Una buena pregunta para hacerse.
No
respondo por mí (literal y en sentido amplio). Solo voy a filosofar, a pontificar
y supongo que en el trasfondo puedo estar refiriéndome a mí y de mí.
Cada
persona ante esta pregunta indiscreta tendrá su respuesta. Verdadera o que cree
verdadera, para sentirse mejor.
Unos
dirán que es la familia, los hijos, la pareja, la plata, el trabajo, el ser
como se es, el vagar, en rezar, el entregarse. Qué se yo, hay tantas respuestas
como pacientes puede haber y cada uno se mentirá a su mejor manera, porque
generalmente las verdades no pueden ser escuchadas, así sea en la intimidad.
Y el
trasfondo de la pregunta? Escondida tanto como el trasfondo de la respuesta?
Difícil, porque uno no puede ser objetivo con uno mismo y los eufemismos sirven
precisamente para evadir preguntas vergonzantes o vergonzosas, como ésta.
También es cierto que algunos, muchos, prefieren no abrir esa caja de Pandora
porque pueden encontrar respuestas vergonzosas y vergonzantes y además porque
vaya sorpresas las que uno puede encontrarse.
Por
eso, era una mera pregunta al aire, es decir, sembrada la semilla.
… necesitaba
comprobar que lo ordinario, es decir, la esencia de la vida, seguía ahí, ¿y qué
mejor prueba que aquella absurda demostración?[1]
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