En principio, bajo los principios en los que he vivido,
la frase me hizo pensar en todo el tiempo que se perdía y que el resto del
mundo pierde, procrastinando, de vagos, de sinvergüenzas era una pérdida de
tiempo innecesaria. Pero…
Como siempre, para todo hay un pero. Para un pensionado
perder el tiempo es una manera de pasar el tiempo. ¿Y me dije y por qué no? Es
nuestro tiempo. A nadie tengo que rendirle cuentas. Puedo perder mi tiempo como
se me dé la gana, sin culpabilidad, sin rubor, sin pena.
¿Porque qué pasa si lo perdemos de una u otra manera? ¿Acaso
hay que rendirle cuentas a alguien?
Eso me tranquilizó, ya puedo perder mi tiempo en bobadas,
en no hacer, en procrastinar, en dejar hacer.
Ahora ya estoy más tranquilo, es mi tiempo y que no me
vengan con reclamos, soy un feliz pensionado, no me dañen esta nueva felicidad.
Ese es mi privilegio.
… siempre le parecía descubrir algo nuevo: una
casita en la que no había reparado antes, un puente que había cruzado muchas
veces sin fijarse en él. En eso consistía la vida: nunca te das cuenta de lo
que pasa hasta que te detienes un momento para observarlo con calma.
503924992_687900470716531_624891277020216017_n
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Para ser incluido en entregas personalizadas pueden solicitarse en: jhernandezbayona@gmail.com