierras, estoy seguro de que moriré sin verlo, con la esperanza de que al menos en el carro fúnebre ya la cámara funcione bien, para estar seguros de que me morí bien muerto.

             Los problemas legales, éticos o morales, se los dejo a otros, pues sé que me siguen las cámaras desde hace ya varios años y nada qué hacer, solo sobrevivir, pues se trata de los tiempos modernos y estoy muy viejo para andar escondiéndome. 

Lo peor eran dos cosas.
No saber por qué y no poder hacer nada.[2] 

Foto JHB (D.R.A.)


[1] https://www.dw.com/es/china-estado-policial-o-laboratorio-del-futuro/av-61594562. China construye un enorme sistema de vigilancia digital. El Estado recopila cantidades gigantescas de datos y los ciudadanos participan voluntariamente pues las ofertas son útiles y quienes respetan las reglas son recompensados.

[2] El perro que corría hacia una estrella. Henning Mankell.

miércoles, 27 de abril de 2022

ETIQUETAS

             Desde niños fuimos creando etiquetas, supongo que siguiendo el ejemplo de nuestros mayores y no sé hasta qué punto, de la misma manera, generamos en nuestros hijos etiquetas similares o adicionales, por el paso de generación.

 

            Etiquetas que iban escondidas con frases tales como: Esos no son de buena familia. Lástima que en esa familia haya un marica. Esos son unos levantados. Ni estudios tienen. Son negritos aunque el menor es al menos agraciadito. Esa, ni le cuento lo que dicen por ahí de ella. Pueden tener plata pero no cultura. Ojo con ese que es medio raro.

 

            Y uno las creía como verdad sabida, porque las decían los mayores. Afortunadamente los tiempos han cambiado y con el tiempo hemos ido desprendiéndonos de muchas de esas etiquetas, al menos yo, afortunadamente y, en general, hemos ido evolucionando y ya aceptamos los cambios y no nos escandalizamos como antes, al menos yo. Especialmente en todas aquellas etiquetas que hacían énfasis en materia sexual, aunque la puta lo sigue siendo, pero el saber que una persona es marica, lesbiana, hetero o LGTB, equis, ye o zeta nos está dejando sin cuidado, porque ya no es tan ofensivo como antaño lo fue. Son aceptaciones que hay que aceptar, aunque eso sí no dejarán de molestarme esas locas que se pasan, con ademanes, con gestos que sinceramente no puedo aceptar, si he de confesarlo. De resto, cada cual haga su vida como le parezca.

 

            Supongo que de igual manera, así como nos hemos quitado de algunas etiquetas, habremos caído en otras, diferentes, nacidas de la misma modernidad. Como por ejemplo, la de los muchachitos que se llaman influencers y que en un momentico hacen un platal por decir o hacer estupideces y que al haber alcanzado esa meta se vuelven insoportables, desagradables y que creen que para ellos no hay ley ni dios. Es una etiqueta nueva de la que no he podido deshacerme, porque físicamente me es imposible.

 

            Dije que me he ido quitando etiquetas, pero no me busquen la lengua, no me saquen la piedra, porque ahí las etiquetas vuelven a su puesto y yo emputado, seguro que gritaré: Calvo hijueputa (siéndolo yo), maricón de mierda (sin saber si lo soy), negro desgraciado (aunque frente a un danés lo soy) y gorda levantada (sin verme la barriga). Pero eso son solo maricadas mías, me digo.

 

En realidad, ¿qué sabemos de las personas que nos rodean? Creemos que las conocemos, pero la verdad casi siempre nos sorprende.[1]

Tomado de Facebook.
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[1] Antes de que hiele. Henning Mankell.

lunes, 25 de abril de 2022

EN LA INTIMIDAD

Me hicieron un reclamo por el título del blog que comparto. Me dijeron que no correspondía a lo que ellos esperaban. Que en la intimidad de mis pensamientos no era lo que realmente pensaban que era.

 Pensé largamente en el reclamo. Pensé que esperaban que, por esa misma intimidad, dejara ver mi parte oscura, supongo porque es la que más morbo infunde. Creían que iba a escribir de lo que callo, lo que escondo, lo que no permito compartir, mis debilidades, en fin, mi lado oscuro. Pues no, esa no era la idea, ni lo será, ténganlo por seguro.

 Me preguntaba por el título que había adoptado para escribir. En la intimidad de mis pensamientos. Y sigo pensando que fue acertado, pues se trata de pensamientos que tengo, sin ser verbalizados, que tengo en mi propia intimidad y que allí permanecen mientras no sean escritos y aún escritos, no verbalizados por mí, solo expresados cuando se inscriben en el respectivo blog. Mientras, son de mi intimidad e intimidad no implica… pero sí, que significa intimidad? La RAE la define como: 1. f. Amistad íntima.2. f. Zona espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia. Pero tampoco, aunque haciendo tinterillada sí, pues es esa zona íntima reservada a mí mismo, cuyos pensamientos luego son compartidos con quienes me leen. (Me salió buena la tinterillada, para algo se estudió, creo).

Como sea, todos esos pensamientos que en mi soledad tengo, hacen honor a lo escrito, no a lo deseado por otros, sino a la serie de pensamientos que me surgen, algunos locos, otros incoherentes, otros que a veces ni yo mismo me explico cómo logran ser expresados.

Por eso, como encabezamiento desde un principio escribí: Los temas de este blog serán tan variados como mi mente, que es una loca, con mil ideas a un mismo tiempo, tratando de emerger al tiempo, lo que naturalmente hace que a ratos mi secuencia lógica no resulte de la misma manera, lógica, es más bien dispersa e ilógica. Podré hablar de todo un poquito y de mi propia locura, de los argumentos que creará. Escribo para mí. De antemano no aspiro a que me excusen por las barbaridades que pueda decir, porque filosofar en voz alta es mi prerrogativa.

En conclusión, no es sano fiarse de los titulares, para evitar equívocos.

Uno debe reservarse para sí mismo los momentos más vergonzosos de su vida. 

Antes de que hiele. Henning Mankell.

Foto JHB (D.R.A.)


viernes, 22 de abril de 2022

MIRADAS RESENTIDAS

Cuando se es pobre y se tiene conciencia de ello y además, sabe de antemano que no va a salir de allí, porque la Virgen no se le aparece a cualquiera ni todos los días y menos a los pobres, nace el resentimiento y, con él, la mirada característica.

Ese resentimiento es el que hace nacer la inconformidad, pero no de ser pobre, sino de no ser rico o, al menos, medianamente acomodado.

Es el mal que carcome a la sociedad y con el resentimiento nace igualmente esa mirada característica, pues los resentidos tienen una mirada característica, difícil de describir. Es la mirada del pobre ladrón que nos arrincona en cualquier esquina y nos esquilma, además de tratarnos de oligarcas, como si lo fuéramos, sin saber que estamos tan vaciados como él, pero que nos toca trabajar para obtener algo que nos saque de ella, en la que hemos estado dando tantas vueltas.

Es la mirada de odio que también tiene el izquierdoso cuando pontifica su verdad, sin saber que es el capitalismo el que anhela, que le permita cambiar esa mirada tan particular que les acompaña, mientras sean pobres resentidos, hasta de espíritu, como los mismos capitalistas que ellos llaman y odian, pero quisieran ser, en cuya mirada solo se ve avaricia.

Es la mirada de desconfianza que hoy veo en ciertos políticos electoreros, de esos que no tienen pena en gritar que les han robado las elecciones cuando pierden y que, cuando ganan, sin dejar de tener esa mirada perniciosa, alaban la tal democracia en la que no creen, pero que saben es un medio para llegar a sus fines. De esos cuya mirada les acompaña hasta la notaría para jurar que no son tan malos como dicen, pero que en el fondo firman lo que sea para llegar a esa poder que ansían, cuando cambiarán la mirada de resentimiento por la mirada de avaricia del poder.

Es por esa mirada por la que no hay que votar, porque la mirada lo dice todo, no engaña y predice ese futuro miserable, de odio y de resentimiento que no queremos tener.  

Y a propósito, a pesar de esas miradas tan características que tienen, son ellos los que se ofenden cuando se les mira, cuando en la realidad es uno el que debe sentirse ofendido por esa mirada que nos mandan, porque está cargada de todo el resentimiento del cual nunca podrán desprenderse.

 Son miradas que no me gustaría volver a ver.

 En esta vida, si tienes mérito, y no te lo reconocen, si tienes razón y no te la dan (cosas, por otra parte, perfectamente normales), te conviertes en un resentido. Te quedas sin el mérito, sin la razón, sin sentimientos sanos y al final hasta sin amigos que te escuchen.  Expediente Barcelona. Francisco González Ledesma.

Tomada de Google


miércoles, 20 de abril de 2022

¿MENTIRAS PATROCINADAS?

             En uno de esos periódicos que pululan en las redes (ya no me acuerdo si las2orillas o Pulzo, que se dicen respetables, pero no respetan a mi entender las reglas de redacción, que dejen mucho qué desear) me encontré con estos titulares. He de confesar que ni siquiera los abrí, porque no me cabe en la cabeza que haya gente ignorante que les lea y menos que les compre.

 

Los médicos de Sao Paulo están aturdidos. Matan el hongo en un día.

Tu ojo verá el 100% sin cirugía. Anota la receta.

Haz crecer tu pelo nuevamente haciendo esto una vez por día.

Echa 3 gotas en tus ojos y al otro día tendrás 50% más de vista.

Limpia tus venas con esta receta y restáurale 30 años a tu vida.

 

            El solo titular, a más de dar vergüenza (porque insulta la inteligencia, al menos la mía), lleva a pensar si aún existe gente que se deje tumbar (que la hay y mucha, pero… allá ellos) y aún más, pensaba en cómo había gente que abusaba de los ignorantes (supongo que emprendedores modernos, aunque siempre han existido, o vivos, como se diría en otra época); e iba más allá, pensaba en si esos emprendedores vendían efectivamente matando a un hongo del pie en un día, o el ojo avisor se avispaba, o si el pelo crecía del susto por el valor pagado, o si efectivamente las tres gotas hacía que de un día para otro se viera el doble (también como es lógico, me pregunté si echándose el frasquito de una quedaba uno con visión Superman) y si haciendo limpieza en las venas, una personas de 30 años renacía. Preguntas válidas, ante la estupidez humana o, vistas desde otra óptica, preguntas estúpidas que alguien habrá de creer. Pero publicidad es publicidad y mientras hay un marrano que compre, qué más da.

 

            Y naturalmente, todo eso me pasa por andar de desocupado, habiendo cosas más importantes en qué pensar. Pero eso me pasa, qué puedo hacer?

 

—Bueno, ya sabemos eso —dijo—. Sabemos que no sabemos nada nuevo.[1] 

Tomada de Google



[1] La falsa pista. Henning Mankell.

lunes, 18 de abril de 2022

ECO-LODGE

             Palabrejas que se inventan, para dar más publicidad, para escudarse en ese nombre para cobrar más, sabiendo que de todos modos uno va a un hotel para pasar de locha y no se necesitan nombres raros. También están los que se denominan eco-pet o pet frendly, nombres rimbombantes para descrestar indios, pero están de moda.

 

            Como sea, terminé en uno de ellos, muy bonito, amigable con las mascotas (pero por favor no las dejen sin correa, advirtieron). Lo primero que noté: no tenían extinguidores, por lo que supuse que como son eco, no necesitan de ellos, la naturaleza sabrá cuidarse de ella. Y por la otra, oh sorpresa! No había televisor. (Pero se tenía acceso a wifi, juana1991 la clave, no sé por qué se me quedó grabada de inmediato).

 

            Naturalmente uno cuando va de paseo no es que se quede las 24 horas dentro del hotel elegido, pero es como si necesitara saber que tiene acceso a algo, úselo o no. Es una ausencia notoria que desequilibra de cualquier manera.

 

            Ante esa ausencia, lo mejor era gozarse la presencia. Un constante silencio, sin ser silente, pues la brisa arrullaba a los árboles, llevándoles a cantar su tonada. Los pájaros, haciéndose sentir, de alguna manera y el tiempo, complaciente con el veraneante que plácido se sienta a leer, como mejor opción para pasar el tiempo. Lástima la incomodidad de las sillas que impedían la mejor concentración posible.

 

            Una soledad silenciosa, sin que fuera lo uno ni lo otro, al estar acompañado y a que el silencio no existe, al no ser absoluto, lo uno ni lo otro, pero al tener palabras equivalentes a lo que queremos significar, son válidas, por el arrullo de la naturaleza y el cantar de los pájaros, y la ausente presencia que junta las soledades, de cualquier manera.

 

            Como sea, un buen descanso, que de alguna manera descansó, en medio de una nueva rutina, la otra rutina, la más larga, la de todos los días. Aunque terminé sin saber que era eso de eco-lodge, pues era una finca agradable (sin televisor).

 

Es posible, si uno no ve la televisión, ni escucha la radio, ni lee los periódicos —reveló una vez que hubo encendido la pipa—. Algunas personas se conceden unas semanas al año, semanas blancas, durante las cuales no consumen nada de alcohol. Seguro que es una costumbre sensata. Yo, por mi parte, he elegido pasar unas semanas al año, llámalas blancas o negras, en las que no dedico el menor interés a mi entorno. Después, cuando salgo de ese celibato informativo, la mayoría de las veces comprendo que no me he perdido gran cosa. Vivimos bajo un diluvio de desinformación, de rumores y de muy pocas noticias decisivas. Durante esas semanas, me dedico a buscar otro tipo de información: la que llevo en mi interior.[1] 

Foto JHB



[1] Antes de que hiele. Henning Mankell.

miércoles, 13 de abril de 2022

CURIOSIDADES MODERNAS

             Viendo El precio de la historia, me llamaron la atención (aunque son frecuentes estas respuestas) dos casos en que alguien iba a vender cosas viejas.

 

            Una de ellas llegó pidiendo doscientos dólares por cualquier cachivache que le habían regalado. Cory, que lo atendió le dijo que eso costaba al menos setecientos, pero que le daba cuatrocientos para no tumbarlo. El otro le replicó que no, que ahora quería setecientos; no, cuatrocientos, replicó Cory. Entonces seiscientas dijo el vendedor. No, le doy cuatrocientas, lo toma o lo deja. Claro que lo tomó. Y luego el vendedor sale diciendo que genial por haberlo vendido por ese precio, que ahora le iba a decir a la mujer que lo había vendido en doscientos y él se guardaba los otros doscientos. Me dije, muy para mis adentros, genial el muchacho, así vamos a llegar muy lejos!

 

            El otro vendedor que apareció llevaba alguna reliquia familiar y pedía mil quinientos dólares. Como se trata de una compraventa, le ofrecieron doscientos, pues no era que valiera gran cosa. No, mil cuatrocientos, replicó el otro. No, le ofrezco trescientos. Entonces no se hizo negocio y a la salida el vendedor del objeto manifestó que le tenía mucho aprecio a esa joya, que era familiar, que por nada del mundo lo vendería (sin sonrojo lo dijo, pero fue a venderla), pero que si le daban mil quinientos en otro lugar se sacrificaría. Me dije, muy adentro de mí, que qué bonito pensamiento tenía aquel hombre, que de todos modos su reliquia familiar y su afecto tenían un precio, como todo en él, me pareció.

 

            Y luego, para variar, en una entrevista a una jugadora de fútbol (se entiende que es equipo femenino, para que no me vayan a decir que soy un renegado idiomático) le preguntaron cómo se veía el equipo. Ella contestó: Nos respetamos, hacemos daño. Quedé sorprendido, pensé que iba a decir que jugaban bien, pero con estos pensamientos modernos, uno no sabe a qué atenerse.

 

            Y a propósito de fútbol, vi a continuación una disputa que se generó con la mascota elegida por la Copa América femenina. El muñequito era una perra, pues se trataba de mascota y de equipos femeninos. Quién dijo miedo por haber elegido a la perra. Que las estaban tratando de perras, dijeron algunos (digo algunos, porque la discusión se desarrolló con ellos y ellas). Que las estaban demeritando, y blablablá, blablablá, defensores y opositores y me preguntaba yo, hasta dónde ha llegado la estupidez humana que un muñequito dio lugar a pelea.

 

            Ahora sí que estamos jodidos, me dije para muy adentro de mis adentros, a donde nadie me pudiera oír, solo falta que me ofenda yo porque me digan calvo! (aunque dependiendo del tonito con que lo digan, ya serán quién soy!). 

—Todos somos distintos para los demás —opinó.[1] 

Tomado de Facebook
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[1] Henning Mankell. Antes de que hiele.

lunes, 11 de abril de 2022

FOTOS

                 No había caído en la nota, pero me preguntaba a dónde iban a parar las fotos que se tomaban hoy en día, a través de selfies o de aquellas en que en cada oportunidad se tomaban con mi amorcito o con mi bendición. Pues hoy ya no se llevan los viejos álbumes familiares, en que se acuñaba el recuerdo de los mejores tiempos vividos (pues que recuerde, las fotos nunca se tomaban en momentos de ingrata recordación).

 

                Antes, como decía, a pesar del costo que representaba, el álbum familiar no podía faltar. Y a él era a quien acudían para retratarse cuando se casaban. Después, volvían con su primer hijo. O con motivo de los diversos momentos importantes de sus vidas que deseaban mantener vivos en el recuerdo. En alguna que otra ocasión incluso, había tomado las fotografías de boda de dos generaciones de la misma familia. La primera vez que aquello ocurrió, empezó a tomar conciencia de que estaba haciéndose viejo. Nunca había pensado demasiado en ello con anterioridad cuando, de repente, se vio con los cincuenta ya cumplidos. Y de eso hacía ya seis años[1]. 

 

                Y me pregunto, hoy, que ya no cuesta nada tomarse una foto, por cuánto tiempo perviven, pues la velocidad del tiempo de hoy es instantánea y la gente vive tomándose instantáneas, la mayoría insulsas, como la del restaurante al que fui, el plato que pedí, en cuanto hayan ido a celebración o a restaurantes finos, para descrestar la liviandad de su propia vida. Son fotos que se comparten con quienes no les interesa la vida ajena o simplemente para hacer sentir envidia, de momentos felices, al parecer eternos, mintiéndose en ello.

 

                Pero bueno, la pregunta iba orientada a que con tal cantidad de fotos que la gente se toma ahora con su celular, a dónde van a perdurar, si el álbum familiar ha desaparecido. O, lo mismo que el álbum, esas fotos desaparecen, en la medida en que se van generando más y más fotos que, como las noticias, son desplazadas por nuevas noticias, al mejor estilo del Facebook.

 

                Y culmino preguntándome, las fotos van desapareciendo con el paso de los años, como desaparecen del recuerdo, sin dejar huella de ese recuerdo, ante la abundancia de fotos?

 

                Es solo una inquietud que me surgió, al estar abstraído en la lectura.

 

insistía en que el presente no era peor que cualquier otra época.[2] 

Tomado de Facebook
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[1] de La pirámide. Henning Mankell.

[2] La falsa pista. Henning Mankell.

viernes, 8 de abril de 2022

REFLEXIONES MATRIMONIALES

             Una de mis lecturas me llevó a pensar que, de cualquier manera, suelen presentarse algunas inquietudes en determinados momentos de la vida, y es algo que se piensa, pero que no se dice o que ni siquiera se piensa, pero la latencia está en algún lugar. Puede ser cierto o no, pero algo de verdad puede haber para alguien.

 

En cualquier caso, quedó claro que no mantenían ya ningún tipo de contacto. Según ella, se separaron porque se aburrían demasiado juntos. 

 

Rememoró el tiempo que pasaron, que se le antojaba el mejor de su vida en común. ¡Tenían entonces tanto de que hablar y tan poco tiempo para ello…! 

 

(…) y que, en realidad no sabía mucho acerca de su marido. De hecho, parecía que, en veinte años, no había querido saber nada de él. 

 

                Y son estos los pensamientos que llevan al desenlace de descubrir el desamor o, por el contrario, a permanecer allí inalterable porque se cree que ya no hay nada qué hacer y lo mejor es dejar que pase, como sea que esté descrito en el destino. ¿Por qué amargarse de antemano con los malos momentos si, quieras o no, siempre acaban presentándose al final? 

 

            Y a su vez, eso me llevó a pensar en ¿Cómo se describe a una persona que pasa tan inadvertida que parece confundirse con su entorno? 

 

                Son momentos que pasan en la vida, de alguna manera, o que simplemente nunca pasan, pero están latentes, de alguna manera.

 

Con creciente malestar, Wallander pensó que, al final, lo que queda de la vida de una persona va a parar al basurero más próximo[1].

Tomada de Facebook
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[1] Pisando los talones. Henning Mankell. Todas las citas son del mismo autor.

miércoles, 6 de abril de 2022

INOCENCIA

 

Lo más importante: la fragilidad de la sociedad en que vivían era mayor de lo que ninguno de ellos habría podido sospechar. [1]

 

            No sé hasta que punto el mundo se está corroyendo, carcomiéndose lentamente lo poco bueno que aún queda.

 

            Existe un submundo, incluido un inframundo, de los que hemos oído (a gritos o en silencioso rumor de creciente reverberación) de los que creemos están bien alejados, estando tan cerca.

 

            Un inframundo tenebroso, de ese que se mueve en la oscuridad de la noche, de esas calles en las que da miedo caminar a deshoras. Como inframundo que es, lleno de oscuridad y murmullos inaudibles, en donde se codea el hampa, la peor ralea y la mezquindad humana. Hampa que reúne a una serie de personajes, ladrones, reductores, violadores, traficantes, asesinos, toda esa ralea que queremos tener bien lejos, lo más lejos posible. Un mundo que nos podemos imaginar, al mejor estilo de Hollywood, pero que realmente desconocemos, a Dios gracias. Naturalmente para ellos no hay descanso, pues en el día hay quienes continúan con sus fechorías.

 

            Y está el otro submundo, el que actúa de día, con arreglo a los arreglos que hacen de noche en la comodidad de un club o de un afamado restaurante. Es el submundo encorbatado, aunque ya no se use ese artilugio. Allí se arreglan los problemas que trae la democracia, se hacen las componendas, se eligen los compadres, se hacen reparto de las entidades públicas, se reparten dividendos y se fijan intereses, todo en aras de la honrada democracia. De políticos, chanchulleros, de zancadillas, de efímeras hermandades, hasta que alguno caiga y si te conocí, ya no me acuerdo.

 

            Y vaya que muchas veces esos dos mundos se encuentran y se apoyan transitoriamente, mientras nos sirvamos.

 

            Y nosotros, en este mundo, llenos de inocencia (inocente o de displicente abandono, pues no es con nosotros), creyendo que este mundo aún es vivible y en el que vale la pena estar.

 

            Lo mejor es seguir soñando, es lo más sano que podemos hacer, esperando no encontrarnos con los de los otros mundos. Es mejor morir inocente.

 

Hace unos años, habría estado de acuerdo contigo: la violencia inexplicable no existe. Pero ya no es así. Este país ha cambiado, y nosotros no nos hemos dado cuenta. La violencia se considera ya algo natural. Se ha cruzado una frontera invisible y, en consecuencia, generaciones enteras de jóvenes se arriesgan ahora a perder el norte, puesto que nadie les enseña a distinguir el bien del mal. De hecho, ya no existe ni lo bueno ni lo malo. Todos invocan sus propios intereses. Y, así las cosas, ¿puedes decirme qué sentido tiene ser policía?[2] 

Tomado de Facebook
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[1] Cortafuegos. Henning Mankell.

[2] Pisando los talones. Henning Mankell.