Viendo un meme que ilustraba la pregunta incómoda que me hacían en el colegio, durante mi infancia, en que luego de una exposición el profesor pedía que resumiera lo que había entendido del tema, me retrotrajo a esos momentos que daban pánico en el colegio y en la universidad.
Preguntas triviales que no dejaban de ser incómodas y que
automáticamente dejaban en blanco la mente y lo hacían a uno ver como un total
ignorante, quedaba uno humillado, los colores afloraban a la cara y ponía uno
una cara que los demás deberían ver como la de un estúpido.
Ahí es
cuando uno comienza a saber lo que es la infelicidad.
Y los
medios de presión durante los exámenes. Pasa el profesor mira lo que uno está
haciendo y da dos pasos adelante y dice: lean bien las preguntas. Uno no sabe
si es advertencia para uno o para el de adelante y la duda hace su aparición,
maldita duda.
Y el momento trágico cuando se inicia el examen, mira uno las preguntas y lee una tras otra y se da cuenta uno que no tiene ni la más remota idea de ninguna de las respuestas y el miedo se apodera de uno y piensa para sí: comeme tierra.
Pero eso sí, la dignidad es la dignidad y ni por el putas uno podía dejar en blanco el examen, había que responder así fuera con evasivas.
Y entre las evasivas cómo no
acudir al etcétera que abarcaba tanto lo largo como lo ancho, pues ancha es
Castilla.
O el
otro momento de sonrojada, cuando uno acertaba a la respuesta pero
adicionalmente le pedían a uno que explicara cómo había llegado ahí. Pues con
mucho esfuerzo, me digo ahora.
Y
recordar a la salida del examen, cuando se reúnen los que ya han salido y van
verificando las respuestas y uno se da cuenta que no sabe si alcanza a pasar o
no, por la dualidad de comentarios que uno oye. Otra vergüenza adicional de la
que solo queda el comentario común: No marica, creo que no paso o creo que paso
raspando, que era un ruego a los cielos para que no perdiera la materia,
poniendo toda la fe para que no sucediera una catástrofe.
Y la
última, preguntarle al profesor cómo le había ido en el examen. Esa sí era de
campeonato porque la duda quedaba hasta la entrega de notas, era todo un parto.
Y todo esto para ver cómo
se sufrió en el colegio y en la universidad, no todo fue gratis, las angustias
tenían sus fechas. Sufridos recuerdos que hoy me hacen reír.
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