viernes, 18 de enero de 2019

FALACIAS


Sin darnos cuenta nos volvimos falaces, en todo el sentido de la palabra, así sea para llevar la contraria.

Sea lo primero decir que:

En lógica, una falacia (del latín: fallacia, ‘engaño’) es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha atención para detectarla.(1)

            Y lo vemos todos los días no sólo en la política y el periodismo sino en la vida diaria, cuando con argumentos no podemos convencer, por terquedad, por llevar la contraria, por no dejarnos ganar y por eso terminamos en gritos, en desprecios, en vapulaciones.

            Eso me llevó a ilustrarme un poco sobre el asunto y me encuentro con que el tema da para hacer tratados y al ver una somera clasificación veo que a través de la falacia nos manipulan, especialmente en materia política y periodística y de esa manipulación nos hacen caer en el mismo círculo vicioso que critico, volviéndome tan falaz como los criticados, cuando no hay camino adicional para convencer o sacar del error, según nos creemos, a sabiendas que en tal caso el silencio, despreciativo naturalmente, es el mejor camino que de todos modos conduce, por lo despreciativo, a generar inquina, cuando no odio. Es decir odiamos a los uribistas o petristas pero la única forma con ellos es usar sus propias herramientas.

            Y me llamaron la atención las siguientes formas de falacias que, para no tergiversar, mejor copio:

·         Falacia ad hominem: se llama falacia ad hominem a todo argumento que, en vez de atacar la posición y las afirmaciones del interlocutor, ataca al interlocutor mismo. La estrategia consiste en descalificar la posición del interlocutor, al descalificar a su defensor. Por ejemplo, si alguien argumenta: «Usted dice que robar está mal, pero usted también lo hace», está cometiendo una falacia ad hominem (en particular, una falacia tu quoque), pues pretende refutar la proposición «robar está mal» mediante un ataque al proponente. Si un ladrón dice que robar está mal, quizás sea muy hipócrita de su parte, pero eso no afecta en nada a la verdad o la falsedad de la proposición en sí.
·         Falacia ad verecundiam: se llama falacia ad verecundiam a aquel argumento que apela a la autoridad o al prestigio de alguien o de algo a fin de defender una conclusión, pero sin aportar razones que la justifiquen.
·         Falacia ad ignorantiam: se llama falacia ad ignorantiam al argumento que defiende la verdad o falsedad de una proposición porque no se ha podido demostrar lo contrario.
·         Falacia ad baculum: Se llama falacia ad baculum a todo argumento que defiende una proposición basándose en la fuerza o en la amenaza.
·         Falacia circular: se llama falacia circular a todo argumento que defiende una conclusión que se verifica recíprocamente con la premisa, es decir que justifica la veracidad de la premisa con la de la conclusión y viceversa, cometiendo circularidad.
·         Falacia del hombre de paja: Sucede cuando, para rebatir los argumentos de un interlocutor, se distorsiona su posición y luego se refuta esa versión modificada. Así, lo que se refuta no es la posición del interlocutor, sino una distinta que en general es más fácil de atacar.(2)

Quería ilustrar cada uno de ellos pero recordé que basta ser político de cualquier color, incluidos petristas y uribistas con razón, para saber que todos sus argumentos resultan falaces cuando les conviene ganar, que es casi siempre, terminando, casi siempre, en el insulto y el grito, por aquellas palabras de nuestro gran estadista que dijo las siguientes sabias palabras: le voy a romper la jeta, marica! (a la anterior frase se le llama ironía(3), por si no la cogieron al vuelo). Y conste que el tema que me inspiraba no era propiamente la política.

                                                        Mi país está en manos de gente que lo desprecia, ese es el problema. (4)

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[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Falacia.
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Falacia
[3] Para ser más claro: Modo de expresión o figura retórica que consiste en decir lo contrario de lo que se quiere dar a entender, empleando un tono, una gesticulación o unas palabras que insinúan la interpretación que debe hacerse. https://www.google.com/search?q=iron%C3%ADa&oq=iron%C3%ADa&aqs=chrome..69i57.2457j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8
[4] Santiago Gamboa. Los impostores.

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