viernes, 18 de abril de 2025

VIERNES SANTO

             No era mi intención escribir en semana santa, semana de reposo que quería tener lejos de esta semana de vacaciones, para los que trabajan, para los pensionados una semana igual a otra cualquiera. Semana que otrora era de mediano recogimiento, hasta que perdió cualquier viso religioso y eso sin entrar en tema religioso profundo que saben me produce cierto prurito.

             Como sea, al estar pasando de canal en canal, en alguna procesión de algún pueblo, el relator decía: los dolores y el sufrimiento son para fortalecer el cuerpo y el alma. Y ahí se disparó mi intelecto agnóstico y anticlerical, si he de decir la verdad. En pleno siglo XXI venir a oír semejantes estupideces. Flagelarse en pleno siglo XXI para lograr el perfeccionamiento espiritual a través del dolor y el sufrimiento. Así se despertó la piedra que envuelve este escrito. Afirmaciones medievales de la iglesia que todavía se repiten siglos después, como si la historia y la ciencia no hubieran demostrado lo contrario.

             El dolor y el sufrimiento, propio o ajeno, lo único que hacen es enfermar el cuerpo y el alma y de allí que haya tanto loco y fanático que no entienden razones, que no saben que lo mejor de esta vida es vivir en paz, sin dolor ni sufrimiento.

             La iglesia que se dice tan liberal en estos tiempos modernos (a pesar de que mantiene principios medievales traídos de los cabellos), debería dejar el fanatismo, ser abierta, dejar que cada cual piense lo que se le dé la gana, sin condenarlo y más bien dedicarse en ver cómo mejora y evita que la clientela se le vaya. En eso debería centrarse.

             Me confieso que por esa frase se me disparó la piedra y de esa manera se me salió el diablo que llevo conmigo y todo en un viernes santo que debía ser de recogimiento y divina dulzura…

             … los dolores y el sufrimiento son para fortalecer el cuerpo y el alma, vaya estupidez más grande. 

Satori —repitió Xue Xin. Enseguida apostilló—: Si nuestros pensamientos nos hacen prisioneros, parece evidente que también pueden liberarnos.[1]

Tomada de Facebook


[1] Satori. Don Wislow.

Satori es el momento en que se descubre de forma clara que solo existe el presente (donde nace el pasado y el futuro), creándose y disolviéndose en el mismo instante; con lo que la experiencia aclara que el tiempo es solo un concepto, que el pasado y el futuro son una ilusión al igual que todo el mundo físico. Satori es un momento de comprensión al nivel más alto, es ir más allá de la experiencia terrenal. Esta experiencia solo se da en niveles elevados de conciencia, comunes en los meditadores, pero al alcance de cualquier persona; además, no se debe entender como un fin, sino como un constante suceder sin fin último. Esto porque si una persona tiene su satori lo único que ha hecho es eliminar un conflicto mental, aclarar su comprensión del sentido de la vida o habrá reestructurado su personalidad de tal manera que ello le permitirá vivir más contento. No obstante, seguirá trabajando, comiendo, durmiendo, pagando impuestos, etc., es decir, su proceso continuará hacia una comprensión más clara de la existencia. Esto se puede constatar en la famosa anécdota del zen que a continuación se cita: «Antes de la iluminación, los ríos eran ríos y las montañas eran montañas. Cuando empecé a experimentar la iluminación, los ríos dejaron de ser ríos y las montañas dejaron de ser montañas. Ahora, desde que estoy iluminado, los ríos vuelven a ser ríos y las montañas son montañas». Wikipedia.


1 comentario:

  1. De acuerdo, los extremos y la facultad de los extremistas por razonar bajo premisas pendejas y peligrosas le saltan la piedra a cualquiera que sea ligeramente inteligente

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