viernes, 26 de noviembre de 2021

SEÑORITA

             Las barbaridades que ahora vemos y todo por lo quisquillosos que se han vuelto los señoritos y las señoritas. Dios nos libre de esos especímenes.

 

            Por señorita, palabra amable y de deferencia que en mi época, ya lejana por lo que veo, se usaba en señal de respeto.

 

Y me encuentro con un artículo que informa que la ONU (no sé por qué se mete en estos temas) decidió que ahora la palabra es discriminatoria. Válgame Dios y pide que se retire del habla común. Tarados habemus en la ONU (mano de burócratas, ineptos e innecesarios. Nótese la opinión que tengo de ese espectro luctuoso).

 

“De lo que hablamos es de utilizar el lenguaje de manera que no se perpetúen los estereotipos relacionados con el género; género entendido como constructo social que atribuye una serie de características a alguien por haber nacido como hombre o como mujer”, explica Naciones Unidas al respecto.[1] (los calificativos sobre ese constructo me remueven la hiel, como se habrán dado cuenta).

 

Esta sería la causa por la cual se dejaría de utilizar, o se recomendaría no usar la palabra “señorita” en el idioma español, todo se debe al uso del lenguaje inclusivo (sic). Actualmente, señorita se usa para referirse a una mujer que no se ha casado o no tiene hijos a su cargo. Según el Diccionario de la Lengua Española, se usa “como tratamiento de cortesía aplicado a la mujer soltera”, entre otras definiciones como: “tratamiento de cortesía que se da a maestras de escuela, profesoras, o también a otras muchas mujeres que desempeñan algún servicio, como secretarias, empleadas de la administración o del comercio”. Agrega el articulista.

 

Y pensar que entre ellas, como idioma inclusivo y deferente, se llaman entre sí como perras, zorras y no sé qué más apelativos, cuando no se tutean con vulgaridades. Y aún así, la ONU[2], metida en lo que no le importa, repito, mete candela para que haya más cosas que nos distancien, que nos dividan.

 

Recordé el refrán: zapatero, a tus zapatos y el mundo sería más feliz. Y tan bonito que era decir: Buenos días, señorita!

 

Y aquí paz y después gloria: acto seguido dieron paso a un programa de música rock. Montalbano no dejaba de asombrarse de los criterios que regían en la televisión. Por ejemplo, te mostraban las imágenes de un terremoto con millares de muertos, pueblos enteros desaparecidos, niños heridos y llorando, cadáveres despedazados, e inmediatamente después anunciaban: «¡Y ahora tenemos aquí unas preciosas secuencias del carnaval de Río!». Carrozas multicolores, alegría, samba, culos.
—¡Maldito hijo de puta! —exclamó Zito con el rostro enrojecido de rabia, y le soltó una patada a una silla[3].

Tomado de Google
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[1] https://www.semana.com/cultura/libros/articulo/por-que-recomiendan-dejar-de-usar-la-palabra-senorita/202140/

[2] Sería interesan leerse un libro: ONU Una historia de la corrupción. Eric Frattini. Interesante conocer otra visión de la realidad y de las mentiras alrededor de entidad tan reputada (inclusión incluída).

[3] Andrea Camilleri. La paciencia de la araña.

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