miércoles, 19 de febrero de 2025

EN SOLEDAD

             Una frase tomada al vuelo. La muerte es un acto solitario, creo que oí. Si he de ser sincero, la frase me quedó sonando; raro, dirá alguien.

 

            Pues así fue. La muerte es realmente un acto solitario, a pesar de que ocurra en medio de una catástrofe y no sea el único. Es personal para el afectado y es un acto solitario, así se esté en compañía.

 

            Me acuerdo de una conversación entre mi mamá y una de sus hermanas, ya viejas y supongo que la primera previendo que ya se le iba acabando el tiempo en este mundo. En medio de la conversación casual, estando yo presente, mi mamá le dijo a la tía: Ve, porque no te morís conmigo? Y mi tía soltó la carcajada, no recuerdo las palabras textuales, pero le dijo algo así: Ve ésta (con el acento propio de los ocañeros), yo soy muy feliz viviendo, déjate de bobadas, por qué habría de morirme yo con vos?

 

            Así comprendí que la muerte es un acto solitario y personal.

 

Últimamente fantaseaba con su propio entierro, quién estaría presente, qué cosas dirían sobre él. Si somos la huella que dejamos en los demás, la suya se borraría con facilidad.[1]

FOTO JHB




[1] Nadie en esta tierra. Víctor del Árbol Romero.


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