Y Montalbano lo comprendió. Angelo era lo que
antiguamente se llamaba visitador médico. Pero su oficio, como el de los
barrenderos llamados ahora agentes ecológicos o las sirvientas elevadas al
rango de empleadas del hogar, se había ennoblecido con un nombre distinto, más
adecuado a la elegancia de los tiempos. Sin embargo, la esencia seguía siendo
la misma.[1]
En mi
época me enseñaron cosas puntuales, que parecían inmodificables, que a pesar de
pasar los años perdurarían.
Han
pasado más de cincuenta años o sesenta quizás, según la época en que las
aprendí y las acepté como verdades, como esas verdades que también inculcaron
en mí monjas y curas y que, por lo mismo, indiscutibles, dogmas irrefutables.
Pasado todo ese tiempo, viendo un documental me encuentro que lo inmodificable ayer
aprendido, hoy no era cierto o no tan cierto como fue pontificado en su
momento.
Cinco
son los sentidos (gusto, olfato, vista, oído, tacto) dijeron con autoridad.
Pues no, ya son nueve -y no supe a ciencia cierta cuándo los fueron agregando y
parece que algunos dicen que ya van en treinta-. Y ellos son, además de los
mencionados, según pude averiguar, gracias al doctor Google[2]:
- Nocicepción (dolor)
- Mecanorrecepción
(propiocepción, equilibriocepción y kinestesia)
- Termocepción (frío y
calor)
- Interocepción
(Presión arterial, contenido de oxígeno en la sangre, nivel de glucosa en
la sangre e inflamación de pulmones)
Pero además, para complicar la cosa, mencionan
estas otras[3],
difíciles de aprender por la denominación que le dan -para confundir más a
nosotros los confundidos por naturaleza- y son: propiocepción, cenestesia, cinestesia o kinestesia,
sinestesia, equilibriocepción e interocepción.
Y qué decir de la tabla periódica de elementos en
química. Para cuando estudié eran como 84 y hoy ya van en 118, aunque al
parecer muchos no existen, pero se los inventaron en el laboratorio, por lo que
empezaron a existir, producto de explosiones o de bombardeos, como los llaman.
Eso me hizo recordar al recitarlos, conforme fui enseñado: cloro, bromo, fluor,
yodo… y los últimos con unos nombres que resultan impronunciables para los
inexpertos, como yo.
Y paso a los reinos de la naturaleza. Para la época
de los sesenta, mi época de infancia, eran, si mal no recuerdo, tres: animal,
vegetal, mineral y pare de contar. Para la época en que como padre me tocó
repasar el tema habían ascendido los protistos y las móneras
(que sinceramente no sé qué son). Después supe de los hongos -aclarando que nunca
los he probado, no sé si me he perdido de algo-. Y en conclusión ahora dicen
que son seis los reinos de la naturaleza, con nombres más finos, desde luego,
para que se note el progreso: Reino Animalia
(animales), Reino Plantae (plantas), Reino Fungi (hongos), Reino Protozoa
(protozoarios), Reino Chromi[4]
(cromistas), Reino Archaea[5]
(arqueas), Reino Bacteria (bacterias)
y entre arqueas y cromistas (que tampoco sé qué son), alguno añadirá a los
bromistas..
Y qué
decir de los países del mundo. En mi época de aprendizaje eran como 120, si no
me falla la memoria, pues el doctor Google no me supo responder a mi pregunta
de cuántos países había hacia los años setenta (cosa curiosa, será que ya no lo
sabe todo?) y parece que tampoco se sabe con certeza en realidad cuántos son,
por aquellas discusiones bizantinas de qué se entiende por estado, por
soberanía, por autonomía[6].
El resultado es que son 194 países, reconocidos por la ONU (la única que puede
reconocerlo, aunque los que tienen el poder de veto, que son tres, si mal no
recuerdo, son los que tienen la sartén por el mango). Hay unos que están en el
intermedio, que sí pero no, como estos impronunciables Osetia del Sur o Abjasia.
Pero bueno, el problema es de los políticos y los que hoy son puede que mañana
no lo sean (parece que todo depende de políticos, militares y dictadores). En
estos asuntos no me meto.
Y la
curiosidad me llevó a pensar en los estados de la materia. Eran tres: sólido,
líquido y gaseoso (casi digo protistos, pero me acordé que eso era otro tema). Pues
tampoco, luego apareció el plasma y de ahí para adelante se multiplicaron hasta
llegar, según me cuenta Google, a quince, con esos nombres que a veces lo dejan
a uno más ignorante de lo que se está. Y resultan que son: Condensado de Bose-Einstein, Condensado de Fermi, Supersólido,
Estados de alta energía (Materia degenerada, La materia de los quarks, Condensado
de vidrio de color) y Otros (posibles estados de la materia: Superfluido, Materia degenerada, Materia fuertemente simétrica, Materia
débilmente simétrica, Materia extraña o materia de quarks, Superfluido polaritón, Materia fotónica, Líquido de spin cuántico y Cristal líquido).
Con tanta sabiduría pendiente me dije, mejor deje así, pues no entendí un
carajo y tanta ciencia obnubila.
Por eso
llegué a la conclusión de cómo cambian las cosas, sin uno darse cuenta de los
cambios que se generaron, como aquello de los estados del hombre que eran niño,
joven, adulto y viejo, digo, anciano (cambios que tampoco noté, pero se dieron
sutilmente), y que ahora no se llaman así sino que también hay adulto mayor, no
tan viejo y viejo viejo, me digo yo.
Toda una vida para comprender que lo que fue, ya no es.
[1] La luna de papel. Andrea
Camillieri.
[2] https://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/09/12/918295
[3] PROPIOCEPCIÓN: Se refiere a la conciencia corporal;
es decir, nos provee de un conocimiento inconsciente sobre dónde se encuentra
cada parte del cuerpo, sin necesidad de verla o sentirla.
CENESTESIA: Es la sensación general de la
existencia del propio cuerpo. La conforma un conjunto de sensaciones
relacionadas con la propiocepción, dadas por sus órganos internos, pero no
ubica las partes del cuerpo, como sí lo hace la propiocepción.
CINESTESIA o KINESTESIA: Son las
sensaciones que se transmiten desde todos los puntos del cuerpo al sistema
nervioso. Se refiere principalmente a la percepción del movimiento y nos ayuda
a captar el equilibrio, el espacio y el tiempo. Abarca dos tipos de
sensibilidad: la sensibilidad visceral interoceptiva y la sensibilidad
propioceptiva o postural, cuyo asiento está situado en las articulaciones y los
músculos, y cuya función consiste en regular el equilibrio y las acciones
voluntarias coordinadas necesarias para llevar a cabo cualquier desplazamiento
del cuerpo.
SINESTESIA: No todos los seres humanos tienen
desarrollado este sentido. Se refiere a la percepción de olores cuando se
escucha música o se dice una palabra, o hasta oler y encontrar sabor a los
colores. Es decir, es la percepción conjunta o interferencia de varios tipos de
sensaciones de diferentes sentidos en un mismo acto perceptivo. Un sinestésico
puede, por ejemplo también, oír colores, ver sonidos y percibir sensaciones
gustativas al tocar un objeto con una textura determinada.
EQUILIBRIOCEPCIÓN: Es el sentido del equilibrio,
conocido también como sistema vestibular, que reside también en el oído. Se
encarga de la percepción de la posición de la cabeza y su movimiento.
INTEROCEPCIÓN: Es la representación del estado de
nuestros órganos, en la que cada uno de ellos se siente por sí mismo. Nos
permite sentir, por ejemplo, el ritmo cardiaco, es decir los latidos del
corazón; o la sed, el hambre, la excitación sexual, las náuseas, etcétera.
[4]
Agrupa a todos los organismos con núcleo celular definido, con metabolismo
fotosintético y una cubierta celular rígida que los protege del exterior.
También tienen cilios, unas estructuras celulares alargadas que permiten que
puedan alimentarse y moverse.
https://www.significados.com/reinos-de-la-naturaleza/
[5]
Este reino está conformado por organismos procariotas, es decir, sin un núcleo
celular definido. https://www.significados.com/reinos-de-la-naturaleza/ Aclaro
que no entendí un carajo de lo que leí al respecto, me atengo a la ciencia.
[6] ¿Cuántos países existen y por qué es
tan difícil responder a esa pregunta? Parece una pregunta obvia, pero según qué
criterios sigas, o a qué instituciones preguntes, el número puede variar entre
193 y 206. En realidad, la respuesta depende de cómo se define un
"país". https://www.bbc.com/mundo/noticias-48153621
[7]
Un mes con Montalbano. Andrea Camilleri.
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