lunes, 6 de junio de 2022

A MI YO ADOLESCENTE

                 El nombre de una serie española documental que por curiosidad terminé viendo[1]. Un interesante programa con muchachos inteligentes, aunque me llamó la atención al no poder identificar el sexo de muchos de los protagonistas, cuestión que últimamente me ha llevado a pensar en qué momento se terminó esa diferencia que uno a simple vista notaba, en los tiempos ya idos. Es solo un comentario de cómo la juventud se ha venido desexualizando (si se permite el término), pero ya en mi vejez me voy acomodando y aceptando la situación, supongo porque ya no es mi problema y cada época es su propia época, como pudo haber sido la mía.

 

                Pero bueno, me voy distrayendo, cuando el tema era mi época, mi adolescencia. He de confesar que ya no recuerdo mi adolescencia, como si nunca la hubiera tenido, como si no la hubiera retenido, por ser retraído. Nada fiestero, nada bailarín, nunca lo aprendí y terminaba borracho de tanta vuelta innecesaria, las pocas veces que lo hice, me parecía una inactividad improductiva, sin sentido. Así era yo, qué le vamos a hacer.

 

                Por ese mismo retraimiento me llevó la vida a centrarme en los libros y a través de la lectura a ser iluso y soñador.

 

                Tenía muchos hermanos pero cada cual estaba en lo suyo, por lo tanto, reinos independientes, aunque creo, mirando hacia el pasado, muy semejantes. Para la época, los padres eran los padres, no los amigos, frase que ahora se ha impuesto.

 

                Fuera de mis libros y de la máquina de escribir no conocía nada. No recuerdo mayor cosa, con solo ver la biblioteca de mi papá, con eso tenía, ver que había mucho qué explorar a través de la imaginación. La vida real, cuando salía a hacer mandados, cuando mi mamá me llevaba a alguna visita o las caminatas de fin de semana con mi papá. El resto era más rutinario, ir al colegio, cumplir buenamente las obligaciones escolares y seguir con mi propia rutina. No es mayor cosa lo que recuerdo; ahora parece que soy un viejito sin juventud o con una juventud olvidada al no ser mayores los recuerdos o sea que mi vida de esa época no puede ser contada, simplemente por lo aburrida que pueda sonar.

 

                Una vida corriente y pensar que a eso se reduce la vida, a una vida corriente, sin mayor cosa qué contar, sin nada qué añadir, sin nada qué agregar.

 

Y tú, (preguntaban en el programa) si pudieras hablar con el adolescente que fuiste, ¿qué le dirías?

 

En fin, que la lectura, más que un hábito, se me convirtió en la mejor compañía… [2]

Tomado de Facebook
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[1] https://www.rtve.es/rtve/20200521/yo-adolescente-voz-jovenes-temas-universales/2014563.shtml ‘A mi yo adolescente’ muestra la visión generacional de los jóvenes sobre grandes temas universales como el amor, la libertad, la amistad, los miedos... En cada una de las siete entregas, un grupo diferente de adolescentes se reúne con un presentador para compartir reflexiones y dilemas. Un espacio para el diálogo que se aleja de los estereotipos para escucharles en primera persona y descubrir qué piensan, cómo sienten y qué les preocupa. Y tú, si pudieras hablar con el adolescente que fuiste, ¿qué le dirías? El primer episodio plantea si los adolescentes de hoy se parecen a sus padres o madres, si comparten miedos, ilusiones y anhelos y si se sienten escuchados.

[2] Líbranos del bien. Alonso Sánchez Baute.

1 comentario:

  1. Ciertamente estoy de acuerdo contigo. Tengo 34 y tampoco sé dónde están mis infancia pero de lo que sí estoy seguro es que mi crianza si me eseño a ser barón.

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