lunes, 26 de septiembre de 2022

FRASES INCONSECUENTES

Dedicado a todos los fantasmas, del pasado y del presente.[1]

 Quitapesares dice que escribir es hablar sin que a uno lo interrumpan. Pues eso mismo es dictar.[2] Pues, Lo que no se habla, lo que no se dice, logramos relegarlo a ese territorio de irrealidad muda del sueño.[3] Es como Ocultar el pecado, es dejarle una dosis de censura, que es como decir de condena. Hago algo malo, pero por lo menos lo escondo para indicar que me avergüenzo de hacerlo.[4] Bastaba en esos casos una arrodillada, como lo hacía cada noche entre dos oraciones, …, su culpa estaba expiada y ya podía tramitar su traslado al cielo.[5]

 

Y no viví esas escenas absurdas de las casas de mis amigos: el papá pide explicaciones: «¿Dónde está la pelota? ¿Por qué no se fija dónde deja las cosas?». El hijo calla, muerto de susto. El papá insiste: «¿Qué, dónde dejó la pelota? ¡Conteste!». El hijo se decide: «Es que como era mía porque me la habían regalado, entonces yo…». Y el papá interrumpe furioso: «¡No me conteste! ¡Ya mismo a la cama sin comer!». O ese otro padre de familia que, fuera de sí, le lanza alaridos al hijo contento: «¡Ricardooo, no griiteee!». Porque así es la vida autoritaria de las familias normales.[6] Y de esa manera … ese episodio de su juventud se le perdió en la niebla de la omisión reiterada.[7] 

*

Fumadores pasivos y así destierran a los activos, cuando les va bien, al desván de la casa. El humo pasivo hace daño, sí, y vivir también hace daño, y la mucha risa arruga las comisuras de los labios y el mucho pensar llena de líneas la frente y las comidas excavan la barriga. Bah.[8] Mentiras de libros de autoayuda. Por eso Aprendí el consejo cristiano de sufrir con paciencia las imperfecciones del prójimo.[9] Pero a veces, por favorecer ese difícil cariño que uno siente por sí mismo, es mejor no recordarnos como fuimos, sino como hubiéramos querido ser.[10] Y así, De las dos fechas, la cuna y la sepultura, el principio y el fin de cada uno, estoy muy cerca de la segunda y lejísimos de la primera.[11] Pero siempre recordando ese ¿Qué haces? —Recuerdo y me arrepiento. —¿De qué? —De los pecados que no cometí.[12] 

 Sin saber que los pecados pueden cometerse y puesto que Se trataba de una mentira piadosa y necesaria, perdonada en la confesión y aprobada desde el cielo.[13]

 

*

 

Eso de andar enfurruñado no sirve para nada. El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es optativo».[14] Lo hubiera sabido antes…

*

 

Y en para cerrar, en estos tiempos modernos, cuando nos creemos perfectos y libres de todo mal, recordé que Todos podemos convertirnos en salvajes si nos dan un fusil y una orden.[15] Sí, podría convertirme en un salvaje, dadas las circunstancias, podría serlo. 

 

«No estás vivo hasta que no te das cuenta de que estás viviendo».
—Un grafiti en un muro de París.
[16]

Tomado de Facebook
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[1] Asesinato en la Bastilla. Cara Black.

[2] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[3] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[4] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[5] Isabel Allende. Largo pétalo de mar.

[6] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[7] Isabel Allende. Largo pétalo de mar.

[8] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[9] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[10] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[11] Asuntos de un hidalgo disoluto. Héctor Abad Faciolince.

[12] Isabel Allende. Largo pétalo de mar.

[13] Isabel Allende. Largo pétalo de mar.

[14] Isabel Allende. Largo pétalo de mar.

[15] Isabel Allende. Largo pétalo de mar.

[16] Asesinato en la Bastilla. Cara Black.


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