lunes, 26 de julio de 2021

CONTRADICCIONES

 Internet está diseñada para ser lugar de anonimato. Las redes sociales lo están para sacarlo a uno del anonimato.

 En internet uno cree que hace y deshace y nadie se da cuenta.

 Un instrumento que hace sentir que se es libre, porque va y viene por donde quiera, sabiendo que puede ser seguido, espiado, pero uno piensa, quién va a espiar a un anónimo, que no es vigilado, es un anónimo, no es vigilado, pero es un anónimo vigilado. Mientras no use determinadas palabras que pongan nerviosos a los servicios secretos, sigue anónimo, pero es vigilado.

 Una teoría conspiratoria? Tal vez, pero por qué dejarse llevar de la paranoia; es mejor pensar que se es anónimo, que se es libre y que nadie lo ve, aunque pueda que no sea cierto, a la larga es mejor sobrevivir pensando que nada de eso existe, que uno es un mero anónimo. (Me pregunto si la CIA, MI6 y las demás agencias estatales de inteligencia no se reirán con lo que escribo).

             A su vez, por un lado el anonimato y por el otro metido en redes sociales, demostrándose, mostrándose y todo para no pasar desapercibido. Queriendo mostrar lo bueno, solo lo bueno, que es uno, lo perfecto que se es, hasta mejorando las fotos para suavizar la fealdad que a uno lo acompaña. Mostrando fotos de los feliz que se es, la vida perfecta que se lleva. Y demostrando que se es libre.

             A sabiendas de que de privacidad en las redes no hay y que también se es espiado.

             Esa dualidad nos debe hacer sentir en estos tiempos más seguros, aunque la duda persista.

             Y hablando de dualidades, usamos el internet como una necesidad imperiosa, a sabiendas de que es el mayor contaminador del ambiente. Pero así somos.


Tomado de Google. 

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Estas medidas de seguridad dignas de James Bond habían costado millones a los contribuyentes. De todos modos, pensó, ¿para qué otra cosa servían los contribuyentes si no? Consumían demasiado, pagaban muchos impuestos y su Gobierno gastaba mucho más de lo que debía, normalmente en estupideces. Si aquello no era equitativo, que bajara Dios y lo viera.

David Baldacci. Frío como el acero

 


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