La noticia la encontré al leer el periódico(1) y me emocioné al ver que el Papa de pronto había leído mis pensamientos. Pero
como todo en las noticias, la noticia no era tan cierta como pensé. Tenía entendido
que el padrenuestro en cualquier idioma era lo mismo, pero no, al parecer las
variaciones se surten de pueblo a pueblo. Lo que el Papa buscaba era modificar
el padrenuestro en italiano, al parecer corrigiendo un sentido a las frases de
caer en la tentación(2).
Y naturalmente caí en la tentación de presentar mi protesta
más sentida, ya que siempre he pensado que una parte debe ser totalmente
eliminada y es aquella que dice “como nosotros perdonamos a los que nos
ofenden”.
Ese
pedacito para mi gusto debe ser eliminado. La frase genera una dicotomía que
hace de la oración –en sentido literal y religioso- inútil. Perdóname como yo
perdono al que me ofende. Por una parte es mentira, porque yo no perdono al que
me ofende, lo ofendo más, me mancillo con la piedra que me generó y hasta puede
que lo maldiga. Y si le pido a ese Dios que me perdone como yo perdono, se está
condicionando el perdón a una aparente verdad que realmente es mentira pues
solo obtengo perdón si perdono. Ya sé que es una oración de mera repetidera que
pierde sentido al ser repetida en automático. Pero insisto, sólo se obtiene el
perdón divino si se perdona al ofensor humano y los humanos no estamos
diseñados para perdonar cuando nos ofenden y más cuando esa ofensa, además de
agresiva, es sin causa, sin motivo y es la que le genera a uno más piedra y ese
ofensor, ahí sí, no tiene perdón de Dios.
Más coherente es eliminarla y así
queda como una solicitud a ese Dios para que sea benevolente y perdone las
ofensas en que ese pecador, de nacimiento y persistencia, ha incurrido, así sin
que exista condicionalidad alguna. Si se me permite la alusión, sin eufemismo
naturalmente, es tanto como decir perdóname como yo perdono a ese hijueputa que
me ofendió!
Siempre que he oído el padrenuestro
en las raras, por no decir escasas veces que voy a misa, -debido a compromiso
ineludible- aunque advierto que me encanta entrar a las iglesias a
fotografiarlas por dentro, miro a la gente con los brazos extendidos, como se
suele hacer en los tiempos modernos, y me pregunto si esa gente no ha caído en
la nota que para obtener esa absolución debió iniciarla con el alma pura,
habiendo perdonado a aquél que se le atravesó, al que lo insultó sin razón, al
que le robó sin motivo, al uribista o petrista fanático que le grita porque se
sienten autorizados para hacerlo, al que a diario se entromete en vida ajena y
le saca a uno la piedra? Y si me oyera algún cura decir lo que estoy diciendo,
seguro le sacaría la piedra, le ofendería en lo más íntimo de su alma, aunque
para su sanidad mental lo mejor que podría decir, perdónalo porque no sabe lo
que dice y así zanjearía el asunto para su tranquilidad mental. (Si alguno me
leyera, tranquilo que siempre que toco temas religiosos termino sacándole la
piedra a ese contertulio, por lo tanto no soy motivo de perdón ni de ofensa).
Pero como la iglesia no me para
bolas, tanto como yo la mantengo alejadita, si no es para fotografiarla, quería
solo expresarme sobre un punto que me parecía contradictorio (sin que quiera
decir que es la única contradicción que he encontrado en ella). Un nuevo motivo
de excomunión, pero afortunadamente como soy invisible para el estado, de igual
manera lo soy para la iglesia. Amén.
Como es natural, no le dije nada
importante en la confesión y, en cambio, inventé algunos pecados veniales para
que él me los reparara con la absolución.(3)
Foto: JHB (D.R.A.) |
(1) https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/papa-francisco-propone-modificar-una-parte-del-padre-nuestro-articulo-824038
(2) El
padrenuestro actual en italiano incluye una frase que dice "non ci
indurre in tentazione", que en español podría traducirse
como "no nos induzcas a la tentación", y ahora será
cambiada por "non abbandonarci alla tentazione", "no nos
abandones a la tentación" en español.
(3) Gary Jennings, Robert Gleason y
Junius Podrug. Sangre
azteca.
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