martes, 12 de junio de 2018

EL VOTO EN BLANCO



Todos necesitan a alguien a quien despreciar.(1) 

Que el que vota en blanco traiciona a la patria (como si todavía hubiera patriotismo, salvo en el fútbol en que al parecer es válido sentir un orgasmo al ver el tricolor o al oír el himno); que es un tibio (no sé qué quiere significar la palabreja); que es un cobarde (amenazan unos subrepticiamente); que es un voto para el otro (que no suma sino que resta, para unos; para otros, que suma al otro, pero no le resta al de más allá); que es un inconsciente;  un apátrida (ya lo dije en otras palabras), y un sinfín de palabras con tinte insultante para demeritar el voto que se deposita en tal sentido.

Ya me han dicho tibio, cobarde y otro terminacho más, porque no soy políticamente correcto (Dios, cómo odio esa palabreja gringa).

Sea o no para defender mi voto he llegado a estas reflexiones. El voto es voto y es uno no importa por cuál opción se prefirió. El tarjetón da las alternativas diversas para votar por las diferentes vertientes e incluye la casilla del voto en blanco, por lo tanto es la ley la que permite el voto en tal sentido. El voto en Colombia es un derecho, mas no se ha precisado como obligación.

Bajo estas reglas –legales arguyo para darle fuerza al argumento y hacerlo sentir con autoridad, así sea yo un invisible- la persona es libre por votar por quien quiera y como quiera. Puede cambiar de opinión, por sinceridad o por miedo, por resquemor o por creencia, por credulidad o por presión de grupo, porque es parte de la democracia. Y como no es obligatorio, cada cual puede optar por no hacerlo por pereza, por indiferencia, por sacaculista, falta de convicción, porque los candidatos no lo convencen, en fin, puede no votar y no pasa nada.

De la misma manera se puede votar en blanco por convicción (como en el presente caso, porque si no se puede ver ni pintados a ninguno de los candidatos, por coherencia mental no puede optar por el menos malo, por el menos peligroso, por el menos miedoso –y no salgan con pendejadas de la dinámica de la política, que todo lo permite, sin sonrojo, sin rubor-). Se puede votar como protesta (como en el presente caso, que aunque ese voto no genere ningún efecto jurídico, simplemente se deja sentada una posición). O votar en blanco por rebeldía, por joder –dirían algunos- así como algunos votan por varios o por no inscritos para que anulen el voto.




Si se habla entonces de democracia, todas esas posibilidades son posibles, son auténticas, son permitidas. A esas reglas se sujeta la convivencia. Pero como la política se ha politizado tanto –si es permitida la seudoredundancia-, se ha polarizado demasiado y en el curso de los tiempos se ha llegado a demeritar, insultar, patear, profanar y enemistar con todo aquel que no comparte el respectivo pensamiento, olvidando que si son verdaderos demócratas el respeto del prójimo diferente debería ser premisa, no excepción.

Por eso creo que cada cual debe votar como quiera (usando el eufemismo), por el motivo que quiera, por quien quiera sin necesidad de desprestigiar, patear, insultar a quien no lo hizo como él quería.
Es cuestión simple de democracia, aunque yo diría, quitándole la connotación política, por simple cuestión de respeto al prójimo, si es que la palabra aún tiene algún contenido.

En una palabra que cada cual haga con su voto lo que se le dé la gana (sin eufemismo y de forma decente, creo) y deje tranquilo al prójimo, si es que queremos conseguir algún tipo de paz.

Y como ven, a pesar del tema, contuve toda mi ira, mi rabia, mi mala leche al escribir este blog, por el irrespeto que sentimos los tibios, los cobardes, los apátridas cuando así nos llaman porque por coherencia mental hemos decidido votar en blanco. (Entre paréntesis, sinceramente porque no dejé salir el gamín que habita en mí cuando me siento pordebajiado).

Las imágenes tomadas de redes sociales me ayudan a explicar mi propia rabia? (2)

Cuando las palabras bondadosas fracasan, pueden resultar provechosos los golpes.
Santo Domingo.(3)


(1) Gary Jennings, Robert Gleason y Junius Podrug. Sangre azteca.
(2) facebook_1505251862695; 34584586_10155476018830913_4682769720041013248_n; blog; 34510300_2013565332194302_1164961101096419328_o
(3)  Gary Jennings, Robert Gleason y Junius Podrug. Sangre azteca.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario