miércoles, 17 de enero de 2018

QUÉ ES LA MUERTE?


Morir es haber estado y ya no estar.(1)

Una pregunta que se hizo el señor Data (Star Treck, the next generation) tratando de entender esa compleja situación que se nos presenta a los humanos.

Buena pregunta, retórica y hasta retorcida, pero interesante. Lo primero que pensé era que simplemente corresponde a la cesación de toda actividad humana y toda es toda, porque habrá quienes me dicen que la sola muerte cerebral no lo es y, en tal caso, habrá que concretar que en efecto es toda, cerebral y del cuerpo a la vez (a pesar de tener claro aquello de contenido y continente), a pesar de que se pueda contra argumentar que con la sola cerebral basta, porque ya deja uno de ser. Como sea, muerte es muerte.

O es el momento en que dejamos todo: tristezas y alegrías, fortunas o miserias, egoísmos y amores, afanes y calmas, angustias, total desprendimiento, hasta la memoria la dejamos, los recuerdos, absolutamente todo y no queda nada, solo huesos o en el mejor de los casos cenizas, todo para el olvido, ese olvido al que alguna vez llegaremos, no hay de otra.

En los últimos años he esperado que cada persona que se va de este mundo y por mí conocida realice su esfuerzo para comunicarse conmigo y me diga si realmente el siguiente paso existe, pero no ha sido posible. Ni siquiera mi último ser querido que esperaba se condoliera conmigo lo hizo o lo pudo hacer, no sentí su última partida, en medio de su soledad de tubos. A pesar de que he sentido (si es que se puede sentir) despedidas de aquellas que reclamamos como ciertas de que anoche se despidió de mí, me lo digo a manera de consuelo luego de conocer la ida de alguien?

Y como anillo al dedo traigo apartes de una entrevista a un sepulturero, que del tema debe saber, a pesar de no haber estudiado:

La muerte trabaja sin descanso, todos los días, como un obrero ideal. No exige recompensas y cuando la vituperan no se inmuta, ni siquiera sonríe. Tiene el don de la ubicuidad y aprendió a ser rápida y lenta a la vez, trabaja con la misma comodidad agazapada en medio de una multitud o en el silencio triste de la soledad.

“A la vida uno sólo viene a sufrir y a pasar malos ratos. Entonces por qué tanta tristeza cuando alguien se muere. Yo digo que cuanto más rápido uno deje esta tierra, mucho mejor”. El sepulturero piensa, sentado en el borde de una fosa, balanceando los pies como si estuviera en una piscina, en otro lugar menos lleno de muerte. A su alrededor, miles de cadáveres esperan el día de la resurrección, o el día en que se hunda el humedal sobre el que está levantado el cementerio. Y sigue pensando. Piensa que muerte es otra versión de la vida. Piensa que ni el cielo ni el infierno existen, porque si existieran ya alguien habría vuelto para contar cómo son. Piensa que hace muchos años se le olvidó qué era sentir tristeza por un muerto. Tan acostumbrado está a verlos y tan seguro de su bienestar, que sería un hipócrita si sintiera pena por ellos.
“Yo me paseo entre los muertos, y no me da vergüenza tomarme una cerveza o contar un chiste entre ellos .Yo sé que no están aquí, sólo estoy entre cuerpos que no ven, que no oyen, que no sienten nada. Estoy en medio de la nada, rodeado por miles de personas que no están”.(2)
Aunque la respuesta fácil es por el inverso: explicar la vida. Pero muerte es fin, el sanseacabó, luego pregunta o respuesta son inconclusas. Por eso sigo preguntándome si la tan ansiada alma muere también con el cuerpo o si se va olvidando que alguna vez existió. Y seguiré haciéndome muchas preguntas al respecto, pero que dejo para más adelante, porque aún no he contestado la inquietud del señor Data.


Óleo sobre papel, espátula. JHB. (D.R.A.)



(1) Saramago.
(2) Jorge Hernán Gómez Arango. La muerte, otra versión de la vida. http://revistadiners.com.co/actualidad/50542_la-muerte-otra-version-la-vida/

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