miércoles, 18 de junio de 2025

EL INCREIBLE PODER DE NUESTROS SENTIMIENTOS.

               Un podcast de Diego Golombek[1] que en ratos de ocio oí (como si el ocio no fuera permanente en un pensionado)  hablando de percepción y sentimientos, me hizo pensar en los sesgos que tenemos, en lo críticos que somos permanente y adicionalmente en lo quejetas que terminamos siendo. Es decir, en una palabra, los seres humanos no somos buenos ejemplos ni de humanidad ni de sensibilidad.

 Lo que más me llamó la atención fue la palabra sesgo, pensé que era una palabra más del diccionario, transitoria, efímera. Pero resulta que es precisamente de esa palabra de la cual más nos alimentamos y que, desafortunadamente, gobierna más nuestras vidas. Y lo que, según dicen los que saben, está arraigada en la parte más primitiva del cerebro, la que nos hace… cómo decirlo, cagarla más y reconocerlo menos? Y de ahí a que nos volvamos más críticos, no en el mejor sentido de la palabra, y permanentes quejetas como eximente de la responsabilidad que realmente deberíamos tener, en cuanto el sesgo sea una falta de objetividad.

 Pero veamos, Los sesgos  cognitivos son atajos mentales que evolutivamente han sido útiles porque nos han permitido tomar decisiones de forma más rápida. La psicología cognitiva estudia estos atajos, así como otras estrategias y estructuras que utilizamos para procesar la información, habiendo identificado una gran cantidad de ellos, que con frecuencia están relacionados entre sí. Si bien pueden ser útiles, en ocasiones la falta de racionalidad, de información u objetividad nos pueden llevar equivocación. Estos errores sistemáticos en los procesos cognitivos (pensamiento, percepción, memoria, entre otros) nos producen una desviación en el procesamiento mental, nos pueden alejar de la racionalidad o nublar nuestro juicio[2].

 

Y menciona cincuenta de tales sesgos que permiten la desviación del pensamiento, aunque el podcast menciona que se reconocen 300 (o eran 200?). A manera ilustrativa transcribo algunos de ellos, que me han llamado la atención:

  1. Sesgo por interés personal: Nuestros fracasos son circunstanciales, pero nuestros éxitos son por méritos propios. Por ejemplo: Ganas un premio debido al trabajo duro o la perseverancia sin contar con la suerte o la ayuda recibida. En cambio si fallas es porque no habías dormido lo suficiente o cualquier otra excusa.
  2. Efecto arrastre: Las ideas, las modas y las creencias crecen a medida que más personas las adoptan. Es la tendencia a hacer o creer en algo porque muchas personas lo hacen o lo creen.
  3. Pensamiento de grupo: Debido al deseo de conformidad y armonía en el grupo tomamos decisiones irracionales, a menudo para minimizar el conflicto.
  4. Efecto del falso consenso: Cuando creemos que hay más gente que está de acuerdo con nosotros de lo que realmente es el caso.
  5. Maldición del conocimiento: Una vez que sabemos algo, asumimos que todos los demás también lo saben.
  6. Hipótesis del Mundo Justo: Tendemos a creer que el mundo es justo; por lo tanto, asumimos que los actos de injusticia son merecidos.
  7. Realismo ingenuo: Creemos que observamos la realidad objetiva y que otras personas son irracionales, desinformadas o tendenciosas.
  8. Efecto de anclaje: La tendencia a confiar demasiado en la primera información que nos ofrecen a la hora de tomar una decisión.
  9. Sesgo de la automatización: Tendemos a confiar en los sistemas automatizados, llegando a confiar demasiado por ejemplo en la corrección automática del corrector ortográfico.
  10. Sesgo de autoridad: Confiamos y estamos más a menudo influenciados por las opiniones de las figuras de autoridad.
  11. Efecto Zeigarnik: Recordamos más las tareas incompletas que las completadas.
  12. Prejuicio de punto ciego: No creemos que tengamos prejuicios, y lo vemos más en los demás que en nosotros mismos.

Curiosa que es la ciencia y todavía nos creemos que somos la inteligencia máxima de la naturaleza. Vea pues. 

Cuando Cioran, en una pirueta de su complaciente pesimismo, se proclama harto del hombre hasta el punto de exigir «que se largue cuanto antes», es evidente que su invectiva no se dirige exclusivamente a los varones. Es humillante que el feminismo sectario nos obligue a añadir precisiones tan imbéciles.[3]

Tomado de Google
50-sesgos-cognitivos-infografia


[1] BBVA Aprendamos juntos 2030.

[2] https://ceciliacorespsicologa.es/50-sesgos-cognitivos/

[3] Memorias. El ladrón en la casa vacía. Jean-François Revel.


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