Una verdad y un inolvidable título, aunque los chistes no era que fueran nada del otro mundo. Selecciones de Readers Digest, recuerdo.
Qué sería del mundo sin risa,
sin humor. Tal vez lo que es. Aunque el mundo tiene más estupidez hoy, sí, en
los gobiernos y en los payasos que nos representan, esos no nos hacen ni reír.
La guerra parece un chiste, pero no tiene humor, no da para reír. Los gobiernos
tampoco.
Y
ahora que lo recuerdo, no me acuerdo cuándo fue la última vez que algo me hizo
reír hasta las lágrimas, claro, no han sido demasiadas las veces en que las
lágrimas salían motivadas por un chiste, una situación ridícula o algo intrascendente
que lo hacía llorar de la risa.
Y
cuántas lloré riendo? Ya ni me acuerdo, pero supongo que contadas. La cara no
me ayuda, pero me reía a menudo y la risa, sin duda, es un remedio infalible.
Y eso es lo bueno de las generalizaciones, que
vistas por donde se miren, son verdades rotundas que no sirven para nada.[1]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario