lunes, 2 de diciembre de 2019

DECISIONES



            Oí decir: he tomado una decisión muy personal. Me pareció un verdadero pleonasmo y naturalmente mi pensamiento comenzó a funcionar sin sentido, porque una decisión siempre implica que es personal y el muy utilizado no le quita la personalidad que tiene la decisión.

            Por definición la decisión es: Determinación definitiva adoptada en un asunto. O Firmeza, seguridad o determinación con que se hace una cosa.(1)  Lo que implica que por naturaleza es personal, sin necesidad de darle intimidad mayor por el hecho de usar el muy, insisto.

            Y hablando de decisiones, el asunto que me llevó a escribir, está en que el mundo gira alrededor de la decisión. Me centraré en las personales. Uno siempre decide, tomar café o gaseosa, acostarse o levantarse, irse en bus o en taxi, aceptar o no alguna cosa y naturalmente toda decisión conlleva una consecuencia, generalmente la deseada.

Y también hay decisiones alternativas, de lo uno o de lo otro, como mencioné, cuando se presentan alternativas.

            Y hay decisiones delegadas, sin perder la noción básica de haber decidido sujetarse a ellas. Son decisiones que se adoptan de antemano o son implícitas, como la de sujetarse a la determinación de la mayoría o a la de un poder superior. Es aceptar ir al paseo sujetándose al itinerario adoptado por otro. Al aceptar se ha decidido que otro decida por uno y por ese hecho la decisión fue la de delegar y someterse al querer del delegado. Eso pasa con la democracia, decidí que otro mandara y así gane el que yo no quería, me toca aceptar –aún a regañadientes- que otro decida, aunque sea minoría.

            En cualquier caso tomamos decisiones, acertadas o no, todo el tiempo, aunque lo que más nos gusta es delegar la decisión final, porque si va bien, nos favorece, pero si va mal tenemos a quién echarle la culpa, ante la imposibilidad de aceptar que habíamos decidido por nosotros mismos.

            Siendo así, siempre seremos responsables de nuestras decisiones, buenas o malas, personales o delegadas, porque siempre habrán de ser personales, ante el temor de tomarlas directamente o por la subordinación aceptada.

Decisiones (Ave María)
Cada día (Si señor)
Alguien pierde, alguien gana Ave María!
Decisiones, todo cuesta
Salgan y hagan sus apuestas
Ciudadanía!(2)
Óleo sobre papel. Espátula. JHB (D.R.A.)

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