lunes, 14 de julio de 2025

MIS EGOS

             Sin tener el menor conocimiento del asunto, he de confesarlo de antemano, tuve alguna alusión a las diversas personalidades que se suponen habitan en uno (el yo[1], el ego, el alter ego, el super yo y las demás variantes que ignoro) y eso me hizo pensar en el tema, reiterando que no conozco del tema ni tampoco es mi interés profundizar en él.

 

            Yo soy yo, pienso que me limito a pensar, es decir tal como me percibo, pero a la vez ese yo siendo yo, se idealiza en la medida en que quiere ser algo más, quién no tiene anhelos, deseos, se nutre de idealizaciones, tiene ilusiones. Y hago notar que de todos modos como me percibo yo mismo tampoco es que tenga como constante el pordebajeo, pues esa percepción no la tengo de mí mismo, creo, pero eso sí aunque con deseos de ser más.

 

            Con mi tendencia a enredarme en ciertos temas, como podrán haber notado, -endílguese a la ignorancia en este caso- el asunto es que sin vericuetos ni interpretaciones enredadas pensaba que yo soy yo (y entre paréntesis, siguiendo el camino clínico, Jesús tenía un ego ni el barraco: Yo soy la luz, yo soy el camino, vea pues). Pero bueno…

 

            Soy yo, soy uno con mis quereres y mi desamores, mi apreciación de mí mismo y de mi mundo circunstante, de mis circunstancias (buenas, malas o regulares) y no sé para qué carajos tienen que meter al ego para decir que yo no soy yo sino que puedo ser otro yo al que no aprecio (en cualquier sentido, si se quiere) o a lo mejor es lo mejor porque así se le puede echar la culpa de algo no querido a otro inconsciente que no quiere aparecer en primer plano sino que se oculta en las tinieblas de la mente, mientras le conviene.

 

            O sea que esto es más complicado que entender el dogma de la santísima trinidad, todos en uno, uno en todos, todos para uno y uno para todos, siempre que no apliquen términos ni condiciones. O en otras palabras, déjelo así, si no le duele no se rasque, sea usted, que su ego, su alter ego y hasta el super yo lo aguantan todo y lo que opinen los demás le tenga sin cuidado, que ellos no lo mantienen ni lo mandan y que su ego perdure a través de los siglos de los siglos, amén.

 

A veces las personas no tienen un motivo para cometer estupideces —dijo la señora Levy encogiendo ligeramente los hombros—. Lo que sí sé es que no ganas nada diciéndote que si hubieras hecho esto o aquello… —Cogió a Faith por las mejillas y terminó diciendo—: «Confía en el Señor y no en tu propia inteligencia».[2]

Tomado de Facebook
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[1] Dice la IA en su simpleza: En el contexto psicológico, "ego" y "yo" no son sinónimos, aunque a menudo se usan indistintamente. El "yo" se refiere a la percepción de uno mismo, incluyendo la conciencia de la propia identidad, mientras que el "ego" es una construcción más compleja y a menudo se considera una imagen idealizada o una máscara que uno presenta al mundo. El ego puede ser visto como una parte del "yo" que busca validación externa y control, mientras que el "yo" auténtico puede estar más conectado con las emociones y la autenticidad. 

[2] Pecado original. Karin Slaugther.


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