Estando de viaje me encontré en España con que las botellas de gaseosa venían con la tapa adherida a ella, lo que para un ignorante como uno, al abrirlas e intentar tomar directamente de ellas terminaba con la tapa pegada en el ojo o en el mejor caso contra la nariz o el pómulo. Curiosa situación, me dije. Pero la curiosidad natural en mí me hizo preguntarme por esa situación tan curiosa y sin clara explicación. Eso me llevó a que el doctor Google me respondiera: Las botellas en Europa tienen la tapa adherida como una medida para reducir la contaminación por plásticos de un solo uso, impulsada por una directiva de la Unión Europea (UE). Este cambio, obligatorio desde 2024, asegura que las tapas se reciclen junto con la botella al permanecer unidas, evitando que se pierdan en el medio ambiente y contaminen, especialmente las playas. Vea pues, me dije. O sea que tapa y botella juntas no contaminan, solo lo hacen cuando se separan, pero vea pues, cómo los europeos son tan inteligentes que hasta legislan por cuenta de una tapa y una botella. Pero supongo que el trasfondo no es ecologista porque no hay político que no dé prenda sin dedal. El favor a algún fabricante que se las ingenió con el negocio, piensa mi malpensante pensamiento.
… Frank lle llenaba la cabeza a Jared
de mentiras. De unas mentiras que Jared se tragaría, porque lo peor de las
mentiras es que la gente se las cree cuando se parecen a la verdad.[1]
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