Tenía razón Valencia: al hombre se lo había
tragado el olvido. Nada sorprendente, por otra parte, en este país amnésico y
obsesionado con el presente, este país narcisista donde ni siquiera los muertos
son capaces de enterrar a sus muertos. El olvido era lo único democrático en
Colombia: los cubría a todos, a los buenos y a los malos, a los asesinos y a
los héroes, como la nieve en el cuento de Joyce, cayendo sobre todos por igual. (1)
He procurado
no meterme en problemas de once varas, tales como religión, política… pero
estamos en elecciones y la vena (venenosa dirá más de un malqueriente) me picó.
Naturalmente no tengo idea del tema, lo que aprendí de ideas políticas ya no
son aplicables, dejaron de ser, simplemente.
Tradicionalmente
la política se movía entre godos y liberales, entendiendo, palabras más,
palabra menos, que los primeros querían conservar el modo establecido, en todos
los aspectos y los segundos en la prelación de las libertades, especialmente
las económicas. En el medio se colaban lo que llamábamos las izquierdas,
soportables al mantenerse en la distancia y porque los gringos supieron meterle
un buen miedo a todo lo que oliera a comunismo.
Las cosas
fueron evolucionando en política, mas no doctrinariamente. Una evolución
curiosa, pareciera que de caudillismo. Los partidos tradicionales se han ido
esfumando, evaporando a pesar de conservar sus nombres, pero en la doctrina
fuera de blablablá al que se asemejan todos, ya casi nada queda. (Si quieren
vean los programas partidistas y concluirán como yo, que son eso, blablablá,
juramentos a la bandera que ni siquiera es respetada).
Y lo mejor
de todo es que hoy hablamos con una propiedad de derecha, de izquierda, de
centro, de centro delantero y realmente hoy por hoy pareciera que todo se queda
en vaguedades (más vagas que las de antaño), en populismo(2) y demagogia(3).
Y hoy me
pregunto, alguno sabe qué es derecha, qué es izquierda, qué es centro, qué es
ser comunista o socialista o nacionalista? Yo, personalmente, ya no lo sé, para
mí todo el discurso político se centra en eso, en demagogia, pretender decir lo
que no se debe decir (lo políticamente correcto? Dios mío, cómo odio esa
palabreja).
Lo que
resulta cierto es que el comunismo y el socialismo quedaron en meros nombres,
la madre Rusia se dio cuenta que lo más lindo del mundo era el capitalismo.
Pero como no estamos en Dinamarca sino en Cundinamarca, los de izquierda de acá
no se han dado por enterados de que ese sistema fracasó. Y el pueblo pueblo,
menos! Todavía aspiran a tenerlo todo gratis (casa, carro y beca), sin esfuerzo
y cualquier promesa en ese sentido los envalentona. Dios me libre de recibir
algo sin trabajo, porque me acostumbran y el día en que no me den, a los que me
dieron ese algo gratis y dejaron de dármelo, les saldrá caro. Esa es la triste
realidad.
Hoy
elegimos, no por partidos, ni por programas sino porque el que más nos endulza
el oído, el más bonito –dicen unas cuantas madres-, el que nos cae bien, el que
promete esculpirlo en mármol, el que prometió el puesto. Si pudiera compararme
a Nietzsche –es decir si fuera famoso e importante- podría decir: los partidos
políticos en el mundo han muerto! O si no, explíqueme, así sea con plastilina,
qué es ser de derecha o de izquierda o de centro o ambiguo, porque ya no lo
entiendo, ya no sé qué es eso y me disculparán, pero soy un pobre ignorante que
ya de esas cosas no entiende.
Solo veo que en política es políticamente
correcto (cómo odio la palabra, Dios mío) usar la religión como escudo, ver a
los godos partirse –venderse más adecuadamente- en dos, para los de aquí y para
los de allá, y así siempre probarán la torta, porque siempre estarán con el que
gana. Los liberales en meros harapos, lo que queda de ellos. Que como la
política es dinámica se cambia de bando en cualquier momento y no pasa nada,
porque lo importante es quedar enmermelado. Que todos prometen y prometen lo
que queremos oír. Y si Cundinamarca no se salva, Dinamarca menos y para la
muestra un botón, que todo vale, nada más ver la sonrisa picarona y deshonesta
del Trump, semejante a la de los dos que se están peleando el poder actualmente
en estas tierras.
Y por último
me pregunto: el poder para qué? (Y eso que no doy la talla de Echandía). Por qué
carajos se matan por la primera magistratura (nombre tan lindo) si ella se
invistió para el servicio de la comunidad (ajá!), para pensar en el bienestar
de todo el país (ajá!), para hacer un mejor país para los colombianos (ajá! Los
izquierdistas me criticarán por no mencionar también a las colombianas, aja!
Pero eso sí, salgo del closer y
confieso que soy machista, porque el mundo me hizo así! Y?).
Y sigo sin
saber cómo distinguir uno de centro, otro de izquierda, otro de derecha, si
todos son facciones cuyo discurso se limitó al populismo y a la demagogia, así
me digan redundante.
De hecho, no se me ocurrió opción mejor en ese momento que
mentir también. (Casi nunca hay mejor opción: la mentira tiene mil usos, es
maleable y sumisa como un niño: hace lo que le pidamos, siempre está dispuesta
a servirnos, no es pretenciosa ni egoísta ni pide nada a cambio. Sin ella, no
sobreviviríamos ni un segundo en la jungla de la vida social.(4)
Imagen tomada de Facebook (5)
(1) Juan Gabriel Vásquez. Las
reputaciones.
(2) Populistas a la derecha,
populistas a la izquierda. Quien dice «populismo» se adentra en un terreno
difícil… En todo caso, el concepto de populismo es peyorativo… Hablamos
entonces de demagogia, y la demagogia tiene un gran repertorio de métodos. Ralf
Dahrendorf. El populismo es una filosofía
política que apoya los derechos y el poder de las personas en su lucha contra
una élite privilegiada. Se trata de un concepto difícil de definir con
exactitud, con el que se designan realidades diferentes. El uso del
calificativo «populista» se hace habitualmente en contextos políticos y de manera peyorativa, sin que del término se desprenda por sí mismo
una evidente identificación ideológica, sino estratégica —dentro del espectro izquierda-derecha— https://es.wikipedia.org/wiki/Populismo
(3) Empleo de halagos, falsas promesas que son populares pero
difíciles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer al pueblo
y convertirlo en instrumento de la propia ambición política. https://www.google.com.co/search?q=demagocia&oq=demagocia&aqs=chrome..69i57j0l4.2701j1j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8
(4) Juan Gabriel Vásquez. La forma de las ruinas.
(5) 33962358_10155367986105671_431373746272468992_n.jpg
No hay comentarios.:
Publicar un comentario