A veces la información, mal redactada, claro está, me hace sentir no sé si ignorante o que me están hablando en chino y tengo que leer y releer las cosas hasta que solo puedo concluir que no soy yo, sino que es el otro el que cree decir lo que dice, pero realmente no está diciendo lo que dice.
Y eso me llevó a leer en algún aparte algo de discriminación positiva, que resultó que es algo bueno, aceptado y moralmente bien visto. Yo que pensaba que discriminación era discriminación, como pecado es pecado (y nada de pecados buenos o veniales). No me cabe en la cabeza (claro está que formada en el siglo pasado) que se den estos conceptos, inventados por quién sabe quién como una forma de amortiguar unas verdades que es mejor ver por el lado optimista, para que sean aceptadas como tales. Vaya estupidez. Discriminación positiva, por ejemplo el de dar unos cargos no por la inteligencia sino por llenar un requisito para no ofender a ciertas razas, ciertos géneros, ciertas especies. Siempre pensé que era válido proteger al inválido, pero no por serlo, -ya sé, me estoy metiendo de intríngulis, pero-, pero… cualquiera sea el género, la especie o la raza, debe llegar a él por su capacidad, conocimiento e inteligencia, pues si se lo dan por llenar un porcentaje, eso es más que discriminación y quienes lo acepten deberían rechazarlo por ofensivo, por discriminatorio, si es que tiene al menos un poco de inteligencia, pero como son las cosas modernas, a ellas hemos de adaptarnos, así sean incoherencias como las mencionadas. Nada más pensar en incoherencias como Y cerró el repertorio de respuestas el propio presidente quien ayer, fiel a su costumbre, quiso ponerle drama social al tema, afirmando que las compras eran para que los trabajadores de las casas presidenciales pudieran tener el mismo nivel de comodidad que los dignatarios. Cosa que no solo contradice a sus funcionarios que habían afirmado que las compras eran para las casas privadas del presidente y la vicepresidenta, sino que no tiene sentido si vemos las cantidades compradas: cuatro juegos de cama y dos plumones, por ejemplo, cosa que indica que no eran para el personal que allí trabaja. Un poco de coherencia no cuesta nada, sobre todo cuando es hora de liderar con el ejemplo.[3]
Puede ser que me hayan concedido este puesto
justamente porque soy mujer. Sin embargo, no me importa. No tengo nada contra
la discriminación positiva. Hemos sufrido durante siglos, así que hace mucho
que nos lo deben.[4]
[1] https://www.wradio.com.co/2022/09/29/llamado-de-la-corte-constitucional-para-que-se-cumplan-sus-directrices/#:~:text=Y%20vemos%20adem%C3%A1s,un%C3%ADvoca%20y%20unificada%E2%80%9D.
[2] https://www.pulzo.com/economia/subsidio-vivienda-no-sera-para-estas-casas-apartamentos-colombia-PP2009284#:~:text=Al%20arreglar%20los%20ba%C3%B1os%2C%20hay%20un%20enfoque%20de%20g%C3%A9nero%20important%C3%ADsimo%20porque%20para%20las%20mujeres%20es%20bueno%20tener%20un%20espacio%20privado%20en%20el%20cual%20asearse%E2%80%9D
[3] https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/plumas-de-ganso-OG18786822
[4] Peter Robinson. Un trozo de corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario