Te
escribí y me dejaste triste, me dejaste melancólico luego del punto final. Una
lágrima se contuvo en su camino y no quiso continuarlo, por la tristeza de ese
final... pero a la vez, por esa alegría de saber que fue un buen final. Sentí
una tristeza tan especial que me es difícil explicarte, sólo pude sentirla, era
como esa tristeza de un acabar que no debió ser, de un final que no esperaba...
quería que el final fuera de dar y no de recibir, quería ser yo quien diera, no
pensaba que fuera a recibir, por eso tenía esa tristeza... por no haberte
dado...
Llegaste
al punto final y luego sentí la alegría, sentí alegría por todo lo que me diste
y por ese buen final. No esperaba sentir la alegría de un final, no esperaba
que al final tú fueras la que me dieras la alegría de sentir alegría, esperaba
dar mas no esperaba recibir, me diste ese buen final y por eso me hiciste
feliz... y una lágrima de alegría quiso seguir su camino, pero tampoco quiso
continuarlo, porque esas lágrimas no eran para ser derramadas en ese momento de
final...
Por
eso me siento satisfecho, me enseñaste la tristeza y la alegría, me enseñaste
que cada lágrima tiene su momento... me enseñaste lo que puedo hacer... me
enseñaste a recibir.
Ahora
sí, cada vez que escriba, cada vez que llegue al fin y te ponga punto final, si
siento esa tristeza y esa alegría sabré que he cumplido contigo...(1)
Óleo en papel. JHB (D.R.A.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario