lunes, 4 de junio de 2018

AL FIN QUÉ SOMOS?


No es que lo racional no exista; es que se ha vuelto circunstancial, esporádico y selectivo. La inteligencia humana se ha concentrado en la tecnología y esta ha sido capturada por el mercado, por el consumo y por un cierto adormecimiento del intelecto proporcional al auge de los ardores.(1)

Ya metido en política me asaltó una pregunta filosófica, sabiendo que la una nutre a la otra, de cualquier manera.

Conservador, liberal, socialista, comunista, del centro con todas las denominaciones que dentro de ellas quepan, extremistas o radicales y hasta fundamentalista (que en últimas no sé qué es pero es bonita palabra para estos efectos). Como dicen en política los hay, así como los hay cuando no están aquí o allá o en ambas partes, tal como predican los que hacen política dinámica!

Filosofando conmigo me llevé una sorpresa. No puedo encajarme específicamente en ninguno de tales grupos políticos ni filosóficos, pues así como la política es dinámica (¡!) yo también puedo serlo (Buena exculpación, oigo decir).

Y llegué a la conclusión de que soy conservador en actuaciones que mantienen mi zona de confort. Liberal en materia financiera. De izquierda, comunista o socialista cuando se trata de repartir los bienes ajenos (no los míos, aclaro, porque esos sí se respetan). Y soy radical, en ciertos aconteceres.

Y ampliando más el pensamiento, regionalista cuando me conviene; nacionalista, cuando así es necesario; globalista en ciertos temas.

Soy de todo un poquito, dependiendo de mis intereses y por lo dinámico, al igual que la política, hoy soy una cosa, pero mañana, según mis inclinaciones del momento, puedo ser lo otro o lo contrario o ninguna de las anteriores o todas ellas. Soy, visto así, una veleta, según los vientos.

Y viéndolo desde la óptica política, entendida dentro de un pensamiento crítico, pienso que hoy ya nadie es godo o liberal, socialista o comunista, somos de todo un poquito, aún a nuestro pesar, o no somos nada, o seguimos sólo al líder, independientemente de su color y real pensar. Familia, patria y tradición claman los unos; los otros, claman por las libertades y los de más allá exudan por el reparto de los bienes ajenos (ya los viera yo cuando les expropiaran sus  propiedades!).

Facho! Gritan unos. Comunista! Le contesta el otro. Nazi! Replica otro. A pesar de que los epítetos siempre han existido, hoy son más notorios en la medida al acceso a redes sociales, los gemidos y gritos insultantes que dentro del anonimato se propagan sin rubor y en tiempo real. Y lo que es peor es que no se sabe realmente lo que se está gritando, ya es un insulto y por eso valen tales gritos desobligantes. Hasta me llamaron tibio (no sé qué quiere decir esa palabreja ampliada a la política) y cobarde, por proclamar en voto en blanco. Pero qué le vamos a hacer (me importa un carajo lo que digan de mí, ninguno de ellos me está manteniendo ni les debo favor alguno, me digo para mi tranquilidad mental).

Y entre fanáticos, radicalistas, extremistas y delirantes lo único que estamos haciendo es propagando odio, así sea transitorio, mientras pasan las elecciones. La fortuna es que luego de elecciones está el mundial y todo el sectarismo, radicalismo, extremismo y los delirios políticos van a trastocarse por la selección Colombia y allí, ante un televisor, lejos de la acción, vendrán los fanáticos, radicalistas, extremistas y delirantes, los que se creen los dueños del equipo, los que se creen entrenadores, árbitros o directores técnicos (Dios nos ayude!).

No hay cambio. O bueno, hay cambio, de la política al fútbol, por el momento. Del fútbol ya veremos resultados, ya veremos la intemperancia, la nostalgia, el desenfreno y la inmoderación ante un televisor que no sabrá qué responderles. Y cuando acabe el mundial, los críticos saldrán, como saldrán cuando el presidente que eligieron no les cumpla la promesa dada, aún escrita en mármol.

No tenemos remedio, somos dinámicos y tenemos todas las excusas para serlo, sin rubor ni vergüenza.

—Se negó a contarme nada más, pero me abrazó—. Tu único pecado es haber nacido —dijo.(2)
Imagen de Google (3)

(1) Mauricio García Villegas. La sequía de la razón. https://www.elespectador.com/opinion/la-sequia-de-la-razon-columna-751200
(2) Gary Jennings, Robert Gleason y Junius Podrug. Sangre azteca.
(3) https://www.nuevamujer.com/diversion/2018/03/11/fotos-amparo-grisales-mas-memes-las-votaciones.html

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