miércoles, 9 de marzo de 2022

SIN PALABRAS

  

Vi a Dios en sueños y tenía dos rostros. Uno era dulce y benigno como el rostro de una madre, y el otro parecía el rostro de Satanás.


Nawal El Saadwi[1], La caída del imán.[2] 

Tomado de Google
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[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Nawal_El_Saadawi

[2] Leí la oración (en sentido gramatical, pero la sentí en otro sentido). Oración que ofenderá a algunos cuantos, que hará pensar a unos pocos. Luego pensé en los rusos invadiendo a Ucrania. En la pobreza. En el hambre, de aquellas fotos africanas que nos mostraban antaño, cuando eran casi colonias, pero que perduran ahora que son repúblicas, en las que todo cambió sin cambiar nada. Pensé en esa otra cara y en lo único en que pude pensar fue en la injusticia, de pensamiento, de palabra y de obra. Así no más. Y releí la oración (en otro sentido) y me vi reflejado, al ver reflejada toda la humanidad, al ser creado a imagen y semejanza. Esas dos caras, dos facetas, dos caretas que todos tenemos, que pareciera componer también la divinidad. Una oración que me dejó sin palabras.

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