En estos tiempos mi desubicación es más notoria,
preocupante pero comprensible, propia de la edad como dirían los médicos cuando
uno es viejo y manifiesta sus dolencias. Son efectos de la modernidad.
No sé cómo se puede trabajar en estos tiempos en que hay
tantos distractores (espero no estar siendo repetitivo) en que hay tantos
distractores que hace que la concentración sea cada vez más difícil.
Iba a la droguería pero por estar pensando en cualquier
otra cosa seguí de largo y terminé comprando pan, hasta que luego caí en la
nota de que había comprado lo que no necesitaba y dejé de comprar lo que
requería.
Y este hecho me llevó a mi juventud, particularmente a la
laboral. No había internet ni celular, eso llegó mucho después. Se concentraba
uno en lo que tenía que hacer, hacía la tarea y eso me lleva a pensar que la
vida era más asentada.
No había quién le estuviera molestando para averiguar
cómo iba el trabajo, hasta podía uno ir
a la biblioteca para una investigación más profunda. No había computador ni
internet por lo que ni redes, ni juegos, ni chismes, ni chats (haciendo conversaciones
insulsas y hasta estúpidas) ni ninguno de esos distractores, los de la época
eran diferentes.
Se era más eficiente, supongo, menos olvidadizo, menos
difuso, menos disperso.
Otros tiempos, otras distracciones, otras situaciones.
Debo concentrarme más en lo que tengo que comprar en la
droguería para no terminar comprando pan. Escribo esto mientras veo una serie
de Amazon, eso se llama concentración.
Era una situación parecida a cuando pierdes las llaves.
Cuando dejas de buscarlas, te acuerdas de dónde están.
Tomado de Facebook
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Al menos uno sabía como iba y los jefes sabian que uno daba resultados y no jodian tanto
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