lunes, 5 de junio de 2017

QUÉ ES LA BIBLIA?



Me resisto a esta sobredosis de odio
que nos está envolviendo.(1)

El título de esta columna (2) y de un documental de Youtube (El cristianismo antes del cristianismo (3)) me ha llevado a esta reflexión, aunque mi reflexión iba hacia el agnostismo, pero ya le llegará su tiempo.

Y en efecto, qué es la biblia? Un libro escrito a mil manos durante cerca de quinientos años (para el nuevo testamento, porque para el viejo, viejas fueron las épocas y las manos intervinientes), en donde los protagonistas no tuvieron parte, donde se escribió de oídas, donde se agregó, se quitó, se amplió, se volvió a recortar, hasta que se cansaron de seguir escribiéndolo, discutiéndolo, recortándolo, que decidieron ya dejarlo quieto. En ese trasquile quedó un documento como el que conocemos como Biblia, que por tanto manoseo dejó de ser sagrada, creo yo. (Lo van a volver a excomulgar, una vez más… me oído decir. Pero también me veo alzando los hombros, pues ya saben cuánto me importa aquello).

Otros ven a la Biblia como buena literatura, mito verdadero, compilación de tres milenios de sabiduría y todas esas cosas, pero en últimas la ven como un texto producido por hombres que se hicieron un Dios a su imagen y semejanza. Piensan que Dios no tiene tiempo de sentarse a dictar textos sagrados, porque, entre otras cosas, puede que no exista. Así que, si al autor del Pentateuco se le pasaron dos o tres cosas raras sobre la sexualidad y los mariscos, la culpa no es de la deidad sino de algún escriba hebreo cautivo en Babilonia que ya merece que lo dejen descansar en paz.

No me imagino esas reuniones de patriarcas y de padres de la iglesia discutiendo el contenido, vetando los otros evangelios –que el de Tomás no, porque ese dudó; que el de la Magdalena tampoco, que era muy llorona, por decir lo menos-. Oiga que si le quita allí, yo dejo que usted ponga lo otro. Que eso no le conviene oírlo a la plebe, mejor páselo de largo. Que como ya se murió fulanito, aprovechemos para incluir esotro! Y así Torquemadas, Ordoñez, dominicos y jesuitas hicieron lo que quisieron bajo la sombra de la herejía.

Y concluye:  

¿Qué hace uno entonces con un texto tan raro como la Biblia, que a veces es poesía, a veces épica, a veces deconstrucción de mito mesopotámico y a ratos proclama imperial?

La Biblia no es un libro que se lea de una sentada, ni un libro que sea agradable de leer, ni que llame la atención –al menos para mí, a sabiendas que esta confesión me puede llevar, no sé si al infierno, pero sí a la excomunión, aunque si ven que me retracto, seguro fue que me amenazaron con el potro o con la hoguera y yo para el dolor sí soy gallina y le firmo lo que quiera-.

También es dominado el libro por un idioma hoy muy desconocido por la mayoría –tanto lingüística como históricamente- y por ello da lugar a tanto malentendido. Para mi gusto se salvan unos cuantos salmos y los proverbios, esas frases puntuales que dicen todo sin necesidad de explayarse (aunque padres de la iglesia y abogados hay y habrá tantas interpretaciones para lo que no necesita de interpretación). De resto, un compendio de historia sagrada, como lo fue en mi niñez, para conocer e ilustrarse de la vida de los profetas, de cómo era el tiempo en sus tiempos, de los motivos de felicidad o de hambruna y, generalmente, cómo un Dios creador se convirtió en un dios de castigo y de furias. Supongo que ese cambio obedeció a que comenzó a conocernos y se dio cuenta de que su obra no fue una buena obra, más bien debió arrepentirse al conocer el desarrollo de su invento.

Como sea, la Biblia como se escribió a mil manos, lo que hace que sea un libro mal hecho, contrahecho y que por milagro divino no fue deshecho. Reto a cualquiera a que comience su lectura de Génesis a Apocalipsis –naturalmente de seguido- y creo que el sueño le vencerá en la página treinta, le aburrirá en la sesenta y en la 666 ya se habrá vencido, concluyendo que ese libro, como literatura, como tratado o documento, es lo más aburrido del mundo y no vale la pena su lectura, hay mejores escritos, al menos más amenos.

Muchos, creo que la mayoría, lo leerían por culpa y con culpa, sintiendo a ese dios malo señalándolo con el dedo mayor, con mirada fija, de esa que mata el alma, de esa que dice que el infierno le espera por no saber leer lo que mil escribieron, pero que Él se abstuvo de redactar, para no quedar peor de lo que quedó al ver su creación! Creo que no lo redactó directamente, como decía el columnista mencionado, sino por la pereza de sentarse a dictar textos sagrados, que terminan siendo muy aburridores. Es como un documento de Planeación Nacional, si me es dable el símil.

Si en el mejor de los casos no me condeno, nos veremos en el cielo y allí podremos divagar en libertad!


Foto: JHB (D.R.A.)


[1] Aura Lucía Mera. Sobredosis. http://www.elespectador.com/opinion/sobredosis-0

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