Una frase que oí a un padre de un policía asesinado en emboscada. Yo tampoco los perdonaría, facinerosos hijueputas al margen de la ley. A un asesino no se le perdona, así esté de moda que uno tenga que salir en televisión y redes sociales perdonando. Vaya hipocresía.
Uno no
debe perdonar ciertas cosas, así digan que envenena el alma, porque hay cosas
imperdonables. Como aquél (hijueputa) que envenena y maltrata animales, tampoco
tienen perdón de Dios.
Y a
propósito, si no tienen perdón de Dios, eso no nos obliga a perdonar a cuanto
hijueputa nos hace daño, por el contrario, deberían pagar y pagar bien caro su
descaro que pretenden solucionar con un: me perdona?
Hay cosas
que no tiene perdón y con el perdón de todos, hay cosas que no se perdonan, que
se deben pagar, como sea, pues el dolor no se soluciona con un: me perdona?
A la mierda los que opinan lo contrario.
Como se
ve, escribí con el alma envenenada -no porque la tenga, no porque me la hayan
hecho, no porque yo lo haya sufrido-, simplemente porque no comparto las modas
estúpidas del perdón publicado en redes, cuando no hay perdón ni de Dios;
discursos políticos que nos han querido imponer para no sentirse
discriminatorios, cuando lo son, por eso, este discurso va contra ellos y las
modas de las redes sociales que imponen que debemos perdonar al prójimo y tal
vez por eso andaba emputado, porque me cansé de oír mentiras o medias verdades;
cada cual es libre de decir si perdona o no, pero no por imposición. Dios me
libre!
… lo conocía no solo con la memoria, sino con
el corazón. El corazón tiene recuerdos que el cerebro olvida.[1]
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