viernes, 5 de septiembre de 2025

CENIZARIOS

             En varias casas he visto cenizarios como parte del decorado en, generalmente, una sala, a lo colombiano, junto con la vajilla fina que no se usa, los platos que se pegan a la pared, las porcelanas, suvenires recibidos y demás tonterías que la decoran.

             Son las cenizas de alguien, está claro. Y me hizo pensar en las cenizas de los difuntos, en otros tiempos enterradas de cuerpo presente hasta que a los cinco años eran extraditados[1] de la fría tumba para pasar a ser custodiadas en una iglesia, en lo que creo que se llamaban osarios[2] y eso me llevó a pensar en los tiempos remotos en que la velación del difunto se hacía en la sala de la casa, lo que demuestra lo viejo que soy.

             Pero bueno, el tema es que pensé por qué carajos guardar unas cenizas que para nada útil sirven en la casa, sea una sala o un estudio, y tenerlos permanentemente a la vista sabiendo que a nadie, con el tiempo, terminan interesándoles. No debe olvidarse que el tiempo todo lo cura y ese cenizario, como parte del decorado, termina en eso, un objeto de decorado que no inspira nada, como lo hace una porcelana o la vieja vajilla fina que se heredó pero que termina sin usarse, porque es vieja y porque se supone fina, supongo.

 No me atreví a preguntar sobre el cenizario que me hizo escribir y menos siendo su propietario un ateo, lo que resulta más contradictorio, por demás. Pero le vi allí rodeado de libros, de objetos inservibles pero aparentemente parte de la decoración de un estudio.

 Qué hacía allí ese cenizario? Sigo preguntándome y pensé en que espero que mis restos no terminen formando parte de un decorado ni reposando en un osario eclesiástico, con que los boten a la basura es suficiente o simplemente los dejen en la funeraria para que ellos dispongan de lo pertinente, porque ese polvo ya no soy yo, ni sirvo para nada, ni siquiera para decoración porque seguro alguien que lo vea pensará lo mismo que yo:  Y qué hace un cenizario de decoración?

 Y pensando en cosas inútiles que uno guarda, para qué guardar las cenizas de quien ya no es? si todo queda en el recuerdo y eso es lo que lo mantiene a uno vivo cuando ya no se es.

¿Qué estoy haciendo aquí?, pensó. Merezco algo mejor. Luché toda mi vida por una posición, por la seguridad, hice algo de mí y de mis sueños, y esto no es justo, no es limpio. ¿Por qué yo? ¿Por qué no Phyllis, por qué no ella, por qué no las putas y los hijos de puta de este mundo? ¿Por qué yo?
Oh, demonios. ¿Por qué yo? [3]



[1] Y nótese lo viejo que soy, una vez abierto el ataúd el sepulturero procedía a hacer añicos los huesos con un martillo y si no me creen, pregúntenle a otro viejo como yo; aunque tengo entendido que actualmente luego de la incineración se hace lo mismo o se ponen en una prensa, qué sé yo, y no creo que lo hagan uno a uno pues la incineración se hace con todos los difuntos recibidos en el día, de donde deduzco que si se hace prueba de ADN a los restos entregados se encontrará uno con una gama genética increíble.

[2] La duda me hizo consultar la IA de Google que me acabó de confundir, o de hacer ver lo ignorante que estaba en materia idiomática, al decir: El lugar donde reposan las cenizas en una iglesia se llama cinerario o, en algunos casos, columbario. Un cinerario es un espacio destinado a guardar cenizas cremadas, mientras que un columbario es un tipo específico de cinerario que contiene nichos individuales o compartidos donde se depositan las urnas con las cenizas

[3] ¡Pánico¡ Bill Pronzini.


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