Somos responsables del estado del planeta, es lo que
repiten sin interrupción los ecologistas. Supongo que también lo somos por el
pecado original, como insisten en repetir los cristianos. Pareciera un mismo
discurso que conlleva responsabilidad y en consecuencia con una buena dosis de
culpabilidad, que quieren imponernos.
Antes de que existieran los fanáticos del ecologismo se
necesitó de una buena dosis para elevar la calidad de vida, por los medios que
nos ofreciera la naturaleza, no había de otra para poder sobrevivir. Oí en una
conferencia de un físico que nuestros antecesores no fueron responsables de la
deforestación ni de sus consecuencias, porque no lo sabían, eran ignorantes de
las consecuencias. Porque estaban obligados a construir sus casas, a obtener
leña, a hacer fogatas, a hacer multitudes de cosas que hoy al ser criticables,
le fueron endosadas con el grado de culpabilidad que no se merecían. Debían
sobrevivir, unos inocentes ignorantes.
Naturalmente soy hijo de mi tiempo y no me arrepiento y
tampoco puedo tener culpa alguna por serlo. Si he de ser más preciso, yo no
dañé el planeta, no soy responsable de como está, así como tampoco se puede
culpar a nuestros más antiguos antecesores por hacer lo que les tocaba hacer,
no tenían alternativa. Pero se dirá que yo si la tengo. Pues no, para
desplazarme a otra ciudad no me iré a pie para que la gasolina no contamine,
conmigo o sin mí los vehículos seguirán su camino. Y no soy mártir, lo
advierto, no tengo ni una gota de ello. Ni me bañaré con agua fría, mientras
haya gas disfrutaré de este placer.
No somos culpables y los ecologistas no pueden hacerme
sentir culpable, pues con las que cargo ya son suficientes, que no me abulten
con una más. Con el pecado original tengo más que suficiente, pues así lo
siguen predicando los curas, a pesar de que se supone que con la crucifixión
fui liberado, pero los curas insisten en reprochar mi eventual culpabilidad,
pero dejemos así, va y me meto en honduras. Pero no me distraigo.
Insisto en que no soy responsable, por acción, por
omisión o por herencia de cómo se encuentra el planeta, por eso creo que los
ecologistas fanáticos deben renunciar a hacerme sentir culpable, a hacerme
sentir mal. Que se jodan, yo no soy responsable, si he de ser sincero y menos
soy culpable, no está por demás advertir que cumplo con mi cuota de ecología,
en la medida de mis capacidades, en eso soy respetuoso con la naturaleza, pero
soy hijo de mis tiempos.
Entonces echémosle la culpa a las vacas,
ellas no tienen posibilidad de apelar.
Nicholai
pensó que cada cierto tiempo todo ser humano necesita cometer un pecado venial
porque, de lo contrario, no es totalmente humano. Satori. Don Winslow.
Tomado de Google
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