Una frase tomada al vuelo. La muerte es un acto solitario, creo que oí. Si he de ser sincero, la frase me quedó sonando; raro, dirá alguien.
Pues así fue. La muerte es realmente un acto solitario, a
pesar de que ocurra en medio de una catástrofe y no sea el único. Es personal
para el afectado y es un acto solitario, así se esté en compañía.
Me acuerdo de una conversación entre mi mamá y una de sus
hermanas, ya viejas y supongo que la primera previendo que ya se le iba
acabando el tiempo en este mundo. En medio de la conversación casual, estando
yo presente, mi mamá le dijo a la tía: Ve, porque no te morís conmigo? Y mi tía
soltó la carcajada, no recuerdo las palabras textuales, pero le dijo algo así:
Ve ésta (con el acento propio de los ocañeros), yo soy muy feliz viviendo,
déjate de bobadas, por qué habría de morirme yo con vos?
Así comprendí que la muerte es un acto solitario y
personal.
Últimamente fantaseaba con su propio
entierro, quién estaría presente, qué cosas dirían sobre él. Si somos la huella
que dejamos en los demás, la suya se borraría con facilidad.[1]
De acuerdo, es lo más personal que hay
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