miércoles, 11 de marzo de 2020

MACHISTA YO?



      No tengo ni idea, porque siendo uno tan subjetivo es difícil de poder tener una opinión objetiva de uno mismo. El cerebro siempre ayuda a buscar exculpaciones, necesarias o innecesarias.

      Me lo preguntaba porque cualquier comentario que uno pueda hacer, especialmente en redes sociales, puede ser tomado como opinión de un machista, especialmente por todas esas feministas que abundan, agresivas ante la falta de un argumento, en donde tratar de defenderse es causal de excomunión, con los improperios consiguientes (en qué se metió? oigo decir a manera de advertencia).

      Y me preguntaba por qué hoy, si el machismo está condenado y perseguido, el feminismo no, si cuando uno se encuentra con una de esas (frase machista, me dirán), locas (otra más), que con improperios y grosería pretenden hacer valer sus eventuales derechos (sigue cagándola, me oigo decir). Acaso los machistas no tienen iguales derechos que ellas (ya se sobrepasó, oiré comentar).

      El machismo se condenó y las feministas acaloradas (ojo, que lo van a crucificar, oigo en el aire como murmullo), decía que las feministas acaloradas no pueden mantener su feminismo, que era la buena parte de la mujer (ahora sí que la acabó de cagar, siendo condescendiente, que eso sí las ofende).

      A lo largo de mi vida laboral, casi todos mis jefes eran jefas, es decir mujeres, a las que respeté, no por su posición sino por su conocimiento, así como compañeros muchas mujeres y los derechos eran iguales. Siempre supe comportarme y creo que no hubo queja alguna. Naturalmente con mis amigos mi trato y lenguaje era de camionero, he de reconocerlo. Ante mujeres lo moderé y creo que nunca hubo queja alguna al respecto, el loro sabe en qué palo trepa. Con el tiempo y las nuevas generaciones el idioma cambió, ellas dejaron de ser femeninas (vuelve y juega, no se arriesgue, me dicen), la conversación de ellas se fue convirtiendo en una amalgama de lenguaje de camionero, de brusquedad, es decir, se igualaron (calle, es lo mejor, me digo). Se igualaron pero no en la parte positiva y cualquier comentario que se hace, si se sienten ofendidas, casi siempre (no insista que con Cristo fue suficiente, oigo por ahí), lo matonean a uno, lo achicopalan y tratar de desembarrarla es hundirse más en el lodo del odio y la malquerencia. De esa manera, si esas odiosas feministas (cagada! dicen) asumieron derechos, me he preguntado si los machistas los perdieron, los enviaron al closet para que se escondan, aunque de esas feministas lo mejor es esconderse, no vale la pena ni siquiera enfrentarlas, porque uno pierde, por el solo hecho de ser hombre, macho, masculino, para más señas (ahora sí! Oí a lo lejos).

      Y si he de ser condenado, bien pueden hacerlo, a esta edad me importa un… comino y si soy machista, pues qué he de hacer, salvo esconderme en el closet y comer callado, porque de todos modos pierdo. Lástima que la femineidad la hayan trastocado por las feministas, tan bonito que era en otra época!(1) Porque ya no sé qué es ser macho, varonil, hombre, masculino.

O quizá solo sea que ha pasado de los cincuenta y que los recuerdos a esa edad empiezan a pesar más que las esperanzas. (2)

Tomado de Facebook.
87677850_2720571481344294_8772292735815122944_n.jpg


[2] Francesco Fioretti.  El secreto de Dante.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario