lunes, 28 de octubre de 2019

EXCESO DE INFORMACIÓN



      El exceso de información nos está matando, lentamente, pero nos está matando, poniéndonos a dudar hasta de nuestro sexo –nótese el sarcasmo-.

      Tenemos acceso a toda la información y hasta a la desinformación, lo que nos lleva a creer como cierto lo leído, por ser seres que nos conformamos con la idea lanzada a priori, que es la que se guarda en nuestro cerebro. Y con la desinformación terminamos aceptándola, sin lograr saber en últimas, cuál es la verdad.

      Pero ese no es el tema. Decía que el exceso de información nos está matando, poco a poco, nos llega tanta, pero tanta, que ya el cerebro termina cansándose porque no va a saber en dónde guardarla, cuál desechar, cuál conservar. Se queda con la más llamativa y la alberga para que esté a mano y la que realmente es importante, parece que va al basurero, o a algún lugar temporal –en aquél donde el computador guarda los .temp- y de allí que la atención esté más dispersa que antes.

      Y toda esta reflexión es por algo que me pasó. Me surgió una idea que tenía que escribir de inmediato, antes de que se me olvidara. Al no tener a mano con qué escribir, fui a buscar un lápiz para anotarla y entre la búsqueda y encontrar el lápiz, lo tomé y olvidé para qué lo necesitaba. Eso termina asustando porque lo primero que uno relaciona con ese olvido es la posibilidad de un problema mental, a mala hora.

      Por eso es que el exceso de información nos está llevan a perder la atención, a no poder focalizarnos en un solo punto, en un asunto. Y de seguir así, efectivamente terminaremos con algún trastorno mental, aunque siguiendo la evolución quién quita que por convertirse en normal la falta de atención, el anormal será el que se concentra y pone atención.

      Supongo que es uno de los efectos colaterales del avance tecnológico.

Yo no diría eso. A mí me impresionan (refiriéndose a las nuevas generaciones). Me gustan precisamente porque son totalmente distintos. Aman sus cuerpos. Nosotros no les prestábamos atención. Les gusta viajar. Nosotros nos quedábamos anclados en un sitio. Aman la aventura. Nosotros nos hemos pasado la vida en reuniones. Les gusta el jazz. Nosotros tratábamos de imitar malamente el folklore. Se dedican egoístamente a sí mismos. Nosotros queríamos salvar el mundo. En realidad con nuestro mesianismo hemos estado a punto de destruir el mundo. A lo mejor ellos con su egoísmo lo salvan. (1)


Óleo sobre papel. Espátula. JHB (D.R.A.)


(1) Milan Kundera. La broma.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario